28 agosto, 2009

Algunas paradojas del patriarcado

En más de una ocasión el Presidente del Gobierno se tiene referido a la parte femenina de su gabinete como mejor o más trabajadora que la parte masculina, incluso últimamente ha dicho que ellos, refiriéndose a sus ministros, eran más vanidosos que ellas, las ministras. Nadie ha querido dar importancia a estas palabras y que yo sepa nadie las ha contestado. Creo que huelga decir que si lo que hay de laudatorio o reprobatorio en dichas manifestaciones fuera no en la dirección que han sido formuladas sino en la contraria el revuelo que se hubiera armado hubiera sido de órdago.

En un país con más de cuatro millones de parados y donde la destrucción de empleo ha sido fundamentalmente masculina encontramos 21 modalidades de fomento de la contratación femenina, pero ni una sola forma de fomento del trabajo de los varones. Es más, en este contexto el tema ha dejado de ser motivo de controversia a todos los niveles también para los sindicatos. A mayores cabe decir que la principal fórmula de creación de empleo en manos de las administraciones públicas, las políticas relacionadas con la Ley de dependencia, están concebidas y en esa dirección van los esfuerzos del Gobierno para que los puestos de trabajo que se puedan crear sean ocupados por mujeres.

Como señala Buenamente en la más reciente entrada de su bitácora: “... el Ministerio de “Igualdad” anunció la creación del Consejo de Participación de las Mujeres en el que las organizaciones feministas tendrán una abrumadora presencia. El futuro Consejo de Participación del que la óptica masculina estará ausente emitirá informes y dictámenes sobre leyes que tengan que ver con temas de “igualdad”, analizará los Presupuestos Generales del Estado desde una perspectiva de género y propondrá al Gobierno iniciativas legislativas, entre otras funciones.” Quizá añadir que esa misma desproporción y ventaja la tienen las organizaciones de mujeres en relación con los medios públicos de comunicación gracias la Ley de igualdad, y que aún cuando hubo una tímida protesta por parte de la Asociación de prensa, el tema parece que ha caído definitivamente en el olvido.

La componente de género del fracaso escolar español es más que evidente y así lo ha puesto de manifiesto en reiterados trabajos el profesor Lacasa en la revista Magisterio. Baste decir como resumen de esta cuestión que la cifra de fracaso masculino duplica a la de las chicas, o más gráficamente todavía: que un varón andaluz, manchego o valenciano tiene entre 4 y 5 veces más posibilidades de fracaso escolar que una chica estudiante del mismo nivel que realice sus estudios en el País Vasco o Asturias. Este dato, a pesar de su contundencia y de la facilidad de su aprehensión es ignorado sistemáticamente por todos los estudios de tipo oficial y sin empacho ninguno nuestras autoridades educativas, y no sólo ellas, se refieren a nuestro sistema educativo como un sistema igualitario.

El tema de la educación, constituye por lo demás, la piedra de toque de una cierta anomalía y ceguera intelectual que parece haberse apoderado de amplios colectivos y personas en nuestro país, empeñadas, a pesar de que todas las evidencias apuntan en otra dirección en negar los males que lo aquejan: fracaso y abandono, ausencia de excelencia, clasismo, sexismo... Y en esta relación incluyo no sólo a los partidarios de la filosofía Logse, también a buena parte de las organizaciones sindicales de la enseñanza y otros colectivos de signo pedagógico. Afortunadamente los estudios internacionales han realizados un diagnóstico certero de nuestro sistema educativo.

En fin como veis los mismos temas de siempre sin que, por lo demás, podamos decir que hemos avanzado algo...

26 agosto, 2009

Noticias que se las traen

Obsérvese el tratamiento dado por dos medios de prensa distintos a noticias que tienen que ver directamente con la igualdad.
http://www.abc.es/20090826/sociedad-/agresoras-suecia-200908261252.html
http://www.lavozdegalicia.es/genteytelevision/2009/08/26/00031251296829883742254.htm
Para que luego los papanatas sigan jugando con ideas que ya eran viejas en el siglo pasado.