He leído algunos de los comentarios en relación con la sentencia del Tribunal Supremo sobre la no posibilidad de objeción de la asignatura de Educación para la ciudadanía, y aún cuando no puedo generalizar, pues no me he leído más que una pequeña parte de los mismos, me sorprende que de todos los que he leído ninguno hiciera alusión a que, en la práctica, Educación para la ciudadanía en nuestro país se ha convertido, como por otro lado todo hacía pensar, en una asignatura para la difusión de la ideología de género.
Aún cuando sólo constituyan pequeños botones de muestra, lo recogido aquí y aquí deja bien a las claras que la oposición a una tal asignatura por parte de muchos, entre los que me encuentro, nada tiene que ver con ningún tipo de prejuicio religioso, ya que no soy creyente, sino con lo que desde la perspectiva de la Ilustración y los valores constitucionales haya de ser la educación, incluso el respeto por la verdad, si tenemos en cuenta el enorme número de datos y estadísticas, de dudosa veracidad y difícil aceptación ofrecidos en estos textos. Por ejemplo los relativos a la famosa brecha salarial.
Es como si el aspecto de género fuera invisible para gran número de ciudadanos, incapaces de ver, en éste como en otros muchos temas, más allá de dos posiciones, la de los que apoyan la asignatura por un lado y, por el otro, ya no hubiera más que la Jerarquía eclesiástica y el Partido Popular, cuando una corriente muy importante de los que nos oponemos, lo hacemos por motivos bien diferentes y admitiríamos de buen grado una asignatura basada en contenidos del derecho, la Constitución y los DD.HH, que abordase los grandes retos derivados de la globalización y la construcción europea. Lo que creo que no es de recibo es la pretensión de una moral pública estatal, por muy laica que esta sea, inspirada en una ideología: la de género, que parte a la sociedad en dos: hombres y mujeres, para los que establece diferente trato y consideración.
Las feministas de género dicen tener su razón de ser y su objetivo último en la conquista de la igualdad. Los hechos sin embargo no hacen más que desmentirlas. Quisiera desde este blog no solo denunciar la deriva neofeminista, también combatir la estigmatización de los hombres y reivindicar la dignidad de lo masculino.
29 enero, 2009
26 enero, 2009
¡¡¿igualitarismo?!!
Hablábamos en al antepenúltima entrada de las posibilidades de manipulación de una palabra como machista que, a fuerza de un uso tan abusivo, se ha convertido en un arma arrojadiza para evitarse el esfuerzo de analizar e interpretar la realidad, siempre mucho más rica y compleja que el simplismo dualista de buenas y malos en que algunos quieren convertirla. Y, si ya el trabajo de clarificación de lo que hubiera de significar machista y machismo parecía ingente, ahora todo se complica con un nuevo término: neomachismo, puesto en práctica por una autoridad política: el señor Lorente, alto cargo del Ministerio de Igualdad quien nos alerta sobre los mitos de un nuevo machismo.
Y os preguntareis cuáles son esos “mitos” del “nuevo machismo”. Tal como recoge el diario Público: “Entre estos, cita el síndrome de alienación parental (SAP) o la defensa de la obligatoriedad de la custodia compartida. Para el experto, estos argumentos surgen de una reacción del patriarcado que reivindica un igualitarismo que no igualdad para "presentarse como víctima o hacer referencia a situaciones de discriminación o a las dificultades para desarrollarse como padres"..
Vaya, los paladines de la igualdad y el nuevo hombre nuevo, no consideran igualdad, sino otra cosa reivindicar la paternidad y la custodia compartida, tampoco que se reconozca el SAP. Tengo para mí, que esto que se presenta como tan nuevo, suena y huele a viejo, muy viejo.
Seguramente penséis que para ese viaje no hacían falta alforjas, que ya todos sabíamos que a diferencia de lo sucede en todo el mundo occidental, el feminismo de género en España se opone a la custodia compartida, como también sabíamos que dado que el SAP es atribuible en su mayoría a la mujer parece que toca movilizar todos los recursos para negarlo y nada mejor para eso que señalarlo como “mito del neomachismo”. Expediente sencillo y económico que evita tratar como se merece un problema médico y jurídico de primera magnitud. El viejo dogmatismo de siempre que, imbuido de verdad revelada pretende imponer sus recetas a los demás so pena de pasar a la lista de neomachista.
