31 octubre, 2010

Impacto de género II

El otro día llevado de la idea de no dejar sin contestar el artículo ¿A quién afecta el recorte del gasto?, no me paré en detalles que ahora me gustaría tratar, aunque sea mínimamente. El primero sería la lectura que del contrato a tiempo parcial -una figura que en toda Europa las mujeres, y los hombres- reclaman para mejor compatibilizar vida laboral y familiar,  y que en la exposición aparece como negativa desde el punto de vista del impacto de género,  pero también el tono general del artículo en el que, por ejemplo,  la tributación conjunta en el IRPF es presentada como desgravación “a los maridos de amas de casa”, expresión que si a algo ofende es a la inteligencia.

El contrato a tiempo parcial no representa ninguna forma de contrato basura como se pretende hacernos creer, sino que  responde a circunstancias objetivas del sistema económico pues, para cubrir determinados puestos no se precisa un contrato a tiempo completo, pero es que además, para muchas personas, constituye la fórmula ideal de incorporación al mercado laboral, al que de otro modo no podrían incorporarse, y, en última instancia, representa una fórmula a la que muchos aspirarían si tuviesen ocasión para ganando algo menos poder tener más tiempo libre. Por cierto una de las más de veinte  formas subvencionadas de la contratación femenina, por ninguna del lado masculino.

 Presentarlo como negativo desde el punto de vista de género es fruto de la soberbia de quien cree que lo lógico sería trabajar a tiempo parcial pero cobrar a tiempo completo, y de ahí la negativa del lobby feminista a permitir contratos a tiempo parcial en la Administración pública, y razón por la cual se ven en la obligación presentarlo como contrato basura, cuando no hay en él nada que pueda asimilarlo a tal cosa. Lo cierto es que, ahora mismo ya, el peso en el PIB de la remuneración de los asalariados públicos es del 12 % en España, mientras que en Alemania –país federal y descentralizado- es del 7’5%. Circunstancia que no estaría mal si no fuese porque lo pagamos todos y finalmente terminará  produciendo una importante degradación de la función pública, si no la está empezando a producir ya.

Llamativo resulta también que, de las escasas partidas presupuestarias criticadas, la que más  lo sea la de los 8.000 millones del plan de obras públicas puesto en marcha por Zapatero, y que la razón aducida sea  porque el empleo creado fue sobre todo masculino -éste sí temporal y de baja calidad y a penas una mínima proporción del perdido por la crisis de la construcción- pero al tiempo olvidar que la práctica totalidad del empleo generado por las Administraciones públicas en los últimos años  ha sido femenino, y ahora hablamos de contratación como funcionario o similar  y por tanto no se trata de los contratos temporales y de baja calidad como los del plan eñe, sino más bien de lo contrario.  

O que no hay acuerdo o plan realizado por la administración pública, que no contemple ventajas, cuando no exclusividad, para la contratación femenina, por ejemplo todo lo relacionado con la ayuda a la dependencia, o dónde uno menos se lo espera, ese escuálido programa de reforma de la educación, en el que la parte más sustanciosa la constituye el hecho de que el Estado al incorporar las enseñanzas de 0 a 3 años a la red pública, asume también el compromiso de contratación de quienes hasta ahora lo venían haciendo, mujeres en el casi 100% de los casos.

Como quizá merecería la pena valorar lo que va a suponer  el que con la nueva ley del aborto sea la sanidad pública quién se haga cargo de los que se realicen en nuestro país –cerca de 100.000 al año- y se lleven a cabo en clínicas públicas o privadas. Como también tiene interés  preguntar si  en esos equipos que vigilarán el impacto de género de los Presupuestos  participará alguien más que la Asamblea estatal de mujeres que Bibiana Aído había puesto en marcha mientras fue ministra.

En fin, lo más llamativo de todo este asunto es la sensación de  seguridad por parte de las autoras de que tampoco hacía falta  poner especial cuidado en lo que decían, aún cuando el artículo se publicará en el periódico de más tirada, pues lo que la historia hasta el presente dice es que  este tipo de posiciones no acostumbran a ser contestadas por nadie.

