Sabéis bien de mi preocupación por el conocimiento más cabal posible de lo que constituya el pensamiento feminista y su incidencia social, su aceptación o su rechazo, los mecanismos de su difusión y las razones de su éxito, porque tengo la impresión de que lo que sabemos de él es más bien poco, fuera de sus efectos más visibles sobre todo en las denominadas leyes de género, o de lo que sus voceras expresen a través de escritos o por cualquier otro medio, y sin embargo precisamos saberlo todo si queremos que algún día acepte que lo de la sociedad futura no puede ser cosa sólo de ellas sino de todos.
En mi opinión el feminismo constituye un paradigma, en el sentido de conjunto de creencias no cuestionadas, que hace muy difícil su crítica y su refutación. Por una parte, por su extensión ya que abarca a una mayoría del conjunto social y, por otra, porque opera como un automatismo al que la gente se refiere aún cuando jamás haya dedicado cinco minutos a reflexionar sobre el asunto de forma autónoma o a poner en cuestión alguna de las múltiples informaciones que con regularidad le llegan sobre el mismo y, esto es aplicable tanto a la gente corriente, como a intelectuales con montón de conferencias, libros, películas, o lo que sea que constituya su trabajo, a sus espaldas.
Y da igual que se trate de una conferencia de Zlavoj Zizek o un artículo de prensa de Daniel Innerarity, la referencia a las mujeres o al feminismo es en bloque, no se hace necesaria ninguna matización, ni tan siquiera para señalar que las propias feministas discrepan sobre muchas cosas. Vendría a ser algo como: el problema de las mujeres todo el mundo lo conoce y sabe su solución, sencillamente nos referimos a eso. En un ejercicio tal de ausencia de análisis y reflexión, de señalar matices y contradicciones, que luego resulta difícil entender cómo para cuestiones de menor calado las cosas puedan precisar tanto detalle o cómo es que se pueda armar una discusión enorme por una cuestión nimia, al menos en relación con lo que aquí se trata.
Que la denuncia del feminismo disidente: manipulación de la realidad, falta de rigor y deshonestidad intelectual, promoción de la guerra de sexos, etc. haya quedado circunscrita a un problema de corrientes feministas resume con bastante precisión lo que quiero expresar. De hecho las cuestiones feministas son cuestiones que se resuelven entre las mujeres y quienes parecen que puedan criticar al feminismo radical o al de género hayan de ser otras feministas, estableciéndose un coto cerrado, donde la participación masculina quede restringida a ocupar una posición subalterna como profeminista, o bien a una aceptación de lo que allí si discuta sin posibilidad de interferencia masculina que sería rechazada tanto por las partidarias de la ortodoxia como por las de la disidencia. Por mucho menos de lo que ahí se cuenta han sucumbido líderes políticos y sociales y corrientes ideológicas, en lo relativo al feminismo sencillamente ha servido para señalar una etapa más.
El hecho es que ni existe un pensamiento masculino de la igualdad, ni tampoco es posible la intervención en el debate feminista porque ese sería cosa de mujeres y como máximo cabría una posición como la que expresa Ahige en España, en la que los hombres se limitarían a seguir al dictado el pensamiento oficial. El caso Warren Farrell expresa bastante de lo que digo, justamente por su excepcionalidad. Y éste, cada día se hace más necesario si tenemos en cuenta el criterio endogámico y el funcionamiento como sindicato de intereses y defensa de su grupo que aplica el feminismo, sin importar no sólo lo que pueda pasar con los hombres, también sin preocuparse de lo de todos, como si no hubiera nada que fuera más allá de los intereses de uno u otro sexo, nada que por su naturaleza correspondiese a ambos.
Por eso no sólo hace falta un pensamiento masculino sobre la igualdad también un pensamiento que vaya más allá del género y se detenga a pensar si las cuotas y la paridad están resultando mecanismos apropiados o si el sistema representativo no está pagando un precio muy alto con la renuncia a las listas abiertas y aún con el hecho de que cada vez sean menos los que deciden sobre la vida de los partidos, y por ende sobre la democracia, o sobre cómo se está aplicando la discriminación positiva y si no se habrá ido la mano en algunos terrenos, o qué relación tenga con todas estas cosas el fracaso escolar masculino o unas cárceles atiborradas de gente como nunca antes se había visto y en unos niveles que nos separan claramente de nuestros vecinos, pues sería tanto como pedir encaje de bolillos a quien ni está preparado ni muestra disposición a aprender.
En el blog de Cultura 3.0, leo una entrevista a Susan Faludi una feminista dispuesta a ver misoginia en todas partes y conocida por sus trabajos dedicados a combatir los estereotipos negativos sobre las mujeres, y un poco después, sólo un poco después, leo en el blog Mujeres, de El País, un artículo de Ricardo de Querol, El fútbol como ritual masculino, en el que cobran vida todos los estereotipos negativos sobre los hombres y eso en ¡¡¡un lugar destinado a contar los cambios que está aportando la mujer a un mundo en transformación!!! y por alguien que ha asumido hasta sus últimas consecuencias el ideario del feminismo institucional, sea para defender el diferente trato penal a hombres y mujeres, sea como en este caso para fijar un estereotipo masculino.
Pero lo más asombroso es que tal cosa puede suceder, digamos, dentro de la más absoluta normalidad, es decir, en ese blog el próximo post puede estar dedicado a combatir un estereotipo femenino o a denunciar la pervivencia de los roles tradicionales, el autor continuará escribiendo en el mismo tono sin haber percibido que haya hecho nada extraño ni cometido ninguna incoherencia y los lectores leyendo el periódico como si nada hubiese sucedido. El paradigma feminista se ha gestado a fuego muy lento, no en vano cuenta con al menos 150 años, y sus efectos son como un mar de fondo, tanto más efectivos cuanto más difíciles son de percibir, porque en esa condición esconde parte de su éxito.
