Aloe, que en nuestra sociedad las posiciones del neofeminismo en relación con la idea de una histórica dominación masculina como ejercicio de puro sexismo y defensa del propio género, están ampliamente extendidas, parece un hecho fácilmente constatable. Está en la literatura feminista, está en la práctica cotidiana del feminismo institucional: Secretaría de igualdad, Instituto de la Mujer, etc. como lo está aunque de forma algo más difusa en otros ámbitos sociales como la prensa, por ejemplo, el blog Mujeres del que tantas entradas hemos comentado en esta bitácora y, tantas pruebas incontestables de sexismo y muestras de segregación por género nos ha dado, comenzando por su propio nombre y continuando por sus contenidos y que, por otro lado, no disimula que con lo que tiene que ver es con la lucha por el poder y el empoderamiento de las mujeres.
Esas realidades y otras muchas recogidas en esta bitácora no las hemos creado los hombres, ni representan guetos en los que se ha encerrado a las mujeres para dominarlas, representan la expresión más clara y contundente de un poder político e ideológico de dimensiones considerables que desde aquí combatimos por sexista pero también porque en última instancia terminará perjudicando a las propias mujeres como desde multitud de ámbitos se viene demostrando. Acusarnos de que con nuestra denuncia seamos nosotros quien estemos provocando tal división no solo no es justo, es que no responde para nada a la realidad de los hechos. Pensar que un blog como Mujeres o la importante reestructuración de un periódico como El País para adaptarlo a esta realidad de género constituya algo de escasa relevancia constituye a mí entender desenfocar de forma importante lo que sucede.
Un planteamiento como el arriba descrito supone por lo demás la aceptación de la existencia de un sujeto colectivo que tendría preeminencia sobre las propias personas de carne y hueso y supone la división de la humanidad en dos mitades homogéneas: unívocamente establecidas y con intereses enfrentados y, esto, no sólo está en el debate cultural e ideológico, sino que ha sido trasladado al campo jurídico y legal de nuestros país en multitud de leyes y prácticas sociales: LIVG, Ley de igualdad… con protocolos de actuación diferentes según el sexo en los casos de violencia de género o doméstica establecidos en la ley, etc. Y ha sido trasladado a prácticas sociales de forma tan sesgada que en las encuestas sobre violencia o acoso, por sólo poner dos ejemplos, ya ni tan siquiera se pasan las entrevistas o los cuestionarios a los hombres, sino que se parte de la presunción de su culpabilidad.
Esto que tan duro resulta de relatar y me supongo de leer está en nuestra realidad jurídica, social y política y de lo que nos habla no es de una anécdota, ni convierte en sexista a quien lo combate, mucho menos constituye un camino hacia la igualdad y la superación de los roles y los estereotipos de género, más bien al contrario, so pretexto de una división histórica entre hombres y mujeres propiciada por los primeros, el feminismo dominante está consiguiendo hacer de los sexos compartimentos estancos con unas posibilidades de comunicación cada día más reducidas. Es más, para este feminismo existe algo así como una presunción universal de credibilidad de la mujer que confrontaría claramente con la presunción de culpabilidad de los hombres expresada más arriba.
Esta es la realidad que ha dado su razón de ser a esta bitácora que en su origen nada tenía que ver con el masculinismo porque ingenuamente creía que esa deriva sería posible corregirla, pero que hace ya tiempo se ha demostrado que se trata de una deriva fomentada desde dentro y fuera del poder y que mantener la actitud histórica de los hombres de dejar hacer y esperar a ver qué pasa, descartando que algunas cosas pudieran haber pasado, ha constituido un monumental error del que ahora efectivamente no queda más que lamentarse. Que se regatee y se engañe con un derecho como el de la custodia compartida, o que las máximas opositoras al mismo, sean quienes se dicen feministas que defienden la igualdad se comenta por sí solo.
Y yendo a la crítica de una posición así, habría que decir que tal esquema simplifica de modo grotesco no sólo lo que han representado los sexos históricamente, elimina también de un plumazo el espacio común que hemos venido compartiendo mujeres y hombres a lo largo de la historia y conduce a conclusiones absurdas como rechazar la ciencia o la técnica por masculinas cuando de forma tan palmaria se ha demostrado los beneficios que para todos y todas ha representado. Conduce incluso a cosas más estrambóticas y fuera de sitio como considerar la homofobia o el bullying formas de machismo, lo cual no es solo una forma indirecta de culpar al hombre, también constituye una forma de exculpación de la mujer.
De hecho este es el callejón sin salida a que han conducido las derivas de las corrientes feministas que aquí denominamos neofeminismo cuando tildan de machistas cosas como la ciencia, la informática o la política, también cuando interpretan que el diccionario de la lengua es una construcción interesada y machista que a quién beneficia es a los hombres, y eso, cuando día a día descubrimos el rédito obtenido gracias a que por ser el género marcado se goza de la opción de usarlo como tal cuando interesa, para refugiarse en el genérico cuando conviene, y nunca se haya producido protesta alguna porque en nuestra realidad social y cultural se produzcan expresiones como: “con la sobreexplotación de los recursos, el hombre pone en riesgo la vida del Planeta.”
Como en algún momento me pareció observar que compartías esa visión histórica que supondría el hombre como ser dominante y la mujer como ser dominado me gustaría plantearte y que nos planteemos algunas preguntas, porque creo que en el ejercicio de reflexión a que puede conducir la búsqueda de la respuesta será más fácil superar esa visión estereotipada de la historia que hoy se vende como la de verdad y que estaría en la base de la justificación de lo que en este terreno está pasando.
¿Qué significado crees que habríamos de dar al hecho de que el sapo de la Revolución Industrial nos lo hayamos tenido que tragar los hombres, pero las principales beneficiarias del Estado del Bienestar sean las mujeres? ¿Qué significación habríamos de dar al hecho de que los trabajos de cuello azul correspondan a los varones y los de cuello blanco a vosotras? ¿Qué significado deberíamos dar a que, con la excepción de Israel, cuando la mili es obligatoria lo es sólo para ellos? ¿Qué lugar ocupa todo lo anterior en esa historia de la dominación masculina y de la discriminación y explotación femenina? Y ahora vengamos al presente:
¿Qué valor hemos de dar al hecho de que en la actualidad las mujeres tengan todos los derechos sobre la reproducción? ¿Y a que los niños puedan, y de hecho lo hagan en proporciones cada vez mayores, crecer sin contacto con la figura masculina? Más aún, teniendo en cuenta el especial valor de la educación en los primeros años de vida, ¿cabría establecer una responsabilidad mayor de las mujeres por lo que suceda en esa etapa de la vida o quizá, debamos interpretar que el fracaso educativo particularmente de los varones es responsabilidad compartida de todos, cuando no responsabilidad de una sociedad machista y patriarcal como el neofeminismo nos propone? ¿Qué valor debemos dar a los estudios de campo que nos dicen que el papel de las madres en la transmisión de los roles y estereotipos de género es superior al de los padres?
Las anteriores cuestiones podrían ser otras, también más, pero entiendo cumplen el objetivo del ejercicio que aquí se plantea.
Emilio, el hecho histórico de la "histórica dominación masculina" es indiscutible, cierto y evidente.
ResponderEliminarLuego se puede discutir sobre cuanto de eso queda hoy en día, y si las reivindicaciones feministas tienen o no razón en tal o cual cosa. pero eso es otro asunto distinto. Conviene dejar claro de qué se discute.
El feminismo, históricamente, no ha escondido, en efecto, que "con lo que tiene que ver es con la lucha por el poder y el empoderamiento de las mujeres". ¿Por que habría de hacerlo? El feminismo empezó como una lucha contra una tremenda desigualdad, y por tanto, luchar por ese poder (entre otras muchas cosas) era un objetivo legítimo, porque reivindicaba la igualdad. O sea, el poder igual, la libertad igual, la capacidad igual.
Lo mismo que arriba, sostener que se ha pasado de frenada y que ahora quiere una cuota de poder más grande de lo que corresponde a la igualdad, es otra cosa, que habrá que ver caso a caso. Pero efectivamente el feminismo nació com una lucha por la igualdad, y eso significaba más poder para las mujeres, porque apenas tenían ninguno. Independientemente de lo que opinemos sobre la situacion de las mujeres en los países occidentales más o menos desarrollados, esa situacion sigue siendo la que predomina en el planeta, asi que aquí será o no una antigualla que se extralimita (eso es otro tema que habrá que ver caso a caso), pero para la mayor parte de la especie humana sigue teniendo el mismo sentido que el el siglo XIX.
En la medida en que en efecto exista un movimiento importante que pretenda encerrar a las mujeres en un ghetto de mujeres, a los varones en otro "masculino", considerar que la ciencia o la tecnología son asuntos de hombres (y la enseñanza y el cuidado de niños asuntos de mujeres) o tonterías similares, pues no tengo más que darte la razón y deplorar dichas cosas.
Es más, que creas que se necesita un movimiento simétrico o enfocado de forma paralela al feminista, que reivindique por parte de los hombres la consideracion de todas las personas como personas, independientemente de su género, y que reclame el trato de todo el mundo como individuo y no como estereotipo (de forma que la ciencia sea cosa de varones y mujeres, el cuidado de los niños sea cosa de varones y mujeres y así sucesivamente) me parece que te honra mucho y es muy elogiable.
Lo único que yo te avisaría es que tengas cuidado de no caer, so pretexto de rechazar la lucha de sexos como estado normal de la humanidad, en la misma lucha de sexos (a favor del tuyo, naturalmente).
Un detalle con el que estoy en desacuerdo es con que antiguamente hubiera trato estrecho ni conocimiento estrecho entre ambos sexos, porque realmente no podia haberlo, y no lo había. Ahora puede haber lucha y amargura, pero también mucho más trato y más conocimiento que antes. (Cuando digo "antiguamente" me refiero, claro está, a hace algunas generaciones, no a hace diez mil años, que no lo sé ni podemos saberlo)
En cuanto a tus preguntas concretas, las contestaré más despacio, porque ya tengo suficiente tendencia a ser prolija (algunos dirán pesada)
En relación con que el feminismo histórico defendía la igualdad o al menos no proscribía lo masculino, es la posición de esta bitácora. Circunstancia que como sabrás el feminismo radical americano hizo girar apuntando al hombre como el enemigo a abatir y, aspecto que desde ese momento pasó a formar parte de los feminismos institucionales, con el mismo contenido pero expresado de forma más suave y desde otro ángulo como necesidad de cambiar al hombre.
ResponderEliminarDe ahí que a las nuevas corrientes las denomine de forma diferente como neofeminismo caracterizadas no ya por defender la igualdad cuanto la dominación.
