20 noviembre, 2007

Lecciones de feminismo de género

La Humanidad está dividida en dos mitades: varones y mujeres. Como los primeros dominaron hasta el presente, y lo hicieron como lo hicieron, ahora y por muchos siglos se van a enterar de lo que vale un peine.

La clase de las mujeres está constituida, en esencia, por abnegadas madres que deben compaginar el trabajo fuera y dentro de casa, su condición más característica es la pobreza y la entrega a los demás, viviendo subyugadas a sus maridos, padres, hijos, ….. Eso de que existían y existen mujeres que no dan palo al agua es una mentira más de las muchas del patriarcado.

La clase de los hombres está constituida por unos seres de los que los rasgos más característicos son: la violencia, la competitividad, la prepotencia, viven como padres ausentes y de los que se desconoce su lado bueno. Las historias aquellas de emigrantes esforzados no esconden más que aventureros capaces de abandonar a sus familias, lo de los pluriempleados si algún día fue verdad, sería porque poco se debía trabajar en cada empleo. La de los padres amantes de sus hijos, pertenece al género de la ciencia ficción.

Las tareas del hogar hay que compartirlas, de las otras ya se encargará… ¿el mercado? ¿ellas? ¿ellos? ¿el feminismo de género? ….

Los hombres y mujeres debemos ser iguales en derechos y deberes, pero nada hay de malo en que la obligación de hacer la mili sea sólo de ellos, incluso la de ir a la guerra, ese invento es suyo, o viajar en cayuco, trabajar en la mina, la construcción o en alta mar… Para todo lo demás: ocupar cargos políticos o de representación, cátedras universitarias, participación en los consejos de administración, ahí sí sería una muestra más del machismo de la sociedad el que no se mantuviera la paridad. Incluso que las mujeres gocen de una administración paralela encargada de promover y proteger sus cosas. Nadie se debe soliviantar tampoco porque desde un medio público de comunicación se celebre que la inmensa mayoría de los que superaron las pruebas de fiscal sean mujeres, rácano, por no decir otra cosa, sería quien no quisiese reconocer su superioridad como estudiantas de Derecho….

También es fácilmente comprensible que, por el bien de los hijos, en caso de separación sea la madre quien mantenga la custodia de los mismos. La custodia compartida no es más que una trampa de los maltratadores, dividir a los hijos por la mitad no puede ser más perjudicial para ellos. Incluso es lógico que ella se quede en el domicilio familiar, sigue siendo lo mejor para los hijos. Que después de las pensiones respectivas, a él no le quede dinero, no ya para una vivienda del mismo nivel, sino para cualquier vivienda y tenga que irse a vivir a la calle, ¡ya se encargarán las estadísticas de demostrar que las pobres son ellas, aunque cada día todos veamos un mayor número de varones vagabundos y mendigos¡.

Si un adolescente varón colecciona revistas pornográficas, qué vergüenza, pero en fin, es lógico, los hombres son todos unos salidos, algunos incluso unos cerdos salidos. Las chicas que coleccionan juguetes eróticos demuestran no sólo que saben estar al día y gozar de su cuerpo también su independencia y su madurez.
Basta con mirar cámara café para ver la diferencia, cómo ellas saben lucir sus encantos, mientras ellos, sobretodo uno de ellos, sí el más graciosillo, no puede disimular su baboso comportamiento que solo esconde aviesas intenciones.

Antes se decía que los hombres eran más inteligentes porque triunfaban más, pero no era más que una falsedad de la sociedad machista. Ahora se dice que las mujeres son más inteligentes emocionalmente, pero que nadie, por dios, vaya a comparar una cosa con otra, porque una cosa es hablar de inteligencia y otra bien distinta hablar de inteligencia emocional, de la que según todos los estudios se desprende que las mujeres obtenemos mejores resultados y eso nos hace más capaces para la vida, lo cual nos da una cierta superioridad, superioridad que nadie debe entender como prepotencia como se entendía antes por los hombres con aquello de que eran más inteligentes, cosa que por otro lado está requetedemostrado que no es cierta, al contrario que lo de la inteligencia emocional…..

¡Que no quieren caldo, dos tazas¡ ¡Qué tanto hombre del tiempo¡ Ahora se van a enterar de lo que vale un peine y comprueben que en adelante no va a haber más que mujeres del tiempo, y comentaristas deportivas y no comentaristos como hasta el presente, incluso se enterarán de lo que cansa escuchar como sintonía de la vuelta ciclista una canción no instrumental, sino una con voz y letra, para que aprendan bien la lección….. ¡Qué tanto aguantar y tanta consideración¡ Que no se merecen nada, qué hay que ver cómo nos trataron y nos siguen tratando, envidiosos de nuestros éxitos.

