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28 octubre, 2013

“De todos los hombres que haya en mi vida, ninguno será más que yo”

Hace un tiempo se llevó a cabo una campaña institucional contra el maltrato a las mujeres, extendida también a algunos países de Latinoamérica que tenía por lema lo siguiente:

Ella dice: “De todos los hombres que haya en mi vida, ninguno será más que yo
El dice:    “De todas las mujeres que haya en mi vida, ninguna será menos que yo”

Algunos evidentemente criticamos la falsa igualdad así formulada ya que lo que ninguna de las dos expresiones excluye es la posibilidad de que ella sea más que él o él menos que ella, posibilidad que con toda claridad queda abierta,  y así  lo hicimos saber en su momento. Si de verdad  fuese la igualdad lo que pretendiese lo más sencillo serían dos expresiones simétricas.  

Pero visto en perspectiva hemos de concluir que las citadas expresiones no se han limitado a una más o menos desafortunada redacción de un lema de una campaña de propaganda, como sus promotores en su momento quisieron hacernos creer, porque lo cierto es que las políticas de género se ciñen con precisión al contenido de esos mandatos y sea cual el campo de las políticas a los que las apliquemos.

Sea que nos refiramos a una separación donde la única igualdad garantizada es la de ella, no digamos la violencia de pareja donde ya sin tapujos se contempla un diferente trato, pero mucho más allá de esas políticas sucederá que la política educativa, sanitaria, de empleo público, de promoción a cargos públicos... las únicas desventajas contempladas son las que afectarían a la mujer no así las que afectasen a los hombres.

Y de ese modo interesa promover políticas que consigan que la mujer no quede en desventaja en los estudios de ciencias y las carreras técnicas pero el fracaso escolar masculino ni tan siquiera se reconocerá en su especificidad,  como se promoverá el empleo femenino en aquellos ámbitos en los que se encuentre en minoría pero no habrá correlato en los que su presencia exceda del 60, el 70 o el 80%.  Llegando al súmmum de la incoherencia cuando se defiende esa mayoría aplastante de mujeres en al ámbito sanitario, la educación o los juzgados de familia, pero se reclama con el mismo ahínco  la paridad en otros ámbitos en los que sí está en minoría.


Con lo que es fácil concluir que la llamada igualdad de género a lo que más se asemeja es a lo que en términos populares se denomina ley del embudo o, lo que con mayor carga política se expresa cuando se dice que la igualdad formalmente es para todos, pero en la práctica lo es más para unas que para otros. 


20 octubre, 2013

El género como ilusión

Este párrafo: "No tan rápido. En primer lugar, más estudios recientes muestran que las diferencias de género en el número de parejas sexuales se reduce o desaparece del todo si a las mujeres se les dice que están conectadas a un detector de mentiras y que la información que proporcionan será confidencial. En otras palabras, cuando una mujer se siente lo bastante segura o de otro modo obligada a contar la verdad sobre su conducta sexual, la historia que cuentan se asemeja a la historia masculina. Más aún, si las mujeres creen que no resultarán dañadas y que el sexo estará bien, su disposición a tener sexo casual se iguala con la de los hombres."

de esta entrada pone al descubierto algo de extraordinaria importancia para entender algunas de las más relevantes cuestiones de género, al mostrar como la cultura (la ceguera masculina y el disimulo y ocultación femeninos) impide que veamos con claridad los comportamientos de ambos sexos y seamos capaces de convivir decenas y centenares de años bajo verdaderas ilusiones como la de que solo los hombres eran infieles o, más exactamente, una importante mayoría de hombres era infiel a su pareja pero solo una pequeña minoría de mujeres también lo era. Hoy no solo los lugares de contactos de internet, también los estudios más rigurosos ponen de manifiesto que tal cosa no solo era imposible estadísticamente tampoco socialmente comprensible, máxime si tenemos en cuenta el número de hijos nacidos en el matrimonio pero que el ADN demuestra que no se  corresponden con  quien se creía su padre biológico. 

Estas dos entradas: aquí y aquí de: La cause des hommes, muestran otras formas de esa misma ilusión al conseguir ocultar, a los ojos de la sociedad, la violencia conyugal sufrida por los varones, pero también el tabú de la pedofilia femenina. 