Y aún otra cosa distinta es la lectura que desde el presente realiza este neofeminismo de períodos históricos pasados que con bastante aproximación se puede decir que sustituye la lucha de clases por la lucha de géneros, pintando a los hombres como clase dominante y a las mujeres como clase dominada.
Es desde esa perspectiva que hay que leer fenómenos como los que relato relativos a la Revolución industrial o el Estado del Bienestar en tanto que resultan inexplicables según tal modelo.
Se me olvidaba quizá lo más importante, habría que establecer claramente de qué hablamos con lo de la histórica dominación masculina. Si lo asimilas a algo parecido a una lucha de clases pero en género, claramente niego la mayor, tanto como si pretendes convencerme de que los roles de género los estableció el varón. Desde este momento ya te digo que eso es tan falaz como pretender que no hay más mujeres en la construcción porque los hombres lo impedimos, o que los hombres hemos hemos elegido ir a la guerra porque nos lo pide el cuerpo.
ResponderEliminarHoy mismo hay una realidad de género bien clara, cuyas líneas y perfiles son nítidos, y en la que claramente se aprecia el deseo feminista y femenino en las que más un remozamiento completo de la sociedad patriarcal lo que se observa es la intención de de perpetuar muchos de sus trazos aunque actualizados a una realidad social muy modificada en los países del primer mundo.
"El sapo de la Revolución Industrial": la revolucioón industrial es, en general, considerada como una buena cosa que nos ha permitido acceso a niveles de vida, de salud y de productividad mucho mejores. Cabe desde luego tener reservas sobre tan optimista punto de vista, pero hay entre muy poca gente y ninguna que realmente quiera vivir como se vivía antes de ella.
ResponderEliminar¿Cual puede ser el "sapo"?
Ciertamente, trajo (resumiendo mucho, porque la cosa da para asignaturas enteras) cambios de vida drásticos para casi todo el mundo, y ganadores y perdedores. Muchos perdedores, durante generaciones.
Los perdedores fueron quienes se vieron arrojados a las ciudades, a viviendas paupérrimas e insalubres, a perder las redes sociales y familiares de apoyo en los malos tiempos que antes habían tenido, a ingresos muy escasos, que por otra parte era lo único que les quedaba (el salario) porque sus otros "salvavidas" habían desaparecido. El empleo era inseguro, y aunque lo mismo les habia pasado siempre a las cosechas, ahora los proletarios estaban periódicamente al borde del desastre, a causa del ciclo económico de cinco-siete años que se repitio todo el XIX sin amortiguadores como hubo después.
A eso hay que añadir las penosas condiciones causa de enfermedades laborales, y otras pérdidas para todo el mundo (también para los ganadores) en forma de contaminación, ruido y fealdad.
Espero que este resumen impresionista sea más o menos completo. No sé bien si el "sapo" es este, pero es el sapo que yo veo.
Lo que no veo es que los varones se tragaran el sapo ellos solos, como dice. Las condiciones de vida de los proletarios urbanos eran compartidas por toda la familia de cada uno. Muchas mujeres también eran asalariadas, y por salarios más bajos, igual que los niños. Incluso las que no lo eran, dependían igualmente del salario de un hombre, y vivían igual que él. El trabajo que hacían era duro, tanto el pagado como el no pagado. El riesgo de miseria o enfermedad era igual si no mayor. Un hombre soltero se podía mantener con lo que ganaba, pero una mujer difícilmente, y si tenía hijos, de ninguna manera honorable.
Hubo también ganadores en el proceso. Los dueños de industrias fueron una clase ganadora, que se convirtio en lo que es hoy, sustituyendo a la aristocracia como clase dirigente. La clase media (y todos los que pudieron ascender hasta ella) fueron otro grupo en general ganador (excepto una parte de los artesanos y otros oficios tradicionales, pero numéricamente hubo más ganadores que perdedores porque las clases medias en conjunto se hicieron más grandes al crecer el sector servicios, el funcionariado, etc.). Las mujeres solo participaron de los grupos de ganadores indirectamente, a traves de los varones de sus familias y del matrimonio, pues como estaban excluidas de las profesiones, de las magistraturas y del manejo de la propiedad de la familia (incluida la dote) no fueron más que ganadoras por persona interpuesta. En nivel de vida, sí. En poder e independencia, contadas veces.
Aunque no debiera hacer falta, también hay que recordar que en una época en que el voto contaba (mucho, porque pocos votaban) donde habia voto era censitario y masculino. El sufragio pasivo también estaba vedado a las mujeres y a los pobres. Derechos civiles, en cambio, sí tenían los varones pobres, pero apenas las mujeres, de cualquier clase social (hablando de países liberales occidentales, se entiende).
No se me ocurre qué otro sapo puede haber en este tema, que los hombres se tragaran solitos. Morían más de silicosis y de accidentes en la mina, pero menos de fiebre puerperal y de parto por raquitismo. De la mayoría de las cosas se debían morir más o menos igual, y las penalidades de la vida debían ser más o menos las mismas.
Y ya seguire con otras cuestiones, porque mañana hay que levantarse :-)
¿Tenían hombres y mujeres los mismos derechos y obligaciones durante la Revolución Industrial?. ¿Los tienen ahora?. Otros ganadores de la Revolución Industrial en las democracias liberales occidentales fueron las mujeres de los nuevos burgueses, que liberadas de las tareas domésticas y crianza de los hijos a través de las nanies, crearon los primeros movimientos sufragistas que ejercieron presión sobre los parlamentos exclusivamente masculinos para que estos renunciaran a parte de su poder otorgándolas el voto. De la obligación de servir en las fuerzas armadas quedaron exentas. Como se ha señalado, sólo hoy en día el Estado de Israel ha extendido esa obligatoriedad a las mujeres. Aunque todo puede cambiar. Yo Dona, revista feminista de El Mundo, reclamaba hace poco mayor presencia de las mujeres en primera linea de fuego. Todo a raíz de que el feminismo extremo norteamericano se indignara porque en el comando que ajustició a Bin Laden no había ninguna mujer.
ResponderEliminarAloe, lo del sapo de la R.I. no tiene nada que ver con lo comentas. Ahora entiendo mejor lo de prolija.
ResponderEliminarLo de la R.I. tiene que ver con quienes corrieron con el peso de una revolución económica que efectivamente nos trajo a donde estamos, pero que supuso uno de los períodos históricos en los que el trabajo se acercó más a la esclavitud con jornadas de más de 12 horas 7 días a la semana en las explotaciones mineras, la siderurgia o la construcción del ferrocarril y en fábricas completamente insalubres, tal como recogen los trabajos de Carlos Marx en esa época.
Por constraste,cuando ese mundo evolucionó hacia formas de producción más evolucionadas y fue posible el Estado del Bienestar con sus seguridades y su sanidad y tantas otras cosas el principal beneficiario ya no fueron los varones.
Plutarco, no hemos comentado nada de las elecciones y en el PSOE siguen pretendiendo ignorar que una parte del cabreo de sus votantes tuvo que ver con sus políticas de género, y también con el abandono de su esencia socialdemócrata para acercarse más a las políticas de un partido radical.
ResponderEliminarPero es su tarea. Lo que parece cierto es que vivían y es posible que sigan viviendo en la completa irrealidad, no sólo de género, de casi todo.
Emilio, desde luego las proclamas de Elena Valenciano no tuvieron el efecto deseado. Y han desanimado paritariamente tanto a hombres como a mujeres. El rechazo al radicalismo de género ha movilizado en su contra a ambos sexos. El abandono del proyecto socialdemócrata que ilusionadamente nos presentó el PSOE con Felipe González en los 80 y que cautivó a los jóvenes de mi generación ha sido enterrado hace tiempo.
ResponderEliminar"Las mujeres son quienes maś se han beneficiado del Estado de Bienestar".
ResponderEliminarEsta es una afirmación que requeriría alguna explicación de a qué se refiere para entenderla.
El "Estado de Bienestar" consiste, resumiendo mucho, en una concepcion política del Estado como obligado a (y garante de) proporcionar a los ciudadanos ciertos bienes mínimos considerados esenciales.
Estos van, en primer lugar, destinados a cubrir las contingencias de la vida que se pueden abatir sobre todo el mundo, pero golpear catastróficamente a los de bajos ingresos: pensiones de jubilación e incapacidad, atención sanitaria, y subsidios de desempleo.
Estas tres categorías se llevan la mayor parte del gasto público en bienestar, y son la parte del león de los Presupuestos.
Parte de la teoría del Estado de bienestar hace también hincapié en que proporcionar bienes públicos debe ir orientado no solo a salvar de la desgracia (enfermedad, desempleo, vejez) sino a disminuir el grado de desigualdad social, aumentar la igualdad de oportunidades y favorecer de este modo la cohesión social y la propia productividad de la sociedad en su conjunto. Este punto de vista se añade al anterior, de forma que defiende medidas adicionales a las dichas arriba: sistema fiscal progresivo y educación universal o accesible son sus consecuencias más importantes en términos cuantitativos. Se añaden multitud de otras medidas generalmente de menos calado económico o maś variables en el tiempo y en el lugar: ayudas a vivienda, transporte, familia, cultura...
El "modelo mediterráneo" del Estado de bienestar tiene algunas particularidades respecto al de otras zonas de Europa. En pocas palabras: existe a medias, nació más tardíamente, cubre menos, y es menos universal en la protección que ofrece (con la excepción de la sanidad). Las ventajas que tiene cada uno dependen en mayor grado de sus circunstancias, y menos de ser simplemente un ciudadano. la protección laboral se dirige más a los que están empleados que a ayudar a los que no tienen empleo. Fiscalmente es más pequeño y menos redistributuvo que la mayoría.
Hasta aquì mi resumen, necesariamente un bosquejo, por supuesto. ¿Por quá la alegacion que haces, y por qué esa alegación, de ser cierta, sería un agravio? Se puede entender que (al menos si el sistema funciona más o menos bien) son los viejos, los enfermos e incapacitados, los más pobres y los niños quienes reciben más beneficios en comparación con cómo estarían sin ellos. Es sabido también que la parte más antigua y básica del sistema (anterior a la IIGM) se dirigía a proteger a los trabajadores asalariados de accidentes, enfermedades y abusos laborales, y a garantizar un salario mínimo. Nada de esto apoya tu alegacìón, y las estadísticas al respecto tampoco la apoyan.
Claro que apoya mi opinión la realidad de cualquier Estado de bienestar, sin el cual y por no ir más lejos las mujeres seguirían en casa como sucede en todos aquellos países que no lo tienen.
ResponderEliminarLo que pasa es que yo entendía que esto era algo más que una retahíla de preguntas y se trataba de confrontar posiciones en relación con las posiciones del neofeminismo hoy y la realidad de esa dominación masculina.
