28 julio, 2011

La sacralización de la figura femenina

Hay todavía un aspecto no bien aclarado ni por el feminismo de los últimos años, ni por quienes se mueven en su entorno y lo apoyan, y que se podría formular del siguiente modo: cómo una progresiva diferenciación en el trato dado a mujeres y hombres, mejor dicho a mujeres y cualquier otro ser humano: varón, niño,  anciano o disminuido nos puede conducir a la igualdad y no a todo lo contrario.

Porque lo que parece claro es que esa es la vía tomada en nuestro país en busca de una pretendida igualdad de género, marcar una clara diferencia, también en el plano jurídico, entre como se ha actuar frente a una mujer y frente a cualquier otro ser humano, en casi todos los momentos de la vida, señalándola también como el principal bien jurídico a defender en situaciones compartidas con hombres, niños o personas de todo tipo y condición. Y así está recogido en las leyes de género y nuestro ordenamiento jurídico.

Pero esa diferenciación no se reserva exclusivamente al plano jurídico y así ahora hemos de ver cómo la publicidad sólo es sexista si la figura que degrada es la de la mujer, no así la del varón que en los últimos tiempos se ha convertido en el hazmerreír de todas las situaciones, pero también  múltiples campañas para combatir la violencia contra las mujeres sin que se nos explique  por qué no la que afecta a los niños, los disminuidos, los ancianos o los varones, o por qué un trato diferente en los medios a la violencia ejercida por un varón  y la ejercida por una mujer, todavía más, el diferente trato en un servicio como la sanidad.

Que estamos en unos tiempos en que frente a una mujer lo que cabe es  presunción de veracidad como frente a un hombre presunción de culpabilidad, que cualquier insulto a una mujer particular inmediatamente se convierte por obra y gracia de la propaganda feminista, que fácilmente encuentra eco en los medios, en un ataque a todas las mujeres, mientras que una afirmación como la que hemos comentado estos días recogida en la sección de Opinión de un periódico: “…que a los hombres ya no les basta con cosernos a puñaladas, ahora quieren acabar con nosotras de una manera mucho más sutil: reducir nuestros ciclos menstruales para evitarnos "males sociales" tales como tener que usar compresas o tener dolores en horario laboral.” no merece la atención de nadie mucho menos su rechazo.

En fin, podría alargar esta entrada contando muchas otras situaciones pero creo que con lo anterior puede ser suficiente para ver cómo en este camino a la “igualdad” todo pasa por la sacralización de la figura femenina mientras la cara que más se cultiva del varón es aquella  que lo aproxima a la ignominia y, frente a esto, solo cupieran dos actitudes la “progresista y  de izquierda” que consistiría en celebrar que las cosas sean así, o arriesgarse a sufrir todo tipo de anatemas y un arsenal de descalificaciones del tipo: neomachista casposo enemigo de las mujeres.  Francamente resulta difícil creer que una política tal nos pueda conducir a algún sitio  que tenga algo que ver con la igualdad, más bien recuerda a ese paraíso de tantas creencias que finalmente deriva y acaba convirtiendo en un infierno la vida aquí. 

27 julio, 2011

Lo urgente y lo necesario

El 15M ha puesto cara y nombre a un problema que ya muchos veíamos venir y las encuestas reflejaban: el divorcio existente entre una casta política instalada en una superestructura completamente alejada de la realidad de las cosas y de las necesidades de sus  representados.


Cuando lo que hacía falta era atender los gravísimos problemas de nuestro sistema educativo puestos de manifiesto por los sucesivos informes PISA, cuando se hacía imprescindible reorientar en otra dirección un modelo económico que sólo nos podía conducir al fracaso, cuando se hacía necesario resolver importantes problemas de tipo institucional, los gobiernos del señor Zapatero decidieron que ninguna de esas era la política necesaria, que lo urgente eran las políticas de género, porque esas sí iban a cambiar la faz de este país.


Y efectivamente, la faz de nuestro país ha sido cambiada pero no parece que en la buena dirección. Los que ayer eran problemas hoy lo son más y el mundo parece haber envejecido, pero muchos y muchas parecen seguir empeñados en vivir en una burbuja donde la realidad ha sido sustituida por una ficción.

26 julio, 2011

Barra libre a la misandria

En nuestro país se publican cosas como ésta, y aquí no pasa nada.



