17 noviembre, 2007

100

Un poco por casualidad me he dado cuenta que esta es la entrada número 100 del blog y aunque no haya grandes cosas que celebrar, quiero aprovecharla para animaros a continuar en esta verdadera tarea de pioneros y, cómo no, a perderle el miedo a expresarse abiertamente. Bastante lamentable es que muchos hombres permanezcan mudos por miedo a represalias. La libertad como siempre hay que ganarla ejerciéndola. Lástima que no parezca formar parte del ideario feminista el debate abierto y democrático.

En mi caso, y como ya dije en algún otro sitio, el pasar de la cincuentena me da una perspectiva de las cosas muy difícil de arrebatarme (de otro modo lo tendría crudo) o de tergiversar, porque es mi propia biografía y, en relación con ella, de algunas cosas estoy seguro, como de que hubo muchos momentos en los que no he dudado en ponerme del lado de cuantas demandas de las mujeres me parecieron justas, como seria reescribir la historia negar que en el ideario de todos los que participamos en el combate contra el franquismo y por las libertades no sólo pensábamos en la libertad de expresión, o en la legalización de los sindicatos, también en la plena igualdad jurídica de hombres y mujeres, en leyes como la del divorcio y tantas otras que hicieran real esa igualdad, y en ese combate estábamos juntos hombres y mujeres y mujeres y hombres y no precisábamos para nada del género para saber ponernos en el lugar del otro, en mi caso de la otra.

Por eso descubrir 20 años más tarde que uno por ser un varón pertenece a un grupo dominador y abusador, un grupo cuya vocación es mantener sometidas a las mujeres, un ser que lo mejor que se puede hacer con él es cambiarle su naturaleza, me parece un sarcasmo inadmisible, que como no puede ser de otro modo estoy decidido a combatir, y al servicio de esa idea he puesto este blog.

En relación con la “igualdad” hay muchos tabúes y no es el menor la autocensura y el miedo con el que muchos hombres afrontan la idea de pronunciarse sobre las muchas injusticias que a diario se viven en relación con tantos asuntos con ella relacionados.

Es un tabú el hecho mismo de que nadie, y con ese nadie me refiero a alguien realmente relevante en el panorama político, social o cultural, se haya decidido a ponerle voz a tanto silencio, se haya decidido a ponerle voz y freno a tanto dislate. Es difícil entender, en un país en el que cualquier cosa puede ser motivo de controversia y de debate, el silencio espeso que sobre estos asuntos reina y donde de escucharse alguna voz, siempre es del mismo lado. Aquí si que parece vigente un pacto de silencio, como si las palabras pudieran desbaratar tanto tinglado.

Pero de lo que no me cabe duda es de que la pequeña brecha que estamos abriendo, el pequeño espacio de libertad que estamos creando no puede más que ensancharse y crecer, porque no es sólo ya que se estén cometiendo injusticias cada día contra el hombre y eso no deba permanecer callado es que, aunque así no fuera, en un momento como el presente en el que a la sociedad se le está dando una vuelta como de calcetín, no debe suceder que los hombres permanezcamos mudos y en silencio.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena, Emilio. Ánimo y ¡sigue así!

    ResponderEliminar
  2. Anónimo11:43 p. m.

    *(Fran) La verdad es que es penoso, el estruendoso silencio de tantísimos hombres, la inmensa mayoría, que no tienen nada que objetar ni que decir.

    El mayor logro del feminismo-hembrismo en este país, sin duda para mi, es el haber convertido en tabú hablar sobre las problemáticas y discriminaciones que sufrimos los hombres, o la crítica hacia el feminicentrismo del que adolecen tantas leyes y puntos de vista ampliamente defendidos en la actualidad desde todos los púlpitos mediáticos en occidente.

    Gracias Emilio, un saludo y mucha, mucha suerte en esta aventura que encabezas!!

    ResponderEliminar