Este
titular habla de venganza y genocidio pero pareciera que hablase de otra cosa dada la
naturalidad con la que es acogido. Vivimos en un contraste llamativo entre lo
que está permitido para unos y para otras. Y más llamativo si cabe el silencio
que acostumbra acompañar este tipo de
declaraciones. Pareciera que para
algunas la patente de corso estuviera garantizada y la impunidad de sus actos y declaracioes fuese lo más
natural del mundo.
Las feministas de género dicen tener su razón de ser y su objetivo último en la conquista de la igualdad. Los hechos sin embargo no hacen más que desmentirlas. Quisiera desde este blog no solo denunciar la deriva neofeminista, también combatir la estigmatización de los hombres y reivindicar la dignidad de lo masculino.
29 marzo, 2014
17 marzo, 2014
Importante sentencia del Tribunal Constitucional
En cambio, el TC estima el recurso del demandante y cree que "el frecuente incumplimiento" de los preceptos constitucionales por parte "de algunos juzgados de Instrucción" es a juicio de este tribunal "grave".
"Se hace necesario reiterar que este tribunal ha declarado que el procedimiento de habeas corpus no puede verse mermado en su calidad o intensidad; y que el control judicial de las privaciones de libertad que se realicen en amparo debe ser plenamente efectivo" porque "la esencia histórica y constitucional de este procedimiento radica en que el juez compruebe personalmente la situación de quien pide el control judicial", dice la sentencia. Los magistrados recuerdan a los jueces de instrucción que "tienen la obligación de aplicar e interpretar leyes según los preceptos y principios constitucionales".
A la Fiscalía el TC le replica que "no cabe admitir su conclusión" pues el habeas corpus "establece una garantía judicial en protección del derecho a la libertad de toda persona detenida". Y en este caso "la comparecencia se realizó ante el secretario judicial y este acto no puede colmar la exigencia de que, una vez incoado el procedimiento de habeas corpus, el detenido sea oído por el juez".
15 marzo, 2014
La ley del péndulo
Lo he dicho en otro foro a propósito del libre albedrio pero deseo repetirlo aquí. Si durante décadas, básicamente a partir del segunda guerra mundial, no había corriente de pensamiento que por activa o por pasiva no se fundamentase en la tabla rasa, en esa idea de que los seres humanos venimos al mundo como si de una pizarra en blanco se tratase y en la que solo se comenzaba a escribir a partir del momento del nacimiento, y así lo expresó el constructivismo o el feminismo, hasta tal punto que, si alguien se atrevía a hablar de la biología como constituyente de la naturaleza humana, las acusaciones de racismo, sexismo o nazismo no se hacían esperar.
Durante décadas quien cuestionase que nacíamos con la mente en blanco, quien osase hablar de la biología como uno de los polos constituyentes de los seres humanos pronto era mirado con recelo y considerado como un bicho raro del que había que tomar precauciones porque ese era el territorio en el que los nazis habían desarrollado su ideología. Pero con la fuerza del péndulo las cosas en pocos años han cambiado y ahora todo parece quedar subsumido en la biología sin espacio para la educación y la cultura.
Ahora mismo la biología lo ocupa todo y pareciera que venimos al mundo con el traje que nos acompañará hasta la tumba. Hasta la ideología política heredamos. Antes lo cultural lo era todo, ahora no es nada. Antes la biología no existía, ahora algunos pretenden que lo sea todo. Confío que la cosa no dure, porque lo de antes no era cierto, pero lo de ahora tampoco. Negar el valor de la cultura es negarnos como especie. Por eso quiero reafirmar el valor de estas reflexiones de Antonio Damasio en: Y el cerebro creó al hombre.
“En realidad una de las ideas conductoras de este libro es que la mente humana consciente ha hecho que la evolución tome un rumbo nuevo precisamente porque nos ha facilitado la posibilidad de elegir, al haber hecho posible una regulación sociocultural relativamente flexible que nos permite dejar atrás la compleja organización social que, por ejemplo, presentan de una manera tan impresionante los insectos sociales.”
“La idea de que existen dos clases de homeostasis, la básica y la sociocultural, no debería interpretarse en el sentido de que la última es una construcción puramente “cultural” en tanto que la básica es “biológica”. La biología y la cultura son plenamente interactivas.”
