Con el
ánimo de aportar algunos argumentos a un tema complejo en el que seguramente
sea muy difícil deslindar tantas cosas como haría falta para una interpretación
cabal del mismo, diría en relación con el título de la entrada, lo que sigue.
Luego
de que en esta bitácora se haya suscitado el tema de la necesidad de incorporar
a los hombres a las primeras etapas educativas,
el tema ha cobrado cierto interés. Desde el lado femenino se vienen apuntado,
al menos en esta bitácora, dos razones
como causantes de la feminización: uno, la vinculación de la enseñanza con un
cuidado maternal más, lo que iría en la dirección de una mayor idoneidad de las
mujeres y el otro que el desprestigio de la profesión la haría no atractiva a los ojos
de los varones que dirigirían sus pasos
en otras direcciones.
Como estoy
en desacuerdo con ese planteamiento y en relación con estas dos cuestiones ya
he hablado en varias ocasiones en la
bitácora me gustaría ahora aportar algunos argumentos más a este debate no
estrictamente relacionados con ellas.
La infantilización de la enseñanza que se señala como motivo de su feminización no sólo se produce en Primaria, sino en todos los niveles educativos incluida la Universidad. Tampoco es exclusiva de esa etapa educativa la pérdida de fronteras precisas de la profesión de enseñante y cada día que pasa los profesores, también los de secundaria, realizan tareas de cuidado y atención a los alumnos impensables no hace mucho tiempo. El fenómeno no es de Madrid y Esperanza Aguirre sino de todo el sistema educativo.
No es un fenómeno exclusivo del ejercicio del magisterio. Parece que la insistencia del feminismo sobre este punto no se está siendo capaz de evitar que las profesiones y oficios sean unisex (entiéndase como una gran preponderancia de alguno de los sexos, no como la total ausencia de uno de ellos). Claro que hasta donde yo sé si la profesión es de prestigio el argumento es que la feminización no es mala.
La mayor presencia femenina no es exclusiva de la enseñanza, se produce en enfermería y ahora entre los médicos, pero también en lo relativo a las carreras relacionadas con el Derecho, los trabajos administrativos, las carreras de letras y las profesiones a ellas ligadas: bibliotecas, escuelas de idiomas, etc. etc. Todos hemos entrado en una de esas grandes salas de, por ejemplo, el INSS y en el mar de mesas y ordenadores no encontrar más que rostros femeninos.
El
feminismo y el neofeminismo jamás denunciaron esta deriva, más bien parecen
situados a la cabeza de esta tendencia. Tampoco
entre el profesorado femenino parece que se aprecie una particular incomodidad
con lo que está pasando.
Desde
luego si los términos del fracaso escolar estuvieran invertidos en cuanto al
sexo es seguro que el fracaso escolar masculino no sólo llevaría lustros
detectado sino que se habrían arbitrado
medidas para su corrección, después de haber pasado por su denuncia como una
discriminación intolerable.
El sistema
escolar en todas sus etapas incluida la selectividad sobrevalora las
habilidades relacionadas con el razonamiento verbal, y minusvalora las
relacionadas con el razonamiento matemático y la habilidad espacial, lo cual
favorece en términos generales a las chicas.
Los
chicos son expulsados del sistema educativo no tanto por sus conocimientos
cuanto por su actitud y en general obtienen mejores resultados en las pruebas
externas que los que reciben directamente de sus profesores.
Partir
con desventaja en los primeros años de la escuela como les sucede, por término
medio, a los chicos como consecuencia de su más lento proceso de maduración
intelectual y cognitivo, conduce en muchos casos a un retraso que jamás se superará y esto
que debiera ser una de las primeras lecciones del Magisterio se interpreta con
la misma naturalidad que se acepta que haga frío en invierno.
Aun
cuando lo ideal sería el equilibrio de
sexos entre el profesorado de esta etapa, es posible que, el sexo del profesor,
no sea tan relevante, si la figura masculina no está ausente en la vida del
niño y si la enseñanza sigue protocolos
muy claros de actuación -cosa que no es característica de nuestro sistema-. De
ahí mi insistencia en la necesidad de incorporar al varón en esos momentos en
los que tantas cosas se están formando en la personalidad de niños y niñas.
http://revista.inie.ucr.ac.cr/uploads/tx_magazine/rendimiento-academico-mujeres-matematicas-mexico-aguiar-gutierrez-lara-villalpando.pdf
ResponderEliminarIgnoro qué es lo que quiere decir Aloe con esa respuesta. ¿Es que las mujeres son mejores en matemáticas que los hombres?