Vamos ahora con la mili.
ResponderEliminarSi miramos la vida de la especie humana durante la mayor parte de su historia vemos que hemos sido cazadores-recolectores hasta casi ayer, viviendo en pequeños grupos emparentados. ¿Cómo era entonces la division de roles entre los sexos, en la medida que podemos saberlo?
Los guerreros en casi todas las culturas eran los varones, por razones comprensibles: el dimorfismo sexual de nuestra especie hace que los varones sean más eficientes como guerreros que las mujeres, en épocas en que la guerra se hacía "a mano", a pura fuerza física. Por otro lado, poner a guerrear a mujeres preñadas o lactantes no era inteligente: no eran eficaces, y se ponía en peligro la continuidad del grupo. En términos de fitness, para un individuo es a menudo más valioso arriesgar la vida que no hacerlo si a cambio sobreviven dos o más de sus hijos, o cuatro sobrinos, etc. (Esto desde luego como probabilidad, porque también los no combatientes podían ser muertos en el caso peor)
Aqui llegamos a dos cuestiones: el dimorfismo sexual (hacia atrás), y en qué medida esas condiciones han continuado después (hacia delante).
(Digamos de momento que la tecnología de "hacer la guerra a mano" ha continuado durante mucho tiempo, en las épocas de las Jefaturas y los primeros Estados, hasta al menos la epoca moderna. Luego retomo esto)
Y ¿de dónde sale el dimorfismo sexual?
- Quizá simplemente lo heredamos de antepasados con un dimorfismo mucho mayor (los australopitecos), y es un resto que ha quedado ahí. El dimorfismo en el que los machos son más grandes y fuertes es muy corriente en los mamíferos, aunque no en el resto de taxones animales. Su razón de ser es la competición entre los machos de cada especie por el acceso a las hembras reproductoras. Las hembras mamíferas, en cambio, no compiten entre sí por los machos, y se han solido quedar más pequeñas y menos peleonas.
- O quizá precisamente porque la crianza de la prole es la más costosa y larga del reino animal eso ha reforzado ese dimorfismo como adaptativo. Es decir: si crías, no sueles combatir salvo última necesidad, porque es ineficiente ya que la crianza absorbe muchos de tus recursos. Si combates, te dedicas menos a criar directamente, aunque proporcionas protección, caza mayor y parte de la educación.
Sea por la razon que sea, el hecho es ese. En resumen: ¿Por qué durante muchos miles de años los varones humanos han tendido a ser los guerreros y las mujeres humanas han tendido a no serlo (con excepciones y matices para ambos sexos)?
... Pues porque somos una especie con dimorfismo sexual de tipo mamífero, y porque nuestra prole es de crianza MUY larga y costosa.
(¿A que te extraña que yo traiga la biología por aquí? Yo intento no hacer hooliganismo, sino comprender las cosas y conocerlas de verdad, me complazcan o no)
ResponderEliminar.../...Sigo y termino el atema de la guerra y la mili
¿Eso es por tanto un determinismo biológico absoluto?
Evidentemente no lo es, pues no vivimos con la tecnología y las necesidades de entonces. Tampoco la guerra a gran escala tiene por qué serlo (los chimpanceś practican una cierta guerra territorial a su pequeña escala con grupos de territorios vecinos, pero evidentemente no hacen la guerra a escala humana ni con la maldad humana). Y por aquí volvemos al otro punto (lo que pasó después de ser recolectores). Desde el Neolítico las cosas fueron cambiando:
* La tecnología ha cambiado la forma de hacer la guerra, como tantas otras cosas. La fuerza física ha llegado a ser menos decisiva, aunque esto ha pasado solo recientemente y a medias.
* Los hombres ya no eran (o son) todos guerreros automáticamente al hacerse adultos. Lo eran (o son) profesionalmente algunos, temporalmente otros. Muchos no lo eran (o son) nunca (y eso no por chollo, pues al despojar los aristócratas de capacidad militar a los campesinos también los despojaron de derechos y los convirtieron en siervos a ellos y sus familias, no fue para ganar precisamente). La guerra pasó de ser un fenómeno omnipresente pero de baja intensidad y escala local, a ser menos frecuente pero más destructivo, a mayor escala y más profesionalizado.
* Las mujeres hoy pueden tener pocos hijos o ninguno. Y elegir cuando y cuantos. Y sobreviven casi todos. Esto es una novedad importante que apenas estamos asumiendo.
Todo esto es lo que hace que se haya llegado a un punto en que puede tener sentido que las mujeres sean soldados. Pero eso es reciente.
De donde venimos es de los mimbres dichos arriba. Todavía hace unas décadas los militares eran exclusivamente hombres, no solo los obligados, sino todos.
No se concebía que hubiera mujeres en el ejército, pues no iban a poder con equipo pesado, ni dormir en barracones con los hombres, ni defenderse en la lucha cuerpo a cuerpo, ni tenían las necesarias cualidades castrenses, que son por excelencia viriles... (esto era un axioma) ¿Y que pasaba si se quedaban embarazadas? ¿y como proteger su virtud? Etcetera. Los condicionantes objetivos estaban ahí, y además había toda una vision de la vida y una ideologia que los reforzaba.
Por tanto, ni eran reclutadas forzosamente ni podian alistarse o hacer carrera militar voluntaria. Su papel social era incompatible con ser soldado, para no hablar de su inferioridad física en combate.
¿Pone eso a las mujeres a salvo de la violencia, la muerte, las penalidades, el apresamiento?
... Pues no. Ni a los niños y al resto de los hombres tampoco:
Hace mucho que los muertos de las guerras son civiles en su noventa por ciento o poco menos.
Las ocupaciones de territorios llevan siempre aparejadas las violaciones en masa, los asesinatos en masa, captura de esclavos, hambre, desplazados a millones... eso además de acciones militares como los bombardeos.
Solo si la guerra se libra lejos están a salvo los civiles (del país invasor, pero no del invadido). Si volviera la conscripción, sería por una guerra en casa (¡ojalá nunca!), y pienso que en ese caso se reclutaría también a las mujeres, porque las cosas han cambiado y ahora hay mujeres en el Ejercito. Ya no es anatema. Aunque el peligro sería similar para todos.
Lo siguiente es cuello azul vs. cuello blanco, pero eso requiere cierto aparato estadístico. Me va a llevar algo más de tiempo, sorry.
ResponderEliminarEspero no aburrirme antes, que yo soy muy inconstante.
El “hecho” de la "histórica dominación masculina" es bastante discutido y discutible, ni cierto ni tan evidente como la historiografía de género quiere hacernos asumir. Cedo la palabra a J. Alvarez Deca, redactor de la página www.absurdistan.eu:
ResponderEliminar“Si las feministas tuviesen razón al afirmar que las mujeres han vivido oprimidas por los hombres durante cinco mil años, sin haber dado muestras de sentir tal opresión durante los primeros cuatro mil novecientos cincuenta, se impondrían necesaria e inexcusablemente dos explicaciones alternativas al fenómeno. O bien que las mujeres, criaturas errantes de un limbo de oligofrenia, habrían sido incapaces de sentir el peso de sus gruesas cadenas milenarias. O bien que, careciendo de esa astucia que, en los malos, hace las veces de inteligencia, o del problema de autoestima que los ciudadanos de a pie compartimos con los políticos –nosotros por defecto, ellos por exceso-, o de otros valores similares que suelen resultar indispensables para acceder a los puestos de mando, habrían quedado excluidas de ellos. Lo cual no sería más que la inevitable aplicación de las leyes históricas del poder, que han relegado a segundo plano a los menos dotados de la rudeza y la ambición requeridas para ejercerlo, incluida la inmensa mayoría de los varones. Es decir, si la tesis feminista de la opresión milenaria de la mujer fuese cierta, simplemente habría ocurrido lo que, por ley histórica, tenía que ocurrir.
Ahora bien, también es posible que tuviese razón Temístocles al resumir el estado de cosas así: "yo gobierno a los atenienses, mi mujer me gobierna a mí", y que haya sido ésa la actitud histórica predominante de la mujer respecto del poder político. En tal caso, habría de reconocerse que, en política, ellas han sabido estar a las maduras sin estar a las duras, y que han sabido aprovechar las ventajas del poder sin necesidad de cargar con sus inconvenientes. Tradicionalmente, esos inconvenientes no eran desdeñables, como lo son en el siglo XXI, y frecuentemente revestían la forma de destierro, cárcel y patíbulo. Los entresijos y laberintos de esta modalidad femenina del ejercicio del poder están magníficamente descritos en el libro "En defensa de las mujeres", del escritor y periodista estadounidense H.L.Mencken (1880-1956), un canto irónico –no exento de resabios maquiavélicos- al pragmatismo oportunista de la mujer frente al idealismo sentimentaloide del hombre. "No ha existido debilidad del hombre en la que la mujer no haya sabido penetrar para obtener ventaja, no ha habido un solo truco al que no haya dado un uso eficaz, no se ha visto artimaña tan arriesgada e inusitada ante la que ella se haya amilanado" escribía Mencken en 1918. Y concluía: "Creo que la mayoría de las mujeres no estaban ansiosas de ver aprobada la ampliación del sufragio, y que la tienen por algo de muy poca monta. Saben que pueden conseguir lo que quieran sin necesidad de visitar las urnas."
---sigue---
---completa mi último post---
ResponderEliminarUna anécdota: solicité a la biblioteca pública de mi población el libro “En defensa de las mujeres” que menciona el párrafo anterior. De entrada parecía un título idóneo para su sección de literatura feminista, que tienen etiquetada bajo el epígrafe de “Mujeres”. Me dijeron que lo tendría en una semana. Debieron googlear el título y escudriñar su contenido. Todavía lo estoy esperando. El anterior párrafo en una introducción a un artículo que suscitara inquietud entre los/as defensores/as de la confrontación de género como extensión de la lucha de clases, tal y como dogmáticamente estableciera Engles en el siglo XIX, pero constituye una visión alternativa al bucle de género que impera en las sociedades occidentales: http://www.absurdistan.eu/princesas.htm
En la misma web puede encontrarse un elaborado meta estudio sobre la violencia doméstica que pone en tela de juicio las estadísticas que durante los últimos siete años han difundido las diversas televisiones públicas y privadas, con locutoras maduritas o buenorras, con redactoras de redacción o con jerifaltes patriarcales:
http://www.escorrecto.org/
Aloe, en la reflexión que haces de la mili y la guerra, sitúas como origen de los roles de género el dimosfismo sexual, es decir, estás en una de las tesis centrales de esta bitácora: los roles no los hemos establecido los varones, los hemos sufrido tanto como las mujeres puedan haber sufrido los suyos.
