Las feministas de género dicen tener su razón de ser y su objetivo último en la conquista de la igualdad. Los hechos sin embargo no hacen más que desmentirlas. Quisiera desde este blog no solo denunciar la deriva neofeminista, también combatir la estigmatización de los hombres y reivindicar la dignidad de lo masculino.
31 diciembre, 2007
23 diciembre, 2007
El cachete
Quizá el mejor paradigma de lo que viene aconteciendo con el tratamiento de algunos temas por las Cortes de nuestro país nos lo dé el hecho de que los diputados hayan dedicado meses a debatir y finalmente aprobar la supresión de la expresión “corregir moderada y razonablemente” que aparecía en el Código Civil para señalar hasta dónde podían llegar los padres en la corrección de las conductas de sus hijos.
Parece que no se trata tanto de dar cumplimiento a una necesidad sentida por nuestros conciudadanos, como de dar satisfacción a una petición de la ONU, que al parecer consideraba que dicha expresión amparaba el maltrato físico. Durante un cierto tiempo en alguna prensa se ha pretendido convencernos de la estricta necesidad de la medida sin que al parecer tal pretensión haya levantado grandes pasiones y en cuanto el tema se abría de lo que se hablaba era de otra cosa. Como la expresión no contiene nada que parezca abusivo, se intentó concretar la cuestión en el “cachete”, aunque como esto parecía que seguía sin levantarlas, en las viñetas que iluminaban algunos de los textos partidarios de la supresión, el cachete aparecía bien como tortazo, bofetada, en algún caso parecía responder más a la expresión partir la cara que al cachete.
Con la medida aprobada he escuchado durante unos minutos un debate en la radio en relación con el tema. Ahora la cosa se presentaba como que los medios de comunicación quizá no habían sabido trasmitir el tema, pues la ciudadanía seguía completamente dividida y más bien parecía contraria a la modificación. Lo que en ningún momento se dijo es que si ese es uno de los cometidos de los medios de comunicación, mucho más lo debería ser de quienes aprobaron la medida. El caso es que una de las contertulias indignada entendía que de ninguna manera tal modificación debería significar que las madres no pudieran dar un azote a los niños, y como entre los contertulios pareciera que reinase más la confusión que otra cosa se consultó telefónicamente a una diputada que al tiempo es jurista para que aclarara si efectivamente la nueva redacción que al parecer es “respetarán la integridad física y psicológica del niño” amparaba una cuestión como el azote, sin que tampoco fuera capaz de precisarlo y reconociendo que por no haber sido madre es posible que supiera menos del tema que los propios contertulios. En este punto a uno de ellos se le apareció la luz cuando dijo que al final quien determinaría el alcance de la expresión sería el juez que tuviera que juzgar cada caso, para a continuación apuntarse todos al comentario de una noticia que aparecía en la prensa ese día en la que se recogía el caso de un madre que pedía ayuda a los servicios sociales de su Comunidad porque tenía dos hijos, un chico de 17 y una chica de 14, a los que no era capaz de levantar de la cama para enviarlos al colegio, alegando además que tenía miedo a ser agredida. En ese momento se dieron entrada a llamadas de oyentes y aunque había división de opiniones una señora dijo que ella aceptaba lo del cachete siempre y cuando no fuera en la cara (sic) pues había visto una vez como una madre de una bofetada le había partido el labio a una niña de 3 años. Luego no pude seguir escuchando. Hoy leo en la prensa lo siguiente:
“Un niño se suelta de la mano de su padre, cruza una calle porque al otro lado vio un columpio y recibe una colleja; ¿es delito? Otro crío se abalanza sobre un enchufe y antes de electrocutarse recibe un cachete en el culo; ¿también es delito? No, ni debe serlo jamás. Sin embargo, eliminar del Código Civil el artículo que amparaba el castigo físico «moderado» de los padres o de los tutores a los niños era una necesidad de los tiempos que no atenta contra la autoridad de los mayores, pero que tampoco va a modificar las pautas educativas de los españoles. La eliminación esta semana del citado artículo por el Congreso es un acto de buena fe. Introducir un nuevo artículo en el Código que convirtiese la colleja en delito sería un desvarío infantil.” (El autor es Lois Blanco en La Voz de Galicia)
En fin, doctores tiene la Iglesia.
