Han
tenido que pasar más de treinta años de democracia y ha tenido que ser desde el
Tribunal Supremo que se nos recuerde que el régimen de custodia de los hijos
que respeta el interés del menor es el de custodia compartida. Mientras tanto
el feminismo, los partidos políticos y el establishment han conseguido
imponernos a todos un sistema de custodia materna que quien se atreviera a
discutirlo era colocado automáticamente en el otro lado de esa línea de lo
políticamente correcto que lo convierte a uno en un don nadie.
Quizá
habrá todavía quien lo justifique basándose en esos apriorismos del feminismo
castizo que casi nunca están sujetos a debate y deliberación pública y que se
imponen con la fuerza de lo políticamente correcto: desde la emoción y las
vísceras, desde las comisiones de expertos y desde unas fuerzas políticas que
en estos temas han perdido cualquier autonomía y capacidad para pensar por sí
mismas. Pero lo cierto es que lo que ahora ha descubierto el Tribunal Supremo
es lo que muchos sabíamos desde hace mucho tiempo y no porque fuéramos más
listos, sino porque bastaba con mirar para quienes tienen en este terreno las
políticas más avanzadas del mundo: los países escandinavos.
Hace mucho tiempo que en esos países se ha convenido consensuadamente y porque así lo demuestran los hechos que el menor donde mejor acomodo encuentra, donde mejor ve garantizado su bienestar
material y afectivo, de no mediar otras circunstancias, es con dos padres, con un
padre y una madre, y eso no solo para las políticas de custodia, también en las
de reproducción asistida, adopciones, etc. Y han desarrollado políticas acordes
con este principio y así los permisos paterno y materno se fueron acercando en
duración lo mismo que las políticas de conciliación familiar y laboral, allí concebidas para ambos sexos.
Mientras tanto aquí estamos con un permiso paterno de dos semanas, las políticas de conciliación se aplican solo si eres mujer y se ha desatado una carrera para favorecer a las familias monoparentales que solo corregiremos cuando se destape la feroz censura existente para que no conozcamos sus verdaderos efectos en los menores.
Mientras tanto aquí estamos con un permiso paterno de dos semanas, las políticas de conciliación se aplican solo si eres mujer y se ha desatado una carrera para favorecer a las familias monoparentales que solo corregiremos cuando se destape la feroz censura existente para que no conozcamos sus verdaderos efectos en los menores.
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