Que hablen de mí aunque sea mal, parece
decir Miguel Lorente. En una de esas lecciones
magistrales a que nos tiene acostumbrados, de esta vuelta le ha tocado
cargar contra las últimas incorporaciones al diccionario que ha hecho la RAE entre las que no se encuentra género. Evidentemente entre
su público cargar contra la RAE se ha convertido en un deporte al que siempre
están dispuestos, porque allí donde hay rigor intelectual sus falacias quedan
en evidencia.
Leyendo la diatriba me ha chocado al
siguiente frase del séptimo párrafo: “No es lo mismo ser hombre o mujer en España que en China, en
Iraq, en Namibia, en Argentina o en Vietnam… sin que ello signifique que su
sexo sea distinto.” Pues tengo la
impresión de que aquí alguien se ha perdido algo, pues justamente los estudios
de género lo que venían destacando era la universalidad de la dominación
masculina, su transculturalidad y la reiteración aquí y allá, en el espacio y
el tiempo, de esa división social que atribuía a los hombres las funciones
nobles y a las mujeres las tareas de
menor valor. Aunque según Lorente parece que estábamos leyendo mal y el tal
concepto hace referencia a un fenómeno local, diferente en España, China o la
Argentina.
Sin quererlo parece que ha quedado atrapado en sus propias
contradicciones y finalmente nos habla de lo que ya todos sabíamos por la
historia y la sociología que, dentro del género humano podíamos distinguir
matices temporales y espaciales que hacen diferentes a hombres y mujeres según
su país o la época histórica en que vivan. Pero en esto no necesitamos para
nada el concepto de género, ya sabíamos que era así antes del intento del neofeminismo de
consagrar este vocablo de tan impreciso contenido, excepto quizá su fuerte carga ideológica y sexista. Otro de esos conceptos
de contenido variable y que ni ellos
mismos son capaces de definir convenientemente o que a la primera de cambio renuncian a su
utilización. De hecho en sus propias filas es más frecuente violencia contra
las mujeres, machismo, o violencia machista que violencia de género.