Parece que no se trata tanto de dar cumplimiento a una necesidad sentida por nuestros conciudadanos, como de dar satisfacción a una petición de la ONU, que al parecer consideraba que dicha expresión amparaba el maltrato físico. Durante un cierto tiempo en alguna prensa se ha pretendido convencernos de la estricta necesidad de la medida sin que al parecer tal pretensión haya levantado grandes pasiones y en cuanto el tema se abría de lo que se hablaba era de otra cosa. Como la expresión no contiene nada que parezca abusivo, se intentó concretar la cuestión en el “cachete”, aunque como esto parecía que seguía sin levantarlas, en las viñetas que iluminaban algunos de los textos partidarios de la supresión, el cachete aparecía bien como tortazo, bofetada, en algún caso parecía responder más a la expresión partir la cara que al cachete.
Con la medida aprobada he escuchado durante unos minutos un debate en la radio en relación con el tema. Ahora la cosa se presentaba como que los medios de comunicación quizá no habían sabido trasmitir el tema, pues la ciudadanía seguía completamente dividida y más bien parecía contraria a la modificación. Lo que en ningún momento se dijo es que si ese es uno de los cometidos de los medios de comunicación, mucho más lo debería ser de quienes aprobaron la medida. El caso es que una de las contertulias indignada entendía que de ninguna manera tal modificación debería significar que las madres no pudieran dar un azote a los niños, y como entre los contertulios pareciera que reinase más la confusión que otra cosa se consultó telefónicamente a una diputada que al tiempo es jurista para que aclarara si efectivamente la nueva redacción que al parecer es “respetarán la integridad física y psicológica del niño” amparaba una cuestión como el azote, sin que tampoco fuera capaz de precisarlo y reconociendo que por no haber sido madre es posible que supiera menos del tema que los propios contertulios. En este punto a uno de ellos se le apareció la luz cuando dijo que al final quien determinaría el alcance de la expresión sería el juez que tuviera que juzgar cada caso, para a continuación apuntarse todos al comentario de una noticia que aparecía en la prensa ese día en la que se recogía el caso de un madre que pedía ayuda a los servicios sociales de su Comunidad porque tenía dos hijos, un chico de 17 y una chica de 14, a los que no era capaz de levantar de la cama para enviarlos al colegio, alegando además que tenía miedo a ser agredida. En ese momento se dieron entrada a llamadas de oyentes y aunque había división de opiniones una señora dijo que ella aceptaba lo del cachete siempre y cuando no fuera en la cara (sic) pues había visto una vez como una madre de una bofetada le había partido el labio a una niña de 3 años. Luego no pude seguir escuchando. Hoy leo en la prensa lo siguiente:
“Un niño se suelta de la mano de su padre, cruza una calle porque al otro lado vio un columpio y recibe una colleja; ¿es delito? Otro crío se abalanza sobre un enchufe y antes de electrocutarse recibe un cachete en el culo; ¿también es delito? No, ni debe serlo jamás. Sin embargo, eliminar del Código Civil el artículo que amparaba el castigo físico «moderado» de los padres o de los tutores a los niños era una necesidad de los tiempos que no atenta contra la autoridad de los mayores, pero que tampoco va a modificar las pautas educativas de los españoles. La eliminación esta semana del citado artículo por el Congreso es un acto de buena fe. Introducir un nuevo artículo en el Código que convirtiese la colleja en delito sería un desvarío infantil.” (El autor es Lois Blanco en La Voz de Galicia)
En fin, doctores tiene la Iglesia.
20 diciembre, 2007
Hombres no machistas
Os animo a leer la carta publicada en El País de hoy con el título de: Hombres no machistas. Si a alguno se os ocurre algún comentario hacedlo llegar, creo que el texto de la carta ofrece un buen punto de partida para establecer un pequeño debate. Como no quiero quedarme a ver que pasa, os doy mi opinión. Estoy completamente de acuerdo con lo dice. Me sorprende además leer algunas de sus aseveraciones en un diario de gran tirada. Sólo matizaría una cuestión que plantea en su primer párrafo. Hay un momento en el que dice: "Es indudable que el modelo de superhéroe es vivido por muchos varones como un lastre, y que hoy respiran aliviados ante la oportunidad de renunciar a él".