ResponderEliminarDe todos modos no explicas por qué en sociedades como las nuestras, donde las mujeres dicen no querer verse excluidas de ningún ámbito, y forman parte del ejército como profesionales, también de la policía y otros cuerpos de seguridad, están excluidas del servicio militar obligatorio.
Si reflexionas sobre ambos aspectos, como mínimo habrás de matizar ampliamente esa dominación que considerabas en otro comentario como evidente y, no sólo, estarás en condiciones de entender mejor una bitácora como ésta y su objetivo, también de preguntarte si la lucha que el feminismo actual dice realizar en favor de la igualdad quizá ni esté tan justificada ni tenga por objetivo ese pretendida igualdad.
En mi caso el desapego del feminismo siguió un camino parecido a ése por eso hablo de él como algo conocido y vivido
Acabo de ver en el informativo de Matías Prat en Antena 3, una información sobre una petición de que se prohíba fumar en los coches cuando viajan niños, que me ha puesto los pelos de punta.
ResponderEliminarHay que realizar un ejercicio de puntería muy fino para presentar como fumadores a todos los varones que llevaban niños en el vehículo y en contraste ofrecer otras tantas imágenes de mujeres que tenían muy claro que eso no se podía hacer.
Para completar el cuadro se decía que los médicos ingleses proponían que se considerase una forma de maltrato lo que estuvo acompañado de dos imágenes una en la que un padre daba una buena bofetada a su hijo y otra en la otro fumaba mientras llevaba a su hijo en el coche, la voz del locutor acompañaba las imágenes diciendo no es peor esto –la bofetada- que esto –el fumador del coche-.
No sé si puede ver en diferido el informativo, si tenéis ocasión echadle una ojeada. Sorprende que estando tan poco con los hijos como dice la misma propaganda que estamos, cuando lo hacemos sea para esas cosas… El hombre no sólo pone en riesgo el Planeta, antes parece estar decidido a acabar con la humanidad.
Antes de analizar como los inventos del hombre blanco han difuminado el dimorfismo sexual a la hora de masacrar talibanes en paridad de género, otra breve anécdota televisiva.
ResponderEliminarNoticias Antena 3. Presentador madurito (Matias Prat), como prueba de que lo importante no es el medio, si no el mensaje. Reportaje sobre lo pernicioso que son los fumadores que van en el coche con niños. Todos los que aparecían fumando con el niño detrás tragándose el humo eran hombres. Todas las personas que entrevistaban y que decían que fumar en el coche es una forma de maltrato infantil eran mujeres. Y mientras una decía que a los fumadores que hagan tragar el humo a los niños en el coche hay poco menos que ajusticiarles, han mostrado un breve fragmento de aquel anuncio irlandés que mostraba a un hombre abofeteando a un niño y, que incomprensiblemente para Bibiana Aído, fue retirado por las autoridades irlandesas por su sexismo, ya que inducía a pensar que los únicos maltratadores infantiles en el ámbito doméstico son los hombres.
No suele ser habitual leer que alguien que defiende la tesis de una histórica dominación masculina conforme a los principios de la lucha de clases acuda al dimorfismo sexual, que precisamente difumina la idea de unos roles creados por una especie de conspiración masculina para ejercer la dominación sobre la mujer. El dimorfismo sexual es uno de los factores principales que han contribuido al éxito evolutivo de nuestra especie y son más bien los procesos de selección natural los que han “asignado” esos roles que hemos sufrido tanto hombres como mujeres. El reconocimiento de ese dimorfismo demuestra cierta honestidad intelectual por tu parte, Aloe. Cristina, aunque con cierto temor, también lo reconocía en otro de sus post. Normalmente, las nuevas feministas, cuando hablan del papel que la mujer occidental está obligada a desempeñar en la guerra suelen citar a las míticas amazonas como prueba irrefutable de que la agresividad bélica también obedece a constructos de género y que las mujeres occidentales actuales, gracias a los inventos del hombre blanco, también pueden ser guerreras.
ResponderEliminarLa capacidad de la especie humana a través de la técnica para modificar el entorno (otro gran factor en el éxito de nuestra especia) ha contribuido a suavizar ese dimorfismo e indudablemente ha sido un factor esencial de liberación para la mujer durante los últimos 200 años, junto a las leyes aprobadas por parlamentos mayoritariamente masculinos. Es curioso en cualquier caso que las primeras sufragistas del siglo XIX, pertenecientes fundamentalmente a la clase burguesa y liberadas de las penurias domésticas por la riqueza de sus maridos, fueron también impulsoras de importantes movimientos pacifistas. Creo que verían sorprendidas ese afán del neofeminismo porque la mujer supere el anatema de no poder masacrar en paridad con el hombre.
Las mujeres del ejercito USA llevan unos años combatiendo en primera línea gracias a los cascos de kevar y armamento que pulveriza talibanes con sólo guiñar un ojo. Pero los mandos han observado un extraño comportamiento por parte de sus compañeros varones: en situaciones de intenso peligro, tienden a olvidarse del ataque del enemigo y emplean más energía en defender a sus compañeras femeninas que en atacar agresivamente al subversivo de turno. Este atavismo sexista, de querer proteger a la hembra como garante de la perpetuación de la especie (nuestra LIVG nos define sin embargo como maltratadores natos con afán de dominación) ha molestado a los mandos y están apartando a las mujeres de la primera línea, hasta que por lo menos, las nuevas técnicas de entrenamiento permitan erradicar ese atavismo primario de los marines.
Gracias Aloe por reconocer a las victimas masculinas de las guerras como parte de la población civil. Son legendarias las palabras de conmiseración de Hillary Clinton por las viudas de las guerras, olvidándose de los viudos y de los soldados muertos.
Sobre los trabajos de cuello blanco/azul, deberíamos también incluir el parámetro sector público/sector privado. Es cierto que en mi ciudad empiezan a verse mujeres barranderas o al cuidado de los jardines, fruto sobre todo de acciones del ayuntamiento para integrar a mujeres definidas en situación de desamparo y que constituyen una mano de obra barata. El ayuntamiento de Madrid, en el soterramiento de la M-30, incluyó a un grupo de mujeres, fundamentalmente inmigrantes, como peones de obra. Al mes de su incorporación, todas se dieron de baja. La tasa de desempleo es finalmente paritaria en España, creo que apenas nos separan unas décimas. Durante el periodo de crisis actual, la mayor fuente de creación de empleo ha sido el sector público. Dos tercios de los nuevos trabajos creados han sido asignados a mujeres.
ResponderEliminarEl tema de las mujeres en cadenas de montaje del sector privado no es nuevo. Rosie the riveter, poster icónico del neofeminismo actual, representaba a las mujeres que construyeron el Enola Gay y el resto de la aviación norteamericana de la Segunda Guerra Mundial. Pero en la época actual, son trabajos que al final desempeñarán mujeres del tercer mundo a las que nuestro neofeminismo irá liberando de sus tareas domésticas a base de ayudas para el desarrollo y que constituirán mano de obra barata y explotable para las multinacionales que nos fabrican el iPod, las aspiradoras o el micro ondas.
Emilio, yo creo que me equivocado tomando en serio tu interpelación directa en la entrada y poniendome a hacer el esfuerzo de escribir, lo más honrada y resumidamente que puedo, las respuestas más o menos de cajón que corresponden a tu catálogo de temas (y lemas) lanzados al vuelo sin más.
ResponderEliminarPara discutir de algo, lo mejor es saber de lo que se discute, y no hablar por hablar. Y estar dispuesto a concretar, argumentar, alegar hechos. Hechos.
Además, hay que querer leer y entender lo que tu interlocutor dice. Yo no me he esforzado para que luego ni siquiera parezcas haber leído lo que he escrito, pues repites sin contestar, o planteas una pregunta a la que precismaente ya he contestado.
Así no se avanza.
No sé si me he perdido algo pero he leído tus comentarios uno por uno y uno por uno los he contestado. Ni tan siquiera he esperado a darte una única respuesta si no ir matizando lo que ibas diciendo. En el último digo además que coincidimos o que lo que tú planteas es exactamente una de las posiciones centrales de esta y otras bitácoras como ésta: los roles no los hemos establecido los hombres para explotar y dominar a las mujeres sino que responde a una necesidad sentida por ambos de hacer cada uno lo que mejor podía.
ResponderEliminarPor eso, no entiendo este desaliento que ahora te entra y esta falta de comprensión y atención que sientes. Tan poco es así, que cualquier otro comentarista me lo podía reprochar porque no ando sobrado de tiempo y a veces no me da tiempo más que una ojeada, pero te aseguro que eso no fue lo que pasó con tus comentarios, porque estimaba el esfuerzo que estabas realizando.
Y como muestra, valgan un botón o dos.
ResponderEliminarDices que "el sapo" no es el que yo describo. Pero es exactamente el que yo describo, por el contrario.
Solo que tú has decidido que las mujeres no sufrieron y ya esta. ¿Pruebas? Cero.
Las mujeres trabajaron en grandes cantidades en la primera industrialzación en Inglaterra, por ejemplo, igual que los niños. En las mismas penosas condiciones. (Excepto que luego ellas llegaban a casa y además ponían la cena)
Eso en primer lugar.
En segundo lugar: ¿cuales son las principales causas del empeoramiento de las condiciones de vida respecto a las anteriores como asalariados agrícolas (que no eran ningun chollo)?
En parte son las peores condiciones de trabajo, ya mencionadas.
En el resto, y my importante, son las peores condiciones de la vida en general: la sobremortalidad, morbilidad y penosidad que causaban
a) el hacinamiento en condiciones insalubres, higiénicamente dantescas.
b) la mala alimentación y falta de acceso a otros bienes de primera necesidad.
c)la inseguridad en el empleo, en la enfermedad y en cualquier otra (y frecuente) desgracia, sin redes familiares y sin las prestaciones de la vieja Ley de Pobres, que ya estaba pervertida e inoperativa.
Ahora explícame de qué forma las mujeres y los demás miembros dependientes de un cabeza de familia se libraban de todo eso, porque a mi no se me ocurre ninguna. De hecho la esperanza de vida de los pobres era mucho mas baja que la de los ricos, su estatura más baja, etc., pero nadie ha dicho nunca que eso no afectara a las familias pobres al completo, y solo afectara a los varones adultos. Vaya locura.
Cuando una familia trabajadora se lo podía permitir (o no había empleo) las mujeres se quedaban atendiendo la familia y haciendo trabajo doméstico, ciertamente. Era el ideal de entonces, aunque las familias obreras no pudieran realizarlo.
¿Eso significa por ventura parasitismo?
No sé cómo podría, la verdad.
Las mujeres tenían entonces una media de 7-8 hijos (de los que morían una buena parte en la infancia).