Muchas vueltas se dan cuando no se quiere o no se puede reconocer lo que a ciencia cierto sabemos del feminismo:
ResponderEliminarOriginariamente ideas fantasiosas y lunáticas, con aspiraciones supremacistas (como los fueron el sionismo, el nazismo o el comunismo, más o menos de su época)que tuvieron su protagonismo público al asimilarse con la paulatina lucha por el sufragio universal.
Finalmente, con la teoría eugenésica y la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, es la ideología que ha abrazado y hecho suya el sistema, esencialmente para desmasculinizar a los hombres,desfeminizar a las mujeres y alienar a los hijos de sus padres, todo ello con ello con el propósito de hacer más manipulable a la masa gobernada y las futuras generaciones.
Simple, poco elaborado, poco académico y politicamente incorrecto si se quiere, pero esencialmente cierto y creo que bastante esclarecedor.
Paradojas del paradigma feminista. El avance de las ministras de cuota esconde una gran dosis de paternalismo patriarcal:
ResponderEliminarhttp://www.elconfidencial.com/en-exclusiva/2011/bibiana-aido-aspiraciones-ministra-psoe-a-20110417-77579.html
El paradigma feminista y su manipulación de cifras:
ResponderEliminarhttp://www.elmundo.es/elmundo/2011/04/20/andalucia_sevilla/1303295381.html
Observa que Serrano da el mismo porcentaje que di yo en esta entrada de enero http://personasnogenero.blogspot.com/search?q=lorente
ResponderEliminarcon datos de El País y que invertía justamente la que daba Lorente quien pretendía que ese era el porcentaje que correspondía a las absoluciones.
A veces, nos gustaría ir mucho más aprisa de lo que vamos en el desmontaje de este enorme e increíble montaje, pero lo que más nos debe importar es que quienes mentimos no somos nosotros sino ellos.
Pero ya sabes, una mentira repetida varios cientos de miles de veces, se convierte en verdad. El feminismo bebe en las mismas fuentes de agitación y propaganda que los grandes totalitarismos del siglo XX.
ResponderEliminarAsombrosamente, artículo publicado en El País, aunque en su redacción del País Vasco. En excelente resumen de lo que se ha publicado en este blog sobre la brecha educativa de género y como remediar el mayor fracaso escolar masculino:
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/debe/educar/ambos/sexos/forma/separada/elpepusoc/20110422elpvas_15/Tes
Probablemente, el paradigma feminista desacredite a esta investigadora.
Plutarco, para entender mejor lo del paradigma feminista hay que echar mano de la obra de Noelle-Neuman y en particular de un fenómeno que denomina la ignorancia pluralista, en la que la gente no expresa su propia opinión sino la que cree mayoritaria, dando lugar a una sociedad donde para no molestar a los poderosos la gente esconde su propio criterio por miedo a quedar aislado si realmente dice lo que piensa.
ResponderEliminarPara el terreno de la economía, y tal como relata Félix Ovejero en un reciente artículo en El País, el último informe del FMI revela una fenómeno de esa naturaleza que acabó ocultando lo que de verdad pasaba en la economía antes de estallar la crisis. En concreto dice:
"De algo parecido a eso van las mejores páginas de un reciente documento del FMI, un verdadero acto de contrición o, en otra interpretación, un inventario de cobardías. Allí se reconoce la incapacidad de los investigadores "para decirle la verdad a los poderosos", para cuestionar los puntos de vista de las autoridades de los países ricos y de los economistas supuestamente cualificados, entre otras razones porque "el personal técnico tenía la sensación de que no contarían con el respaldo de la Gerencia si expresaban su desacuerdo", algo que se traducía en un fuerte "sesgo de información", esto es, en la disposición a recoger únicamente los datos compatibles con lo que convenía defender y que, generalizada, deriva en lo que en psicología social se llama "ignorancia pluralista": cada uno piensa que "si los otros no creen que hay un problema, es que no hay problema; yo debo de estar equivocado cuando no lo veo claro"
Muchísimas gracias, Plutarco, por las dos referencias y, muy especialmente, por la entrevista a la doctora Anne Moir: no deja de ser significativo que el diario "El País" esta entrevista haya quedado limitada a la edición del País Vasco.
ResponderEliminar(Athini Glaucopis)
En esta entrada al blog de mujeres de El País: http://blogs.elpais.com/mujeres/2011/04/el-reto-de-transformar-mentalidades-1.html#comments
ResponderEliminarhe añadido un segundo comentario que quizás origine una llamada de atención a la redacción del Pais Vasco:
"Al comentario 34, me permito adjuntarle el enlace a un informe presentado por Warren Farrell, autor masculinista norteamericano, al Presidente Barack Obama. En materia educativa, y para frenar el mayor fracaso escolar masculino, que también dobla al femenino allí, se propone incrementar el número de profesores masculinos y potenciar positivamente la figura paterna: Este es el informe:
http://bsaweekly.files.wordpress.com/2010/08/white-house-boys-to-men-program.pdf
En la edición de El País en Euzkadi, se publica una entrevista a una neuróloga británica que no descarta la educación diferenciada para superar el gap educativo de género, dado el diferente grado de maduración cognitiva entre chicos y chicas en la adolescencia. Esta es la entrevista, repito, publicada en El País: http://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/debe/educar/ambos/sexos/forma/separada/elpepusoc/20110422elpvas_15/Tes".
Os animo a seguir aportando datos a esa entrada, eso sí, sin las salidas de tono del comentarista 34 (al que no le falta bastante razón por otra parte).