Son demasiadas las cosas desalentadoras de una encuesta como la que recientemente circuló en los medios de comunicación sobre el maltrato en Europa, y no es la menor la institucionalización de la desigualdad de trato que supone una encuesta sobre violencia que únicamente tiene en cuenta la sufrida por la mujer. Todas las demás la que va de la mujer al hombre, le ejercida sobre los niños, los ancianos o discapacitados, al igual que la se produce entre mujeres o entre varones al parecer no serían merecedoras ni tan siquiera de mención. Una encuesta que coincide en el tiempo con la muerte de varones en todas las fronteras: Ceuta y Melilla, Ucrania y tantos otros lugares, muertes que sin embargo jamás tendrán la consideración de género aunque pertenezcan, o quizá por eso, casi todas ellas al sexo masculino.
Pero no lo es menos la constatación de que
los 150 años de feminismo, la igualdad jurídica, el derecho al voto, el
divorcio y el aborto, la incorporación en tiempo récord de la mujer al
trabajo, casi siempre en mejores condiciones que el varón: empleo público,
trabajos administrativos y de servicios, exclusión de los de riesgo y esfuerzo:
construcción, industria, pesca, agricultura, manejo de máquinas y herramientas
pesadas, bomberos, policías, militares…,
las políticas de igualdad de género, discriminación positiva y cuotas en
realidad sirvan para tan poco.
Lo mismo que el hecho de que la mujer
concentre todos los derechos sobre la reproducción y la infancia o que, como prueba
de la falacia que supone el techo de cristal, haya mujeres en posiciones políticas tan relevantes como las
que representan Angela Merkel, Cristine Lagarde y tantas otras y sea tan
masiva su presencia en la Universidad o en sectores como la justicia, la sanidad o la enseñanza, ya
que en realidad no están significando nada porque la peor lacra: el maltrato,
lejos de menguar como recogía el editorial de El País de 6 de marzo: “… allí donde hace más tiempo que se aplican
políticas de igualdad, las mujeres entran con mayor frecuencia en confrontación
con los hombres…” todavía pueda aumentar. A estos efectos resulta demoledor que los
países con mayor violencia de género sean justamente los nórdicos.
Por desgracia no veremos una inversión similar en estudios sobre otros tipos de violencia como los que mencionas. Vaya a ser que muestren datos que contradigan la narrativa oficial (como pasó con el informe del CDC). Hay demasiadas personas que viven de este discurso a través de subvenciones, respaldados por los gobiernos de turno. Y además cuentan con la complicidad del mundo universitario. Pero a los pocos estudios que haya, tendremos que darles difusión desde nuestros sitios.
ResponderEliminarCómo cambian las cosas cuando el afectado es uno
ResponderEliminarhttp://www.diarioinformacion.com/elche/2014/03/12/soler-aboga-revisar-ley-violencia/1478794.html
Interesantísima la noticia. Como no podía ser menos, cuando un socialista nota en sus propias carnes hasta qué punto es injusta la ley de violencia de género, entonces descubre…, que la culpa es del PP. La continuación no es menos interesante: mensajes de apoyo de Rubalcaba:
Eliminarhttp://www.diarioinformacion.com/elche/2014/03/12/apoyos-rubalcaba-oscar-lopez-ximo/1478793.html
(athini_glaucopis@hotmail.com)
Estos enlaces son oro puro. Hay que "mejorar" la ley, dice. Creo yo que lo ha expresado así porque quien no preste atención entenderá "mejorar" con seguir machacando a los mismos, aunque pretenda lo contrario.
ResponderEliminarRecuerdas aquel caso que creo recordar trajiste tú a la bitácora de la feminista que cuando le tocó a su hijo, entonces sí la ley se había equivocado. Nunca más volvió a manifestarse sobre el asunto. La hipocresía no tiene límites.
ResponderEliminarSí, la de Judith Grossman. No recuerdo si la traje yo o no, pero desde luego la conozco e ilumina bastante bien el asunto.
ResponderEliminarhttp://online.wsj.com/news/articles/SB10001424127887324600704578405280211043510
Y aquí la respuesta de Paul Elam, quizá no muy elegante con el título pero muy acertado en todo lo demás:
http://www.avoiceformen.com/feminism/fuck-you-judith-grossman/
Carlos, a veces esto de internet juega alguna pequeña jugarreta ya que cuando escribí mi último comentario no había visto el tuyo y ese recuerdas iba dirigido a Athini, por el caso del hijo de Marina Mayoral que en su día también fue acusado y su madre salió en su defensa a través de las páginas de La Voz de Galicia. En cualquier caso lo que aportas está muy bien y pone a prueba los silencios que solo se rompen cuando la cosa toca de cerca.
ResponderEliminarBueno, al menos este pequeño error nos ha hecho conocer casos que desconocíamos. No estaba familiarizado con el de Marina Mayoral.
ResponderEliminarDe todas formas me gustaría señalar que según la manera que tiene el feminismo institucional de medir el número de denuncias falsas, Soler no es inocente. Sólo "absuelto por falta de pruebas", o lo que es lo mismo, culpable hasta que se demuestre lo contrario. Porque el caso de Soler no es una denuncia falsa, según los parámetros que ellos mismos siempre nos han mostrado. Las denuncias falsas son "un mito". Si no se prueba activamente que la denuncia es falsa, algo muy difícil de llevar a cabo, no se considera como tal.
Yo no conocía el de Judith Grossman, y es realmente interesante. Muchas gracias
Eliminar(Athini Glaucopis)
Para el caso de Soler hay que tener en cuenta que no se ha aplicado un principio que es muy habitual según el cual la palabra de la mujer es suficiente prueba. Que Soler sea abogado seguro que le habrá ayudado a salir airoso de una situación en la que cualquier otro podría tener muchas más dificultades.
ResponderEliminarTiene que haber bastantes más casos por el estilo, pero no hacen titulares ni abren los telediarios. Yo me enteré de los tres casos aquí tratados por esta bitácora y no por la prensa, y, aunque no debore períódicos, me informo más que la media de este país.
ResponderEliminarEstos casos, ni cien casos como estos, van a hacer mucho para que las cosas cambien: nadie aprende en cabeza ajena.
Arturo