15 noviembre, 2011

Entender a los hombres

Leo en el blog Mujeres el título de la última entrada: Libros para entender a las mujeres. Después de leerlo me he preguntado no ya porqué no hay un blog con título: Hombres, sino si en el supuesto de que lo hubiese tendría cabida  una entrada del tipo: libros para entender a los hombres.


26 comentarios:

  1. Nos quieren hacer creer que las mujeres son tan complicadas que hacen fanta varios libros para entenderlas.

    Y por cierto, cuando dicen que los hombres no entienden a las mujeres habría que preguntarse si las mujeres se entienden entre ellas.

    ("Las mujeres"..., de nuevo el género eclipsando a las personas.)

    ResponderEliminar
  2. Algún día habrá que abordar algunas cosas y empezar a exigir un poco de claridad en estos temas, porque la incredulidad que provoca un planteamiento como el del blog Mujeres en relación con lo que pueda significar igualdad va parejo con la perplejidad que suscita el lema de una campaña contra la violencia (yo lo he visto en Galicia y desconozco si se realizó a nivel de todo el Estado). El lema dice: Se non te trata ben, maltratate.

    Y a medida que uno le da vueltas se da cuenta que se trata de un ejercicio de prestidigitación absolutamente perverso. Por qué, pues porque dentro de su carencia de límites, si al menos fuese de aplicación a todas y todos, niños por relación con sus padres, padres en relación con su hijos, alumnos respecto a sus profesores, ciudadadnos frente al Estado, consumidores frente a las empresas, varones frente a mujeres y mujeres frente a varones... tendría al menos la disculpa de la universalidad de la norma, que no la haría mejor pero que al menos no la haría discriminatoria.

    Pero resulta que no, que tal precepto con tan amplio, subjetivo e impreciso campo de aplicación ha de entenderse referido a la relación de pareja heterosexual, y no en ambas direcciones sino en una sola la que va de la mujer el hombre, sin que quepa acertar cómo se calificarían no ya todas las demás citadas más arriba sino la que se produce cuando es él quien no se siente bien tratado por ella...

    ResponderEliminar
  3. Pues sí, Emilio, eso de 'entender a las mujeres' es una chorrada como un castillo.Como si entender a Ana Botella fuera lo mismo que entender a Lady Gaga o entenderme a mí. Qué pereza dan estas cosas.
    No conocía el blog 'Mujeres', ¿te refieres al de El País, ¿no? Y bueno, respecto a lo de un blog hombres... ya están los de fútbol, ¿no? :-)))))))))

    ResponderEliminar
  4. Anónimo4:49 p. m.

    Curiosa manera de postularse como candidata:

    http://www.publico.es/espana/407241/chacon-a-ver-quien-se-atreve-a-decir-que-una-mujer-catalana-no-puede-liderar-el-psoe-elecciones-generales-2011


    Alberto

    ResponderEliminar
  5. Humberto5:20 p. m.

    Mirad esta noticia:

    http://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/16/espana/1321455947.html

    Aun a riesgo de meter la pata (porque realmente no sé muy bien qué es el "error de prohibición vencible"), sospecho que estamos ante un caso más de doble rasero en la aplicación de la justicia, o sea, justicia de género. Es curioso que, aunque en el artículo se indica que ambos progenitores actuaron de común acuerdo, a él le caigan 6 años, y a ella 2. Y la diferencia no es baladí, porque significa que la madre no pisará la cárcel y el padre pasará en ella una larga temporada.

    ResponderEliminar
  6. Lo que yo escuché Humberto es que a él lo condenaban a 6 años y a ella a 2 porque aunque había sido de común acuerdo, ¡él sabía que en España eso era delito y ella no!
    ¡¡¡¡¡¡ Ver para creer !!!!!

    ResponderEliminar
  7. Humberto6:43 p. m.