El trabajo doméstico era trabajo pesado en gran parte: transportar agua, carbon, y todo lo demás a mano. Encender lumbre y limpiar el hogar. Lavar lejos de casa en agua fría y a mano. Y así sucesivamente.
Y duraba todo el día, desde luego, y aunque el día hubiera durado más, porque la atencion a tantos hijos se resentía también de las condiciones de escaso tiempo.
Durante toda la época vistoriana, por ej., el servicio doméstico empleó alrededor de un 15% de la población activa: tan baja era la productividad del trabajo doméstico.
En fin, para qué seguir. Es decpecionante que ni se escuche, ni se estudien los hechos, ni se argumente.
Es lo mismo que con lo del servicio militar. Tu objeción está contestada en mi comentario anterior. Te he dicho:
a) Que las condiciones del ejercito, sus ideas respecto a lo castrense como "lo varonil" por antonomasia, y las pegas prácticas de reclutar mujeres han excluido a estas hasta muy recientemente del ejército, donde todavía son admitidas a regañadientes.
b)... Y eso ha sucedido (que sean admitidas aun con reticencia) a la vez que se ha quitado la conscripcion obligatoria.
c)Y también he dicho (si, lo he dicho) que en el panorama que he intentado describir, si vuelve la conscripcion también re reclutará a las mujeres. En mi opinión, porque no conocemos el futuro.
Es decir, ha habido un proceso, en el que al mismo tiempo se ha quitado la mili y se ha empezado a admitir que las mujeres pueden ser soldados por raro que resulte en el machote ambiente cuartelero. ¿Donde está la ofensa, la contradiccion o el motivo de queja?
Aunque tú no veas la diferencia yo lo que digo es que el sapo de la R.I. nos lo tragamos nosotros, aunque no fuéramos los únicos, y todos los demás se vieran afectados. Pero, aún poniéndome en una posición en la que admitiese que los esfuerzos estuviesen más repartidos, si no hay duda que nosotros fuimos los mas perjudicados y me refiero al genérico de los hombres, ¿cómo se concilia eso con la dominación masculina? ¿quizá porque los capitalistas eran varones? ¿pero entonces dónde acaba la clase y dónde comienza el género? ¿acaso las familias de los varones capitalistas no estaban a salvo de todo lo que estamos comentando?
ResponderEliminarEn relación con lo de mili perdona pero una cosa es que contestas y otra bien distinta que yo tenga que aceptar que tu respuesta es la buena.
ResponderEliminarAcepto tu razonamiento del reparto de tareas a la largo de la historia, pero la cuestión sigue abierta, pues, cómo es posible que cuando en los ejércitos profesionales se admitan y se promuevan a las militares, el servicio militar obligatorio lo sea solo para los varones. Esto es lo que sucede en el ejército Noruego, por ejemplo.
Pero, te contaré algo más. Dentro de las misiones de la ONU en la exyugoslavia en el momento del conflicto civil que vivieron recientemente, el ejército noruego ante una amenaza de guerra química, retiro antes a las mujeres profesionales que a los hombres de reemplazo.
No sé si hablamos exactamente de lo mismo o debo callar mis argumentos.
Aloe ha escrito:
ResponderEliminar"Hace mucho que los muertos de las guerras son civiles en su noventa por ciento o poco menos."
Por favor, Aloe, ¿puedes documentar esa proporción que has señalado? ¿Puedes decirnos en qué conflictos bélicos sucedidos "Hace mucho", como dices, la proporción de víctimas civiles ha sido del "noventa por ciento o poco menos"? Y en el caso de que así fuese, significa ello que la muerte de una mujer de la población civil en una guerra es más dolorosa, injusta y condenable que la muerte de un soldado varón llevado al campo de batalla bajo amenaza de muerte por parte de los que lo han reclutado forzozamente?
José
Aloe ha escrito:
ResponderEliminar"Si volviera la conscripción, sería por una guerra en casa (¡ojalá nunca!), y pienso que en ese caso se reclutaría también a las mujeres,"
¿"Si volviera"? Me parece que Aloe confunde interesadamente lo que sucede en España con lo que acontece en el resto del mundo. Porque así como en España hace pocos años que ya no existe eso que llaman "servicio militar obligatorio" (para varones, claro). No es igual en el resto del mundo. Busquen en Wikipedia "servicio militar", y podrán comprobar como el reclutamiento a la fuerza de los varones sigue siendo práctica habitual en muchos países, incluidos muchos de los que se vanaglorian de ser "igualitarios" en cuestiones de género.
José
Este es el vídeo de la noticia que tanto Plutarco como yo, comentábamos en torno a la prohibición de fumar en los coches si viajan niños. (Lo siento va con publicidad)
ResponderEliminarhttp://www.antena3.com/especiales/noticias/tienes-ultima-palabra/todas/estas-acuerdo-que-prohiba-fumar-coche-hay-ninos_2011112200979.html
Aloe ha escrito:
ResponderEliminar"Vamos ahora con la mili.
Si miramos la vida de la especie humana durante la mayor parte de su historia vemos que hemos sido cazadores-recolectores hasta casi ayer, viviendo en pequeños grupos emparentados. ¿Cómo era entonces la division de roles entre los sexos, en la medida que podemos saberlo?
Los guerreros en casi todas las culturas eran los varones, por razones comprensibles: el dimorfismo sexual de nuestra especie hace que los varones sean más efiientes como guerreros que las mujeres, en épocas en que la guerra se hacía "a mano", a pura fuerza física."
Creo que Aloe confunde las guerras, por una parte, con el servicio militar obligatorio para varones, por otra, y que desde mi punto de vista son dos cosas bien distintas (hay guerras donde parte o todos los combatientes son milicianos, mercenarios, guerrilleros o bien militares profesionales). Porque una cosa es que los varones estén más capacitados para el combate, especialmente en conflictos de épocas pasadas en las que la fuerza física era importante. Y otra cosa bien distinta es la institución del servicio militar obligatorio para varones, que no es una construcción social espontánea, sino una creación histórica por parte del poder político. El dimorfismo sexual puede explicar que en una sociedad pastoril los hombres cuiden del ganado, mientras las mujeres atienden las faenas del hogar y hacen el queso, y en la medida que así ambos sexos optimizan sus mejores potencialidades. Pero el dimorfismo sexual NO ES LA CAUSA del llamado servicio militar. Como lo pone en evidencia su carácter "obligatorio" y toda la reglamentación represiva que lo acompaña, el servicio militar no es algo surgido de forma espontánea en el seno de la sociedad, sino que se trata de una imposición del poder político, y de acuerdo con los intereses de los grupos gobernantes (compuestos por hombres a los que, curiosamante, nunca les faltó esposa). En ese sentido el razonamiento de Aloe es perversamente conservador, porque pretende encontrar una justificación "natural" (el dimorfismo sexual) al hecho de que los varones sean reclutados a la fuerza para incorporarse al Ejército. Lo que Aloe pretende aquí es, salvando las distancias, reutilizar el mito teocrático que justificaba la existencia de ricos y pobres en función de la voluntad divina, pero en este caso para explicarle a la niña, desde la posición de una supuesta antropología "científica" laica, el motivo de que a su hermano lo hayan llamado a filas, mientras que a ella no.
José
Como habeis citado el caso de la mili obligatoria para mujeres en Israel quiero recordaros que, si no estoy mal informado, en Israel
ResponderEliminarla mili femenina dura la mitad que la masculina (lo que no es poco), ellas tienen más causad de exclusión y, además, están exluidas de commbate en primera línea, ocupándose preferentemente de labores en retaguardia, adminsitración, intendencia, etc. Vamos, que su principal labor es liberar a varones de estas tareas para tener más para enviar al frente. Os recuerdo que Israel es un estado belicoso y pequeño rodeado de enemigos, con necesidad de personal para defensa (y ataque) y donde ir a la mili implica ir a la guerra. De manera que Israel no es la excepción, si no que sigue la regla.
En cuanto a lo del 90% de muertos civiles. ¿que quereis que os diga? bajo mi punto de vista los reclutas son civiles. Son las primeras víctimas de los conflictos bélicos. Son víctimas aún antes de empezar la guerra. Y si da más pena que mueran "civiles" que reclutas, pues reclutemos a todo cristo icluidos niños, ancianos, enfermos, mujeres... todos reclutados dará menos pena su muerte...
Arturo
Arturo, a raíz de tu último comentario he recordado que la única general de cuatro estrellas del ejercito norteamericano es básicamente responsable de la logística de las fuerzas del Pacífico. Creo haber relatado en este blog que fue acusada de mobbing y trato vejatorio por sus subordinados/as, práctica que según todos los escritos neofeministas se encuentra bastante alejada de lo femenino. Antes también he señalado que el mismo ejército se ha replanteado el empleo de mujeres en primera línea de combate por las razones que expliqué. Desconocía las condiciones de reclutamiento del ejército israelí y las prácticas discriminatoria del noruego con los reclutas varones.
ResponderEliminarEn El País se ufanaban que la ofensiva contra las tropas y poblaciones afines a Gadaffi, incluyendo bombardeos contra la población civil, había sido diseñada por una general norteamericana. En su blog “Mujeres” seguían publicando entradas que enfatizaban la supuesta mayor empatía de lo femenino frente a la conocida hosquedad masculina. El pensamiento postmoderno y sus contradicciones.
Temo que la buena voluntad de Aloe de participar en este debate tan interesante esté a punto de agotarse. Me gustaría agradecerle que se haya tomado la molestia y espero que no se sienta atacada al recibir tantas respuestas.
ResponderEliminarSolo me gustaría hacer un pequeño comentario acerca de esta afirmación de Aloe: Solo que tú has decidido que las mujeres no sufrieron y ya esta. ¿Pruebas? Cero
Yo diría que hay un fallo de perspectiva. No creo que nadie diga que las mujeres no sufrieron, pero cuando se habla de "dominación masculina", se está olvidando que los hombres *sí* sufrieron. De hecho la palabra "patriarchy" está siendo abandonada ya por teóricos del feminismo en favor de "kyriarchy" precisamente para reconocer las distintas formas en que los hombres también sufren la opresión. No es que esté de acuerdo con estas teorías de opresión de colectivos, pero esto último me parece más cercano a la realidad.
Yo hice el servicio militar obligatorio en el ejército español cuando ya se había retirado del Sahara pero aún no había ingresado en la OTAN, y, por consiguiente, no había ninguna guerra en perspectiva.