No estoy seguro de que eso sea tan cierto. Creo que, en este caso, se vuelve a producir la misma contradicción que el autor de la carta señala un poco más abajo, entre un discurso oficial según el cual todos y todas vamos a ser iguales, para luego tropezarnos con una realidad en la que el discurso se disuelve como un azucarillo en el agua, y para según que cosas no está mal que el hombre siga asumiendo el rol tradicional. Espero vuestras opiniones
No estoy seguro de que eso sea tan cierto. Creo que, en este caso, se vuelve a producir la misma contradicción que el autor de la carta señala un poco más abajo, entre un discurso oficial según el cual todos y todas vamos a ser iguales, para luego tropezarnos con una realidad en la que el discurso se disuelve como un azucarillo en el agua, y para según que cosas no está mal que el hombre siga asumiendo el rol tradicional. Espero vuestras opiniones
16 diciembre, 2007
A vueltas con la educación
La educación es para mí una cuestión de vital importancia. Estoy convencido de que pocas cosas se agradecen tanto como haber tenido la ocasión de formarse. Y si en el plano individual es importante, en el social no lo es menos. El nivel educativo de un país, la calidad de sus instituciones educativas, incluida la Universidad, son el mejor indicador del desarrollo tecnológico y social y en última instancia la mejor plataforma para ganar en calidad de vida.
No en vano las sociedades que históricamente más favorecieron ese desarrollo terminaron constituyendo la avanzadilla del progreso económico, social y político del mundo moderno. Nuestro país sólo muy tardíamente se sumó a este grupo, pero durante el último tercio del siglo pasado se dieron pasos muy importantes en esa dirección. Lamentablemente en los últimos años esa tendencia parece que no sólo se trunca, sino que en algún caso parece invertirse.
Ahí están los informes PISA para recordárnoslo, pero muchos otros informes confirman los males de nuestro sistema, también los referidos a la posición de nuestras Universidad en el contexto internacional. Y debemos recordar que la educación en nuestro país adolece de todos los grandes problemas, pues no es sólo que el nivel de nuestros alumnos no sea bueno, ni que sólo alcancen el nivel de excelencia un porcentaje muy pequeño, es que la tasa de fracaso y abandono escolar es altísima, circunstancia esta última que, como no podía ser menos, el propio Ministerio reconoce.
Un informe del año 2006 de la Fundación Alternativas nos recordaba que el 72 % de los hijos de los obreros dejaban de estudiar tras la ESO, al tiempo que señalaba una importante brecha entre sexos ya que la media de españoles de entre 20 y 24 años con estudios de secundaria se situaba en el 62´5%, pero esa media estaba construida con una diferencia según el sexo realmente significativa ya que si para ellas ese nivel era del 70 %, entre ellos lo era únicamente del 55´5 %. Desconozco porque una diferencia tan acusada no es motivo ni de estudio, ni de preocupación y la mayor parte de las veces incluso se evita mentarla. Máxime si tenemos en cuenta la función de ascensor social que tiene la educación en nuestras sociedades.
No en vano las sociedades que históricamente más favorecieron ese desarrollo terminaron constituyendo la avanzadilla del progreso económico, social y político del mundo moderno. Nuestro país sólo muy tardíamente se sumó a este grupo, pero durante el último tercio del siglo pasado se dieron pasos muy importantes en esa dirección. Lamentablemente en los últimos años esa tendencia parece que no sólo se trunca, sino que en algún caso parece invertirse.
Ahí están los informes PISA para recordárnoslo, pero muchos otros informes confirman los males de nuestro sistema, también los referidos a la posición de nuestras Universidad en el contexto internacional. Y debemos recordar que la educación en nuestro país adolece de todos los grandes problemas, pues no es sólo que el nivel de nuestros alumnos no sea bueno, ni que sólo alcancen el nivel de excelencia un porcentaje muy pequeño, es que la tasa de fracaso y abandono escolar es altísima, circunstancia esta última que, como no podía ser menos, el propio Ministerio reconoce.
