21 febrero, 2015

Sesgo antropológico profemenino

Soy de los que piensa que la capacidad de abstracción es más masculina que femenina y que si por un lado es una gran aliada para encontrar grandes lineamientos: sea de la sociedad o de la naturaleza, y con ello las leyes que las rigen,  en muchos más casos constituye una escapatoria para no tener que hablar del presente, de lo concreto, de lo realmente existente, para evitar el eslabón realmente imprescindible para moverse en el mundo  que habitamos.  

Y es por eso que vivimos en una sociedad en qué si eres mujer es casi imposible que, en el plano público,  no te pronuncies sobre los géneros (la denominada discriminación de género), sea que hables de arte, política, salarios o casi cualquier otra cosa, y eso al mismo tiempo que la inmensa mayoría de los hombres hablarán de todas esas cosas sin necesidad de hacer mención a la diferenciación sexual.  Y así lo de la discriminación salarial femenina campará por sus respetos en la sociedad, pero muchos de esos economistas puntillosos que para cualquier otra variable de análisis exigirían la prueba empírica no les supondrá  problema prescindir de ella.  Hay que ver con qué facilidad se ha difundido este “estudio”  y qué poco fue contestado, o la frialdad con que ha sido acogida una noticia como ésta.

Como sucederá que en los estudios de género será válido que la fuente de verdad la constituya la más pura subjetividad de los encuestados, mejor de las encuestadas, sin mayores exigencias de método ni reproche académico alguno. Pero paradójicamente donde efectivamente debería prevalecer la subjetividad se opta por convertir a las mujeres en menores de edad que no serían responsables de sus decisiones siempre determinadas por factores externos hasta el punto de que sus problemas con la cirugía estética o las compras compulsivas serían un problema social ya que se trataría de un comportamiento inducido.

Se maquillan los roles, se maquillan los estereotipos, pero el sesgo antropológico profemenino resulta imposible de erradicar, ese mismo  que conduce a hacer a los hombres responsables de lo que hacen o dejan de hacer, mientras las mujeres gozan de un amplio colchón que les garantiza que no siempre aquello que hacen o dejan de hacer les sea achacable y que de forma indirecta se atribuirá a los únicos que pueden con todas las responsabilidades.  



2 comentarios:

  1. Anónimo5:07 p. m.

    Moreno promete más mujeres que hombres en su gabinete si gobierna.

    http://www.lavanguardia.com/local/sevilla/20150221/54426397696/moreno-promete-mas-mujeres-hombres-si-gobierna.html

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  2. Anónimo7:30 p. m.

    Esta es la igualdad del PSOE
    http://padresdivorciados.blogspot.com/2015/02/el-psoe-contra-la-custodia-compartida.html
    http://padresdivorciados.blogspot.com/2015/02/violencia-domestica-y-subvenciones.html

    Alberto

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