23 agosto, 2010

Feminismo radical

El feminismo radical americano  dejó de pensar en términos de sociedad para pasar a hacerlo en términos de género, el equivalente en lo relativo a los sexos, a la plusvalía capitalista en lo que tiene que ver con las clases sociales, y llegando a la conclusión de que mientras las mujeres no ocupasen los más altos puestos de poder político y los más altos reconocimientos en la ciencia y la cultura seguiríamos instalados en el patriarcado.

Y en  esa guerra de sexos todo vale, ya que el juicio sobre el hombre y lo que representa es absolutamente inmisericorde e inapelable. Lo relevante no es cómo se llegue a esos puestos de poder, lo relevante es llegar.  Todos los instrumentos son válidos: discriminación positiva, paridad por Ley, atajos de todo tipo... Si el hombre ha usurpado todo el poder para usarlo a su favor a lo largo de los siglos está absolutamente incapacitado para la crítica a las formas en que ahora lo pueda hacer la mujer.

Habla María Sanahuja en su artículo sobre: Los caminos y  los atajos de la igualdad, de que por los pelos nos libramos de que se hubiera consagrado en el código penal el delito de apología del machismo,  por eso que nadie entienda como una boutade personal de algunas la equiparación entre machismo y terrorismo, porque en buena medida el feminismo dominante ha conseguido que tengan el mismo tratamiento institucional y mediático los actos derivados de uno y otro, pero sin que nadie se haya sentido en la necesidad de explicar qué los haría semejantes.

No es que este tipo de “ideas” carezca de antecedentes en otros países, Andrea Dworkin habló de las mujeres como “survivor” en un intento de equipararlas a los supervivientes del holocausto, pero en ningún lugar del mundo han conseguido instalarse en las esferas gubernamentales de la forma en que aquí lo hacen. A efectos de ilustrar que estamos ante algo más que una llamada a una igualdad que por ningún lado se percibe, quizá convenga conocer hasta dónde ha llegado este feminismo en el plano ideológico, y, por eso, merezca la pena leer algo de lo que dice Ivon Dallaire.

Yvon Dallaire en el capítulo 2, con el título de: Las mujeres que odian a los hombres,  de su libro: Homme et fier de l’être, Option Santé, Quebec 2001, recoge una selección de textos   de este feminismo  que, en su brevedad,  revelan su consideración hacia el hombre y sus intenciones mejor que ningún tratado. Dos comentarios previos del propio  Dallaire.
 “Creéis que exagero al afirmar que existen mujeres que odian a los hombres. Sin embargo, estoy seguro de que os encontrareis con ellas en el curso de vuestra vida. Que, a veces, las mujeres puedan detestar a los hombres por lo que han hecho o por lo que les han hecho, nada debe ser más comprensible. Puedo también comprender y aceptar que no aprueben ciertos comportamientos de machos o algunas de sus prioridades de vida. Pero que algunas mujeres erijan en sistema el odio a los hombres, es todavía un paso que ningún hombre, en mi opinión, ha franqueado todavía, incluso sabiendo que existen misóginos. ¿No me creéis? Leed lo que sigue…”
“Las frases siguientes están escritas por mujeres influyentes: autoras, editoras, profesoras encargadas de cursos universitarios sobre la condición femenina (Womén’s Studies programs), estrellas de cine, políticas.... Por lo tanto, en primer lugar, mujeres instruidas e.... inteligentes.”

Por mi parte decir que, siendo la lista de frases  bastante larga,  sólo recojo unas cuantas.

“Creo que odiar a los hombres es honorable y políticamente correcto, que los oprimidos tienen el derecho a odiar a sus opresores.... Establezcamos de una vez por todas, un buen principio: los hombres mienten cuando dicen que ellos también son víctimas del sexismo; es impensable que pueda existir un movimiento de liberación de los hombres.... A largo plazo, la liberación de las mujeres liberará evidentemente a los hombres, pero a corto plazo, esto les costará la pérdida de enormes privilegios que abandonaran voluntariamente o de grado. El sexismo no es culpa de la mujeres: acusad a vuestros padres, no a vuestras madres.”
                                                                                              Robin Morgan, editora de MS Magazine

“Mis sentimientos en relación con los hombres son el resultado de mis experiencias. Tengo poca simpatía por ellos...  No valen un encogimiento de hombros. Lo que son en tanto que personas, su vergüenza o sus deseos me dejan totalmente indiferente”
                                                                                              Marilyn French, The Women’s room

“Tengo dificultad para imaginar al hombre ideal. En lo que a mí concierne, el hombre es el resultado de un gen deteriorado. Los hombres pretenden ser normales, pero todo lo que hacen, sentados aquí, con sonrisas insignificantes en su cara, es producir esperma. Es lo que hacen todo el tiempo. No paran nunca”
Germaine Greer,  respuesta en una entrevista donde ya negaba haber dicho que “el hombre ideal era una mujer con un pepino.”


