07 marzo, 2011

Consejo asesor de hombres y niños

Hay que reconocerles al feminismo y  las mujeres una capacidad especial para que desde hace casi dos siglos, y en particular los últimos tiempos, haber conseguido situar en la agenda política, social y cultural de buena parte de las sociedades del Planeta, sus preocupaciones y sus afanes, y hacerlo siempre con una exquisita discreción y un extraordinario éxito, éxito siempre disimulado y jamás reconocido por ellas mismas, pues en cada ocasión se trata de un nuevo comienzo en el que lo conseguido es nada y falta todo por conseguir.

Se trata de una mirada sesgada sobre la sociedad, mirada en la que sólo cabe lo femenino, más exactamente, la pretendida universal y  omnipresente discriminación femenina. Sociedad frente a la que se plantean una serie de reivindicaciones y exigencias unilaterales innegociables y  estrictas, y sin que importe la naturaleza de la petición, ni el particular momento por el que esté pasando dicha sociedad, porque en última instancia late la convicción de que, por mucho que haga la sociedad por ellas, la deuda es tan grande que jamás se verá colmada.

Lo cierto es que esas reivindicaciones que en principio tenían que ver con la igualdad jurídica, han pasado a incluir tantos aspectos: sociales, culturales, políticos, jurídicos, etc. que la impresión que a muchos nos produce es que ahora mismo quienes  debemos demandar igualdad  jurídica somos los varones, pero además debemos hacerlo a contrapelo porque la sociedad es incapaz de reconocer otra lógica que no sea la feminista por más que la condición social y cultural de los hombres se haya deteriorado extraordinariamente, como ponen de manifiesto todos los indicadores sociales, desde el empleo, a la salud, pasando por la esperanza de vida o el éxito escolar y profesional.

Pero, como revela el informe del Dr. Warren Farrell y los resultados de la comisión formada al efecto y a petición del Presidente Obama para la conformación en la Casa Blanca de un Consejo asesor de hombres y niños, la situación de los hombres americanos, extrapolable en casi todos los extremos al nuestro, muestra claramente cuál es el género depauperado en la actualidad y como se hace necesario actuar  con urgencia atajando los graves problemas que acucian a los hombres  y los niños: fracaso escolar, elevadísimas tasas de suicidio,  índices de paro y deficiente formación profesional,  concepción del masculino como género desechable, etcétera

Esta es posiblemente la necesidad también en nuestro país, pero hasta aquí no parecen haber llegado los ecos de ese cada día mayor movimiento masculino  por la igualdad. Y, mientras tanto, el mundo oficial sigue insistiendo en la discriminación de la mujer y en la adopción de medidas que las favorezcan. Y todo ello es así porque la sociedad sigue impregnada de la idea de que la única discriminación posible es hacia la mujer y, por qué no decirlo, la consideración del hombre y lo masculino como ese ser dotado de una rudeza que lo hace insensible el dolor y el abandono. 


P.S. La versión en castellano del sumario del documento de la Comisión Farrell lo encontraréis aquí. La traducción la hizo Plutarco a quien desde aquí doy de nuevo las gracias



1 comentario:

  1. Sólo puntualizar que lo que he traducido es el resumen ejecutivo inicial, el documento original es muy extenso y no dispongo de suficiente tiempo, aunque te iré pasando fragmentos que vaya traduciendo que sean interesantes. ¿Alguien ha leído en la prensa española de los últimos meses alguna mención a este comité propiciado por Obama?

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