    Creo que el comentario nº 22, de un tal Wsrmatre, lo explica perfectamente:

    "Evidentemente el tribunal desconoce absolutamente todo sobre estas costumbres. Los padres no intervienen en estos asuntos más que como colaboradores necesarios y ello en casos muy excepcionales. Se trata de un asunto de mujeres, organizado por mujeres y que practican mujeres a otras mujeres. Los hombres no solo no participan sino que su participación está tan mal vista como la de las mujeres en la circuncisión de los muchachos (un asunto "de hombres"). El argumento que se saca de la manga el tribunal para imponer a la madre una cuarta parte de la pena que se impone al padre no solo es absolutamente peregrino e indemostrable sino que está en la tradición instaurada por el gobierno ZP por el cual las mujeres, disminuida su voluntad y con escasa capacidad de actuación, son poco menos que irresponsables penales."

    ResponderEliminar
  8. Entre la justicia patriarcal que les concede las custodias de los hijos y, en general, es mucho más benigna con ellas y la justicia de género que se aplica en tantas otras situaciones: violencia de pareja, o situaciones como ésta, los varones lo tenemos muy crudo porque estas sentencias se quedan sin contestación alguna.

    Da la impresión de con la patriarcal o la de género los perjudicados somos siempre los mismos.

    ResponderEliminar
  9. Así lo publica el Diario de Teruel. Obsérvese en el titular que, si no nos tienen acostumbrados van caminio de conseguirlo, ya sólo se hace recaer la acusación sobre él.

    ¡¡¡Existen los códigos deontológicos o la gente va por libre!!

    http://www.diariodeteruel.es/teruel/20159-seis-anos-de-carcel-para-el-hombre-que-practico-la-ablacion-a-su-hija.html#comments

    ResponderEliminar
  10. Anónimo7:26 p. m.

    Alberto, bien pensado es la inversión de la carga de la prueba a que tan dado es el derecho de género, no se trata de demostrar que se vale, se reta a los demás a qué demuestren que no se vale.

    Cómo si se tratase de lo mismo.

    Javier

    ResponderEliminar
  11. Estoy pasmado con esta noticia. Está claro que el principio orwelliano de su "Rebelión en la granja" ha triunfado en la España de la ideología de género evanescente: "Todos los animales son iguales...pero algunos son más iguales que otros".

    Nada puede extrañar en un país que tiene una Ley Reguladora de la Rectificación Registral de la Mención Relativa al Sexo de las Personas, también conocida como Ley de Identidad de Género. Leyes irreales conducen a situaciones irreales.

    Miles de niños, por cierto, mueren al año como consecuencia de la práctica de la circuncisión en condiciones insalubres.

    ResponderEliminar
  12. El psicoanálisis se asienta sobre algunas teorías delirantes, como la supuesta envidia de pene que parece condicionar la emocionalidad y sexualidad de las mujeres en su trato con los hombres y es fuente de incontables neurosis.

    Parece ser que el invento que adjunto corrige esa famosa “envidia”. Según el reportaje televisivo de la web, este invento tiene mucho que ver con la igualdad de sexos:
    http://www2.urinelle.eu/html/sp/Howtouse.shtml

    El invento no deja de ser útil, lo realmente casposo, aparte del lenguaje utilizado, es promocionarlo como instrumento de igualdad de sexos. Me ha llegado en una cadena en la que se ponía: “Chicas, hacer pis sin problemas ya no es privilegio de los hombres… viva la igualdad de sexos.”

    ResponderEliminar
  13. Vaya, parece que a tenor de esa noticia han derogado el artículo 6.1 del Código Civil, que dice que "la ignorancia de las leyes no excusa de su cumplimiento". Y yo sin enterarme.

    Incluso con la sentencia han sentado un precedente que habrá que tener en cuenta.

    Porque no es posible que el tribunal haya prevaricado en un asunto como este, ¿no? ¡Qué idea tan absurda!