Un informe del año 2006 de la Fundación Alternativas nos recordaba que el 72 % de los hijos de los obreros dejaban de estudiar tras la ESO, al tiempo que señalaba una importante brecha entre sexos ya que la media de españoles de entre 20 y 24 años con estudios de secundaria se situaba en el 62´5%, pero esa media estaba construida con una diferencia según el sexo realmente significativa ya que si para ellas ese nivel era del 70 %, entre ellos lo era únicamente del 55´5 %. Desconozco porque una diferencia tan acusada no es motivo ni de estudio, ni de preocupación y la mayor parte de las veces incluso se evita mentarla. Máxime si tenemos en cuenta la función de ascensor social que tiene la educación en nuestras sociedades.
05 diciembre, 2007
Homo paganus
En los asuntos entre hombres y mujeres, parece que el pagano siempre es el mismo. Me supongo que conoceis el caso de ese inglés que por hacer un favor a unas amigas lesbianas cedió su semen para que tuvieran dos hijos. Ahora como se separan las lesbianas, la madre biológica reclama al donante que pague. ¡Curiosa paternidad que depende únicamente del humor de la madre! ¡ Y depende para lo que depende, para soltar la guita ¡ No, si esto de ser hombre en la sociedad patriarcal es un auténtico chollo!. Claro, que mejor chollo todavía lo tienen algunas. Se me ocurren algunas preguntas colaterales, por ejemplo, antes de esto, él qué era, y la lesbiana que ahora se separa qué era antes, y, qué es ahora; ella, también tendrá que pagar o esto sólo tiene que ver con ser hombre, en fin ............
PISA 2006
Cualquier cosa es buena para negar la evidencia. Los resultados del Informe Pisa referidos a España para 2003, eran malos, estábamos por debajo de la media de un conjunto de treintaitantos países entre los que se incluían muchísimos con un nivel de desarrollo económico muy inferior al nuestro. Para empeorar el resultado no había nivel de excelencia, ese pequeño grupo, en torno al 10% de los alumnos que pueden ser calificados como muy buenos. En nuestro país ese porcentaje está por debajo del 5%.
Con unos datos no muchos mejores Alemania dio la voz de alarma y modificó su sistema educativo. En el informe de 2006 ha conseguido avanzar en torno a 10 puestos lo que los sitúa en un nivel bueno. En España aun cuando la LOE se discutió después de conocer esos resultados, se hizo prescindiendo de ellos. De hecho el Ministerio siempre buscó excusas para justificarlos y nunca los encaró como el diagnóstico de un problema.
Ahora con una mayor participación de Comunidades autónomas (ojo no se presentaron algunas que todos sabemos arrojarían resultados como los de Andalucía, sino peores), los resultados revelan un empeoramiento de la situación. La Ministra dice que estamos en la media. En fin, no hay peor ciega que la que no quiere ver, ni peor sorda que la que no quiere oír.
Con unos datos no muchos mejores Alemania dio la voz de alarma y modificó su sistema educativo. En el informe de 2006 ha conseguido avanzar en torno a 10 puestos lo que los sitúa en un nivel bueno. En España aun cuando la LOE se discutió después de conocer esos resultados, se hizo prescindiendo de ellos. De hecho el Ministerio siempre buscó excusas para justificarlos y nunca los encaró como el diagnóstico de un problema.
Ahora con una mayor participación de Comunidades autónomas (ojo no se presentaron algunas que todos sabemos arrojarían resultados como los de Andalucía, sino peores), los resultados revelan un empeoramiento de la situación. La Ministra dice que estamos en la media. En fin, no hay peor ciega que la que no quiere ver, ni peor sorda que la que no quiere oír.