ResponderEliminarSe decía que íbamos a la mili para "hacernos hombres". Pues bien, puedo dar fe que cuando no había instrucción, ni prácticas, ni maniobras, las tareas de la tropa consistían en quitar en polvo, barrer, fregar suelos, cocinar, fregar la vajilla, lavar la ropa, remendarla si era preciso..., y por supuesto cada uno se hacía su cama. O sea, todas aquellas tareas ("roles") que en la vida civil, a saber por qué, se consideran "de mujeres". Y todo ello en el "machote ambiente cuartelario", sin que nos cayeran los anillos ni sufrir por nuestros "privilegios de género".
¿Quién dijo que no se puede engañar a todo el mundo durante todo el tiempo?
http://www.elpais.com/articulo/espana/asesinato/fue/ejecucion/elpepinac/20111123elpepinac_20/Tes
ResponderEliminarCuando todos los días observamos el tratamiento que se le da a la violencia de género, con causas que permanecen vivas en los medios todos los años con el mayor de los sensacionalismos en su tratamiento, que una noticia como la contenida en el enlace consiga pasar desapercibida y no reciba más que 5 votos o que salga el las páginas de España y no la portada o sociedad, qué opinión os merece.
Alberto
Alberto, esto es como en el teatro, vemos lo que el foco de iluminación quiere que veamos
ResponderEliminarTerrible noticia la que han enlazado.
ResponderEliminarQuizá añado más leña al fuego... pero la mili durante algún tiempo fue vista por muchos como una oportunidad y un medio de promoción social. Al fin y al cabo, era la única oportunidad de muchos chicos de salir de sus pueblo y conocer otras realidades. Paradójicamente, permitía cierta libertad a los jóvenes. A partir de cierto momento dejó de tener sentido porque pasamos a tener posibilidades reales de descubrimiento y autorealización. Quiero decir, para un muchacho de un medio social y culturalmente pobre, ¿era mejor hacer la mili en una ciudad más o menos lejana y grande o quedarse en el pueblo haciendo las faenas de la casa a la espera de un novio? Probablemente lo primero.
Aloe ha escrito:
ResponderEliminar"Hace mucho que los muertos de las guerras son civiles en su noventa por ciento o poco menos."
Aloe, por segunda vez te pido que aportes las fuentes bibliográficas a partir de las cuales señalas esa proporción de muertes civiles en las guerras. De lo contrario tendré que pensar que recurres a modificar cifras para adecuarlas a tu conveniencia ideológica. En este caso para infravalorar la evidente sobremortalidad masculina en los conflictos bélicos, y sobredimensionar la mortalidad de mujeres en la retaguardia.
José
Sí, Cristina, efectivamente que echas más leña al fuego contándonos las posibilidades que, según tú, ofrecía la mili para que los chicos conocieran otras realidades distintas a las de su limitado medio rural... Hasta los últimos años del franquismo, los jóvenes reclutados tendían a realizar eso que llaman "servicio militar" en mayor o menor medida en las regiones militares en las que tenían su domicilio habitual. Es con la inestabilidad política que acompaña al período de la transición política española (finales de los 70 y principios de los 80) que los jóvenes serán destinados por sistema a otras regiones distintas a las de su lugar de nacimiento. La intención era evidente: en caso de tener que sacar las tropas a la calle para reprimir manifestaciones y huelgas, los soldados dispararían con mayor facilidad contra personas pertenecientes a culturas ajenas, que contra sus propios paisanos. El resultado fue que las tasas de suicidio entre los soldados españoles se dispararon, pues al trauma psicológico que suponía ya de por sí la mili, había que añadirle el que ésta se hacía en lugares distantes, y conviviendo con personas de culturas totalmente diferentes.
ResponderEliminarNaturalmente que esa realidad se ocultaba desde instancias oficiales, y recuerdo a un conocido capitán general de la época (como ahora hace Cristina) cantar los beneficios que para los chicos suponía hacer la mili en otra región distinta a la de su lugar de origen. Lo que no entiendo, Cristina, es cómo si tantos beneficios aportaba a los chicos rurales el hacer la mili en la ciudad, cómo no la hacían volutariamente, y tenía que ser, por contra, por medio de medidas coactivas...
Para los que sabemos lo que suponía y supone la mili; los que no la superaron; los que se suicidaron; los que quedaron con graves secuelas físicas y psicológicas después de pasar por ella, resulta realmente deprimente (por no emplear otras expresiones más fuertes) constatar que todavía hay persona, especialmente mujeres (casos de Aloe y Cristina) que nos vienen con cuentos de hadas similares a los diseñados por los gabinetes de propaganda del Ministerio de Defensa. Es una pena, Cristina, ques no hayas hecho la mili, de lo contrario quizás pensarías de forma diferente...
José
Cristina, te gusta provocar ¿eh?. Es cierto que l amili tuvo efectos positivos para muchos, igual que los tivo la emigración: ¡bendita emigración! propongamos, ya que no hay mili, un periodo de emigración obligatoria, y con discriminación positiva para mujeres ¡ale!.
ResponderEliminarPD.: os recuerdo que mili no se ha eliminado, SOLO ESTÁ SUSPENDIDA
Arturo
La verdad es que yo ya había abandonado este hilo. Me encanta discutir, pero leer lo mismo una y otra vez, atender a veinte temas mezclados sin orden... me cansa.
ResponderEliminarPero el de las víctimas civiles de las guerras, que parece que no sabe que Google es su amigo, me intima a que le conteste:
http://books.google.es/books?id=ow-h8XhYi9cC&lpg=PA14&ots=XOXgan8nKb&dq=victimas%20civiles%20guerra%20moderna&hl=es&pg=PP1#v=onepage&q=victimas%20civiles%20guerra%20moderna&f=false
http://books.google.es/books?id=3IgIACTFvIAC&lpg=PA281&ots=SgW-ucBqTm&dq=victimas%20civiles%20guerra%20moderna&hl=es&pg=PA281#v=onepage&q=victimas%20civiles%20guerra%20moderna&f=false
Tú mismo puedes ahondar en ello.
Y no olvides: las víctimas civiles se suelen infracontabilizar. Porque no mueren en combate, y no siempre por efecto de violencia directa.
En cuanto a los noruegos, quizá a ellos no les parece mal ser los únicos que prestan servicio militar, si es así, porque no conozco el caso. Porque si fueran un tema impopular, lo habrían quitado. Noruega tiene una democracia mucho mejor que España, y dinero suficiente para pagar voluntarios. Quizá a ellos les parece bien como está.
Otra puntualización, que no debería hacer falta: no hay ninguna Teoría del Todo con una Ünica Causa Explicativa que explique tooodo lo que pasa y toda la historia humana.
Las mujeres pueden sufrir un status de servidumbre legal, tener muchas desventajas por ser mujeres... y eso no impide que además haya una sociedad feudal, clasista, desigual, esclavista o racista. Lo mismo que sufrir diabetes no te impide en absoluto tener tuberculosis.
Aloe, tu última puntualización es perfectamente aplicable a las tesis que se mantienen en esta bitácora y completa el comentario que Manu ha realizado anteriormente.
ResponderEliminarSobre las democracias y el hecho de que los votantes nunca se equivocan, como proclamó Zapatero en su última conferencia de prensa, habría mucho que matizar. Seguro que a todos nos vienen a la cabeza líderes o políticas nefastas fruto de procesos aparentemente democráticos.
Plutarco, solo un pequeño aviso a tu último comentario (el ultimo porque lo acabo de leer):
ResponderEliminarLa posicion general de que "lo que importan son las personas y no los estererotipos de género" y la mera existencia de la estadística, deberían hacerte más prudente.
A mi personalmente me da igual el caso que comentas. Ni lo había leido.
Pero no hay ninguna contradiccion lógica entre las dos cosas que señalas.
Lo mismo que puedes hacer notar que estadísticamente las mujeres son 12 cm. más bajas que los hombres en promedio (pongamos) y sacar en la tele, entre el ganador de Gran Hermano y el último terremoto, a una señora que mide 1,90 y es más alta por tanto que la mayoría de los españoles varones.
Cada caso es cada caso, cada persona es cada persona.
Eso no te impide sacar estadísticas y calcular promedios para las variables que te de la gana, si las consideras significativas. Pero nunca hay que olvidarse de que son promedios.
Se supone que de eso va precisamente este blog.
Aunque no he hablado en ningún momento de cómo se repartían los muertos de la guerras entre civiles y militares, porque siempre que se hace es para considerar a los varones como el sexo desechable y sus muertes como menos importantes, me he tomado la molestia de leer el documento del enlace que pones en tu comentario y para nada aparecen los porcentajes de los que tú hablas.
ResponderEliminarPrimero se excluye a los militares, ya sin distinción entre los profesionales y los de reemplazo, tan civiles como el que más, y cuando este argumento se ha retirado ya se va a una expresión como “muertos entre la población civil, en su mayoría mujeres y niños” como de hecho comprobamos a menudo en la prensa para referirse a los conflictos hoy abiertos.
En cuanto a lo que dices de Noruega: “Quizá a ellos les parece bien como está”, -recuerda que hablábamos de servicio militar obligatorio solo para varones y de retirada de las zonas de peligro de las militares profesionales antes que a los soldados de reemplazo-, como nada que comentar porque se trata de una democracia, representa una novedad absoluta en cuanto a argumento, porque por la misma cuántas cosas no deberías aceptar por producirse en democracia, en tantos otros países y también en la propia Noruega.
Es verdad, os cuesta infinito la reciprocidad. La decisión del servicio militar obligatorio es una imposición con o sin democracia. De tal modo que en tú argumento hay dos falacias: una, no se trata de una decisión democrática y dos no todo lo que sucede en una democracia debe ser avalado porque sí, menos con una expresión como que a ellos les parece bien.
Te recuerdo que aún cuando se abran nuevas entradas cada cual comenta en la que mejor le parece y aunque entiendo tu desaliento te quedan cuestiones como la presunción de culpabilidad del hombre establecida en la ley para los casos de violencia y acoso, el tema de la reserva de todos los derechos de reproducción para la mujer o que según estudios de campo la mayor transmisión de estereotipos corre por cuenta de las madres, etc.
En línea con lo propuesto por Emilio, trataré de hacer breves mis comentarios. Aloe, mi último comentario en este hilo es el inmediatamente anterior al tuyo y es una observación sobre la democracia y sus fallos, que puede conducir a situaciones tan injustas como la que relata Emilio en el servicio militar noruego.
ResponderEliminarCon respecto a las matizaciones que has hecho sobre las estadísticas en otro hilo y en tu último comentario en éste, básicamente de acuerdo contigo. Hablamos efectivamente de promedios y no debemos olvidarnos de las personas. Desgraciadamente, en los últimos años, las estadísticas manipuladas se han convertido en un arma de legislación masiva para la instauración de leyes de marcado sesgo sexista contra los varones por parte del neofeminismo y las instituciones que lo amparan, cosificando a las personas por razones de género.