En relación con el permiso por paternidad, en mi opinión, se suprime pura y simplemente porque es eso, de paternidad, y ya se sabe que si hay algo que pesa poco en la sociedad actual es la figura del padre, como también estaría de acuerdo y de hecho alguna vez así lo he expresado en esta bitácora en lo de no entender cómo, con una bolsa de fraude de 70.000 millones de euros,  que por sí sola representa 5 veces o más lo que el Gobierno ha decidido recortar con todas las medidas anunciadas, no se haga nada al respecto, pero no se me escapa que esa decisión correspondió a un Gobierno paritario en el que la vicepresidencia primera y la segunda, quien a su vez era la ministra de economía, eran mujeres  de las que nadie hasta el presente ha cuestionado su feminismo.

En fin, da no se qué, que alguien, capaz de ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio de la forma en que ocurre en este artículo, hable pensando que va a concitar el acuerdo general, a pesar de lo sesgado de su perspectiva de género  y el punto de vista tan interesado desde el que se pronuncia. Si a eso es a lo que nos convoca este tipo de feminismo hemos de decir que lo sentimos, pero que también nos consideramos personas con necesidades y derechos y, que el patriarcado no puede dar para justificar tanto egoísmo, tanta parcialidad y tanta inequidad.   

15 comentarios:

  1. Tengo entendido que una de las razones del mayor bienestar de países como Holanda es que allí está muy extendido el contrato a tiempo parcial, que permite a la gente, independientemente de su sexo, optar por esta forma de contratación de una manera más flexible que en España. La situación es similar en el resto de los países nórdicos e incluso en EE.UU. Los grupos feministas de esos países no parecen descontentos con que las personas puedan planificar su vida laboral y personal de manera más flexible.
    Cambiando de tema, te animo a que escribas sobre lo que apuntaste en otra entrada, el hecho de que son los hombres los que crean, construyen operan y mantienen prácticamente todo lo que significa progreso humano en este planeta. Sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor cuando paseemos por la calle. Incluso si lo hacemos delante del Parlamento Español, edificio construido y diseñado por hombres, veremos que las políticas de igualdad han emanado de parlamentos mayoritariamente masculinos.

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  2. Anónimo10:01 a. m.

    En Alemania los funcionarios y una parte muy considerable de los trabajadores por cuenta ajena pueden elegir con gran libertad entre trabajar a tiempo completo o hacerlo a tiempo parcial en una muy graduada escala de "porcentajes" (tanto las horas de trabajo como el salario se corresponden de forma directa al tanto por ciento elegido). Así, un "profe de insti" me comentaba: "Este año quiero terminar la tesis y he pedido trabajar en el instituto al 60%". Y una médico (casada con otro médico): "Como vamos a tener el niño, he decidido trabajar este año al 50%, y mi marido va a hacerlo al 70%". Yo no podía menos de mirar todo aquello con una envidia inmensa: nosotros, que tenemos el indudable privilegio de ser ambos funcionarios, habríamos renunciado con mucho gusto, durante varios años, a una parte de nuestros ingresos si a cambio se nos hubiera ofrecido una cierta libertad horaria, pero tal cosa aquí es, sencillamente imposible (por otra parte, creo que ya he comentado lo que me sucedió con cierta directora, muy feminista ella y luego "alta carga", cuando se me ocurrió pedir la reducción horaria --por lo demás, ridícula-- que me correspondía en concepto de lactancia: me amenazó con repartirme el horario entre mañana, tarde y noche, de forma que entre idas y vueltas pedería muchísimo más tiempo y, naturalmente, no podría ni ver a mi hijo).

    (Athini Glaucopis)

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  3. Es verdad, cuando se habla de estos países, normalmente se resalta la facilidad con la que las empresas y las administraciones públicas favorecen que ambos cónyuges puedan compatibilizar vida laboral y familiar, y aquí el feminismo feroz quiere cargarse uno de los principales mecanismos existentes para que tal cosa sea posible. Finalmente terminaremos hablando de que el feminismo español es diferente. Y ya son muchos los motivos que apoyan tal aseveración.

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  4. Anónimo5:28 p. m.