20 julio, 2011

Noticias sobre Custodia Compartida

Recientemente Ignacio Bermúdez de Castro escribía este artículo sobre la ley de custodia compartida de Galicia con el siguiente texto:

“Parece que tendremos que esperar hasta el 2012 para que la custodia compartida llegue a la legislación gallega, y visto lo ocurrido días atrás con el recurso presentado por el Gobierno central ante el Tribunal Constitucional de la ley valenciana que fija la custodia compartida como criterio preferente, confiemos en que arribe a nuestras costas una vez haya cambio de inquilino en la Moncloa. ¿Por qué iban en este caso a tratarnos mejor que a los levantinos, si de siempre somos para Madrid los parientes pobres y nos recurren cuanta ley promulga la Xunta? Ahora bien, sería interesante que nadie se llame a engaño en lo que al futuro de este tipo de custodia se refiere. Aunque la ley gallega fuera aprobada, y el Zapatero de turno no nos hiciera la puñeta con absurdos recursos, como no se cambie la mentalidad de jueces, fiscales y equipos psicosociales, todo seguirá igual. Es decir, al menos el 85 % de las custodias son para las madres por el simple hecho de ostentar tal condición, sin entrar para nada a valorar si el padre es acreedor a ello. En España, a un hombre no le llega con probar que podría llegar a ser un progenitor custodio óptimo. Tiene que demostrar esto último, y que además la madre es nefasta, para salir medianamente airoso en lo que a sus pretensiones se refiere. Y como las madres nefastas son habas contadas, pues el correspondiente papá tendrá que conformarse con visitar a su hijo un par de días cada quincena. Curiosamente, una sociedad puede llegar a ser machista a base de pisotear los derechos del varón. Porque lo de las custodias en España no es otra cosa que eso. Machismo puro y duro.”

En lo que respecta a la ley valenciana lo que sabemos es que el Tribunal Constitucional admite a trámite el recurso del Gobierno. Lamentable, pero parece que la única política firme de este Gobierno sea la derivada de la Agenda de Género, donde nunca pierden comba y donde bajo apariencia de progresismo, se defiende la versión más perversa de un feminismo que en nombre de la igualdad está decidido a atropellarla en cada acción de las que acomete y sin reparar en quienes sean los verdaderos damnificados, en este caso los hijos, a quienes se priva de uno de los progenitores.

Elevatorgate

En la bitácora de Manu se ha suscitado un importante tema que no deberíamos dejar pasar y sobre el que sería necesario desarrollar algún tipo de respuesta ya que, a mi entender al menos, constituye la expresión más clara y contundente de la brutalidad con la que el feminismo de género ha decidido posicionarse frente a los hombres. Se trata de la voluntad absoluta y soberana para definir qué deba entenderse por acoso sexual y violación, hasta el punto de que como el caso revela una simple invitación a tomar café pueda constituir tal cosa.

http://loquepienso.wordpress.com/2011/07/11/el-universo-elegante/

11 julio, 2011

Formar emprendedores

A propósito de las declaraciones de Rubalcaba en las que decía que nuestro sistema educativo lo que forma de puta madre son funcionarios y no emprendedores como el país necesita. 

Lo siento señor Rubalcaba pero un sistema que forme emprendedores exige educar en el mérito y la capacidad, como exige formar en la autonomía y  la responsabilidad personal, como exige entender que si las Matemáticas y la Tecnología son importantes para la vida resultan imprescindibles  para  emprender cualquier proyecto empresarial y que  si nuestro sistema forma funcionarios y no emprendedores no es por casualidad, más bien es el resultado lógico de un sistema que considera perversa cualquier competitividad, que ha decidido que lo universalmente bueno es que no haya alumnos excelentes porque si no estaríamos favoreciendo el elitismo y, por eso, lo mejor es que todos sean “iguales” aunque sea iguales en la mediocridad y la ignorancia, un sistema que favorece el anumerismo y que ha decidido que el único razonamiento que la escuela debe promover es el verbal. 

Merece la pena recordar  que como relató Carlos Elías en los encuentros de Las Dos Culturas 2011, según el Ministerio, en el manual de Ciencias para el mundo contemporáneo –y aquí ya hablamos de BAC-, no debía aparecer ni una fórmula, ni una ecuación, porque eso no lo entendía nadie, todo debía estar en lenguaje literario, es decir simular que se habla de Ciencia despreciando el lenguaje científico, pero mucho más allá de eso explicar cómo es posible que en la LOE no fuera posible introducir 1 hora semanal más de Matemáticas como pedía todo el mundo y cuando ya se conocían las resultados de PISA 2003,  para ahora tener que observar  con envidia  aquellos rankings negativos  porque desde aquel momento las cosas no han hecho otra cosa que ir a peor.