    ResponderEliminar
  14. Uno a uno parece que se van cargando los principios que organizan la vida social, no para ser sustituidos por otros, sino para la más absoluta arbitrariedad o, peor todavía, para que el Derecho y dichas normas sean susceptibles siempre de una doble lectura según el sexo.

    Es una pena que no exista alguien que se decida a hacer un seguimiento del curso legal de determinados casos según el sexo de quien los protagonice.

    Estoy pensando en el caso de Marta del Castillo o la niña asesinada por sus compañeras en Seseña y que permaneció varios días en un pozo y muchas horas desangrándose antes de la muerte, o tantos otros, algunos recientes y que tuvieron ocmo protagonistas a niños en unos casos asesinados por mujeres y en otros por hombres.

    En el superficial seguimiento que puede hacer un lector de prensa como yo, observo tan grandes diferencias que pareciera que se tratase de cosas diferentes, también en el protocolo aplicado a los presuntos asesino o asesina.

    ResponderEliminar
  15. Anónimo2:13 p. m.

    A mi entender, (aunque es mera conjetura), la intención que encierran esos libros es la de marras: mostrar lo sofisticadas y complejas que son las mujeres y los simples y ramplones que somos los hombres. Ya sabemos que la civilización es algo complejo, mientras que lo silvestre es simple, directo (y en el peor de los casos, brutal). A las feministas les interesa recalcar tales cosas. Mi experiencia personal al respecto confirma esta conjetura. Recuerdo bien lo que, para mi sorpresa, me contestó ingenuamente una amiga médica a quien yo le estaba contado lo difícil que era para mí (o cualquiera) entender a mi pareja: “Desde luego parece una chica muy inteligente”. Eso me contestó. La indecisión continua, las hesitaciones, la rumia perpetua eran para mi amiga médica indicadores psicológicos de inteligencia. Muchas son las veces que he oído a las mujeres decir que los hombres somos como niños, más simples que una patata, predecibles, bastos. La corriente feminista hace de la necesidad (o de la realidad) virtud: mientras la mayoría de los hombres no considera que la típica complicación femenina sea, necesariamente, signo de inteligencia (ni que tampoco lo sea, necesariamente, el ser fácil de entender o predecir), no es raro encontrar entre las mujeres a quienes entienden que complicación e inteligencia son términos sinónimos o semánticamente parientes.

    Que las mujeres son más difíciles de entender en general, es algo que forma parte del cuerpo de creencias populares e intemporales. Tanto hombres coinciden en esta percepción. Las diferencias suelen aparecer en la interpretación que hacen, al menos hoy, ellos y ellas. Para ellas la complejidad femenina es entendida, en general, como una virtud, mientras que para ellos suele ser un fastidio y una fuente de confusión.

    Sigue...
    Raus

    ResponderEliminar
  16. Anónimo2:13 p. m.

    ...Los hombres y las mujeres somos diferentes de manera natural. Cuando se señala una diferencia entre hombres y mujeres, no falta quien, como la señora Cristina, se apresura a replicar que eso depende de qué hombre o de qué mujer hablemos. Por ejemplo, si decimos que los hombres tienen, en general, más desarrollada la aptitud espacial que las mujeres, no nos faltará quien nos replique que hay de todo: hombres con poca capacidad espacial y mujeres con mucha capacidad espacial. Con ello se nos quiere advertir de que no se pueden establecer reglas o leyes psicológicas. O se pretende decirnos que la misma existencia de la excepción hace imposible la regla. Si un niño pequeño nos pregunta que quién es más alto, el hombre o la mujer, ¿qué le responderemos? Si le respondemos que eso depende de qué hombre y de qué mujer estemos hablando, le estamos diciendo algo verdadero. En efecto, hay mujeres más altas que algunos hombres. Pero es una verdad mutilada, incompleta. Daremos una información mucho más veraz al niño si le decimos que, en general, o por término medio, el hombre es más alto que las mujeres. De esta manera le estaremos informando tanto de la regla como de la excepción, que es justo lo que en realidad existe. Al decir “en general”, le damos a entender que tal cosa es más frecuente que la contraria (ni más ni menos que eso, más frecuente).
    Los blogs “de hombres”, amiga Cristina, difieren mucho de los blogs “de mujeres”. En los blogs dedicados al fútbol o al deporte se habla, comúnmente, de eso, de fútbol y otros deportes. Los blogs, o las revistas de mujeres hablan principalmente de mujeres. Son revistas de, sobre y para mujeres: su psicología, su belleza, su salud, su bienestar, sus derechos… La misma existencia de revistas o espacios exclusivos para hombres y para mujeres indica, en mi opinión, dos cosas al menos:

    1) La psicología de hombres y mujeres (intereses, gustos, preocupaciones…) es, de manera natural, muy diferente en muchos aspectos. Las mujeres tienen tendencia a juntarse con mujeres y los hombres con hombres. En el recreo, las niñas juegan con niñas y los niños con otros niños; las maestras se juntan con las maestras y los maestros con los maestros. En las cenas de parejas, las mujeres se sientan a un lado y los hombres a otro. Como es obvio, los hombres tienen más cosas en común con otros hombres que con las mujeres, y a la inversa. Ellas hablan, en general, de cosas de mujeres y ellos, en general, de cosas de hombres.

    2) Esa separación entre sexos es natural y voluntaria. Ahora bien, esa separación, en principio natural, se ve extraordinariamente alentada y acentuada por el conflicto feminista de “género”. Si ya puede ser bastante complicado el entendimiento entre hombres y mujeres debido a las diferencias naturales, atizar las ascuas de “género” convierte la convivencia entre hombres y mujeres en algo realmente difícil. No sólo hay revistas de, sobre y para mujeres: también hay (o ha habido), como sabemos, asociaciones de mujeres, un Instituto de la Mujer, un Ministerio de Igualdad. Esto es ya separación forzada e interesada.

    Saludos.

    Raus.

    ResponderEliminar
  17. A ver, Raus, para el carro, que lo del fútbol era una broma. De ahí lo de :-)))))) (o sea, cara muuuuy sonriente). Lo dije sin más pretensión que la de hacer notar lo ridículo de las simplificaciones. Ya veo que hay que ir con pies de plomo.

    Y respecto a lo de que mujeres y hombres somos diferentes... pues predicas a convencidos, lo que me incluye también a mi, me temo. Has simplificado bastante, pero vamos, que estoy más o menos de acuerdo. Ahora bien, aunque las mujeres compartamos ciertas características, no somos intercambiables, así que un libro llamado 'cómo entender a las mujeres' no puede ser muy riguroso. Sin leerlo, imagino que será un nuevo ejercicio de reafirmación de grupo para alentar y reforzar lo que yo llamo guerra de sexos. Como lo de "Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus". Me pareció que esta diferenciación forzada, esa forma de identificar las relaciones con confrontaciones entre entes de imposible entendimiento, era precisamente lo que criticaba el autor del blog y mi comentario en este caso pretendía apoyar su tesis (lo que yo pensaba que era su tesis, porque a lo mejor me he equivocado).

    Raus, creo que me has prejuzgado por ser mujer, cayendo en lo que criticas. Aunque no lo crean, los temas de género no me suelen interesar. La verdad es que ni me junto más con mujeres, ni hablo de cosas de mujeres, ni me siento "miembra" :-) de ningún club de "chicas" y por supuesto jamás he visto los hombres como enemigos. En casi todos mis trabajos he sido, si no la única, una de las pocas mujeres entre hombres y ni me he sentido especial ni le he dedicado muchos pensamientos al asunto, la verdad. Desgraciadamente he sufrido injusticias por culpa del sexismo en algunas ocasiones (¿quién no?) pero no creo que vaya de víctima. Me sorprende sin embargo el victimismo que deja ver este blog (no lo digo para ofender - simplemente me sorprende que piensen que esta sociedad ser hombre es más dificil porque mi percepción - y no creo que yo sea una fanática - es la contraria). Por eso quizás escribo aquí de vez en cuando, en un intento de entender algo más. Cada uno cuenta la feria según le va, supongo.