    En Alemania, además, a la hora de pagar impuestos los ingresos totales se dividen siempre por el número de miembros de la unidad familiar, antes de determinar el tipo impositivo, con lo que no se perjudica a las familias con hijos. En España, por el contrario, todos los gobiernos (de UCD, PSOE o PP) han entendido siempre que el sistema impositivo debe perjudicar lo más posible a las familias con hijos, y los medios de comunicación no han dicho ni "mu" (cuando alguien saca discretamente el tema se le viene a decir que eso de favorecer políticas natalistas es propio de fachas). Por no hablar ya, claro, de las ayudas directas en metálico que reciben las familias por cada hijo que tengan, o que cualquier empresa u organismo oficial un poco grande tenga su propia guardería en el mismísimo edificio... Aún recuerdo con envidia cómo en la Universidad de Friburgo los profesores y alumnos con hijos podían ir a verlos entre clase y clase.

    (Athini Glaucopis)

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  5. Anónimo6:13 p. m.

    Mirad que noticia:

    http://www.haaretz.com/print-edition/news/new-dads-secrete-hormone-that-tightens-baby-bonds-israeli-study-shows-1.308463

    (Athini)

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  6. Athini, la "ciencia de género" barrerá este hallazgo como fruto de una cultura que "pretende reforzar el patriarcado opresor utilizando la ciencia como excusa". Me gustaría escuchar lo que opina Lidia Falcón sobre este descubrimiento, que por otra parte refuerza la creencia que muchos padres teníamos al ver a nuestros hijos e hijas recién nacidos sonriéndonos de igual manera que a sus madres.

    Por cierto creo que he visto alguna opinión tuya de peso en el blog de Arcadi Espada, que este sábado se despacho a gusto con lo que él llama mujerío.

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  7. Uf, lamentablemente, desconozco el inglés.¿Alguno de vosotros sería tan amable de resumir en breves palabras el contenido del enlace colgado por Althini?
    Saludos.

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  8. Plutarco, creo que te toca, a no ser que lo quiera hacer Athini. En mi caso necesito echar mucha mano del traductor de google.

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  9. El titular del artículo dice que los padres primerizos secretan una hormona que fortalece el vínculo del padre con el recién nacido. Esto sitúa al padre en un plano de igualdad con respeto a la madre en cuanto al establecimiento temprano de estos vínculos, hallazgo que debería alegrar a las ideólogas de género. Pero me temo que la noticia no será muy publicitada en nuestra prensa nacional. El padre, al fin y al cabo, es un mero donante de semen, y de participar en la crianza debe hacerlo como una mamá II. La investigación indica que la oxitocina que segrega el padre le impulsa a interactuar con los bebés a través de juego y la curiosidad, creando un vínculo similar al que la misma hormona produce en la madre. El padre anima al bebe a explorar y jugar, lo cual eleva su nivel de oxitocina. En la madre, es el contacto físico con el bebé lo que produce resultados similares. Conclusión, que padre y madre aportan similares beneficios en la crianza temprana de los bebés...lo cual nos lleva a reclamar con más fuerza el permiso de paternidad...abandonado por "razones presupuestarias" por nuestro rojo y feminista ZP. Nuestra flamante ministra de sanidad e igualdad debería hacerse eco de esta noticia.

    (No todo lo que he escrito ha sido traducción literal del artículo, como podréis deducir).

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  10. Anónimo6:24 a. m.

    Muchas gracias, Plutarco. Pues sí, no creo que sea un hallazgo que entusiasme al feminismo de género. Muy al contrario. Mientras se pretenda que sólo la madre tiene un vínculo especial con el hijo, la custodia compartida seguirá siendo la excepción en este país, no la norma.
    Saludos.
    Raus.

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  11. Hablando del rey de Roma... Hoy "El Periódico" publica un artículo de Lidia Falcon sobre la custodia compartida:

    http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/20101103/custodia-compartida-debe-imponerse/572871.shtml

    Realmente, no tiene desperdicio.

    Presten especial atención al segundo párrafo, en que a la histórica feminista se le ve el plumero de forma descarada.

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  12. Desde luego, la noticia descalifica ese párrafo al que aludes..creo que voy a colgar mi comentario y el enlace a la noticia..para que se excite un poco esta "científica de género"...