Dice usted que quiere un sistema que forme emprendedores y no funcionarios, al tiempo que dice que piensa hacerlo sin modificaciones legislativas, y aquí la credulidad de uno se ve claramente desbordada porque tiene la sensación de que alguien le está diciendo que pretende construir casas sin ladrillos, pero todavía más, uno sabe por experiencia que, tal como ha sucedido en los últimos años, es muy posible que las reformas que serían necesarias no las haya pero si todas aquellas que responden a la agenda de género que se cuelan en los textos legales sin pedir permiso y sin necesidad de debate, como ha sucedido con la educación sexual recogida en la Ley del aborto, o la más reciente de incorporar la etapa de 0-3 años en la Ley de economía sostenible.

En fin, no da usted mayor garantía que su predecesor de conocer en qué punto está nuestra escuela y qué sería necesario modificar para favorecer lo que ahora es el origen de sus males, pero mucho me temo que a pesar de su proclama ésta seguirá, en el mejor de los casos, formando funcionarios y, en el peor, engrosando una legión de fracasados primero escolares y luego sociales. Las reformas de nuestra escuela exigen el valor de considerar si la composición por sexos de la enseñanza en los primeros tramos educativos es correcta, diseñar un currículo aligerado de materias pero que consiga unos buenos aprendizajes en Lecto-escritura y Matemáticas, un sistema más exigente que recupere los dictados  y la repetición de los cálculos. (¡Ojo! esto no es franquismo es lo que se hace en Finlandia).

Un sistema que no desdeñe el trabajo en casa pero que al tiempo permita que quien tiene dificultades en la suya cuente con todos los apoyos públicos, un sistema que no condene a los alumnos varones al fracaso, ya que como la propia Evaluación de diagnóstico corrobora una vez más, los resultados académicos no lo justifican, un sistema que reconozca que más allá del razonamiento verbal hay vida y, la inteligencia espacial y el razonamiento matemático, son más imprescindibles que nunca en el mundo del siglo XXI, un sistema que donde ahora hay buenismo ponga justicia y equidad y que forme ciudadanos con autonomía personal y conciencia de que al lado de cada derecho hay siempre una obligación  y que, en última instancia, lo conseguido por uno mismo da mucha más satisfacción que lo que nos es regalado.

09 julio, 2011

Evaluación general de diagnóstico 2010

Se han presentado los resultados de la Evaluación general de diagnóstico 2010 para alumnos de 2º curso de la ESO y, mi conclusión es que, el principal problema del sistema educativo, son las autoridades que nos gobiernan, incapaces para la autocrítica y especializadas en echar balones fuera, de tal modo que, aunque para cada informe modifican un poco los argumentos, siempre sitúan lejos de su responsabilidad la marcha del sistema educativo y minimizan los fallos del mismo que en el presente afectarían exclusivamente al tema de repetidores. Hasta el punto de que, la lectura que de los datos hacen, ni reconoce las diferencias de resultados según el territorio, ni las de clase social, y en su lugar se nos dice que las relevantes son las que se producen a nivel de cada centro y las que tienen que ver con las expectativas  académicas de los alumnos.

Lo cierto es que el informe revela un impresionante clasismo hasta el punto de que los hijos de las clases más bajas obtienen en las cuatro competencias estudiadas puntuaciones entre 70 y 90 puntos más bajas que los hijos de las clases más acomodadas (pag. 105 y sgtes. gráficos 4.1),  pero también el sexismo de renunciar a explicar el porqué del fracaso escolar masculino cuando los resultados de la prueba  ni lo explican ni lo justifican y, cómo no,  por qué no se atajan unas diferencias que lo que revelan son deficiencias de aprendizaje  de materias tan básicas e instrumentales como  la Lengua y las Matemáticas permitiendo que  se propaguen como una mancha de aceite por todas las etapas del sistema educativo hasta el punto de que desde la Universidad se está llamando la atención de la casi nula matricula en las carreras de ciencias mientras en otras especialidades la demanda está absolutamente desbordada aunque  no  conduzca más que al paro.