    ResponderEliminar
  18. Cristina, por lo que hace a la bitácora. Una cosa es ser víctima y otra bien distinta ir de víctima.

    No es ir de víctima decir que en este país no hay custodia compartida, o que en la LIVG las penas están establecidas en función del sexo, como tampoco es ir de víctima denunciar que a pesar de la gravedad del fracaso escolar masculino las autoridades educativas y no sólo ellas se olvidan que tal cosa existe, todo lo anterior es ser víctima de un sistema injusto.

    Es ir de víctima denunciar una discriminación salarial jamás probada, es ir de víctima reclamar constantes privilegios: políticos, económicos, jurídicos que a otros se niegan, en fin es ir de víctima reclamar una vara de medir especial que exima a una de las culpas incluso las penales.

    Tenemos un ejemplo bien reciente esa pareja acusada de realizar una ablación a su hija, a él lo condenan a 6 años, a ella a 2. En román paladino ella quedará libre por carecer de antecedentes y él se pasará una buena temporada en la cárcel, en el caso de él no es ir de víctima, es ser víctima de una legislación discriminatoria.

    En relación con la otra cuestión y como tengo expresado en otros debates con Raus, los seres humanos no sólo somos naturaleza, también cultura, lo que da como resultado en primer lugar personas y sólo en segunda instancia: hombres o mujeres. El título de la bitácora va en ese sentido. Lo cual que no quiere decir que se exija tal cosa para opinar en el blog que en absoluto es el caso.

    ResponderEliminar
  19. Sí,Emilio, lo que pasa es que esas medidas se han tomado (creo que equivocadamente) para compensar una serie de situaciones de partida desiguales e injustas. Creo que aquí residen nuestras diferencias: que tú piensas que mujeres y hombres partimos del mismo punto y tenemos las mismas oportunidades, mientras que yo creo que (todavía) no es así.

    ResponderEliminar
  20. Cristina, no se resuelve una desigualdad provocando otra, no se resuelve una injusticia con otra de signo opuesto, no se resuelven problemas de falta de entendimiento proclamando que el otro es el enemigo y que como tal ni agua.

    Es evidente que una situación de este tipo para encarrilarse precisa del acuerdo de dos, pero ahora mismo hay unas que no quieren y que dicen que les toca resarcirse de daños históricos y que si los otros estuvieron dos mil años en el machito, pues ahora toca dos mil años de mando femenino.

    La clave estaría en que las mujeres que sois mayoría y no estáis por ese planteamiento contribuyáis a parar los pies de quien hoy dice que habla en vuestro nombre y hace y deshace a su antojo creando una situación difícil para todos.

    Mientras tanto entenderás que quienes lo hicimos en muchas otras ocasiones y ocasiones en que tocaba reclamar derechos para las mujeres como fue contra el franquismo nos consideremos legitimados para decir que no, que no aceptamos que la ley nos trate desigual, que no aceptamos que se nos cuelgue el sambenito de violentos y explotadores, que como hicimos toda la vida deseamos y exigimos igualdad y no trato discriminatorio.

    ResponderEliminar
  21. Estoy de acuerdo, Emilio, no se resuelve una desigualdad provocando otra... pero tampoco ayuda negar u olvidar la primera. Hay muchos hombres que se encontraban muy cómodos cuando la situación, en todos los ámbitos, era claramente desfavorable a la mujer (me alegro de que no sea tu caso) y que sólo cuando les ha tocado un poco han comenzado a darse cuenta de que existe una cosa llamada sexismo. Creo que en este tema no hay que olvidar de donde venimos porque la sociedad tiene una inercia muy grande y nada pasa de negro a blanco de un día para otro.