17 octubre, 2013

¡Curiosa igualdad!

Leyendo el documento sobre el impacto de género de los Presupuestos generales del Estado queda, por si a alguien le quedase todavía  duda,  meridianamente  claro el significado de la igualdad que con tal concepto se mide.  Esa igualdad de género que es a la igualdad lo que la democracia orgánica  a la democracia: mucho de orgánica y poco de democracia, para nuestro caso mucho de género pero muy poco de igualdad. Nada en relación con el permiso paterno, uno de los más raquíticos de Europa y desde luego nada que ver con lo que se estila en países con los que sí competimos  en otros aspectos de esta igualdad,  particularmente los nórdicos. Como nada de favorecer  o fomentar un mayor  contacto de los niños con la figura masculina en los primeros años de la vida, particularmente en el jardín de infancia o en la educación primaria.

Uno esperaría encontrar una referencia al fracaso escolar masculino pero no la hay, y esto es especialmente grave ya que el más importante se produce en los tramos de la educación obligatoria. Como esperaría  una referencia a por qué dado el importante volumen de recursos dedicado a la salud reproductiva y sexual los varones después de una prostatectomía radical han de pagarse de su bolsillo los tratamientos, en muchos casos costosos e indefinidos, o una explicación a por qué si en las administraciones públicas las féminas ya son muy holgada mayoría, particularmente las de más reciente creación como las autonómicas, el empleo que se sigue promocionando es el femenino. También sin referencias en cuanto a los sin techo.  Los ejemplos podrían multiplicarse.

En un documento lleno de llamadas a la igualdad, la paridad y la equidad y donde se reclama la paridad de las mujeres en los consejos de administración de las empresas y la universidad, o la equiparación del número de hombres y mujeres en las federaciones deportivas, nada se dice de por qué en los juzgados de familia el número de juezas puede exceder ampliamente del 80 %,  y que  esa mayoría se extienda al personal que interviene en  todo el proceso de asignación de custodias: equipos psicosociales, abogados de familia y personal de los juzgados de tal manera que  un hombre en esa situación pueda convertirse en el único varón ante todos ellos. Y eso por no mentar que la mayoría de esos equipos están formados en la teoría de género.

Se siguen subvencionando los estudios sobre el sexismo del lenguaje, como si no nos encontrásemos ante un inmenso fraude intelectual puesto de manifiesto desde la RAE, del mismo modo que se subvencionan todo tipo de  estudios y agrupaciones de género, pero nada se diga de la escasísima presencia masculina en la comisión de igualdad del Congreso, como tampoco de cómo ha sido posible que desde la televisión pública se ofreciese durante años una parrilla en la que todos los magazines y las principales figuras de los informativos eran mujeres, como no se dice nada de esas oficinas públicas  en las que compuestas por decenas de personas detrás de una mesa de ordenador la figura del trabajador masculino no existe ya que todos los puestos están ocupados por féminas.  En fin no se trata de hacer un relato exhaustivo porque no tendría cabida en una entrada de blog pero es evidente que nos encontramos ante una igualdad descompensada y,  desde luego,  no a favor del género masculino.

Pero me gustaría añadir dos notas más a esta entrada que tienen que ver con el tratamiento de estos temas desde las instancias oficiales  y las académicas.  La primera tiene que ver con el silencio de ambos sectores en la denuncia de estas desigualdades e inequidades: a nadie debiera pasar desapercibida que en plena crisis el empleo público más de 200.000 haya ido a parar todo a las mujeres. Como tampoco se explica el silencio del mundo académico  y los profesionales que trabajaban en el campo social ante el increíble estrago que en ese terreno se está produciendo al trasladar a ámbitos como la psiquiatría  esa amalgama de variables según la cual los cambios de humor se conceptúan enfermedad mental al lado de la esquizofrenia o el autismo, y en un totum revolutum no se distingue entre variables subjetivas y variables objetivas lo que, inevitablemente, más que clarificar para lo que sirve es para ocultar y  convertir lo que debiera ser ciencia médica y social en mera ideología.