Las palabras del propio ministro el curso pasado cuando reconocía que en la provincia de Madrid había más matriculados en Derecho que en todo el Reino Unido, o las escuchadas en los encuentros de Las Dos Culturas, nos hablan de problemas gravísimos de nuestra enseñanza que parece inútil pretender ocultar y que finalmente están afectando de forma muy grave, y todavía lo harán más, al conjunto social.  Que el propio Rubalcaba despache este asunto con una ocurrencia  como que “lo que hace de putísima madre nuestra Universidad es formar funcionarios” no debiera ser de recibo cuando un día tras otro se nos niega la realidad y sobre todo no se hace nada para cambiarla.  

Un sistema educativo que, digámoslo ya, nos sitúa muy lejos de aquellos puestos a los que como país podemos y debemos aspirar y al que todos los medidores internacionales colocan en lugares de cola, incluido el ranking de las 500 primeras universidades del mundo. Un sistema que fomenta el anumerismo y que en una materia tan decisiva para el mundo del siglo XXI como las Matemáticas alcanzamos una nota de muy deficiente. Asistimos a la historia ya relatada para Suecia por Inger Enkvist  de un sistema educativo que, para conseguir la “igualdad” de género en la educación, rebaja hasta el extremo sus niveles de calidad, sin reparar en todo aquello que se pone en riesgo.  

Aquí encontraréis: el documento completo, el resumen ejecutivo y la conferencia de prensa del portavoz del Ministerio. 



P. D. Ahora  Rubalcaba nos propone un modelo que "forme emprendedores", no funcionarios, lo cual no deja de ser una forma de reconocimiento, por parte de uno de los máximo impulsores de la LOGSE, del profundo fracaso del sistema educativo, un sistema que más que dinamizar parasita a la sociedad. Es verdad que dicho en el mismo tono frívolo de las declaraciones sobre educación de los últimos años, porque pedir un sistema que forme emprendedores  al tiempo que se dice que no se van a cambiar las leyes educativas  no deja de constituir un acto de fe imposible o, lo que no es mejor, seguir hablando de la educación en tono electoral en lugar de asumir con claridad la necesidad de refundar el sistema.


04 julio, 2011

Los juegos y los hombres

Hace ya mucho tiempo colgué en la bitácora una entrada con el texto de más abajo. Ahora que me voy  a tomar unos días de vacaciones me pareció que por lo sugerente del texto era lo más apropiado para esta pequeña despedida. Qué la disfrutéis.  

Los juegos y los hombres

¿Cuál es la principal diferencia entre los jóvenes y los hombres? ¡El precio de los juguetes! Lo que parece un chiste encierra de hecho la naturaleza profunda de lo masculino: el juego. Al hombre le gusta jugar; el hombre sano toma todo como un juego: los deportes, desde luego, pero también el trabajo, la política, la economía y los amores. Incluso la sexualidad. ¿Quiere esto decir que los hombres son niños grandes?

La naturaleza del juego

El juego se define como una actividad física o intelectual no impuesta y gratuita, a la cual uno se entrega para divertirse y obtener placer. No es este el ideal de todo hombre: hacer lo que quiere, cuando él quiere, sin que haga lo que haga, le sea impuesto, con un sólo objetivo: obtener placer. No vayáis a creer que siempre, el hombre toma todo a la ligera, pues para él el juego es una cosa seria: es una actividad sometida a reglas, generalmente convencionales, y que implican un ganador y un perdedor, y en la cual el hombre demuestra su capacidad física e intelectual. Es el mejor, o el que conoce mejor las reglas, quien gana, incluso si, a veces, interviene el azar.

Juego de chicos, juego de chicas

Las chicas también juegan, pero no de la misma manera: mientras que las chicas juegan juegos de roles (muñecas Barbie y Ken, médico y enfermera, papá y mamá), los chicos prefieren los juegos de reglas: dos equipos, un balón y el establecimiento de reglas, las del fútbol, del baloncesto, del balonvolea. La definición precisa de las reglas en los diferentes juegos da nacimiento a numerosas disputas, pero los chicos parecen sentir tanto placer discutiendo las reglas como jugando al juego. Por el contrario, para evitar que el juego no degenere, los chicos han inventado una función: el arbitraje. El árbitro es, generalmente, aquél que mejor conoce las reglas.
Todos los psicólogos os dirán que los niños aprenden con el juego: las niñas aprenden a ser relacionándose, los chicos a ser por la acción. Las chicas modifican fácilmente las reglas para que todas las jugadoras encuentren placer estando juntas. Para los chicos, las reglas son sagradas; cada uno debe conocerlas y respetarlas: nada de modificarlas para evitar susceptibilidades de éste o aquel jugador. Y cuando el juego se ha terminado, pasan a otro juego. Es por eso que los hombres en general ponen el acento en el futuro (encontrar un nuevo juego), mucho más que en el pasado (intentar encontrar los errores pasados para no repetirlos o prestar más atención en el futuro)