Pero lo que hay enfrente no es ideología, es otra cosa, es ciencia médica, es reconocimiento de la realidad, es pelea para que nadie piense que negar el SAP no tiene consecuencias y de las gordas, como dice María Jesús Mardomingo “las consecuencias para los niños son tremendas”. O sea, que el señor Lorente puede quedarse muy tranquilo atribuyendo el SAP a mentes machistas, pero no por eso los niños van a dejar de sufrir sus consecuencias; y eso, para quien desempeña un alto cargo en el Ministerio de Igualdad no debiera ser asunto baladí ni cuestión a despachar con una receta ideológica, porque la ideología puede eligir cada cual la que desea, pero el SAP no debe ser minusvalorado por quien forma parte de las administraciones públicas, porque se trata de una cosa muy seria.
Y os preguntareis cuáles son esos “mitos” del “nuevo machismo”. Tal como recoge el diario Público: “Entre estos, cita el síndrome de alienación parental (SAP) o la defensa de la obligatoriedad de la custodia compartida. Para el experto, estos argumentos surgen de una reacción del patriarcado que reivindica un igualitarismo que no igualdad para "presentarse como víctima o hacer referencia a situaciones de discriminación o a las dificultades para desarrollarse como padres"..
Vaya, los paladines de la igualdad y el nuevo hombre nuevo, no consideran igualdad, sino otra cosa reivindicar la paternidad y la custodia compartida, tampoco que se reconozca el SAP. Tengo para mí, que esto que se presenta como tan nuevo, suena y huele a viejo, muy viejo.
Seguramente penséis que para ese viaje no hacían falta alforjas, que ya todos sabíamos que a diferencia de lo sucede en todo el mundo occidental, el feminismo de género en España se opone a la custodia compartida, como también sabíamos que dado que el SAP es atribuible en su mayoría a la mujer parece que toca movilizar todos los recursos para negarlo y nada mejor para eso que señalarlo como “mito del neomachismo”. Expediente sencillo y económico que evita tratar como se merece un problema médico y jurídico de primera magnitud. El viejo dogmatismo de siempre que, imbuido de verdad revelada pretende imponer sus recetas a los demás so pena de pasar a la lista de neomachista.
Pero lo que hay enfrente no es ideología, es otra cosa, es ciencia médica, es reconocimiento de la realidad, es pelea para que nadie piense que negar el SAP no tiene consecuencias y de las gordas, como dice María Jesús Mardomingo “las consecuencias para los niños son tremendas”. O sea, que el señor Lorente puede quedarse muy tranquilo atribuyendo el SAP a mentes machistas, pero no por eso los niños van a dejar de sufrir sus consecuencias; y eso, para quien desempeña un alto cargo en el Ministerio de Igualdad no debiera ser asunto baladí ni cuestión a despachar con una receta ideológica, porque la ideología puede eligir cada cual la que desea, pero el SAP no debe ser minusvalorado por quien forma parte de las administraciones públicas, porque se trata de una cosa muy seria.
24 enero, 2009
Destrucción de empleo (mujeres y hombres)
“En los últimos 12 meses la ocupación crece en las mujeres (36.400 ocupadas más) y baja en los varones (656.500 ocupados menos).” Datos de la EPA que se pueden consultar aquí
A pesar de la elocuencia de las cifras seguiremos escuchando que la crisis golpea más a ...
A pesar de la elocuencia de las cifras seguiremos escuchando que la crisis golpea más a ...