“Cuanto más renombre y poder tengo, más posibilidades tengo de humillar a los hombres”
                                                                              Sharon Stone en una emisión de David Latterman

“El macho: representa una variante o desviación de una categoría de mujeres. Los primeros hombres eran mutantes.... el sexo macho representa una degeneración y una deformación de la hembra... El hombre una forma de vida desfasada... una criatura ordinaria a vigilar... un hombre-bebé... Emponzoñado de testosterona: hasta ahora se creía que la tasa de testosterona del hombre era normal... Pero cuando se considera la anormalidad de sus comportamientos, no se puede emitir más que la hipótesis de que todos los hombres sufren de envenenamiento por testosterona”
                               A Feminist Dictionary, ed. Kramarae&Treichler, Pandora Press, 1985


“¿Quién se preocupa de los sentimientos de los hombres o de sus supuestos sufrimientos? Han tenido 2.000 años de dominación y mirad lo que han hecho. Es ahora nuestro turno. Mi único comentario frente a los hombres a los que no les gusten mis propuestas es, tanto peor para vosotros, y si os metéis en mi camino, os aplasto”
                                               Liberated Women, Boronia, Herald-Sun, Melbourne, 9/2/1996

“Las relación heterosexual es la expresión más pura, la más formalizada de menosprecio hacia el cuerpo de la mujer...  La violación es el modelo heterosexual primario de relación sexual. La violación es el modelo primario de amor romántico. La violación es el medio por el cual la feminidad de una mujer es iniciada, tal como es definida por el hombre... La violación es la consecuencia lógica de un sistema de definiciones de la normalidad. La violación no es excesiva, ni aberrante, ni un accidente, ni un error, es la encarnación de la sexualidad tal como está definida por la cultura.”
Andrea Dworkin, The Rape Atrocity and the Boy Next Door                      

“Yo creo que las mujeres tienen una capacidad de comprensión y de compasión que un hombre, a causa de su estructura, no puede tener. No tiene esa capacidad porque no puede tenerla. Es incapaz.”
                                               Barbara Jordad, Former Congreswoman

8 comentarios:

  1. Hola Emilio,

    No recuerdo cómo, topé con tu blog del que me hecho seguidora.
    Gracias por estas entradas.
    Y sobre todo gracias por emplear el concepto personas.
    Por diversos motivos, he podido constatar, este odio y desprecio del feminismo radical que lejos que no solamente no ayuda a la igualdad de derechos y obligaciones de todas las personas sino lo que hace es todo el efecto contrario.

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  2. Hola Marien, quizás sea porque yo le tengo entre mis blogs favoritos. Jeje.

    Es verdad, Emilio, me gusta mucho tu página, tus denuncias, cómo tratas de desenmascarar a este grupo de fanáticas que lejos de ayudar a las demás mujeres las perjudican.

    Es cierto que las mujeres han sufrido históricamente numerosas discriminaciones en muchos ámbitos, no vamos a negar la realidad. Pero ahora, con este revanchismo, en lugar de equipararse a los hombres están creando unas desigualdades como nunca las ha habido.

    Que no, señoras, que no. No me creo que existan esas diferencias tan insalvables entre hombres y mujeres, como bien dice aquí mi amiga somos PERSONAS, no pueden condenar a alguien simplemente por razón de género. Están incurriendo en los mismos excesos que quienes aniquilaban judíos, esclavizaban negros o acusaban de brujas a las pelirrojas. Lo que existen son INDIVIDUOS, todas esas agrupaciones en base a la nación, al género o a la clase han sido creadas artificialmente y no aseguran homogeneidad alguna. ¿Por qué tantas mujeres critican sus abusos? ¿Qué son, hombres disfrazados? ¿O como le decía un grupo de abogadas abolicionistas a Marien, "mujeres alienadas", locas de la vida?

    Ojalá algún partido político dijese estas cosas, pero unos porque comparten el proyecto totalitario de las femilistas, y otros por puros complejos, apoyan a estas radicales.

    C-X

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  3. Anónimo2:43 p. m.