Juego y masculinidad

Es así que, a lo largo de toda la infancia y la adolescencia, los hombres se inician en el conflicto y la competencia jugando. Según Jacklin et Maccobyo, los hombres aprenden la importancia de la resolución de la disputas y se dotan de competencias en este dominio. Aprenden a jugar, a batirse con sus amigos y con sus enemigos. Sus juegos requieren la coordinación de actividades de numerosos individuos; aprenden así a dirigir, a organizar, a estructurar. Como los juegos se desarrollan principalmente fuera de casa, los hombres aprenden también a separar lo interior de lo exterior. Es así que los hombres están mejor preparados que las mujeres para hacer frente al mundo de los negocios, la vida económica y política, mundo en el cual existen toda suerte de reglas implícitas y donde la competencia está servida.

Trabajo y juego

El aprendizaje por juego de roles (para las chicas) y por juego de reglas (para los chicos) explica porque los hombres y las mujeres no trabajan de la misma manera. Para el hombre, un trabajo de equipo de calidad se expresa con un mínimo de comunicación (directivas, encuentros, síntesis), mientras que la mujer juzga la calidad del equipo por el número de interacciones entre los miembros de éste y el bienestar de cada uno. Los hombres pueden trabajar codo con codo, en silencio, durante largos períodos. Para él, el trabajo a conseguir, el objetivo a alcanzar es más importante que el bienestar físico o emotivo de los miembros del equipo. Los hombres establecen reglas y piden a los miembros del equipo que las respeten, mientras que las mujeres las modifican fácilmente para mejorar la armonía o alcanzar el consenso. Para los hombres, el resultado (ganar la partida) cuenta más que la manera de conseguirlo
Para el hombre, entonces, el trabajo es un juego en el que es necesario conocer las reglas: son los que mejor conocen las reglas, los más competentes son los que ganan. Si hay ganadores, hay evidentemente perdedores. Los perdedores aprenden de sus errores y se dicen que lo harán mejor la próxima vez. En el mundo de los hombres, la palabra error tiene un sinónimo: experiencia. Nada de cuestionar las reglas porque hieran a alguno o por complacer a otro, eso lo haría una mujer. Las reglas están establecidas para facilitar las interrelaciones, salvaguardar al grupo y asegurar la mayor libertad individual para todos. Bien visto, el juego es un asunto muy serio para los hombres, juego del que nadie está exculpado si ignora las reglas, incluso si son tácitas y no escritas. La primera regla de todo juego es entonces que las reglas deben ser tomadas en serio, muy en serio. Y la ignorancia de la regla no exculpa ni él ni ella, incluso si se trata de una regla implícita. Una regla de trabajo muy importante es dejar las emociones de lado, sino se corre el riesgo de acabar mal o muy pronto porque alguna persona no obtiene placer.

Juego y relación hombre-mujer

Si existen tantos conflictos de pareja o guerras de sexos, es debido a la ignorancia de las reglas implícitas utilizadas por el otro sexo. Según Adrienne Mendell, si las mujeres dejaran de querer imponer sus propias reglas (variables como su humor) a los hombres y observaran a los hombres para entenderlos, vivirían ciertamente más intimidad con ellos y triunfarían mucho mejor en el mundo de los negocios porque podrían utilizar estas reglas de juego en su provecho. Por otro lado, si los hombres fueran más flexibles en la aplicación y la explicación de sus reglas, habría, seguramente, menos conflictos y menos guerras. Si ellos comprendieran que las mujeres no funcionan con las mismas reglas, vivirían seguramente con más intimidad y complicidad con ellas.
Las mujeres comprenderían también porque el hombre elabora poco su respuesta a la pregunta « Cómo te ha ido hoy en el trabajo, querido? » Mientras que el hombre responderá que todo ha ido bien, esta pregunta llevará a la mujer a contar no sólo lo que ha hecho, sino también lo que no ha tenido tiempo de hacer, lo que los otros han hecho o deberían haber hecho, así como todos los pensamientos que ha tenido a lo largo del día sobre una multitud de cosas. Par el hombre, cuando la jornada ha terminado, de nada vale volver sobre los buenos o malos golpes, más vale preparar la próxima jornada.