03 diciembre, 2007
Reportaje
He encontrado en La Voz de Galicia del 2 de diciembre de 2007 esta perla que no me resisto a traer aquí. Se trata de un pequeño reportaje sobre los programas que se emiten por Tv en horario infantil. El subtítulo del reportaje: Una tarde con asesinos y princesas, es “Criminales, narcotraficantes, famosillos, tertulianos y actores de culebrones. Estos son los protagonistas de los programas que las televisiones generalistas emiten a diario en los llamados horarios superprotegidos, es decir, cuando los niños están viendo la televisión.”
No sé a vosotros, a mi casi me resulta imposible imaginar que puede haber alguien del sexo femenino en esa relación. Pero donde creo que el reportaje gana altura es en la siguiente descripción:
“Son las 18.50 cuando, por fin, asoman los primeros dibujos animados de la programación vespertina. Es Xabarín Club, un programa infantil en el que se incluyen las aventuras del Sarxento Keroro y la serie titulada Cousas de tolos (Cosas de locos). Su argumento, tal y como lo describen en la web de la Crtvg (Televisión de Galicia), es bastante realista: «Día a día da familia Bakabon (Tontobón na edición española), integrada por un pai completamente estúpido, un fillo maior igualmente parvo, unha nai doce e comprensiva, e un fillo pequeno, Hajime, que é un auténtico xenio». Como la vida misma.
(las negrillas son mías). El reportaje es de una periodista que seguramente cualquier otro día denunciará la discriminación de la mujer o el lenguaje sexista, de momento una familia integrada por un padre completamente estúpido, un hijo mayor igualmente idiota y una madre dulce y comprensiva, le parecen como la vida misma.
No sé a vosotros, a mi casi me resulta imposible imaginar que puede haber alguien del sexo femenino en esa relación. Pero donde creo que el reportaje gana altura es en la siguiente descripción:
“Son las 18.50 cuando, por fin, asoman los primeros dibujos animados de la programación vespertina. Es Xabarín Club, un programa infantil en el que se incluyen las aventuras del Sarxento Keroro y la serie titulada Cousas de tolos (Cosas de locos). Su argumento, tal y como lo describen en la web de la Crtvg (Televisión de Galicia), es bastante realista: «Día a día da familia Bakabon (Tontobón na edición española), integrada por un pai completamente estúpido, un fillo maior igualmente parvo, unha nai doce e comprensiva, e un fillo pequeno, Hajime, que é un auténtico xenio». Como la vida misma.
(las negrillas son mías). El reportaje es de una periodista que seguramente cualquier otro día denunciará la discriminación de la mujer o el lenguaje sexista, de momento una familia integrada por un padre completamente estúpido, un hijo mayor igualmente idiota y una madre dulce y comprensiva, le parecen como la vida misma.
02 diciembre, 2007
El consentimiento femenino
A propósito de la cita de E. Badinter el 27 de noviembre Sancos ha abierto la posibilidad de un intercambio de textos sobre el consentimiento femenino del que no deseo olvidarme. Por hoy voy a traer un pequeño texto extraido del mismo libro que a propósito de consentimiento femenino relata lo siguiente:
A título ilustrativo, un (una?) estudiante de Harvard escribió una pieza sobre una violación, Calling It Rape, a finales de los años 80. El fin: alertar a sus condiscípulos sobre la violación fundada en el malentendido verbal. Katie Roiphe cuenta en un pasaje: “Mientras un chico y una chica están viendo un vídeo, el comienza a acercarse a ella. La chica no tiene ganas de hacer al amor. Como la situación progresa, ella dice en un último esfuerzo por comunicar su falta de entusiasmo: “Si quieres hacer el amor, utiliza un preservativo”. El interpreta este proposición como un sí, pero en realidad es un no. Y según el autor de la pieza, lo que suceda, preservativo o no, es una violación.
Pero prometo traer una cita más amplia sobre el mismo asunto
A título ilustrativo, un (una?) estudiante de Harvard escribió una pieza sobre una violación, Calling It Rape, a finales de los años 80. El fin: alertar a sus condiscípulos sobre la violación fundada en el malentendido verbal. Katie Roiphe cuenta en un pasaje: “Mientras un chico y una chica están viendo un vídeo, el comienza a acercarse a ella. La chica no tiene ganas de hacer al amor. Como la situación progresa, ella dice en un último esfuerzo por comunicar su falta de entusiasmo: “Si quieres hacer el amor, utiliza un preservativo”. El interpreta este proposición como un sí, pero en realidad es un no. Y según el autor de la pieza, lo que suceda, preservativo o no, es una violación.
