Feminismo hasta un determinado momento y al menos en su
corriente de más peso significó igualdad y no discriminación por razón de sexo,
significó remover los obstáculos culturales, sociales y políticos que impedían el avance en esa
dirección, significó movimiento de base y debate público, significó que la
condición de feminista estaba
relacionada con luchar por ese objetivo y no por la condición de hombre o mujer
de quien lo hiciera, y por ende entendía que las actitudes “machistas” eran las
que trataban de frenar el avance en esa dirección y por tanto serían también
aplicables a hombres y mujeres… Es el feminismo de Elisabeth Badinter y tantas otras, condenadas ahora mismo al
ostracismo. Con ese feminismo yo me he sentido identificado.
Pero a partir fundamentalmente del feminismo radical y
culturalista americano y su traslación a Europa como feminismo institucional
todo eso ha dado un giro de 180º al situar el eje de la dominación no en las
estructuras sociales y culturales sino
en la sexualidad, no en la transformación global de la sociedad encontrando un
nuevo equilibrio entre los sexos, sino en cambiar la masculinidad. Porque desde ese momento todo lo anterior se
rompe: el objetivo ya no es la igualdad sino los objetivos de género, el
movimiento desde la base y el debate público desaparecen porque todo lo ocupa
un lobby que como todos los lobbies justamente está interesado en pasar
desapercibido y extender su influencia de la forma más callada posible sobre
los organismos públicos y los aparatos de Estado, los partidos políticos y los
sindicatos que finalmente serán quienes actúen como instrumentos más destacados
de su política.
Con este feminismo no solo no me siento identificado sino
que lo encuentro merecedor de ser combatido porque está provocando muchos e
importantes estragos sociales y promoviendo la idea del hombre como el lado
oscuro de la humanidad. Entiendo por eso que identificar ambas etapas con el mismo nombre no solo es equívoco, es
faltar a la verdad y dificulta saber de qué hablan los grupos feministas cuando
utilizan la palabra igualdad pero necesitan
apellidarla como de género para desnaturalizarla y convertirla en otra cosa, como
se pretende aparentar en las palabras lo que niegan los hechos, pero también como se han gestado en nuestro
país, básicamente durante los gobiernos de Rodríguez Zapatero, un conjunto de
leyes que se están mostrando terriblemente perniciosas para la convivencia como
lo recogido en este
vídeo. Por eso sostengo la
validez de un término como el de neofeminismo como una denominación adecuada
para el que ahora nos ha tocado sufrir,
-siempre que se explique con claridad qué se quiere expresar con esa denominación.
-siempre que se explique con claridad qué se quiere expresar con esa denominación.
El hecho de ser tan protegidas le da poder a la mujer, a TODAS las mujeres. Por lo tanto el poder que la mujer tiene en la sociedad es enorme, sin embargo es un poder invisible, esa protección se justifica, por lo tanto el poder de la mujer se ignora, sin embargo aún así existe. En cambio son muy pocos los hombres que llegan a tener poder visible en la sociedad.
ResponderEliminarAtentamente:
Raúl.
En el vídeo, el abogado comenta que muchos que públicamente aceptan o no critican el feminismo, si lo hacen en privado. Yo también lo he observado desde hace tiempo y lo comenté aquí en algún momento. Algunos, en estado de "in cañita véritas" se pueden pasar de vueltas y volverse chabacanos, incluso "machistas topicazos", antimujeres al estilo del feminismo pero invertido. Yo creo que esto es producto del miedo y del desconocimiento. Datos como el de esa encuesta en que sale que menos del 2% se consideran feministas hay que difundirlos para que quede claro que no se trata de un movimiento de masas, si no de un grupo de poder proporcionalmente pequeño, aunque grande en números absolutos: en España podrían ser más de medio millón de personas, que juntas pueden hacer mucho jaleo y mucha fuerza, pero son menos del 2%. Podría ocurrir como al finalizar las dictaduras de España y Portugal, lo hemos visto: en dos días se pasó de ver multitudinarias manifestaciones prorégimen a ver que, estos manifestantes eran solo los que se beneficiaban de la dictadura y poco más. Bastó que se perdiera el miedo para que se viera que la inmensa mayoría del pueblo quería democracia y no dictadura, igual que ahora sabemos que la inmensa mayoría queremos igualdad y no discriminación por muy "positiva" (esta neolengua...)que se la quiera pintar.
ResponderEliminarArturo
Creo que todos lo hemos observado Arturo, y no solo en hombres, muchas mujeres ponen en cuestión cuando salen informaciones del tipo 1 de cada 4 sufren tal o cual forma de violencia y a la hora del café o en cualquier otro momento coinciden 10 o 12 y se miran con cara de escepticismo diciendo, o sea que entre nosotras que nos conocemos desde hace años y nos hacemos todo tipo de confidencias debería haber 2 o 3, y no se lo creen claro. Como también saben que muchas mujeres utilizan todo tipo de estratagemas para quedarse con los hijos y obtener cualquier otro beneficio de una relación, aunque por supuesto se cuidarán muy mucho de decirlo donde pueda comprometerlas.
ResponderEliminarPero lo cierto es que este lobby está mostrando un poder realmente inimaginable no hace mucho, y en la mayor parte de los casos ya no a través de instituciones de las que solo forman parte féminas sino a través de las más recias y masculinas: como sindicatos, partidos políticos, grupos de profesionales de todo tipo, etc. Baste quizá con analizar la evolución del empleo público durante la crisis y su reparto por sexos o la inmensa mentira del 22% de discriminación salarial, cosa que por ejemplo los sindicatos saben que es falsa pero guardan silencio. O que en esta nueva oleada de recortes que se nos anuncia el Instituto de la Mujer sale fortalecido y con más presupuesto. Y para redondear el asunto ocupando totalmente el espacio de la opinión pública, cosa que en buena medida se encargó la Ley de Igualdad de garantizarles. Luego vino todo rodado, hasta el punto de buscar un nuevo paradigma en el que el objetivo de crítica será siempre el varón heterosexual.
Círculos de mujeres, círculos de hombres
ResponderEliminarhttp://www.elblogalternativo.com/2013/06/06/circulos-de-mujeres-circulos-de-hombres/
Por mera casualidad he llegado al artículo anterior, de contenido un tanto exotérico. Esto de los círculos de género quizás sea una nueva moda impulsada desde el neofeminismo, aunque resulta cómico...o trágico.