- ¿Se puede construir la igualdad sin equidad, sin reciprocidad, de forma sectaria, sexista y excluyente? Las políticas feministas al uso dicen que sí y nuestra legislación de género también.
- Algunos os preguntáis, cómo con tantos avances en las políticas feministas y de igualdad la sensación es la de que, en lugar de caminar hacia la superación de roles, caminamos en una dirección bien distinta… Basta con ojear cualquier portada de periódico digital para ver que ellos y ellas aparecen para cosas distintas, en lugares diferentes y con mensajes, en muchos casos, contrapuestos.
- A los padres se nos acusa de ausentes, de poco comprometidos con la educación de los hijos. Quizá sea por eso que ni tan siquiera se nos menciona en las políticas de conciliación de vida familiar y laboral. Es más, a veces se olvidan hasta de los hijos, ya que según la noticia: “los abuelos amparan a las trabajadoras….”, referido al papel de los abuelos en la educación y cuidado de los nietos. Quizá debería corregir y decir que ni siquiera se nos menciona cuando nos muere un hijo en misión humanitaria o en Afganistán. Aunque puede que razón no les falte pues un padre que se pasa en alta mar varios meses, que cuando vuelva vea pocos a los hijos no cambia mucho las cosas. Aunque también recuerdo aquel padre en televisión, panadero por más señas, que explicó que su mujer y su hija lo habían abandonado, porque había estado poco tiempo con ellas. La única duda que me quedó del asunto fue cómo no se dieron cuenta hasta que la hija acabó los estudios superiores.
- Unas amigas me confesaban que venían asombradas de un cursillo para prevenir la violencia de género. Y no sólo por el tono conminatorio en que todo él se desarrolló, de tal modo que quien había dicho ser testigo, fue inmediatamente corregida pues lo que había sido era testiga, pero cuando su asombro fue mayúsculo fue cuando oyeron que deberían considerar como maltrata a toda aquella mujer que declarase que su marido no compartía al 50% las tareas del hogar.
Si observamos la realidad con un filtro que elimina lo que no nos interesa, lo normal es que obtengamos un diagnostico falso, y la medicina elegida en base a ese diagnóstico cause más mal que bien.
ResponderEliminarMuchas veces me he preguntado por qué cuando se habla de tareas domésticas nunca se incluyen los pequeños arreglos de la casa o el mantenimiento del coche familiar, realizados casi siempre por el hombre.
En cuanto a la cifra del 50%, quizás no parezca tan buena idea en el caso de una pareja en el que sea el hombre el que dependa del trabajo de la mujer, y sea esta la que pase el día fuera, y aun así tenga que ceñirse al 50% obligatorio. Umm, pero ahora que lo pienso, este tipo de pareja no creo que sea la que tienen en mente las feministas cuando hablan de igualdad.