08 marzo, 2014
Encuesta europea sobre maltrato
Son demasiadas las cosas desalentadoras de una encuesta como la que recientemente circuló en los medios de comunicación sobre el maltrato en Europa, y no es la menor la institucionalización de la desigualdad de trato que supone una encuesta sobre violencia que únicamente tiene en cuenta la sufrida por la mujer. Todas las demás la que va de la mujer al hombre, le ejercida sobre los niños, los ancianos o discapacitados, al igual que la se produce entre mujeres o entre varones al parecer no serían merecedoras ni tan siquiera de mención. Una encuesta que coincide en el tiempo con la muerte de varones en todas las fronteras: Ceuta y Melilla, Ucrania y tantos otros lugares, muertes que sin embargo jamás tendrán la consideración de género aunque pertenezcan, o quizá por eso, casi todas ellas al sexo masculino.
Pero no lo es menos la constatación de que
los 150 años de feminismo, la igualdad jurídica, el derecho al voto, el
divorcio y el aborto, la incorporación en tiempo récord de la mujer al
trabajo, casi siempre en mejores condiciones que el varón: empleo público,
trabajos administrativos y de servicios, exclusión de los de riesgo y esfuerzo:
construcción, industria, pesca, agricultura, manejo de máquinas y herramientas
pesadas, bomberos, policías, militares…,
las políticas de igualdad de género, discriminación positiva y cuotas en
realidad sirvan para tan poco.
Lo mismo que el hecho de que la mujer
concentre todos los derechos sobre la reproducción y la infancia o que, como prueba
de la falacia que supone el techo de cristal, haya mujeres en posiciones políticas tan relevantes como las
que representan Angela Merkel, Cristine Lagarde y tantas otras y sea tan
masiva su presencia en la Universidad o en sectores como la justicia, la sanidad o la enseñanza, ya
que en realidad no están significando nada porque la peor lacra: el maltrato,
lejos de menguar como recogía el editorial de El País de 6 de marzo: “… allí donde hace más tiempo que se aplican
políticas de igualdad, las mujeres entran con mayor frecuencia en confrontación
con los hombres…” todavía pueda aumentar. A estos efectos resulta demoledor que los
países con mayor violencia de género sean justamente los nórdicos.
05 marzo, 2014
Más sobre el sesgo cultural profemenino
El sesgo cultural profemenino es tan
omnipresente que por eso mismo se nos hace difícil verlo, es como el aire para
las criaturas terrestres o el agua para los peces, algo que por estar tan
pegado a nosotros terminamos olvidando que existe y aceptando que si siempre
fue así porque habría de dejar de serlo ahora.
No se trata ya de que asistamos
impertérritos ante una justicia que considera que los hijos deban estar con la
madre 26 días al mes y con el padre 4, o
que cuando la corrupción afecta a marido y mujer ellas terminen yéndose de
rositas y no tengan que dar explicaciones de un patrimonio a todas luces
desmesurado, es que ante lo que ahora mismo está sucediendo en Ucrania
pareciera que ninguna autoridad europea debiera explicar qué papel jugamos en
todo eso, o que si en programa de televisión alguien debe hacer una bufonada
mejor varón y el resto riamos la gracia.
No se trata de que la caballerosidad a
raudales se considere de buen tono, es que lo que está de moda son frases como
ésta: “El mal
de la civilización es la mente patriarcal. Y no me refiero sólo a la sociedad
patriarcal que hace que los machos predominen sobre las mujeres y tengan un
acceso más fácil al poder y a la economía. Me refiero a una forma de mentalidad
que actualmente ya todos compartimos, hombres, mujeres y niños, contaminados
por el mismo virus.” Comentada aquí .
Es que ante la epidemia de obesidad infantil las autoridades han reaccionado culpando a las
máquinas expendedoras de los colegios, y ante el fracaso de la escuela culpando
a los padres (padres y madres) y eso luego de que nada se haya trabajado con
tanto celo y dedicación como el descrédito de la figura del padre (varón) y
coincidiendo con una intensa feminización de la misma.
03 marzo, 2014
Y el cerebro creó al hombre
En realidad una de las ideas conductoras
de este libro es que la mente humana consciente ha hecho que la evolución tome
un rumbo nuevo precisamente porque nos ha facilitado la posibilidad de elegir,
al haber hecho posible una regulación sociocultural relativamente flexible que
nos permite dejar atrás la compleja organización social que, por ejemplo,
presentan de una manera tan impresionante los insectos sociales. Más bien en
estas páginas me propongo invertir la secuencia narrativa tradicional con la
que se explica la conciencia y hacerlo de tal forma que el conocimiento oculto
de la gestión de la vida preceda a la
experiencia de ser consciente de cualquier conocimiento de esta índole.