ResponderEliminarPara tí la perra gorda, Aloe. Ahora dime, ¿crees que debemos tomar alguna medida específica contra el fracaso escolar masculino o debemos ignorarla como sintoma de la natural inferioridad intelectual de los hombres?
Manu el neofeminismo con el paso de los días apunta con más claridad sus formas, y, como se ha señalado tantas veces en esta bitácora, sus métodos y propuestas no se diferencian en lo sustancial de las prácticas que cuando las atribuían al patriarcado consideraban reprobables.
ResponderEliminarDigamos que han perdido complejos y ya no les importa sostener que las chicas son más listas que los chicos, sea en su expresión más cruda, sea mediante eufemismos, por ejemplo, cuando primero señalan como la verdadera inteligencia la emocional, y a continuación nos dicen que en tal cosa ellas son mucho mejores.
En fin, me supongo que nos tocará tragar saliva muchas veces escuchando o leyendo lo que tengan que decir sobre educación, empleo, política, etc. Aunque en eso los que frecuentamos esta bitácora juguemos con la pequeña ventaja de que nos cogerá menos por sorpresa.
En la prensa nacional de hoy, Repsol publicita los ganadores de la primera convocatoria del Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol, con la foto adjunta:
ResponderEliminarhttp://www.repsol.com/es_es/corporacion/responsabilidad-corporativa/fundaciones/fondo-emprendedores.aspx
De los 12 ganadores, 11 son hombres y aparece una mujer. Imagino que Repsol, en tiempos de tanta corrección política, leyes de cuotas y de fotos paritarias, se habrá esforzado por encontrar candidatas que favorecieran una imagen de igualdad corporativa. Incluso las ratas de biblioteca de su servicio de documentación habrán esgrimido argumentos, respaldados por sociólogas de diversas universidades, que indiquen la idoneidad de la mujer para la actividad emprendedora. Aún así, la foto es la que se publica en la prensa, que a todas luces disparará las alarmas como anuncio sexista e inicie un proceso de reclamación de dinero público para potenciar la actividad emprendedora en las mujeres.
Por cierto, ex presidente de mi comunidad autónoma, Esperanza Aguirre, impulsó diferentes iniciativas para las mujeres emprendedoras, con notable fracaso de público, a pesar de las generosas subvenciones ofrecidas.
En situaciones de este tipo siempre tienen el recurso fácil de dictar una ley que imponga la paridad. Es lo que sucede en los consejos de administración o las listas electorales, aunque luego ese criterio no rija para la televisión pública, el número de médicos o maestros, los puestos de trabajo creados en la Administración o las plazas universitarias. En esa curiosa asimetría que llaman igualdad unas veces y paridad otras, consistente en que cuando se gana se saca pecho y cuando se pierde se impone el empate.
Eliminarcada día que pasa los profesores, también los de secundaria, realizan tareas de cuidado y atención a los alumnos impensables no hace mucho tiempo.
ResponderEliminarOjalá fuera así, pero en realidad no lo es.
De hecho, donde sí es asi es en Finlandia, por ejemplo, y esa esa la base, o una de las bases, de su éxito: la atención personalizada a cada alumno. Que el alumno importe, y sea el centro de la atención del sistema.
Aquí los profesores no quieren actuar así, lo consideran propio de la etapa infantil y primeros cursos de primaria (y algo semi-maternal y propio de las guarderías).
Quizá, si aceptaran que es parte de su trabajo y no algo indigno de ellos disminuiría la femnización de la Primaria, porque al no haber tanta diferencia entre Primaria y Secundaria en el imaginario de los profesores, uno de los handicaps para ser maestro desaparecería. Incluso dejaría de parecerles humillante que se les llamara "maestros", el apelativo más honroso que hemos inventado la humanidad para calificar a alguien... menos a ellos.
Pero esa forma de trabajar requiere más formación, más motivación y más esfuerzo, y esas son tres cualidades que no se exigen ni se cultivan en la función pública de España (ni en otros ámbitos).
(Y como el resto de la red de centros va a remolque de la pública, que es su referencia, la cosa es general)
Por supuesto, una de las ventajas de tener un sistema escolar orientado al alumno (en lugar de orientado al curriculum, a los profesores, a los reglamentos y a todo menos al alumno) es que el rendimiento de los alumnos varones mejoraría enormemente, puesto que gran parte de los menos adaptados y motivados en el sistema escolar son varones.
Pero eso es un trabajazo, y es reconocer las propias carencias. Mucho mejor es buscarse imaginarios chivos expiatorios. No mejora las cosas, pero nos carga de razón y nos permite no plantearnos nada de nuestras creencias y actitudes. ¿Qué más se puede pedir?
