Si
Simone de Beauvoir levantase la cabeza y observase los derroteros por los que
el neofeminismo - ese feminismo de nuevo cuño que ha convertido  a todas las mujeres en madres y a la
maternidad en una ideología- está llevando lo que ella entendía como liberación
femenina, seguro que pediría que la dejasen en paz  y dejasen de utilizar su nombre de forma
espuria.  
Que
décadas después de su obra colectivos  de
mujeres y partidos de izquierda, desde influyentes posiciones de poder, hayan
caído en la perversión lingüística y moral de hablar de  la custodia compartida  como régimen impuesto para defender las viejas
prácticas jurídicas y legales de que los hijos son de la mujer y por tanto tras
un proceso de separación es a ella a quien corresponde su custodia, seguro le
costaría asimilarlo.
Sin
embargo, eso es lo que está ocurriendo en nuestro país en pleno siglo XXI. 
Sin comentario.
ResponderEliminarhttp://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2012/08/03/listas-listas-chicas/0003_201208G3P17994.htm
Alberto