Pero prometo traer una cita más amplia sobre el mismo asunto
01 diciembre, 2007
El género gramatical y el otro
Comparto la opinión que expresa Athini en su comentario a la entrada la Responsabilidad es de los padres, en relación con que el género gramatical es una convención. De hecho cuando yo me pregunto si lo correcto no sería decir machistos, sólo trato de evidenciar lo mismo que aquel autor que, en coherencia con lo que propugna el feminismo de género, convertía la amistad entre el perro y el hombre en: “el perro y la perra son el mejor amigo y amiga del hombre y la mujer”; pero, ojo, que también sea una cuestión gramatical no quiere decir que sea exclusivamente gramatical, o que se termine resolviendo según esa lógica.
Deberíamos recordar que en su momento se hizo una consulta a la Real Academia Española sobre la denominación Ley contra la violencia de género, y ésta emitió un informe contrario a la misma, pero eso no impidió que fuera aprobada por las Cortes con esa denominación, sin que al parecer nadie hiciera el menor caso al dictamen de la R.A.E. Por cierto una presión parecida sería la que obligaría a impedir el reconocimiento de la custodia compartida en la Ley de divorcio.
Hoy ya nadie habla de violencia doméstica, o de pareja o cualquiera de las denominaciones que antes se utilizaban sino que, para casi todo el mundo, la expresión es ya violencia de género, aún cuando no se sepa muy bien lo que quiere decir, pues en una cuestión le doy la razón a este feminismo, los términos casi nunca son neutros y el género (ahora ya no en sentido gramatical) es una de ellas, resume en sí mismo toda una manera de entender la relación entre el hombre y la mujer, el origen de la violencia, lo que deba entenderse por igualdad,… y tantas otras cosas de las que a menudo hablamos en este bitácora.
Creo que una cuestión algo diferente es que al abordar algunos temas, y a efectos de una más correcta visualización de a quien o quienes nos estamos refiriendo busquemos la manera de precisar lo más claramente posible el sexo; o que sencillamente protestemos porque se haga la diferenciación cuando se habla de algo en positivo, pero cuando toca hablar en negativo se utilice únicamente el masculino. Es el caso del genérico padres exclusivamente en los casos en los que se está exigiendo una responsabilidad o una obligación.
Otro tanto de lo mismo sucede con el hecho de que se nos debiera considerar anteponiendo la condición de personas al hecho de hombre o mujer; el título de mi bitácora lo pretende recordar. Desgraciadamente no parece que esa sea esa ni la intención del legislador, ni la del Gobierno, y, cada día que pasa, se nos imponga más una dialéctica sexista de hombres y mujeres que, no sólo va en dirección contraria a la igualdad, sino que se rompe por los mismos que nos la imponen en cuantas ocasiones tienen necesidad.
En fin, el tema creo que ha servido para destapar que cuestiones aparentemente técnicas o neutras, esconden aspectos de mucho mayor calado, que tienen que ver con la ideología, la política y el poder, y el feminismo de género ha demostrado en los últimos años que tiene la suficiente fuerza como para vencer la opinión de la Academia y los lingüistas en la cuestión del género gramatical, pero también los posicionamientos de la amplísima mayoría de penalistas y asociaciones, en relación con las penas diferenciadas para hombres y mujeres, o que es capaz de imponer que los medios de comunicación vayan haciendo desaparecer de sus páginas, de sus pantallas, o de las ondas expresiones como violencia doméstica, de pareja o tantas otras frecuentes no hace mucho tiempo, o de que se termine aceptando como natural que una buena parte de la Administración Pública esté pensada exclusivamente por y para las mujeres, de tal modo que sean ellas quienes decidan en qué se deba gastar o cómo hacerlo.