Asimismo afirmo que el conocimiento oculto es bastante sofisticado y no debería
ser considerado primitivo. La complejidad de este conocimiento es enorme y su
aparente inteligencia notable. (pág. 68-69)
La idea de que existen dos clases de
homeostasis, la básica y la sociocultural, no debería interpretarse en el
sentido de que la última es una construcción puramente “cultural” en tanto que
la básica es “biológica”. La biología y
la cultura son plenamente interactivas. (…) Resulta curioso que sea cada vez
mayor el número de pruebas de que los
avances socioculturales pueden llevar a
profundas modificaciones del genoma humano. Baste citar, por ejemplo, que la explotación
de productos lácteos y la disponibilidad de leche en la dieta condujeron a
cambios en los genes que permitieron la tolerancia a la lactosa. (pág. 439)
Y el cerebro creó al hombre. Antonio
Damasio. Ed. Destino, S. A. 2010
01 marzo, 2014
¿Matriarcado mediterráneo?
El neofeminismo afirma que en la historia
jamás ha habido una sociedad matriarcal, que el patriarcado extiende su dominio
tan lejos como seamos capaces de ver. Pero hagamos el esfuerzo de tratar de
responder, aunque sea provisionalmente, a la pregunta: cómo determinaríamos si
una sociedad histórica cualquiera fue o no matriarcal. Entiendo que buscando qué
resortes del poder controlaban las mujeres, y así, de hacer caso a lo que es
norma en nuestras sociedades, dirigiríamos nuestra mirada hacia el poder
político, económico, religioso buscando en esos lugares el sexo de quienes
detentasen el poder.
Pero hagamos una reflexión previa. Si ese
análisis lo hiciésemos para nuestra sociedad y las de nuestro entorno por
fuerza habríamos de concluir que la
sociedad en que vivimos no solo es patriarcal sino que las mujeres carecerían
de cualquier resorte de poder. Y de nuevo otra pregunta: ¿de verdad están tan
carentes de poder las mujeres en nuestra sociedad? Vivir más años, gozar de
mejor salud, estar liberadas de los trabajos de riesgo y esfuerzo, tener el
monopolio de la educación de los hijos, imponer la visión moral de la sociedad,
gozar de unos medios de comunicación que no se cansan de repetir una imagen de
mujer llena de cualidades positivas, en contraste con la que proyectan del
varón…
¿No será tal vez que no estamos mirando de la forma adecuada? ¿Todas esas cosas no expresarían mucho
mejor el poder real de las mujeres que
la simplificación del sexo de quien esté a la cabeza del poder político,
económico o religioso? En mi opinión sí. Por eso no estaría tan seguro de la rotundidad
con la que Carlos García Gual descarta en el prefacio de la Odisea de Homero la
posibilidad de que los rasgos de la
sociedad en la que discurre el relato pudieran
estar indicando mucho más de lo que él está dispuesto a admitir, en párrafos
como éstos:
En
el relato, todas las mujeres reciben muestras de un refinado respeto. Así
sucede con la bella Helena, quien habita su palacio de Esparta junto a su
esposo Menelao y recibe al joven Telémaco con ejemplar cortesía. Tanto ella
como Menelao recuerdan a Odiseo con
cordial afecto y con una cierta nostalgia de los lejanos días de Troya. Aquí no
se insinúa ni el más mínimo reproche a la bella adúltera que motivó su rapto la
terrible guerra. Paris quedó olvidado, y los reyes de Esparta recuerdan
discretos su retorno un tanto azaroso. Parece sintomático de ese clima
moral de la Odisea que hasta una
sirvienta como Euriclea recuerde con qué respeto la trató Laertes cuando la
adquirió como esclava y la tuvo en su palacio. (El respeto hacia las mujeres no
significa, en cambio, una actitud de extrema tolerancia con su sexo: las
sirvientas que en palacio se mostraron demasiado amables con los pretendientes
reciben como pago un duro castigo: todas ellas son ahorcadas en el patio por
orden de Odiseo, en una escena que al lector moderno puede parecerle de notable
crueldad).
Se
ha sugerido alguna vez que la importancia de algunas figuras, como la reina Arete en Feacia, a la que
Odiseo acude en primer lugar en sus súplicas, podría verse como el reflejo de
un antiguo matriarcado. Pero tal institución es una mera conjetura, y un
matriarcado mediterráneo es una invención sin base firme.