Las feministas de género dicen tener su razón de ser y su objetivo último en la conquista de la igualdad. Los hechos sin embargo no hacen más que desmentirlas.
Quisiera desde este blog no solo denunciar la deriva neofeminista, también combatir la estigmatización de los hombres y reivindicar la dignidad de lo masculino.
21 marzo, 2010
Manifiesto educación
En esta dirección se está produciendo un interesante debate sobre educación.
Sí, un debate muy interesante. Yo creo que hay dos partes. Primero, un profesor debería disponer de unas condiciones mínimas de seguridad para ejercer su trabajo, y quizás eso es justo lo que intenta expresar el manifiesto. Pero lo que no contempla, y debería, es el hecho de que hay profesores buenos, profesores mediocres y profesores malos, y si queremos una educación de calidad es necesario que quede claro quién es quien y que esto tenga consecuencias reales para cada uno.
Por otra parte es muy revelador que tus comentarios sobre la importancia del fracaso escolar masculino hayan sido ignorados por todos los participantes salvo por una madre de hijos varones.
Cuando escribí interesante no lo hacía pensando en la receptividad a mis propuestas que sé que en el momento que vivimos no puede ser muy diferente de tantas otras que tienen que ver con el género. Me parece interesante porque es un debate que estaba faltando y si viene de la mano de este Manifiesto bienvenido sea.
Creo que en este país hace falta hablar de educación sin el corsé de comentar una norma o una decisión ministerial o del movimiento feminista. Por lo demás estoy de acuerdo con él Manifiesto en el sentido de que señala que nuestro sistema está en crisis y que ésta no se resuelve con un parche; aún cuando no asuma todo su contenido, fundamentalmente porque creo que mientras no se incorporen las variables de género a las propuestas educativas el sistema va a seguir fallando.
Estoy de acuerdo contigo. Desde varios enfoques se llega a la conclusión de que la calidad del profesorado marca de forma muy importante la calidad de la educación. No es una casualidad que en el sistema finlandés se trate de una carrera de 6 años.
Y aquí, fallan a ese respecto dos cosas: la formación del profesorado que en algunos casos no es la que debiera, pero falla estrepitosamente la labor de inspección que no es capaz de detectar, y cuando las detecta no actúa, esas situaciones en las que un profesor por diferentes motivos no está desarrollando su trabajo como debiera.
Sí, un debate muy interesante. Yo creo que hay dos partes. Primero, un profesor debería disponer de unas condiciones mínimas de seguridad para ejercer su trabajo, y quizás eso es justo lo que intenta expresar el manifiesto. Pero lo que no contempla, y debería, es el hecho de que hay profesores buenos, profesores mediocres y profesores malos, y si queremos una educación de calidad es necesario que quede claro quién es quien y que esto tenga consecuencias reales para cada uno.
ResponderEliminarPor otra parte es muy revelador que tus comentarios sobre la importancia del fracaso escolar masculino hayan sido ignorados por todos los participantes salvo por una madre de hijos varones.
Cuando escribí interesante no lo hacía pensando en la receptividad a mis propuestas que sé que en el momento que vivimos no puede ser muy diferente de tantas otras que tienen que ver con el género. Me parece interesante porque es un debate que estaba faltando y si viene de la mano de este Manifiesto bienvenido sea.
ResponderEliminarCreo que en este país hace falta hablar de educación sin el corsé de comentar una norma o una decisión ministerial o del movimiento feminista. Por lo demás estoy de acuerdo con él Manifiesto en el sentido de que señala que nuestro sistema está en crisis y que ésta no se resuelve con un parche; aún cuando no asuma todo su contenido, fundamentalmente porque creo que mientras no se incorporen las variables de género a las propuestas educativas el sistema va a seguir fallando.
Estoy de acuerdo contigo. Desde varios enfoques se llega a la conclusión de que la calidad del profesorado marca de forma muy importante la calidad de la educación. No es una casualidad que en el sistema finlandés se trate de una carrera de 6 años.
Y aquí, fallan a ese respecto dos cosas: la formación del profesorado que en algunos casos no es la que debiera, pero falla estrepitosamente la labor de inspección que no es capaz de detectar, y cuando las detecta no actúa, esas situaciones en las que un profesor por diferentes motivos no está desarrollando su trabajo como debiera.