En cualquier caso es interesante constatar que la igualdad que aquí nos propone el neofeminismo guarda importantes diferencias con lo que se promueve en los países escandinavos, tal como aquí destaca Pelle Billing para Suecia http://www.pellebilling.com/2012/09/today-im-releasing-my-swedish-book-on-gender-issues/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+PelleBillingCom+%28Pelle+Billing+.+com+-+Gender+Liberation+Beyond+Feminism%29
ResponderEliminarEmilio, creo que deben de ser pocos los que no estén a favor de la igualdad, en este y en otros ámbitos. No cabe duda de que todos nos enriqueceríamos con una mayor presencia de maestros, hombres, en las escuelas. Lo que creo que te falta explicar es cuál tu propuesta para conseguirlo. El otro día te manifestaste a favor de dar incentivos... ¿qué propones?
EliminarRespecto a lo que comenta Aloe, estoy básicamente de acuerdo: la atención personalizada es fundamental. Ahora bien, de aquí no debemos deducir que la función de la escuela sea, o deba ser, asistencial. No creo que sea bueno convertir las escuelas en especie de centros de día para niños. Y no porque a los maestros se le vayan a caer los anillos... sino sobre todo porque educar es bastante más que cuidar.
No es cierto que todos estén a favor de incentivar la incorporación de maestros a la enseñanza. Si así fuera, seguramente surgirían muchas más propuestas sobre qué hacer para incrementar su número. Me temo que por el contrario la oposición es más fuerte de lo que parece, por ejemplo, cuando se demoniza la figura masculina. Y hay muchos ejemplos de esto.
EliminarMi propuesta sería que ahora que se está discutiendo la reforma de la enseñanza los interlocutores sindicales y políticos tomaran buena nota de este tema y avanzaran propuestas para caminar en esa dirección. Hay en cualquier caso un tema mucho más urgente que es el fracaso escolar masculino y la necesidad de que se tomen medidas claras como las que he apuntado en esta entrada y algunas otras. También he de decir en honor a la verdad que varias de las propuestas defendidas en esta bitácora han sido incorporadas a los actuales planes de reforma.
Yendo por partes te diría que no es verdad que todos estemos por la igualdad, por lo menos cuando ésta es reclamada por los hombres. Recientemente comentamos aquí un extenso reportaje de El País en el que las feministas participantes veían con buenos ojos tanto la actual feminización de la escuela, como la de la medicina. A continuación te diría que en Suecia por ejemplo los permisos paterno y materno son prácticamente iguales y aquí eso no se vislumbra ni en siglos, pero es que allí se reparte a mitades el empleo público y aquí el único que se fomenta es el femenino.
Y te digo algo más en relación con esto de la igualdad: los análisis que desde el lado feminista se hacen de lo que sucede en la Universidad no sólo soslayan que las mujeres son mayoría, hasta el punto de que en algunas carreras como medicina representan el 80%. Es que lo que destacan es ¡¡¡lo injusto y discriminatorio de que en las ingenierías y arquitectura no lo sean también!!!
Cristina dijo: Ahora bien, de aquí no debemos deducir que la función de la escuela sea, o deba ser, asistencial. No creo que sea bueno convertir las escuelas en especie de centros de día para niños. Y no porque a los maestros se le vayan a caer los anillos... sino sobre todo porque educar es bastante más que cuidar.
ResponderEliminarEducar es bastante más que cuidar, pero tambien incluye cuidar.
Tanto desde el punto de vista de la calidad de la atención y la preocupación por los alumnos y sus problemas, como desde el punto de vista legal, resulta que el cuidado forma parte del sistema, o al menos en teoría debería ser así.
Durante las etapas obligatorias de la enseñanza el Estado nos obliga a dejar a los menores en manos de unos funcionarios públicos (o agentes privados con permiso) de tal a tal hora: evidentemente la guarda de esos menores durante ese tiempo es responsabilidad de esas personas. No pueden llamarse andana, y dejar los pasillos, los lavabos, las puertas, la asistencia, el recreo, a la buena de Dios. No pueden desentenderse del acoso escolar, ni de los problemas que puedan tener los alumnos, ni de si tienen una enfermedad o un accidente. Ni de otras cosas menos obvias.
Y precuparse de dar atención personalizada implica en buena parte "cuidar": motivación, problemas de rendimiento, posibles dislexias o problemas de conducta, hábitos... ocuparse de eso es cuidar y es educaciòn, y es lo que necesitan los alumnos a los que les va mal.
Volved a leer "Mal de escuela", por favor, profesores. Debería exigirse en la oposicion.
Gracias por tu comentario, en todo caso. Como todos los que he leído tuyos, me ha gustado.