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23 enero, 2009
Machista
Todos sabemos que, a efectos de opinión pública, muchos conflictos dependen no tanto de cómo se desarrollen en la realidad, cuanto de cómo aparezcan frente a la opinión pública. La reciente guerra en Oriente Medio creo que representa en este sentido un ejemplo inestimable. El poder de la imagen y la palabra en nuestro mundo tienen a veces la capacidad de trasmutar las realidades, por eso se hace necesario actuar con rigor en el uso de las palabras (y las imágenes) so pena de que de otro modo se exprese lo que no se quiere decir o simplemente se actúe como mera correa de trasmisión de quien tiene el poder.
Me sorprende que quien tantas críticas ha hecho a la Academia y, en general al uso que
se hace de la lengua, no dude sin embargo, en utilizar el calificativo machista para cosas tan dispares como señalar a alguien que ha matado a una persona (violencia machista), al equipo infantil de fútbol del colegio (…en un ambiente tan machista… se dice a veces, para referirse a lo que tiene que ver con el fútbol y, aunque seguro que a alguno os sorprenderá, yo lo he visto usado más de una vez para referirse a los equipos escolares en los que no participaba ninguna niña), o a quien ha realizado una crítica a Carmen Chacón o Soraya Sáenz de Santamaría por la manera que visten (comentarios machistas).
Creo que es un caso único en el que un mismo calificativo sirve para referir situaciones tan dispares como las citadas; pero hay muchas otras, que seguro vosotros conocéis, por lo que os invito a una reflexión en voz alta en torno a este asunto dado que más tarde o más temprano habrá que hacerlo y el tiempo que ganemos será un tiempo ganado para la claridad y el entendimiento. Lo otro, lo que está sucediendo ahora mismo, es negar el valor de las palabras para señalar lo distinto y el matiz, llevándolas a una nebulosa de contornos imprecisos donde lo mejor del lenguaje se pierde y donde todas las manipulaciones son posibles.
Me sorprende que quien tantas críticas ha hecho a la Academia y, en general al uso que
se hace de la lengua, no dude sin embargo, en utilizar el calificativo machista para cosas tan dispares como señalar a alguien que ha matado a una persona (violencia machista), al equipo infantil de fútbol del colegio (…en un ambiente tan machista… se dice a veces, para referirse a lo que tiene que ver con el fútbol y, aunque seguro que a alguno os sorprenderá, yo lo he visto usado más de una vez para referirse a los equipos escolares en los que no participaba ninguna niña), o a quien ha realizado una crítica a Carmen Chacón o Soraya Sáenz de Santamaría por la manera que visten (comentarios machistas).
Creo que es un caso único en el que un mismo calificativo sirve para referir situaciones tan dispares como las citadas; pero hay muchas otras, que seguro vosotros conocéis, por lo que os invito a una reflexión en voz alta en torno a este asunto dado que más tarde o más temprano habrá que hacerlo y el tiempo que ganemos será un tiempo ganado para la claridad y el entendimiento. Lo otro, lo que está sucediendo ahora mismo, es negar el valor de las palabras para señalar lo distinto y el matiz, llevándolas a una nebulosa de contornos imprecisos donde lo mejor del lenguaje se pierde y donde todas las manipulaciones son posibles.
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lenguaje sexista
21 enero, 2009
(Im)Pertinente
Hace unos días descubrí que en la zapatería en que más veces había mirado la parte derecha del escaparate, la parte dedicaba al calzado de hombre, habían sustituido el modelo monotemático de varón por una abigarrada variedad de modelos femeninos: desde la francesita a la bota militar, mucha bota de caña: media, alta, más alta y, todas las variedades de tacón: de aguja, de superaguja, bajo, medio, con plataforma delante, de plataforma corrida… y ahora las dos partes del escaparate eran de calzado femenino; pero muchos otros cambios se han producido en el paisaje comercial del centro de mi ciudad en los últimos años: con sus nuevas tiendas de bisutería cara al lado de las joyerías de siempre, o el nuevo comercio de bolsos femeninos, algunos carísimos, junto a los modelos de visón de la peletería de toda la vida… y me he acordado de que, de hacer caso a algunas estaríamos ante un proceso de feminización de la pobreza.