Desde algunos medios de comunicación se sostiene que las universidades y los centros de investigación, los tribunales de justicia y de los otros, las reales academias y demás que no mantienen una representatividad paritaria no pueden catalogarse más que como instituciones machistas. Claro, que luego sorprende que esa misma regla no la apliquen para sí y si el director es hombre, lo es el 99% de los que escriben en su sección de opinión, o la totalidad de sus humoristas, o …….. En fin, la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. ¡Ojo¡ sólo pretendo señalar la incoherencia y el oportunismo. Para mi las instituciones deben estar ocupadas por aquellos o aquellas que hayan hecho mérito para estar. Desde luego para nada comparto que los premios se entreguen un año a ellos y al siguiente a ellas. Me parecería tan absurdo como exigir que en el quiosco hubiese el mismo número de revistas masculinas y femeninas, o que del presupuesto familiar hubiese que dedicar las mismas cantidades a cosméticos para él y para ella.

Leí recientemente en El País una carta al director firmada por mujeres en las que negaban cualquier autoridad moral a las mujeres occidentales para criticar el velo musulmán, pues según su argumento, también ellas (las occidentales), demostraban su sumisión al hombre con sus escotes apuntados, sus vestidos ceñidos y no sé cuantas cosas más. Lo cierto es que me entró una gran congoja porque de repente se me ocurrió pensar que, sin que yo me diera cuenta, quizá estaba siendo responsable de la fiebre que les entró a las concejalas del PP, las militares, y las concursantes del Gran Hermano de fotografiarse desnudas para Interviú. Luego se me pasó el susto y pensé que si eso fuera cierto los de Interviú me tendrían que estar debiendo algún dinerillo…

En nuestro país algunas cosas suceden a destiempo. Por ejemplo Educación para la Ciudadanía se implanta cuando el concepto mismo de ciudadanía ha perdido toda su virtualidad. A estas alturas todos y todas debiéramos saber que la sociedad no está compuesta por ciudadanos y ciudadanas iguales en deberes y derechos, sino por los géneros entre los que el reparto de derechos y obligaciones responde a otros criterios que no el de igualdad. (El concepto de ciudadanía nació con la Revolución Francesa con la intención de superar la situación de desigualdad en derechos y deberes de las personas según el estamento social al que perteneciesen y en la intención de que todos y todas fuéramos iguales ante la Ley. Alguien ha dictaminado que eso está caduco, de tal modo que, en nuestro país en la actualidad, la legislación y la jurisprudencia marcarán diferencias no en función de algo que no existe como son los estamentos, pero si en función de algo creado ad hoc los géneros)

Por cierto siempre he oído que el concepto de género se hacía necesario para diferenciar lo cultural de lo biológico y superar así el concepto de sexo; pero lo cierto es que hasta donde yo sé los tribunales a lo que se atienen es al sexo, utilizando lo del género como absolutamente sinónimo. No acabo de ver las ventajas de este concepto excepto para llenarlo de contenido ideológico y fundamentar con él una teoría seudomarxista de las clases sociales (las de verdad desaparecen para ser sustituidas por los géneros) que sirva de parapeto y coartada a las discriminatorias propuestas del feminismo que lo sustenta. Eso por no entrar en este momento en la cuestión de qué posibles efectos pueda tener el hecho de que mientras la Constitución a lo que hace referencia es a la no discriminación por razón de sexo, en algunas leyes lo que aparezca sea el género.

Por cierto los hombres somos unos machistas o, más bien deberíamos decir machistos.

(En esta entrega he procurado un tono más humorístico de lo habitual. Cuando terminé dudé mucho si colgarla o no. Al final me he decidido a hacerlo porque espero no molestar a nadie, ni dar la impresión de que me tomo a choteo aquello de lo que hablo. Sé que son cosas muy importantes, pero también sé que la ironía y el humor son armas de las que muchas veces debemos echar mano para llevar incluso los aspectos más duros y pesados de la existencia o para señalar las incoherencias e incongruencias de un discurso que se cae por todos los lados)

2 comentarios:

  1. Anónimo11:53 p. m.

    *(Fran) Muy bueno Emilio, no puedo por más que estar de acuerdo en todo lo que explicas y cómo lo expones. Mi más sincera enhorabuena.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Creo que si alguien se siente ofendido por lo que dices en tu blog es mucho más probable que sea por lo que dices que por cómo lo dices.

    Había una expresión que hace tiempo que no oigo y que puede ser apropiada en este caso: "La verdad no ofende"

    ResponderEliminar