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  13. Cierto, sin desperdicio esto de Falcón, Jeipi. Increíble la capacidad manipuladora de esta mujer. Increíble. Se saca de la manga todo. ¿Los padres no se ocupan de la educación y cuidado de sus hijos? ¿Quién dice eso aparte de ella y demás feministas? Eso me recuerda una noticia que oí hace un tiempo en un telediario de la Corte: ¡que era en el hogar donde más accidentes laborales se producían! Las víctimas principales, por supuesto, mujeres y niños. Y se quedaron tan panchos, o panchas. Lo que sí es cierto es que es en el hogar donde más accidentes domésticos se producen. Eso sí.

    Salvo que haya razones concretas (caso por caso) que desaconsejen que el padre tenga al hijo igual tiempo que la madre, la custodia compartida debe establecerse por defecto. En primer lugar, porque es derecho y deber de ambos progenitores cuidar y dar educación al hijo. En segundo lugar, porque es un derecho del niño contar, por principio, con ambos padres.

    Lo que no se puede o no se debe hacer es reclamar por un lado más implicación del padre en el cuidado del hijo cuando el matrimonio funciona y, por otro, negarle su responsabilidad y competencia paternal cuando el matrimonio se divorcia. Eso es jugar con dos varas de medir.
    Cuando a un padre se le niega su derecho a tener y cuidar del hijo sin razones concretas que lo justifiquen, ese hombre está siendo pública y legalmente reconocido (o tachado) de irresponsable respecto del retoño. Es como si la justicia le dijera: “como sabemos que usted no quiere a su hijo ni se responsabilizará de su educación, lo apartamos de él. Ya no le pertenece (o nunca le ha pertenecido).” Pero, entonces, se nos impone la siguiente cuestión: ¿Por qué ese hombre a quien se le niega el ejercicio de la tutela paternal, a quien se le dice que ese niño no es suyo, que no le pertenece, debe, no obstante, pagar una pensión por ese niño? ¿La razón de esa pensión es, únicamente, que él ha engendrado al niño? Sí, así es. La lógica perversa subyacente a la custodia no compartida es que el hecho de engendrar al hijo acarrea para el progenitor el deber de mantenerlo económicamente, mas no el derecho de tenerlo y cuidarlo.

    Y puesto que la existencia de la custodia no compartida (no paterna) indica que el pensamiento feminista dominante es que el hombre no sirve para cuidar a los hijos, todo padre (simplemente pro-genitor) debería, en lo sucesivo, quedar exonerado de cuidarlos dentro del matrimonio bien avenido. Su deber, tanto de casado como de divorciado, será, únicamente, el de mantener económicamente a madre e hijo. Nada más. Sin embargo, no es esto lo que quieren ni las mujeres en general ni las feministas en particular. Lo que quieren es lo que ya tienen: hombres obligados moral y legalmente a cuidar de sus hijos y de mantenerlos cuando el matrimonio funciona y hombres privados del derecho a custodiar a sus hijos, pero obligados a mantenerlos, cuando el matrimonio se rompe. Eso es lo que quieren y tienen las feministas: el amañamiento oportunista de cada situación.

    Lo que yo propongo es lo siguiente: hablemos con propiedad, al menos eso: mientras la custodia no compartida (no paterna) sea la norma, déjese de llamar “padre” (papá, papi, papuchi...) a ese señor que vive en casa. Llámesele, simplemente, progenitor o engendrador. Y que los niños, en lo sucesivo, aprendan a denominarlos así. Pues la ley entiende que esos señores no son papás, sino meros engendradores, meros pro-genitores. Al principio, hasta que la costumbre haga su labor, quedará raro oír a una criatura decir: “engendrador mío, dame la asignación semanal”. Pero a todo nos acostumbraremos.

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  14. El argumentario -conjunto de consignas, instrucciones, órdenes y munición retórica para disparar al contrincante-, que esgrime Lidia Falcón en este artículo en nada se diferencia, excepto quizá en la brutalidad con la que deja claro que la custodia la entiende como un asunto fundamentalmente económico, del esgrimido por muchas otras antes: Bibiana Aído y ministerio de igualdad, hombres profeministas, asociaciones de mujeres juristas, etc. como tantas veces hemos leído y comentado en esta bitácora por ejemplo en esta entrada http://personasnogenero.blogspot.com/2010/09/tareas-pendientes.html.