Puestos a especular, ya que nos obligan, me gustaría saber qué estaría pasando si quienes mayoritariamente usásemos abrigos de pieles, alta cosmética y tratamientos de cirugía estética fuésemos los hombres…
Puestos a especular, ya que nos obligan, me gustaría saber qué estaría pasando si quienes mayoritariamente usásemos abrigos de pieles, alta cosmética y tratamientos de cirugía estética fuésemos los hombres…
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consumo
18 enero, 2009
Dardos envenenados
“Los hombres, al parecer, no dan tanto de sí cuando se trata de sacarles los colores por su forma de vestir: suelen ser uniformes hasta el aburrimiento y, como mucho, da juego el color de sus corbatas. Su aportación a la paternidad es, por otro lado, invisible. Por ahí no se los puede desgastar.”
No sé que lectura haréis vosotros del párrafo anterior, en mi caso me parece una generalización tan abusiva e injustificada que me cuesta creer que esté sacada de las páginas de un periódico considerado serio y riguroso, un comentario que además no está motivado porque algún varón haya roto las normas del protocolo en un acto solemne y haya provocado con ello un grave conflicto; ni tampoco de una reflexión, a raíz de algún estudio serio, que demuestre que el ejercicio de la paternidad por parte de los varones es una quimera sin reflejo en la realidad. No, no se trata de ninguna de esas cosas.
Esas generalizaciones abusivas e injustas, que seguramente el citado periódico no admitiría realizar sobre ningún otro colectivo humano, fuera éste: las mujeres, los negros, los asiáticos o cualquier otro, aparecen como de rebote como consecuencia de la denuncia realizada por parte de una revista militar sobre que la vestimenta de Carmen Chacón en la Pascua militar no respetaba el protocolo, y de las indagaciones a propósito la paternidad de la hija de la ministra francesa de justicia Rachida Dati.
Derivar de estos dos hechos las afirmaciones de más arriba, pero también esta otra:
“Todo este baile de comentarios, y las correspondientes descalificaciones machistas y bromas zafias, tiene el objetivo de cuestionar la capacidad de las mujeres que han llegado a puestos de responsabilidad.”
Como mínimo habría que calificarlo de injusto, desproporcionado, exagerado… pues es difícil entender como se deriva de un pronunciamiento de los militares una responsabilidad genérica de los hombres, o aprovechar el caso de Rachida Dati para negar la existencia de padres responsables, máxime si tenemos en cuenta que muchas mujeres opinaron (también en revistas femeninas) de forma negativa sobre el gusto de la ministra, o que la señora Rachida Dati no es la única persona en este mundo, que tiene que sufrir lo inconvenientes de una prensa rosa que lo invade todo y donde el derecho a la intimidad ha quedado reducido a mínimos.
Por eso me inclino a pensar que todo lo anterior sólo es concebible como fruto de una mentalidad de género para la que, por definición, la sociedad se divide en dos mundos separados: hombres y mujeres, y donde, por definición también, los primeros pueden ser acusados impunemente por las segundas de todo aquello que se les ocurra, aún cuando esas acusaciones sean tan generales y graves como las de más arriba y tengan tan poco asidero como una lectura sin prejuicios del citado artículo demuestra. Por cierto el comentario lleva por título: Dardos envenenados.
No es de recibo que quien pretende denunciar un comportamiento que considera reprobable, tal el derivado del aprovechamiento de cualquier circunstancia para denigrar o mermar el poder de las mujeres, acabe ella misma acusando al conjunto de los hombres por las manifestaciones de un grupo de militares, o pretendiendo que es la ministra francesa de justicia Rechida Dati quien tiene que sufrir en exclusiva las consecuencias de una sociedad enferma de cotilleo.
No sé que lectura haréis vosotros del párrafo anterior, en mi caso me parece una generalización tan abusiva e injustificada que me cuesta creer que esté sacada de las páginas de un periódico considerado serio y riguroso, un comentario que además no está motivado porque algún varón haya roto las normas del protocolo en un acto solemne y haya provocado con ello un grave conflicto; ni tampoco de una reflexión, a raíz de algún estudio serio, que demuestre que el ejercicio de la paternidad por parte de los varones es una quimera sin reflejo en la realidad. No, no se trata de ninguna de esas cosas.
