22 septiembre, 2010

Así se escribe la igualdad


En los comentarios a la anterior noticia algunos trataban de quitarle hierro diciendo que en realidad se trataba de un pequeño número de mujeres y una cuantía económica reducida. Con razón alguien dijo que lo relevante no eran las cuantías sino el hecho de la discriminación por sexo.


Cuando lo de Ahití también la ONU actuó de la misma manera repartiendo la ayuda humanitaria entre mujeres y niños.

Quizá alguien interprete que esto  no constituye  segregación por género, o que no se produce discriminación por razón de sexo. No es mi caso, y creo que abre una peligrosa vía para justificar cualquier tipo de discriminación.

5 comentarios:

  1. Emilio, tienes toda la razón. Los hombres no sufrieron el franquismo ni el republicanismo. Simplemente, murieron.
    Y con respecto a la otra ¿noticia?, los hombres tampoco mueren de hambre en esos paises sub-desarrollados. Los muy bellacos mueren de SIDA por irse todos los días de juerga y de p***s (con un dinero que se inventan, no te fastidia). ¡Cuánta hipocresía, cuánta m...!
    Y, por último, en lo referente a la justificación de la discrimnación, tú ya lo has escrito hace poco: Titanic.

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  2. Hasta el presente la experiencia nos dice que el feminismo de género consagra aquello que el feminismo histórico decía combatir, sea lo contenido en esta entrada o sea la varias veces citada y analizada caballerosidad

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  3. Leí en algún sitio un comentario ingenioso. Decía algo así como que lo bueno del feminismo en realidad no lo inventaron las feministas, y que lo que sí inventaron en realidad no tiene nada de bueno.

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  4. Por cierto, una noticia para reflexionar sobre otros tipos de paridad:

    http://www.elmundo.es/america/2010/09/23/estados_unidos/1285264065.html?a=f1b8bb712a01d125950e1cf441768fed&t=1285273632&numero=


    http://www.slate.com/id/2267989/pagenum/all/#p2

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  5. Hoy viene un artículo en El País sobre el tema de las represaliadas en el que sin ningún empacho se habla de la represión contra las mujeres republicanas como algo de naturaleza muy diferente a lo padecido por los hombres, como si algo pudiese superar en horror a morir de un tiro en la nuca y arrojado a una cuneta.

    Sencillamente me cuesta entenderlo, o quizá no quiero entenderlo, o quizá no quiero participar en este juego macabro en el que la vida de un hombre es menos que no se sabe ya que… Me niego.

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