Estamos muy lejos de aquel feminismo de carácter democrático y base popular de otros tiempos ya que ahora éste se encuentra entretejido en todas las instituciones  y de modo particular en las de la Unión europea y la ONU desde donde  dictan magisterio y establecen normas sin que hasta el presente se hayan tropezado con la mínima oposición, como si de un nuevo despotismo,  éste de género, se tratase. 


11 octubre, 2013

Nueva Ilustración

Este país está necesitado de una nueva Ilustración, no porque hubiera habido alguna vez la primera, que salvo para  reducidos grupos de nuestra sociedad nunca ha sido así, sino porque aunque animada de un espíritu semejante  a la que en su momento alumbró la Ilustración francesa habría que construirla desde los presupuestos de la ciencia y la cultura de nuestro tiempo.

En mi opinión la ciencia junto a las grandes cimas del arte,  la literatura y la filosofía representa lo más grande que ha creado el ser humano y la base sobre la que construir una sociedad mejor en lo individual y lo colectivo. Y esto que debiera ser algo que no haría falta recordar, se está haciendo muy urgente repetirlo y defenderlo a tenor de lo que vemos y observamos cada día ya que, como dice Muñoz Molina en este artículo:  En España algo que nunca ha faltado son los defensores de la ignorancia.

Ya en su momento, por los años 70 del siglo pasado,  Umberto Eco anunciaba que caminábamos hacia una nueva Edad Media y, si la primera vez que tuve conocimiento de tal afirmación se me hacía difícil ver algo tan rotundo, hoy mis dudas son menores a tenor de lo que estamos viendo en terrenos tan variados como la política: lo universal ha muerto y ya solo cabe la defensa de los particularismos, en lo jurídico: desde diferentes ángulos del derecho se nos retrotrae a una negación de un derecho igual para todos y so pretexto de defensa de determinados colectivos se recupera la división existente en el trato a los ciudadanos según su sexo, su orientación sexual incluso su procedencia territorial, o en lo cultural donde la teoría de género y el posmodernismo lo ocupan todo.


Y se hace más imprescindible porque los sectores con mayor poder social y político no solo han dado la espalda a la ciencia y la cultura, sino que se han convertido en el bastión para impedir que el pensamiento crítico,  que la difusión de la ciencia y la cultura cobren el protagonismo que necesitamos para superar el pensamiento único y el marasmo que en  lo económico, lo cultural y lo político vive nuestra sociedad. Leyendo estos días las reacciones del statu quo ante los resultados de la PISA de adultos que sitúan a nuestro  país a la cola de la OCDE,  o las últimas entradas de Malaprensa en las que la voluntad de falsificación de datos y estadísticas  se hace moneda corriente, esta necesidad me parece todavía más urgente. 

08 octubre, 2013

Lo importante y lo que nos distrae

Algunas cosas dan una medida más exacta de la sociedad que tenemos que grandes peroratas. Traigo a esta entrada dos informaciones de muy distinto signo que seguramente pasarán casi desapercibidas, pero que  merecerían análisis  en profundidad. La primera tiene que ver con la disputa por la custodia de los hijos y la segunda sobre el panorama educativo en nuestro país.  Solo añadiría a lo comentado por Luri que lamentablemente los responsables del estado de nuestra educación son algunos más de los que él apunta  y quizá sea eso lo que explique  que  finalmente acabe cumpliéndose su vaticinio: dos días de gesticulaciones y  vuelta a la mediocridad.  



04 octubre, 2013

Enfermedad mental y género

Si entendéis bien esta noticia me gustaría lo explicaseis con claridad. En mi opinión en ningún lado del cuerpo de la misma parece quedar recogido el titular, pero tampoco veo la relación entre éste y un párrafo como el que sigue:

Resulta curioso, a ojos de la experta, que "las mujeres poseen una mayor esperanza de vida que los hombres, ponen en marcha mayor número de conductas preventivas, padecen en menor medida enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias adictivas, experimentan menor grado de accidentabilidad y, a pesar de todo ello, la sensación subjetiva percibida por parte de ellas sobre su bienestar, calidad de vida y estado de salud es significativamente peor que la que manifiestan los hombres."