Esas generalizaciones abusivas e injustas, que seguramente el citado periódico no admitiría realizar sobre ningún otro colectivo humano, fuera éste: las mujeres, los negros, los asiáticos o cualquier otro, aparecen como de rebote como consecuencia de la denuncia realizada por parte de una revista militar sobre que la vestimenta de Carmen Chacón en la Pascua militar no respetaba el protocolo, y de las indagaciones a propósito la paternidad de la hija de la ministra francesa de justicia Rachida Dati.
Derivar de estos dos hechos las afirmaciones de más arriba, pero también esta otra:
“Todo este baile de comentarios, y las correspondientes descalificaciones machistas y bromas zafias, tiene el objetivo de cuestionar la capacidad de las mujeres que han llegado a puestos de responsabilidad.”
Como mínimo habría que calificarlo de injusto, desproporcionado, exagerado… pues es difícil entender como se deriva de un pronunciamiento de los militares una responsabilidad genérica de los hombres, o aprovechar el caso de Rachida Dati para negar la existencia de padres responsables, máxime si tenemos en cuenta que muchas mujeres opinaron (también en revistas femeninas) de forma negativa sobre el gusto de la ministra, o que la señora Rachida Dati no es la única persona en este mundo, que tiene que sufrir lo inconvenientes de una prensa rosa que lo invade todo y donde el derecho a la intimidad ha quedado reducido a mínimos.
Por eso me inclino a pensar que todo lo anterior sólo es concebible como fruto de una mentalidad de género para la que, por definición, la sociedad se divide en dos mundos separados: hombres y mujeres, y donde, por definición también, los primeros pueden ser acusados impunemente por las segundas de todo aquello que se les ocurra, aún cuando esas acusaciones sean tan generales y graves como las de más arriba y tengan tan poco asidero como una lectura sin prejuicios del citado artículo demuestra. Por cierto el comentario lleva por título: Dardos envenenados.
No es de recibo que quien pretende denunciar un comportamiento que considera reprobable, tal el derivado del aprovechamiento de cualquier circunstancia para denigrar o mermar el poder de las mujeres, acabe ella misma acusando al conjunto de los hombres por las manifestaciones de un grupo de militares, o pretendiendo que es la ministra francesa de justicia Rechida Dati quien tiene que sufrir en exclusiva las consecuencias de una sociedad enferma de cotilleo.
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género
17 enero, 2009
Palestina IV
La señora ministra de exteriores de Israel Tzipi Livni, ha declarado tal como recoge La Vanguardia de ayer “...que el Ejército israelí "trata de evitar todas las muertes", y alegó que su país actúa "no solamente de acuerdo con la ley internacional sino también acorde a nuestros valores". Y eso sin que nadie se inmute ni le recuerde que ni se ha respetado la ley internacional, ni entre nuestros valores puede estar el de matar indiscriminada e impunemente.
Por eso, como visión de lo sucedido en la reciente invasión israelí de los territorios de Gaza prefiro una interpretación como la expresada en este artículo de El País titulado Gaza y la degradación moral de occidente.
Por eso, como visión de lo sucedido en la reciente invasión israelí de los territorios de Gaza prefiro una interpretación como la expresada en este artículo de El País titulado Gaza y la degradación moral de occidente.
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13 enero, 2009
Mujeres y niños
La cuestión sobre la que os quiero proponer una pequeña reflexión es sobre el hecho de que para hablar de los muertos de la guerra se haga un aparte con “mujeres y niños”. Hoy Juan Goytisolo en un artículo por lo demás magnífico vuelve sobre la cuestión y en el segundo párrafo dice lo que sigue:
“Las cosas son hoy distintas. Ya se trate de guerras de agresión, ya de supuestamente defensivas e incluso preventivas, las imágenes del daño causadas por ellas nos llegan directamente a domicilio. Asistimos en nuestra casa a las atrocidades de los bombardeos, a la muerte casi en directo de mujeres y de niños, al martilleo continuo de poblaciones aterrorizadas. La vista sobrecogedora de ruinas, cadáveres, desesperación de los próximos a las víctimas, puede ser captada no obstante sin que imaginemos los sentimientos de impotencia, rabia o dolor ajenos, sin que nos pongamos en la piel de quienes los sufren...”