    Hay numerosos estudios sobre la misoginia en la historia, especialmente en la literatura. Si uno teclea en google las palabras "misoginia literatura" encontramos un total de 85.800 entradas, pero si lo que tecleamos es "misandria literatura" contamos con sólo 8.670 entradas. Además, la mayor parte de los estudios sobre comentarios misóginos a lo largo de la historia se centran en frases escritas por autores de culturas remotas en el tiempo. En cambio, para lo contrario, para encontrar sandeces dichas por mujeres respecto a los hombres, no hace falta remontarse a tan lejanas épocas, pues los ejemplos nos los proporcionan mujeres que están vivas en la actualidad, y de los que buena muestra son las citas aportadas por Emilio. Comentarios despreciativos hacia el otro sexo los hay tanto entre ellos como entre ellas, y carecería de sentido buscar quién ha dicho mayores insensateces sobre el otro sexo. Lo que sí llama la atención es la total impunidad de la que gozan en estos momentos los planteamientos misándricos en el pensamiento feminista, porque lo contrario, dicho por un varón respecto a las mujeres, traspasaría los límites de lo políticamente correcto, y conllevaría la inmediata repulsa de las teólogas de género.

    P.S. Hace unos días inserté un comentario sobre la entrada "Resultado de la Ley de Igualdad". Quiero pensar que ha existido un problema técnico, y que por ello no ha aparecido publicado. Porque sería muy triste que en este blog existiese censura.

    José Perera

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  4. Anónimo12:22 a. m.

    Recomiendo la lectura de esta entrada de un blog de una mujer que no tiene miedo de hablar claramente y que tiene mucho que ver con tu entrada, Emilio. Siento que esté en inglés pero creo que es relativamente fácil de entender.

    http://equalbutdifferent.blogspot.com/2009/09/feminism-and-sex.html

    Un saludo.

    (Pablo)

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  5. asturiano11:29 p. m.

    Emilio, no estoy de acuerdo con lo que defiendes en esta entrada en concreto.

    En mi humilde opinión la corriente de pensamiento y acción feminista que hoy conocemos como 'Feminismo Radical' ha hecho sus contribuciones a la emancipación de las mujeres de la época contemporánea.

    Creo que deberías distinguir en lo que es la "degeneración ideológica" de ese feminismo, el llamado 'Feminismo Cultural' y el Feminismo Radical propiamente dicho, tal y como hacen bastantes investigadoras de la historia del feminismo, entre ellas la socióloga Raquel Osborne. Si quieres, échale un vistazo a este enlace.

    http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01371630344505945212257/cuaderno17/doxa17_23.pdf

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  6. No soy yo el más indicado para valorar las contribuciones del feminismo radical a la emancipación femenina. Lo que a mí me interesa señalar de esta corriente del feminismo, es que con él se inicia un camino del feminismo del que se excluye al hombre, pues es al hombre a quien este feminismo hace responsable directo de la opresión femenina. También que personajes como A. Dworkin o C. MacKinnon han dicho y actuado contra la figura masculina en unos términos que el propio feminismo actual, heredero en buena medida de su legado, hace todo lo posible para evitar que salga a la pública. Por lo demás son dos personajes que tanto en sus posiciones políticas aliándose con los republicanos, como en lo cultural dejan más bien mucho que desear.
    La otra discusión aunque me parece interesante excede un poco de lo que se puede pretender en una contestación breve como ésta. Aprecio, sin embargo, en el escrito de Raquel Osborne algunas contradicciones e incoherencias en la lógica de su escrito, sin entrar a valorar los planteamientos de su contrincante que no conozco suficientemente.
    Reconozco también que en esta entrada tenía más interés en recoger el pensamiento recogido en las frases que abordar con rigor lo que este feminismo supuso en la historia del movimiento.

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  7. José Perera disculpa la tardanza en contestarte. Efectivamente no sé qué pudo pasar. En relación con el tema de la censura que espero no se convierta en un tema recurrente decirte que agradezco todas las intervenciones que por otro lado podían ser muchas más, pero también decirte que sin ánimo de censurar ninguna opinión contraria a la mía que como te podrás dar cuenta hay muchas, lo que sí es cierto que tengo borrado algún comentario, creo que uno y además lo aclaré a continuación porque contenía insultos personales y en esa cuestión no pienso ceder como tampoco lo haría con los que crea no tienen nada que ver con la naturaleza y dinámica del blog. Lo tengo dicho muchas veces creo que se puede ser duro y contundente en las ideas sin necesidad de ir a lo personal ni de insultar a nadie.

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  8. Anónimo2:46 p. m.

    Sin ir tan lejos, quedándonos con las feministas de por aquí, la fundadora del "Partido Feminista Español", Lidia Falcón, no ocultaba que su objetivo era la creación de una "dictadura de la mujer", en su "Discurso sobre el poder feminista" (página 41) afirma lo siguiente:

    "Porque si Lenin afirmaba que marxista sólo es el que hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado, debemos decir de una vez por todas que feminista revolucionaria sólo es la que hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases entre el hombre y la mujer al reconocimiento de la dictadura de la mujer, y en esto estriba la diferencia entre una feminista revolucionaria y una feminista reformista"

    (Athini Glaucopis)

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