    ResponderEliminar
  22. Nada más lejos de mi intención que alguien deba olvidar o dejar de defender lo que considera justo. En cualquier caso como te supondrás yo no me creo el relato histórico del feminismo ese que dice que los hombres hemos vivido como pachás mientras ellas lo hacían todo.

    En absoluto, en mi opinión sería bueno que fuésemos capaces de leer la historia con un poco más de desapego de género, desde luego el relato recordaría muy poco a lo que nos cuenta el neofeminismo.

    Aunque si a algunas les cuesta ver el presente con un mínimo de objetividad y consideran que hablar de custodia compartida es cosa de maltratadorees, o que la LIVG representa el súmmum de la justicia, lo del pasado seguro que se les hace imposible.

    En cualquier caso, lo que creo que a todos nos interesa es tender puentes, es hablar en términos de presente y de futuro y definir términos de justicia y de igualdad que compartamos porque lo otro ya vemos a qué nos está conduciendo.

    ResponderEliminar
  23. Anónimo8:37 p. m.

    Me parece bien lo que dice Cristina en respuesta a Raus (yo tambien entendí lo del futbol como una broma ;-))Pero no estoy tan de acuerdo con su respuesta a Emilio:
    Lo de que las mujeres parten de una situación peor, así, en general,no es correcto: más bien diferentes personas tienen diferentes condiciones y suertes y aciertos y desaciertos en la feria de la vida. Pero es que aún aceptando que las mujeres han estado subyugadas y puteadas durante miles de años (que es más que discutible y mucho menos que algo claro y evidente - no por mucho repetirlo se hace más cierto)como decía, incluso en ese caso habría que compensar a las damnificadas y a cargo de los beneficiados, pero a santo de que yo tengo que joderme para beneficiar a otras que nunca estubieron perjudicadas. Y de hecho me he visto perjudicado muchas veces, desde el tema de la mili hasta selecciones a puestos de trabajo para los que daban más facilidades a mujeres o directamente escogían mujeres. Y, a veces, pienso que he sido un tonto útil cuando defendía derechos de las mujeres en cuya defensa las propias mujeres eran una absoluta minoría para luego encontrarme con esta clase de "igualdad" orweliana por parte del feminismo y el silencio cómplice por parte de la mayoría de mujeres normales (que no padecen la patología sexista, versión hembrista)
    Arturo

    ResponderEliminar
  24. Anónimo8:57 p. m.

    Emilio, por si acaso hubiera alguna suerte de duda respecto a esto: Quien haya leído con un poco de detenimiento el artículo que escribí en Deseducativos, verá que lo que dije es que hombres y mujeres, PESE a tener, en general, diferentes inclinaciones naturales, pueden comportarse de manera similar o idéntica gracias a que ambos poseen por igual la facultad de razonar, o, con tus palabras, cultura (aunque yo prefiero hablar de raciocinio antes que de cultura porque esta palabra es demasiado polisémica). Precisamente, lo que yo intenté mostrar en ese artículo es que, si bien hombres y mujeres somos diferentes en ciertas inclinaciones, el debido uso de la razón y la voluntad conseguirá neutralizar esas inclinaciones y proveernos una solución común. Otra cosa es que algunos hombres y algunas mujeres estén dispuestos a controlar racionalmente sus impulsos o inclinaciones. Por tanto, ni niego la naturaleza y el dimorfismo ni niego la existencia de una instancia superior, la razón, común a hombres y mujeres.
    Cristina, disculpa, no entendí lo de la cara con bocas sonrientes. Por lo demás, no puedo estar de acuerdo contigo cuando afirmas que no se puede escribir un libro genérico sobre las mujeres porque, nos dices, no sois intercambiables. Muy al margen de la seriedad o no seriedad del libro sobre cómo entender a las mujeres, entiendo que sí es posible escribir un libro sobre mujeres o sobre hombres sin caer en ningún tipo de simplificación. Las investigaciones serias sobre la naturaleza de hombres y mujeres (Pinker, por ejemplo) siempre advierten al lector de las consideraciones y cauciones que se deben hacer para interpretar correctamente tales estudios. Si esas precauciones son hechas desde un principio, no hay ningún motivo para rechazar de antemano la posibilidad de estudiar a hombres y mujeres en un sentido genérico. Parte de esas precauciones incluyen, o deberían incluir, las que ya he señalado yo en el artículo para Deseducativos (el común uso de la razón ante ciertas circunstancias).