Juego e ilusión

A los hombres les gusta jugar, y son ganadores los que mejor conocen las reglas de juego. Los hombres buscan continuamente controlar estas reglas, y desgraciadamente, se hacen ilusiones sobre su capacidad de controlar el juego, como se puede constatar en el juego patológico. Es significativo que la mayoría de los jugadores patológicos sean hombres. Su gusto por el riesgo se transforma, a menudo, en temeridad que los lleva a jugar con la muerte, su muerte. Es también muy significativo que los deportes extremos hayan sido desarrollados por los hombres y sean practicados por hombres. Por otro lado, este gusto por el riesgo es lo que ha llevado a los hombres a atravesar los mares, a vencer la pesadumbre hasta inventar el avión y el cohete siempre a la búsqueda de nuevas sensaciones provocadas por un nuevo juego.

02 julio, 2011

Papá permiso

Cuelgo la traducción de la última entrada de la bitácora en francés: La cause des hommes, ya que aunque seguramente ciertas cosas interesaría matizarlas, creo que en lo demás tiene un gran interés. Se trata de un artículo de Anne Chemin publicado en Le Monde el 27-6-11


El título podría traducirse por: Noruega, la padre patria.


En este país escandinavo, el 90 % de los papás pasan por lo menos tres meses cerca de su recién nacido gracias al "papápermiso". En vigor desde  1993, esta iniciativa se extiende  poco a poco por Europa.


En Francia, Audun Lysbakken pasaría sin duda por un político algo inoportuno: en otoño de 2010, después del nacimiento de su hija Aurora, el ministro noruego de la infancia, de la igualdad y de la cohesión social cogió cuatro meses de baja por paternidad. Durante dieciseis semanas, Audun Lysbakken hizo las camas, fue a la compra y preparó las comidas en tanto su mujer retornaba al trabajo. "Tenía ganas de pasar tiempo con mi bebé y  mostrar que el trabajo, por importante que sea, no justifica que no se atiendan las responsabilidades familiares. Estar en casa, es a la vez preocuparse de pequeñas y grandes cosas: saber cuando comió el bebé, conocer sus costumbres, ordenar sus ropas, estar allí para la primera sonrisa "

Audun Lysbakken no tiene nada de original: algunas semanas después de su elección, el ministro de justicia, Knut Storberget, cogía una baja por paternidad de tres meses para ocuparse de su bebé, Ingrid. " Hace algunos años, estos permisos habrían suscitado sin duda una polémica gruesa, sonríe Audun Lysbakken. Pero hoy, es al revés: ¡es el hecho de no tomarlos lo que habría creado una controversia! En veinte años, las mentalidades cambiaron completamente: los noruegos consideran que es normal que los padres pasen tiempo cerca de sus niños. Si se quiere que las mujeres obtengan la igualdad en el mundo del trabajo, hace falta que las responsabilidades sean mejor compartidas en la casa. "

En Noruega, esta pequeña revolución familiar tiene un nombre: el papá permiso. A cada nacimiento, los padres, que gozan después del parto de un permiso doble de quince días, se reparten luego un permiso de paternidad de cuarenta y seis semanas indemnizado al 100 % o un permiso de cincuenta y seis semanas indemnizado al 80 %. Los pequeños noruegos pasan pues su primer año cerca de su madre y cerca de su padre: para animar a los hombres a ocuparse de sus niños, un período de diez semanas está totalmente reservada para ellos. Si renuncian a su papá permiso, estas diez semanas que la madre no puede tomar en su lugar se pierden, lo que penaliza a la familia  entera. El resultado es espectacular: en Noruega, el 90 % de los padres cogen por lo menos doce semanas de permiso paterno.


Grete Berget era ministra de la infancia y la familia cuando la ley sobre el pappapermisjon fue votada, en 1993, por un gobierno socialdemócrata. Hoy, sonríe repensando en las risitas y las dudas que había suscitado en la época esta reforma inspirada en el modelo sueco. " Nuestra voluntad era sin embargo simple, explica Grete Berget, que es hoy consejera de Mediación  para la igualdad. Veníamos de una sociedad donde el reparto de los papeles estaba muy marcado: los hombres se encargaban del trabajo, las mujeres de la familia. Ahora que las mujeres entraron sobre el mercado del trabajo, los hombres deben asumir su parte de responsabilidad en el seno de la familia. ¡ Eso es la igualdad! "