Sobre las guerras y sus muertos, podemos decir que siempre ha habido más viudas que viudos (y más violadas que violados). Después de cada guerra, bien sea por muertes en primera línea de fuego o a través de masacres especificas que incluyen a hombres mujeres y niños (la última gran matanza de hombres y niños creo que fue en el conflicto yugoslavo) siempre hay escasez de hombres. En cualquier caso es esperanzador el último libro de Steven Pinker, que a través de una completa batería de estadísticas (creo que bastante bien interpretadas y escogidas) presenta el caso de una importante disminución de la violencia en las sociedades humanas durante los últimos milenios. Dejo aquí referencia del libro: http://www.amazon.com/Better-Angels-Our-Nature-Violence/dp/0670022950/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1322210355&sr=8-1
Aunque se me olvidó poner el nombre de a quién va dirigido el comentario anterior, me parece que es claro que se dirige a Aloe.
ResponderEliminarTambién me he tomé la molestia anoche de tratar de encontrar las cifras citadas por Aloe en el libro de editorial Akal, que prácticamente se limita a repetir estudios parecidos de la ONU con el sesgo de exclusión de víctimas masculinas. Editorial Akal destaca también por la publicación de obras comprometidas con los principios del neofeminismo.
ResponderEliminarAloe, eso que dices de que a los noruegos quizá no les parezca mal hacer la mili por obligación, lo siento, pero debo calificarlo como una auténtica bajeza. Siguiendo tu razonamiento, si no les pareciera mal, si no fuera un tema impopular, no tendrían que obligarles ¿no?. No sé si es una tremenda ingenuidad o una tremenda maldad afirmar que "si fuera impopular, lo habrían quitado". Aunque la democracia noruega sea mejor que la española (para lo cual no hay que correr mucho), no hay en este planeta ninguna democracia tan perfecta que no imponga a sus ciudadanos asuntos impopulares. Por ejemplo, si ahora el PP, con su flamante mayoría absoluta, decide recortar las pensiones de los jubilados (no es tan descabellado imaginarlo, aunque ha prometido no hacerlo) ¿sería porque se trata de un medida popular? Qué simpleza...
ResponderEliminarPero lo que se estaba discutiendo no era la conveniencia o no de la mili obligatoria, sino la injusticia de que esa obligatoriedad sólo se aplique a la mitad de los ciudadanos, mientras que la otra mitad se va de rositas; y haciendo esta división no por sorteo, sino por discriminación sexual. Parece que a ti, ese doble rasero no te parece muy mal; me gustaría saber tu opinión si fuera a la inversa, y las obligadas fueran ellas. Mientras, la mitad que se libra no deja de reclamar igualdad, en los aspectos que le interesa, claro.
(El caso noruego es así, de verdad, lo hemos comprobado varias veces los habituales de este blog. Pero también tú puedes comprobarlo facilmente si tienes dudas, también Google es amigo tuyo).
Aloe, ¿te importaría copiar y pegar el texto (y la fuente bibliográfica o documental de la que la has tomado) en la que se señala, como dices tú, que "Hace mucho que los muertos de las guerras son civiles en su noventa por ciento o poco menos."
ResponderEliminarNos ahorrarías mucho tiempo en búsquedas, y de paso añadiría un poco de credibilidad a lo que sostienes...
José
Aloe ha escrito:
ResponderEliminar“Y no olvides: las víctimas civiles se suelen infracontabilizar. Porque no mueren en combate, y no siempre por efecto de violencia directa.”
Un tío mío fue reclutado (bajo amenaza de muerte) para participar en la Guerra Civil Española. Volvió del frente con una tuberculosis, de la que murió poco después, siendo ya “civil”. Oficialmente mi tío no murió en la guerra, aunque es obvio que murió como consecuencia de ella, y de la existencia del llamado servicio militar obligatorio. En ese sentido mi tío entraría en el grupo de las “víctimas civiles” citado por Aloe, aunque me temo que cuando Aloe habla de muertes civiles infracontabilizadas está más bien pensando en mujeres... Porque Aloe sigue sin contestar a mi pregunta relativa a si considera más condenable, dolorosa y reprobable la muerte de una mujer en la retaguardia que la de un varón, convertido a la fuerza en soldado, en el campo de batalla. Aunque es evidente que si los valorase por igual no haría la distinción entre combatientes y no combatientes.
Sorprende, además, que aquellas que dicen luchar contra el “machismo”, caso en este blog de Cristina y Aloe, sean las que luego se muestran más condescendientes con la institución militar, y en particular con la existencia del servicio militar obligatorio. Ninguno de los varones (supuestamente los violentos dominadores patriarcalistas) que participa en esta bitácora ha hablado bien de la mili. En cambio, tanto Cristina (que cree que el servicio militar le venía bien a los jovénes para así salir de su limitado mundo en el que se habían criado), como Aloe (que supone que a los noruegos les parece bien ir al cuartel), que, al parecer, son mujeres y feministas, son las que paradójicamente menos pestes echan del mundo cuartelero. Y sorprende sobremanera porque si hubiese que destacar alguna institución como machista, opresiva y deshumanizadora, esa sería, en mi opinión, el Ejército y el servicio militar obligatorio. Un servicio militar (para los varones) que ni Aloe ni Cristina han probado en sus carnes, y que Aloe explica como consecuencia del dimorfismo sexual, aunque luego tal diferencia física no impide que las mujeres sí puedan ser militares profesionales...
Lo último que imaginé encontrar en esta bitácora era una apología encubierta del servicio militar obligatorio para los varones (como hacen Aloe y Cristina), y en unos términos que dejan pequeño al más rancio militarismo español. Pero hay que agradecerle a Cristina y Aloe que hayan expresado lo que piensan, porque aunque es dudoso que éste sea un buen lugar para hacer con éxito apostolado de su nueva religión, ya que los que aquí estamos venimos de vuelta de muchas cosas, sí es bien cierto que lo dicho por estas señoras servirá para que a más de uno se le acaben de abrir los ojos acerca de cómo piensan las feministas...
José
Anónimo Jośe: no puedo contestar a todo, porque las interpelaciones son muchas y porque además se repiten más que el ajo aunque las conteste.
ResponderEliminarCuando yo digo que estoy pensando en civiles, estoy pensando en civiles: en todos los civiles. No hagas estereotipos ni fabriques hombres de paja, por favor.
Considero más reprobable la muerte de no combatientes (de cualquier clsse de no combatientes) que la de combatientes. Más reprobable, pero NO mas dolorosa. Son dos cosas distintas.
La violencia existe, la lucha existe y a veces es inevitable.
Las disquisiciones clásicas sobre la "guerra justa" han llegado a la estupidez sangrante hoy en día porque la escala de la guerra, la destrucción y la muerte (de combatientes y no combatientes) han hecho casi absurda esa disquisición.
Pero yo me intento imaginar qué pensaría si mi casa, mi familia, mis hjos, ni vida (o las de otros como yo) estuviera amenazada por un agresor y yo tuviera la capacidad de defenderme: pues me defenderia, qué le íbamos a hacer, y si alguno de los agresores cayese, pues no me consideraria reprobable.
En cambio, agredir a un no combatiente no tiene jamás esa justificacion, porque no es su vida O la tuya (y la de los tuyos).
Antes de que los fabricantes de hombres de paja vengan corriendo a decir que sostengo eso porque a pelearse irían otros, aclaro que no estoy hablando de otros. Estoy hablando de mi. Con gusto iría si así mis hijos estuviesen a salvo. No sé si iría con el mismo gusto por mucha gente más, eso lo reconozco. Y también lucharía por mi misma y mi propia vida. Pero nunca jamás contra quien no me estuviera atacando directamente.
Ahora dirás que el caso de tu abuelo no tiene que ver: lo reclutaron y punto. Y murió a causa de la guerra. Así es, no hablo de ese caso. Eĺ sufrió la guerra como todos los demás que no la eligieron y la sufrieron, combatieran o no. Traidores y canallas fueron los que sí la quisieron, y la emprendieron contra sus vecinos y compatriotas. Y responsables de todas las muertes y de todo el sufrimiento. La reprobación es para ellos. Y para quienes mataron civiles de cualquier bando, porque no estaban obligados a ello por la necesidad inmediata, que no para mientes en si el que te ataca viene por su gusto o no. Porque él tampoco deja de atacar porque venga obligado: su alternativa es que le fusilen, y también quiere salvar su vida aun a costa de otras.
Yo achaco al dimorfismo de nuestra especie pautas antiguas y tradicionales. No digo que sean eternas ni necesarias, lo mismo que ya no es necesario parir seis hijos para que lleguen a adultos tres, ni amamantarlos tres años, como también era el caso.
No hago tampoc apología del servicio militar obligatorio. Me alegro de que lo quitaran. La guerra no me produce ninguna emoción marcial, ni ningún orgullos patriótico. Es siempre un asunto criminal, sucio, caótico y espantoso.
Pero es que somos criminales, sucios, caóticos y espantosos, aunque no siempre ni todos los días.
Ojalá nunca lo seamos de nuevo por aquí.
Pero es mejor decir las cosas como son, que de buenismos baratos ya andamos sobrados.
Humberto, ya sé qué Google es nuestro amigo. Pero no necesito mirar lo de Noruega, porque no tengo dudas de que sea cierto, ya que lo dices.
ResponderEliminarLa comparacion que haces con otras medidas políticas impopulares no sé si es buena. Porque aquí hay que aguantarse con lo que sea, pero en Noruega no.
La comparacion pertinente es: ¿Si quitaran o rebajaran las pensiones en Noruega, y, previsiblemente fuera una medida mayoritariamente impopular, los noruegos se quedarían callados? Yo no lo creo.
Pienso que sería maś justo que si creen que necesitan la mili, la impusieran a todo el mundo, y no solo a los hombres. Pero como yo no soy responsable de que eso sea así, no sé por qué tengo que darte cuentas o explicaciones de ello.
Tanto daría que yo te echase en cara a ti que en Afganistán las niñas son casadas sin preguntarles y han de tener un montón de hijos sin poder elegir. ¿Tienes tú la culpa de eso? ¿Defiendes eso, a pesar de tu ideología de que las mujeres son unas lagartas y los varones unas pobres víctimas? No creo que lo defiendas, porque a diferencia de tí, yo intento no fabricar hombrecillos de paja todo el rato contra los que sentirme a gusto dando mandobles.
Quizá tengo maś hábito de discutir con personas que opinan distinto, no sé.
Aloe, ¿te importaría copiar y pegar la cita del 90% de mortalidad entre la población civil en caso de guerra? Es que a estas alturas no sé quién miente, si tú; si la fuente de la que dices beber, o ambas.