Y quiero preguntaros, os parece justa esta manera de referirse a las víctimas. Entiendo lo de los niños, como entendería lo de los ancianos o los discapacitados, como lo entendería de las mujeres en cinta o con niños pequeños. ¿Quizá un hombre cualquiera, un civil palestino al que lo único que le gustaría en su vida sería poder vivir en paz, es menos víctima? ¿Debemos asumir que la ministra de defensa de nuestro país sea una mujer o que las mujeres formen parte del ejército profesional, que Tzipi Livni la ministra de AA.EE y al parecer la principal beneficiaria electoral de esta tragedia, quien tan destacado papel lleva jugado en este conflicto, se muestre tanto o más agresiva que cualquiera de sus colegas masculinos, pero en caso de un conflicto como el presente donde entre las víctimas civiles hay gente de todo tipo y condición, se recurra a la vieja fórmula de “las mujeres y los niños”? Y no debiéramos olvidar que en Abu Ghraib toda la cadena de mando era femenina.
¿Podemos seguir pensando la guerra como una cosa de los hombres? ¿Podemos seguir pensando que la guerra es responsabilidad de los que están en la primera línea de fuego? ¿Podemos hacer más belicista o más responsable de la guerra de Irak a un ciudadano americano varón que a una ciudadana, aún cuando el primero jamás haya votado a Bush y la segunda sí? ¿Puede el feminismo jugar a la igualdad cuando quiere, y conservar lo que le interesa de la vieja sociedad, como la fórmula: las mujeres y los niños primero? ¿Se puede hacer menos víctima a un civil palestino varón que a una palestina? En el texto de Educación para la ciudadanía al que hago referencia en entradas anteriores dice: “Las mujeres y los niños representan el 80 % de las bajas civiles durante los conflictos armados” Me gustaría saber qué opináis.
“Las cosas son hoy distintas. Ya se trate de guerras de agresión, ya de supuestamente defensivas e incluso preventivas, las imágenes del daño causadas por ellas nos llegan directamente a domicilio. Asistimos en nuestra casa a las atrocidades de los bombardeos, a la muerte casi en directo de mujeres y de niños, al martilleo continuo de poblaciones aterrorizadas. La vista sobrecogedora de ruinas, cadáveres, desesperación de los próximos a las víctimas, puede ser captada no obstante sin que imaginemos los sentimientos de impotencia, rabia o dolor ajenos, sin que nos pongamos en la piel de quienes los sufren...”
Y quiero preguntaros, os parece justa esta manera de referirse a las víctimas. Entiendo lo de los niños, como entendería lo de los ancianos o los discapacitados, como lo entendería de las mujeres en cinta o con niños pequeños. ¿Quizá un hombre cualquiera, un civil palestino al que lo único que le gustaría en su vida sería poder vivir en paz, es menos víctima? ¿Debemos asumir que la ministra de defensa de nuestro país sea una mujer o que las mujeres formen parte del ejército profesional, que Tzipi Livni la ministra de AA.EE y al parecer la principal beneficiaria electoral de esta tragedia, quien tan destacado papel lleva jugado en este conflicto, se muestre tanto o más agresiva que cualquiera de sus colegas masculinos, pero en caso de un conflicto como el presente donde entre las víctimas civiles hay gente de todo tipo y condición, se recurra a la vieja fórmula de “las mujeres y los niños”? Y no debiéramos olvidar que en Abu Ghraib toda la cadena de mando era femenina.