Antes de la aprobación de la ley, en 1993, únicamente el 3 % de los padres tomaba un permiso paterno después del nacimiento de su niño. Dos años más tarde, la cifra saltaba al 70 % y alcanza ahora el 90 %. "¡Es una verdadera revolución! Comprueba Elin Kvande, profesora de sociología en la universidad noruega de ciencia y tecnología (NTNU) y autora de un libro sobre la paternidad. Hoy, los padres están más próximos de sus niños y participan más activamente en la vida familiar, durante pero también después del permiso paterno. Es una buena nueva para las parejas: las encuestas muestran que cuanto más igualitarias son las parejas, menos  divorcios hay. Muchas separaciones están vinculadas a las tensiones que generan las desigualdades que persisten en el seno del hogar. "

Petter Merok, director tecnológico de Microsoft en Noruega, forma parte de estos " nuevos padres " a los que se observa en las calles de Oslo,  por la tarde,  paseando con su cochecito. Con  Olav, su hijo mayor, dejó de trabajar durante nueve meses; con Erik y Astrid, los más pequeños, cogió tres meses dos veces. Su mujer, que es cirujana,  para entonces había retomado el trabajo: Petter Merok estaba solo con los niños. " Al principio nos decimos que vamos a hacer montones de cosas extraordinarias pero, poco a poco, aprendemos simplemente a sacar provecho del tiempo pasado con los niños, según cuenta. Me acuerdo de haber hecho algunos reclutamientos para Microsoft durante este período: ¡convocaba a los candidatos en casa y manteníamos los encuentros en los parques, paseando el cochecito! "

Hoy, Petter Merok  ha vuelto a  su oficina pero sus ritmos de trabajo cambiaron: tiene la suerte de ser miembro del consejo de administración de Microsoft-Noruega,  acompaña a sus niños a la escuela cada mañana, desayuna rápidamente con un emparedado al mediodía y deja su oficina hacia las 16h 30. Las buenas costumbres adquiridas en el momento de su papápermiso parecen perdurar. " ¡ Si usted me pregunta mi parte de trabajo doméstico, diré  claramente  más de 50 %, si usted le pregunta  a mi mujer, dirá más bien el 50 %! Bromea. ¡ Mi padre y mi abuelo seguramente tuvieron una vida más fácil! Pero no lo siento: hasta los trabajos más apasionantes parecen pálidos al lado de los momentos que paso con los niños. "

Cuando Petter Merok pidió un permiso, al nacer sus hijos, Microsoft no se inmutó: como la inmensa mayoría de las empresas noruegas, acabó por adaptarse a las nuevas reglas hasta el punto de obtener, en 2011, la etiqueta " Great place to work ", particularmente debido a su gestión de las bajas por paternidad. " Hoy, la baja por paternidad forma parte de las costumbres, afirma Liv Ragnhild Teig, una de las dirigentes del Medef noruego, el NHO. Las empresas no tienen el derecho a negarlo ya que se trata de un derecho concedido a los padres. Y encuentran soluciones bastante fácilmente: reparten la carga de trabajo suplementario entre otros empleados o contratan al sustituto por algunos meses o para un año. Finalmente, esto no es muy complicado. "

Las empresas que se hacen tirar de la oreja son raras: en 2010, la Mediadora para la igualdad y contra las discriminaciones, Sunniva Orstavik, recibió sólo diez quejas que tenían que ver con el papápermiso. "Por ejemplo, el caso de un hombre al que se negó un puesto porque había declarado que deseaba coger su baja por paternidad. Ciertas empresas son reticentes pero, en general, no frenan las demandas. En cualquier caso, no pueden ya que la baja por paternidad es un derecho garantizado por la ley. Las mentalidades cambiaron realmente: los noruegos consideran hoy que es bueno para el bienestar del bebé, pasar tiempo con su papá: un padre próximo a los niños durante la infancia lo estará toda su vida."


El sistema de los permisos paternos cuesta caro, pero Noruega se lo puede permitir: gracias a su petróleo, desconoce lo que es el déficit público... Por otra parte no es su coste lo que preocupa  a los pocos opositores al papá permiso: al partido conservador es el principio de  cuotas lo que le plantea problema. "Cada familia es única, y es a ella y  no al Estado, a quien pertenece organizar la vida diaria de sus niños, afirma Julia Brodtkorb, una de las dirigentes del partido de derechas Hoyre. Con el papá permiso, la política entra en la vida familiar. El sistema es demasiado rígido: preferimos las propuestas - particularmente fiscales - del feminismo de derecha a las obligaciones impuestas por el feminismo de Estado. Hay que confiar en las familias."