ResponderEliminarJosé
Aloe, voy a empezar dándote la razón en el tema de Afganistán en el que finges que preguntas e inmediatamente dices lo que supones que yo respondería: gracias por hacerme de portavoz, pero me parece un jueguecito muy raro. Efectivamente, me parece una gran injusticia lo que ocurre en Afganistán con las niñas. Pero me extraña que saques un tema nuevo después de quejarte de la cantidad de hilos que embrollan ya esta entrada. En fin, tú sabrás.
ResponderEliminarReconozco que nunca había oido esa expresión de los "hombres de paja" que tanto usas como arma arrojadiza. Así que he consultado al amigo Google y me he encontrado esta explicación: "La falacia del hombre de paja consiste en caricaturizar los argumentos o la posición del oponente, tergiversando sus palabras o cambiando su significado para facilitar el ataque". ¡Ayvá, qué sorpresa! si es lo que lo que acabas de hacer tú conmigo... Porque me gustaría saber de dónde te has sacado la siguiente estupidez: "a pesar de tu ideología de que las mujeres son unas lagartas y los varones unas pobres víctimas". Esto ya no es un "hombre de paja", esto es directamente una calumnia. Nunca me habrás leído llamar lagartas a las mujeres, ni mi ideología (de la que no sabes nada) va por ahí. Siento un gran respeto e incluso cierto cariño por las mujeres en general, aunque ninguno por ese subgrupo que yo suelo llamar hembristas, Emilio neofeministas y otros, feministas radicales o feminazis. Especifica dónde he dicho yo que las mujeres son unas lagartas, o ten la honestidad de rectificar.
Presumes de tener hábito de discutir con personas que opinan diferente, pero estás dejando claro que no soportas que te contradigan. Ya en tu primer comentario a esta entrada mostrabas una actitud bastante soberbia, inusual en esta bitácora: "Emilio, el hecho histórico de la "histórica dominación masculina" es indiscutible, cierto y evidente. Luego se puede discutir..." Bueno, menos mal que nos das permiso para discutir algo. Quizá lo que te ocurre es que esperas que digamos amén a tus doctrinas, y al no conseguirlo vas perdiendo los papeles.
HUmberto, yo no he sacado un tema nuevo, he puesto una comparación, y la he buscadao muy clarita precisamente para poder dejarte bien en ella.
ResponderEliminarTú fabricas hombres de paja cuando me atribuyes constantemente la defensa de posturas que no sabes si son las mías, y cuando me atribuyes tambien que falseo mis verdaderas opiniones y en realidad no opino lo que digo.
Lo que me echas en cara es meramente un frase humoristica, porque a veces hay que expresarse resumidamente. Ya supongo que tú no consideras literalmente a todas las mujeres unas lagartas, pero sí que tienes enormes estereotios de género. Si no tuvieras enormes prejuicios de genero no me estarías atribuyendo opiniones que no he manifestado, ni manifestándote incrédulo con las que sí he manifestado,
Ese comportamiento demuestra que funcionas mentalmente en modo amigo-enemigo, y que por eso, si yo manifiesto desacuerdo contigo, automáticamente debo tener todo el pack de "enemigo" como bagaje de ideas en mi cabeza.
José: he puesto dos enlaces. Los dos a libros académicos, no a Meneame. Lo que sostengo es un conocimiento común, no un aislado y discutible estudio de la Universidad Esotérica de Arkham. Tienes documentacion accesible guerra por guerra, y cálculos aproximados, con divedsas metodologias, para el total de las del siglo XX y las que llevamos en el XXI. No des la barrila, sino demuestra, si puedes, por qué el mundo entero está equivocado y todas las fuentes lo hacen mal.
Si te digo que es un conocimiento común que la mayoría de los españoles eran analfabetos en 1700 ¿vas a pedirme bibliografía porque no sabes encontrarla? ¿Y cual te satisfacerá, si dos fuentes no te satisfacen?
Humberto, si no soportara que me contradijera, no estaría aqui, ni siquiera habría participado de la dicusión.
ResponderEliminarLa rotundidad de una opinion no es soberbia. Si así fuera, solo habría soberbios en este blog, y nadie ha dicho eso. Yo creo que mis opiniones te parecen más rotundas y hasta soberbias, porque son muy distintas de las tuyas. En cambio, aquellas con las que estás de acuerdo no te lo parecen, precisamente porque no las pones en duda, o apenas les harías algún matiz.
Yo estoy aqui en absoluta minoría, y creo que mantengo un nivel de respeto personal considerable. Que he dado la razón expresamente en todo cuanto creo que puedo darla, o incluso como hipótesis o como cuestion dudosa.
Vuelvo a decir que quien se escandaliza muy pronto de oir opiniones muy distantes de la suya no soy yo precisamente.
Tú manifiestas a menudo en tus comentarios opiniones extraordinariamente radicales, de cuya animosidad no eres consciente porque estás en un entorno de opiniones parecidas.
Resulta realmente perverso el razonamiento de Aloe, porque recurre al ejemplo comprensible de "si te van a matar a ti, te defiendes, y matas al contrario", para luego extrapolarlo a los conflictos bélicos, y concluir que los combatientes muertos formaban parte de esos no del todo inocentes asesinos en potencia, y cuya muerte siempre será menos lamentable. Aloe establece así una doble categoría de víctimas. Una, la de los combatientes, y otra la de los no combatientes, y de acuerdo con su particular interpretación ética de la guerra concluye que la muerte de los segundos es más "reprobable". Aloe dice no distinguir entre hombres y mujeres en el caso de los muertos no combatientes, pero a nadie se le escapa que se trata de un evidente hipocresía, porque el fin último de aquella distinción es infravalorar las muertes de combatientes (masculinas en su inmensa mayoría), al tiempo que sobredimensiona las muertes de no combatientes (entre las que la sex-ratio estará más equilibrada, e incluso puede incluir más muertes femeninas que masculinas). Esa lógica le permitiría a Aloe, llegado el caso, afirmar que las mujeres son cuantitativamente las eternas víctimas de las guerras, como era de esperar de una sociedad donde el grupo privilegiado (los hombres) se libra de los costes de un conflicto que soportará el grupo sometido (las mujeres). Y para reforzar su tesis, Aloe no duda en recurrir a la mentira, inflando la proporción de muertes civiles en los conflictos, a la que dispara hasta un inconcebible 90% del total de fallecidos (lo que en buena lógica nos llevaría al absurdo de considerar al frente de batalla como el lugar más seguro en caso de guerra), o cuando no puede negar la existencia del servicio militar obligatorio sólo para los varones en países supuestamente igualitarios entre sexos, Aloe echa mano del cinismo más despreciable, argumentando que será porque a los noruegos les gusta ir a la mili.
ResponderEliminarHabría que preguntarle a Aloe si considera como no combatientes a las mujeres que durante la segunda guerra mundial ocupaban masivamente las fábricas de armamento que luego usarían sus maridos en el frente. Porque no hace falta ser militar para comprender que la máquina de guerra es un todo donde tan importante es la vanguardia como la retaguardia, y donde si las fábricas de armas no funcionan la contienda está perdida. Combatientes también serían, desde mi punto de vista, aquellas mujeres que aportan su dinero en forma de impuestos de todo tipo para financiar las guerras, porque sin recursos financieros tampoco se ganan aquellas. Combatientes serían también las mujeres diputadas del parlamento español (todas menos una) que votaron favorablemente a la participación española en la guerra contra Libia, porque sin esa votación favorable aquella no se hubiese dado. Y combatientes serían también Carmen Chacón, Trinidad Jiménez e Hillary Clinton, porque sin dirigentes políticos que instiguen la guerra, ésta no se daría. ¿Dónde englobamos a estas mujeres, Aloe? ¿En el grupo de las potencialmente víctimas muy reprobables de los no combatientes? ¿O quizá en el de los no tan inocentes combatientes que participan de la máquina militar desde sus respectivos puestos y de acuerdo con sus capacidades?
El pensamiento de Aloe se mueve de esta manera entre el victimismo clásico del feminismo, y las concepciones filofascistas -de izquierdas o de derechas- que anteponen el interés del Estado frente al del individuo y la libertad. Porque los fascismos de todos los tiempos, con éste nombre o con el que esté de moda y pase por políticamente correcto, los soldados reclutados a la fuerza (varones, claro) han sido siempre carne de cañón, y su muerte siempre será algo lamentable, pero social y políticamente admisible, ya sea porque su muerte habrá sido en nombre de la patria, de la raza, de la revolución, o bien porque lo fue para "liberar" a las mujeres del oprobioso patriarcado.
José
Aloe, en relación con los muertos civiles y no civiles no sé si te has dado cuenta pero hace ya muchos comentarios te he dicho que me tomé de la molestia de leer tus enlaces y lo que en ellos figura no se parece a lo que tú dices. De tal modo que no eches balones fuera.
ResponderEliminarPor lo demás te recuerdo que para mi todas las muertes tienen el mismo valor y que eso de reservar un lugar especial para unas negándoselo a otras a mi no me parece bien y que si en un principio la distinción era entre civiles y no civiles, metiendo en el mismo saco a militares profesionales y soldados de reemplazo, ahora la expresión ya ha derivado hacia "muertos civiles, en su mayoría mujeres y niños".
En fin, estaría bien que si citas una fuente sea para recoger lo que se dice en ella y no otra cosa.
Aloe, si entras en un debate diciendo que determinada idea es "indiscutible, cierta y evidente", para mí lo único evidente es tu soberbia, reflejada sobre todo en la palabra "indiscutible". Es una forma de de decir "esto lo digo yo, y que nadie me contradiga". Y lo digo sólo por la forma de decirlo, no por la idea en sí misma; porque te diré, para tu sorpresa, que yo sí creo que ha habido dominación masculina, en eso estoy de acuerdo, pero no lo calificaría como algo indiscutible, siempre estaría dispuesto a escuchar a quien opine lo contrario. En eso somos muy diferentes.
ResponderEliminarComo bien dices, estás en minoría y creo que ya no eres capaz de atender a tantas polémicas como tienes abiertas. Quiero pensar que es este sobreesfuerzo el que te lleva a confundir a unas personas con otras; porque si no no entiendo cómo me acusas de crear constantemente hombres de paja, de tener una ideología en la que las mujeres son unas lagartas, que te atribuyo opiniones que no has manifestado, que te acuso de que no piensas en realidad lo que dices (?) o que hago comentarios "extraordinariamente radicales". Y lo curioso es que afirmas mantener "un nivel de respeto personal considerable", lo que hay que oir... Bueno, que como veo que me confundes con algun otro comentarista, o con algún personaje de tu fantasía, te voy a dejar ya en paz, porque cada uno ha dejado muy claras sus opiniones, y no tiene sentido repetirse. Que tengas un buen fin de semana y que descanses.