¿Podemos seguir pensando la guerra como una cosa de los hombres? ¿Podemos seguir pensando que la guerra es responsabilidad de los que están en la primera línea de fuego? ¿Podemos hacer más belicista o más responsable de la guerra de Irak a un ciudadano americano varón que a una ciudadana, aún cuando el primero jamás haya votado a Bush y la segunda sí? ¿Puede el feminismo jugar a la igualdad cuando quiere, y conservar lo que le interesa de la vieja sociedad, como la fórmula: las mujeres y los niños primero? ¿Se puede hacer menos víctima a un civil palestino varón que a una palestina? En el texto de Educación para la ciudadanía al que hago referencia en entradas anteriores dice: “Las mujeres y los niños representan el 80 % de las bajas civiles durante los conflictos armados” Me gustaría saber qué opináis.
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12 enero, 2009
Palestina III
No me resisto a no poner este párrafo de la bitácora de Escolar.net en Público ayer:
“Tras quince días de muerte, la estadística más estremecedora es otra: el 90% de los israelitas está a favor de la operación militar. La nueva dama de hierro, Tzipi Livni –ministra de exteriores y candidata a primera ministra en las elecciones que, casualmente, se celebrarán justo dentro de un mes– es más popular que nunca.”
Zapatero saca pecho.
Después de 16 días de conflicto, cuando se han producido casi mil muertos y cuatro mil heridos, después de que la ONU haya aprobado una resolución solicitando el alto el fuego, luego de que la vicepresidenta de la Vega haya estado en la India varios días hablando de cualquier cosa menos de Gaza, cuando la gente ha comenzado a salir a la calle por miles y el primer ministro Olmert ha declarado que el ejército israelí ha alcanzado casi todos los objetivos perseguidos, entonces Zapatero pide el cese de las hostilidades e insta al lider de la oposición a decir algo.
“Tras quince días de muerte, la estadística más estremecedora es otra: el 90% de los israelitas está a favor de la operación militar. La nueva dama de hierro, Tzipi Livni –ministra de exteriores y candidata a primera ministra en las elecciones que, casualmente, se celebrarán justo dentro de un mes– es más popular que nunca.”
Zapatero saca pecho.
Después de 16 días de conflicto, cuando se han producido casi mil muertos y cuatro mil heridos, después de que la ONU haya aprobado una resolución solicitando el alto el fuego, luego de que la vicepresidenta de la Vega haya estado en la India varios días hablando de cualquier cosa menos de Gaza, cuando la gente ha comenzado a salir a la calle por miles y el primer ministro Olmert ha declarado que el ejército israelí ha alcanzado casi todos los objetivos perseguidos, entonces Zapatero pide el cese de las hostilidades e insta al lider de la oposición a decir algo.
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Palestina
09 enero, 2009
Más paro masculino que femenino
Como recoge la prensa de hoy el paro masculino supera al paro femenino. Como creo que es algo que tendremos ocasión de tratar en más ocasiones, de momento recojo sólo el dato y hago dos pequeños comentarios a vuelapluma: el primero, que no por ello espero que el discurso de género se mueva un ápice, a pesar de que hasta el presente el mayor paro femenino se consideraba como prueba incontestable de la discriminación de la mujer y, segundo, destacar la visión estratégica de nuestro presidente del Gobierno insistiendo en la campaña electoral y posteriores en la necesidad de creación de empleo femenino.
07 enero, 2009
Pantomima
En relación con la pantomima de Gondomar ya comentada en esta bitácora, creo oportuno volver sobre ella para formular algunas preguntas:
¿Por qué si lo que se persigue es la igualdad se hace necesario educar en el dominio? y algo más, ¿Por qué si lo del dominio es cuestión de educación, las organizadoras lo presuponen consustancial a los hombres y ajeno a las mujeres?