El primer ministro laborista Jens Stoltenberg cuenta, por el contrario , con proseguir por el camino trazado por la ley de 1993:  el 1 de julio de 2011, la cuota reservada para los padres pasará de diez a doce semanas y, en 2012, debería alcanzar catorce semanas. El sindicato de izquierda, LO, pero también el NHO, todavía desean ir más lejos: pleitean por un permiso paterno compartido en tres, un tercio para la madre, un tercio para el padre, un tercio a elección. " Es un poco rígido, matiza el ministro de la infancia, la igualdad y  la cohesión social, Audun Lysbakken. Queremos que cada familia pueda sentarse alrededor de una mesa, discutir y compartir el permiso lo mejor posible. Una transformación verdadera y cultural está en marcha: no es necesario compartir  tres tercios para que los padres pasen cada vez más tiempo cerca de sus niños."


La instauración del papápermiso evidentemente no bastó para borrar como una goma todas las desigualdades hombres-mujeres: en Noruega, las diferencias de salario todavía se elevan el 15 %,  y las mujeres representan el grueso del batallón del trabajo a tiempo parcial y viendo limitadas sus opciones al sector público. "Estamos en una sociedad de igualdad "light" ", resume la mediadora, Sunniva Orstavik. La cuota noruega está suponiendo sin embargo una pequeña revolución que se extiende  poco a poco por toda Europa: Islandia, Alemania y, más recientemente, Portugal, escogieron reservarle una parte del permiso al padre. Francia podría un día orientarse en esta dirección: es en todo caso lo que propone el informe preparatorio de la mesa redonda sobre la igualdad hombres-mujeres que debería efectuarse el 28 de junio, bajo la presidencia de la ministra de las solidaridades y  la cohesión social Roselyne Bachelot

Debate educativo

Para casi cualquier cosa que se discuta, hay quien tiene interés en conducir el debate a una prolongación del bipartidismo reinante en lo político, al menos a nivel estatal. Escribe Rafael Feito un artículo sobre educación en El País, en el que todo el esfuerzo se concentra en “desmontar” otro  artículo reciente, éste de César Molinas y que cité más de una vez en esta bitácora, pero aún cuando Feito expresa deseos: “En su rama académica o profesional, el bachillerato debe llegar al 85 % de la población”, no  nos dice cómo teniendo en cuenta que el nivel de fracaso escolar se sitúa por encima del 30%, peor todavía parece darse por supuesto que tal cosa se pueda conseguir sin modificar  el actual sistema, al que la única crítica que realiza son los itinerarios recién aprobados en 4 º de la ESO.


Pareciera como si todo lo que, desde ya, se diga en relación con la educación haya de interpretarse en clave de o conmigo o contra mí, o eres del bando de Esperanza Aguirre o estás con las propuestas oficialistas, y no fuera posible defender al mismo tiempo una enseñanza de calidad para todos y la necesidad de la excelencia educativa, más todavía como si fuera posible sostener cualquier propuesta de mejora que no vaya precedida de la crítica a que se han hecho acreedoras las políticas que nos han conducido a la situación actual. En esta situación parece encontrarse  Feito pues,  aún cuando en su escrito cita el modelo finlandés olvida que justamente ese país, Finlandia,  ha conseguido un sistema educativo sin prácticamente fracaso escolar -menos del 4%-, al tiempo que el nivel de excelencia más alto del mundo -nada menos que 1 de cada cuatro alumnos son excelentes en ese país-, lo que por ejemplo contrasta completamente con el nuestro donde esa proporción ya se sitúa en 1 de cada 25.

Que cuando el propio Rubalcaba reconoce que "Tenemos un sistema educativo que lo que sí hace de putísima madre es formar a funcionarios" la crítica académica no haya detectado los problemas de toda índole: en el plano académico, el fracaso y abandono escolar, o la desigualdad y la ausencia de excelencia y, en el plano social, su clasismo y sexismo, su agotamiento como ascensor social hasta el punto de que desde las más altas instancias del Ministerio se nos tiene dicho que la culpa del fracaso escolar habría que buscarla en el nivel educativo de los padres, ¡cómo si la escuela no estuviera justamente para vencer esa inercia! o que en la actualidad disfrutábamos del mejor sistema educativo de nuestra historia, nos pone en la pista de otro debate que se quiere envenenar bipartidistamente.

P.S. Aprovecho para comunicaros que a partir del próximo lunes me tomo unas semanas de vacaciones.