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17 julio, 2020

Ahora es contra Steve Pinker


En una página que sigo de aprendizaje de inglés: canguroenglish, se cuenta una historia para extraer una metáfora sobre el comportamiento de los humanos. La historia va de una mujer que en la noche se cruza con un hombre que parece estar buscando algo debajo de una farola, la mujer le pregunta que busca y este le dice que sus llaves del coche que las perdió en el parque, la mujer asombrada le pregunta que si las perdió en el parque por qué las busca allí debajo de una farola tan alejada del sitio y el hombre le responde que debajo de la farola es más fácil mirar porque está iluminado. La metáfora sirve para indicar cómo los humanos muchas veces por no adentrarnos en la oscuridad nos contentamos con buscar donde hay luz aunque evidentemente ahí no pueda estar lo que buscamos.

Algo parecido está sucediendo en nuestros tiempos con los temas de género que siempre quedan solapados por algo que se interpone y jamás llegamos a ellos prefiriendo hablar de: racismo, de “cancel cultura”, de neomarxismo y posmodernismo, de censura e inquisición en la universidad, etc. aun cuando los temas de género  están íntimamente conectados con todas esas cosas y quizás esa conexión sea la más potente de todas ellas. Ahora le ha tocado la censura a Steve Pinker por unos tweets que hablan de “delincuencia urbana” y “violencia urbana” expresiones utilizadas por otros autores sin que los compañeros de quienes las usan hayan pedido la exclusión de ninguna Sociedad, como han hecho con él los de la Sociedad lingüística norteamericana.

Porque lo que en el fondo late no son las expresiones de Pinker en esos tweets sino sus documentadas y en su momento rompedoras posiciones  en relación con la naturaleza humana en el sentido de que los rasgos psicológicos y la inteligencia son hasta cierto punto hereditarios, confrontando así con todas las corrientes, en particular el feminismo que niegan tal cosa por atribuir todos esos rasgos a razones meramente culturales. Aunque ahora mismo y paradójicamente por estas latitudes muchas feministas  parezcan haber descubierto el peso de la biología en el hecho de ser hombre o mujer y confronten con la teoría queer  y su tabla rasa, por cuanto se han dado cuenta que de otro modo todos tendrían acceso a las ventajas de las que actualmente solo las mujeres disfrutan en el mundo occidental.



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