En relación con el conflicto Palestino-Israelí, este comentario firmado por: Con el permiso del autor, nos recuerda cómo antes de los hechos, se ha realizado un trabajo previo para que las palabras y la información cobren significaciones absolutamente contrapuestas para referirse a las acciones de unos y otros y, en todo caso, signifiquen aquello que la parte dominante quiere. Esta otra opinión en la Voz de Galicia nos pone en guardia cuando ante dos partes en conflicto, se demoniza una de ellas
En relación con el feminismo sucede algo parecido: cuando se habla de igualdad lo que nos muestra la información de Gondomar es que lo que se pretende es el dominio, y esta información de la Vanguardia de hoy nos recuerda que, los hombres que aspiramos a la igualdad, debemos entender como equivocadas cosas como: el Síndrome de Alienación Parental, o la custodia compartida, también corregir a la señora Sanahuja y entender que no existen denuncias falsas, admitir que las organizaciones de hombres perseguidas son justamente las que cuentan con el respaldo oficial y que son los varones los responsables de que algunas mujeres deseen tener los pechos más grandes y para ello hayan de someterse a costosas operaciones de cirugía estética, o como dice Hilario Sáez: “La violencia no es sólo un problema de maltratadores, es una manifestación masculina, un problema de ellos que sufren ellas” lo que también nos haría responsables de los accidentes laborales y de tráfico...
¿Por qué si lo que se persigue es la igualdad se hace necesario educar en el dominio? y algo más, ¿Por qué si lo del dominio es cuestión de educación, las organizadoras lo presuponen consustancial a los hombres y ajeno a las mujeres?
En relación con el conflicto Palestino-Israelí, este comentario firmado por: Con el permiso del autor, nos recuerda cómo antes de los hechos, se ha realizado un trabajo previo para que las palabras y la información cobren significaciones absolutamente contrapuestas para referirse a las acciones de unos y otros y, en todo caso, signifiquen aquello que la parte dominante quiere. Esta otra opinión en la Voz de Galicia nos pone en guardia cuando ante dos partes en conflicto, se demoniza una de ellas
En relación con el feminismo sucede algo parecido: cuando se habla de igualdad lo que nos muestra la información de Gondomar es que lo que se pretende es el dominio, y esta información de la Vanguardia de hoy nos recuerda que, los hombres que aspiramos a la igualdad, debemos entender como equivocadas cosas como: el Síndrome de Alienación Parental, o la custodia compartida, también corregir a la señora Sanahuja y entender que no existen denuncias falsas, admitir que las organizaciones de hombres perseguidas son justamente las que cuentan con el respaldo oficial y que son los varones los responsables de que algunas mujeres deseen tener los pechos más grandes y para ello hayan de someterse a costosas operaciones de cirugía estética, o como dice Hilario Sáez: “La violencia no es sólo un problema de maltratadores, es una manifestación masculina, un problema de ellos que sufren ellas” lo que también nos haría responsables de los accidentes laborales y de tráfico...
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06 enero, 2009
Palestina II
En lugar de enseñarnos a extraer lecciones de los hechos de la Historia, lo único que hemos memorizado son hechos, y ahora nos vemos repitiendo los mismos errores porque el cambio de personajes nos confunde, y no somos capaces de ver que lo que el Estado de Israel está haciendo ahora en Gaza es en casi todo similar a lo que los judíos tuvieron que padecer en el gueto de Varsovia.
Causa pavor pensar lo huérfano que está el mundo de personas e instituciones con autoridad moral para parar lo que sucede en Palestina y constatar lo desamparados que podemos estar los ciudadanos ante situaciones como éstas. Ciudadanos a los que nos cuesta digerir que quienes pretenden ser los valedores de la civilización y los derechos humanos, llegado el momento, deciden establecer paréntesis y excepciones en su cumplimiento y respeto.
Causa pavor pensar lo huérfano que está el mundo de personas e instituciones con autoridad moral para parar lo que sucede en Palestina y constatar lo desamparados que podemos estar los ciudadanos ante situaciones como éstas. Ciudadanos a los que nos cuesta digerir que quienes pretenden ser los valedores de la civilización y los derechos humanos, llegado el momento, deciden establecer paréntesis y excepciones en su cumplimiento y respeto.
04 enero, 2009
Palestina
Estoy sobrecogido. Cuando pensaba que no podía tener para más el divorcio entre los hechos y las palabras, entre lo que se dice y lo que se hace, referido al género, veo que en lo referente a Palestina las cosas pueden multiplicar por mil ese divorcio hasta situar el problema en una perspectiva de imposible solución. Me gustaría equivocarme, pero francamente no veo a qué o a quién se puede apelar.
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