    Por eso no me quiero extender en rebatir “argumentos” como que la custodia compartida no se puede imponer, pero la custodia monoparental materna sí, o el olvido permanente en el que esta gente tiene a los principales afectados: los hijos, para centrar su interés, como digo más arriba en los temas económicos, o la consideración del padre como un mero mantenedor de los hijos y su madre sin derechos reconocidos ni al contacto con ellos, ni a participar en las decisiones importantes de su vida.

    Me gustaría hoy justamente resaltar esa perfecta sincronía y coordinación que se produce entre quienes se mueven es esas coordenadas, sean feministas institucionales o no, grupos de hombres profeministas de España o Iberoamérica, del feminismo de la igualdad o la diferencia, “marxistas” o no marxistas, asociaciones de mujeres juristas o de cualquier otro tipo. Pues es justamente esta gente la que habla de concertación de los varones, en tono de denuncia, para impedir que las mujeres puedan hacer esto o aquello, sin importarles decirlo desde la conciencia de pertenecer a un lobby que en este asunto o el SAP lo decide casi todo.

    Es la conocida estrategia del feminismo de denunciar no sé qué práctica reprobable del patriarcado, no para impedir que se repita, sino para justificar su uso por ellas mismas en una consideración de la ética en los métodos y los procedimientos muy singular, cuando otro lo hace: deplorable, cuando lo hago yo: entonces ya es otra cosa.

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  15. Quiero añadir algo más a todo esto de las custodias. Hace unos meses conocí a una mujer de mediana edad en una excursión con otros amigos y conocidos. Tiene dos hijas, de 7 y 12 años, si no recuerdo mal. Está divorciada. Alguien le preguntó el porqué del divorcio. No tuvo empacho en contar los motivos: él había dejado de hacerla feliz. Ya no llevaba la “vida de novios” que ella deseaba. Él ya no la sacaba al cine o a cenar. En algún momento ella le había reprochado esto a su marido y éste le contestó que “ya no somos novios, tenemos dos hijas, cariño”. Esa respuesta la descompuso, hasta tal punto de que contrajo una crisis de ansiedad que la condujo directamente al psicólogo. Al cabo de un tiempo, la señora le pidió el divorcio al marido. Lo peor que pudo decir de ese hombre es que era “un hombre bueno e inteligente”. La suegra del hombre lo sigue acogiendo como antes, como si fuera su hijo. Actualmente tienen la custodia compartida. Cuando ella comunicó a las niñas que se iban a divorciar, la pequeña se echó a llorar. La grande no dijo nada, aunque ahora está en tratamiento psicológico. El hombre vive triste y amargado, principalmente cuando sus hijas están ausentes.

    Lo diré sin tapujos: si yo fuese el juez que llevara el caso, daría la custodia al hombre. O, dicho de otra manera, se la quitaría a ella, pues ella ha demostrado que la salud psicológica de sus propias hijas está por detrás de sus sueños hollywoodienses de lo que es el matrimonio, por detrás de su egoísta felicidad personal en pareja. Eso no es tener consideración por los hijos ni mirar por su salud. Ese hombre no merece quedar privado de sus hijas medio año sólo porque a su ex le aburra su matrimonio. Esas hijas no merecen el trauma o disgusto que sufren ni verse privadas de su padre ni siquiera a tiempo parcial.

    Pero ninguna ley va a considerar que esa señora no es una buena madre. Hace un par de años dijeron en un telediario que el 67% de los divorcios están iniciados por ellas. Son ellas las que, principalmente, están a disgusto con su pareja, las que antes se desenamoran. Al parecer el marido no “está a la altura” de las expectativas de esas mujeres. Lo que tengo claro es que si las leyes negaran la custodia de los hijos a las mujeres que presenta motivos frívolos para divorciarse, más de cuatro de esas señoras que les importa más su felicidad de pareja que la salud de sus hijos se abstendrían de pedir el divorcio.

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