P.S. El objetivo para 2011 debería ser llegar a sectores sociales más amplios de los que ahora somos capaces, pues no es de recibo que se siga cultivando la falacia de un único sexo agresor y una única víctima. Pretender, no ya, que las relaciones sociales, sino que las relaciones humanas se rigen por el criterio de dominadores y dominadas, verdugos y víctimas, no puede ser considerado más que una burda interpretación de la relación entres los sexos.
Que para mayor escarnio eso se haga considerando que la regla vale en exclusiva para las relaciones hombre-mujer en una relación heterosexual, es decir dejando fuera las relaciones hombre-hombre en una relación homosexual, o mujer-mujer en una lésbica, y excluyendo a su vez las relaciones madre-hijo, o madre y ascendientes, y todas las demás combinaciones posibles no puede ser interpretado más que como el deseo de ajustar al canon que interesa la realidad de los hechos.
Es evidente que partimos con una enorme desventaja desde el momento en que ni tan siquiera está establecido, como comienza a ser práctica en todo el mundo civilizado, que las encuestas se hagan a hombres y mujeres y no sólo a mujeres como hasta el presente está siendo la norma en nuestro país, pero al igual que ahora mismo comienza a suceder con la custodia compartida, y sin que signifique pensar que todo está ganado en ese asunto, el sentido de justicia y de igualdad terminará imponiéndose frente a quienes sobre los esgrimen como coartada para mejor negarlos.