01 marzo, 2008

Entre el estupor y el desconcierto

Tengo que reconocer que me muevo entre el estupor y el desconcierto con esto de la igualdad y el feminismo. Por ejemplo, me sorprende muchísimo cuando la simple propuesta de una educación diferenciada para niños y niñas en el mismo centro escolar es catalogada por muchas y muchos como segregacionista, pero cada día contribuyamos más a la idea de que en la sociedad hay dos tipos de cuestiones: las generales y las de la mujer. En las generales estamos todos y todas, en las de la mujer están las mujeres. Algo así como: lo tuyo es tuyo y mío, lo mío es mío solo. Puede que la anécdota del señor Solbes salvando la legislatura en la que había ocupado un lugar más bien gris y discreto ayude a entender lo que queiro decir.

Por si no fuera suficiente con la administración exclusiva de la mujer: Instituto de la mujer, consejerías de la mujer en las comunidades autónomas, concejalías en los ayuntamientos, cátedras de la mujer en las universidades, centros de estudio de la mujer, organizaciones profesionales de la mujer etc. etc. etc. I.U. propone un Ministerio de la mujer. Si esto no es segregacionista como había que tildarlo, de separatista… o quizá pensar que como los del Señor los caminos de la igualdad son inescrutables y debemos ver recto donde los renglones están torcidos. Tengo la impresión de que para hablar de este tema encontrásemos más fuente de inspiración en la creencia que en la razón o la Ilustración. De otro modo no hay manera de entender tanta ruptura de la norma cuando de la igualdad se trata: ruptura de la norma de igualdad en lo penal, del principio de capacidad económica en lo fiscal, discriminación positiva por doquier, excepción administrativa, legal, educativa…. El número absoluto de hombres y mujeres con título universitario es parejo, pero el número de mujeres que ahora mismo lo están obteniendo es del 70 % frente al 30% de hombres. Cómo creéis que habría que caracterizar esta cuestión, cómo de desigualdad para el hombre. Buscad donde queráis algo que se asemeje a eso que no lo encontrareis, buscad sin embargo a la inversa y veréis que os aparecerá todas las veces.

Me sorprende que la reacción de algunas feministas ante el tema de la muerte de mujeres se salde elevando el tono y buscando una palabra más gruesa con la que calificarlas, ahora es: terrorismo de género. Hubo también quien se apresuró en afirmar que eso debía redundar en mayor apoyo a las organizaciones feministas. Quizá los estados de shock sirvan para eso. ¿Qué se pretende desviando la atención sobre un nuevo término? Es un nuevo término que clarifica o es un nuevo término para oscurecer las cosas. Estamos de nuevo anta una cuestión como la denominación “género” o las ya más viejas de machismo y patriarcado que significan lo que las feministas quieran que signifique en cada caso, o mejor dicho, cobran significación cuando de acusar al hombre se trata, haciéndolo un ser vil y repugnante. Hasta aquí no se ha llegado gratuitamente. Estamos en línea con Andrea Dworkin para quien el matrimonio constituía una forma de violación y las mujeres eran supervivientes (sí, el uso del mismo término que para los que habían sobrevivido a los campos de concentración nazis era intencionado). Se puede arrogar el feminismo las víctimas de la violencia de género ¿Pasará como siempre que la regla vale para los asuntos generales pero no para los de la mujer que se regirán por la que mejor parezca en cada caso? No habíamos quedado que nadie podía apropiarse a las víctimas fueran estas del terrorismo o del género. Creo que con una AVT ya hemos tenido bastante.

1 comentario:

  1. Esa reacción ante la educación diferenciada ocurre porque no la planteas correctamente.

    Si en vez de mencionar cualquier ventaja para los niños dijeses que es necesario separar a los niños y niñas en distintas aulas, porque así las niñas se verían libres de la nociva influencia de los niños que impiden el aprovechamiento de la superior capacidad de las niñas a esas edades, entonces muy probablemente obtendrías otra reacción.

    Y que conste que yo no tengo claro que esto sea realmente beneficioso para los niños. Sólo digo que habría que estudiarlo de forma seria y sin prejuicios, por gente especializada.

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