    Raus
    sigue...

    ResponderEliminar
  25. Anónimo8:59 p. m.

    Estás, desde el principio, muy tentada a decir que lo que digo o decimos son simplificaciones, cuando, insisto de nuevo, mi artículo era, en gran medida, un alegato contra las simplificaciones y los maniqueísmos, los cuales, a mi entender, son el pan nuestro de la ideología de género.
    Espero no rizar el rizo, Cristina, si te digo que quien creo que prejuzgas en función del sexo eres tú. Cuando yo digo que las mujeres hablan, en general, de cosas de mujeres (de lo que les interesa, claro) y los hombres, en general, de cosas de hombres, NO estoy diciendo ni sugiriendo que tú tiendas a hablar de cosas de mujeres ni nada de todo lo demás. Ignoro qué te hace pensar que me refiero a ti, pues yo simplemente hablo de lo general, no de lo que hace cada particular, no de lo que hagas tú. Los estudios serios que hay sobre cómo son hombres y mujeres no quedan invalidados en absoluto por el simple hecho de que haya excepciones a la regla. Si son serios, no se pretenderá decir en ellos que todos los hombres son Y o todas las mujeres Z.
    Por lo demás, hago mías las palabras de Emilio cuando te hace notar las graves injusticias que hoy el feminismo perpetra. Son injusticias reales que dejan víctimas reales, de carne y hueso, que tienen nombres y apellidos. La custodia no compartida o las diferentes penas en función del sexo del autor no atropellos atribuibles al sexismo. Lo que tú haces, Cristina, al hablar de sexismo es descargar de culpas el feminismo hegemónico de Aído o Falcón y decirnos que, bueno, que víctimas del sexismo somos todos. No, no es así: las injusticias de las que aquí se habla convierten al hombre en víctima de manera muy grave y sistemática, no a la mujer. Creo, Cristina, que esto es lo que tú te niegas a ver y reconocer.
    Saludos.

    Raus.

    ResponderEliminar
  26. Cristina, dijiste: "Y respecto a lo de que mujeres y hombres somos diferentes... pues predicas a convencidos, lo que me incluye también a mi, me temo".

    No creo que pensar que entre hombres y mujeres hay diferencias constituya una creencia impura que debas temer… :)).

    Estamos en un momento en el que el entendimiento de esas diferencias, sobre todo en los países de la llamada cultura occidental, podría propiciar tender esos puentes que Emilio ha señalado, fuera de la cerrada visión de género que quiere imponer una minoría en nuestras sociedades. Es básicamente la propuesta de científicos como Steven Pinker y su hermana.

    Por cierto, el último libro de Pinker ( “The Better Angels of Our Nature: Why Violence Has Declined”) hace un repaso a la historia de la violencia y su declive desde el inicio de los tiempos. Aquí podrás encontrar una reseña interesante:
    http://www.newyorker.com/arts/critics/books/2011/10/03/111003crbo_books_kolbert

    Yo también pertenezco a una generación que fue testigo de cómo mi madre, por ejemplo tenía que pedir permiso a mi padre, por imperativo legal, para realizar transacciones comerciales. Junto a mis compañeras de estudios universitarios (año 1977) reclame la rectificación de ese tipo de situaciones injustas. Los hombres por otra parte estaban sujetos a las leyes de vagos y maleantes (creo que se llamaban así), que vigilaban su dedicación a labores productivas para la sociedad y que perseguían con especial saña a los homosexuales. Afortunadamente, ese tipo de leyes también fueron derogadas.

    ResponderEliminar