Las pruebas de que la política y la ideología, en todo lo que tiene que ver con la ideología de género, se antepone a cualquier convención, dictamen, pronunciamiento o posicionamiento de las más diversas instancias e instituciones están ahí para quien quiera verlas, como también las pruebas de que a este grupo de poder no lo está frenando ninguno de esos dictámenes ni ninguna de esas instituciones porque tiene decidido de antemano que las instituciones de la sociedad patriarcal están todas tan contaminadas que nada de lo que puedan hacer o decir las va a frenar en sus propósitos, por descabellados que estos sean.
Deberíamos recordar que en su momento se hizo una consulta a la Real Academia Española sobre la denominación Ley contra la violencia de género, y ésta emitió un informe contrario a la misma, pero eso no impidió que fuera aprobada por las Cortes con esa denominación, sin que al parecer nadie hiciera el menor caso al dictamen de la R.A.E. Por cierto una presión parecida sería la que obligaría a impedir el reconocimiento de la custodia compartida en la Ley de divorcio.
Hoy ya nadie habla de violencia doméstica, o de pareja o cualquiera de las denominaciones que antes se utilizaban sino que, para casi todo el mundo, la expresión es ya violencia de género, aún cuando no se sepa muy bien lo que quiere decir, pues en una cuestión le doy la razón a este feminismo, los términos casi nunca son neutros y el género (ahora ya no en sentido gramatical) es una de ellas, resume en sí mismo toda una manera de entender la relación entre el hombre y la mujer, el origen de la violencia, lo que deba entenderse por igualdad,… y tantas otras cosas de las que a menudo hablamos en este bitácora.
Creo que una cuestión algo diferente es que al abordar algunos temas, y a efectos de una más correcta visualización de a quien o quienes nos estamos refiriendo busquemos la manera de precisar lo más claramente posible el sexo; o que sencillamente protestemos porque se haga la diferenciación cuando se habla de algo en positivo, pero cuando toca hablar en negativo se utilice únicamente el masculino. Es el caso del genérico padres exclusivamente en los casos en los que se está exigiendo una responsabilidad o una obligación.
Otro tanto de lo mismo sucede con el hecho de que se nos debiera considerar anteponiendo la condición de personas al hecho de hombre o mujer; el título de mi bitácora lo pretende recordar. Desgraciadamente no parece que esa sea esa ni la intención del legislador, ni la del Gobierno, y, cada día que pasa, se nos imponga más una dialéctica sexista de hombres y mujeres que, no sólo va en dirección contraria a la igualdad, sino que se rompe por los mismos que nos la imponen en cuantas ocasiones tienen necesidad.
En fin, el tema creo que ha servido para destapar que cuestiones aparentemente técnicas o neutras, esconden aspectos de mucho mayor calado, que tienen que ver con la ideología, la política y el poder, y el feminismo de género ha demostrado en los últimos años que tiene la suficiente fuerza como para vencer la opinión de la Academia y los lingüistas en la cuestión del género gramatical, pero también los posicionamientos de la amplísima mayoría de penalistas y asociaciones, en relación con las penas diferenciadas para hombres y mujeres, o que es capaz de imponer que los medios de comunicación vayan haciendo desaparecer de sus páginas, de sus pantallas, o de las ondas expresiones como violencia doméstica, de pareja o tantas otras frecuentes no hace mucho tiempo, o de que se termine aceptando como natural que una buena parte de la Administración Pública esté pensada exclusivamente por y para las mujeres, de tal modo que sean ellas quienes decidan en qué se deba gastar o cómo hacerlo.
Las pruebas de que la política y la ideología, en todo lo que tiene que ver con la ideología de género, se antepone a cualquier convención, dictamen, pronunciamiento o posicionamiento de las más diversas instancias e instituciones están ahí para quien quiera verlas, como también las pruebas de que a este grupo de poder no lo está frenando ninguno de esos dictámenes ni ninguna de esas instituciones porque tiene decidido de antemano que las instituciones de la sociedad patriarcal están todas tan contaminadas que nada de lo que puedan hacer o decir las va a frenar en sus propósitos, por descabellados que estos sean.