El feminismo radical americano dejó de pensar en términos de sociedad para pasar a hacerlo en términos de género, el equivalente en lo relativo a los sexos, a la plusvalía capitalista en lo que tiene que ver con las clases sociales, y llegando a la conclusión de que mientras las mujeres no ocupasen los más altos puestos de poder político y los más altos reconocimientos en la ciencia y la cultura seguiríamos instalados en el patriarcado.
Y en esa guerra de sexos todo vale, ya que el juicio sobre el hombre y lo que representa es absolutamente inmisericorde e inapelable. Lo relevante no es cómo se llegue a esos puestos de poder, lo relevante es llegar. Todos los instrumentos son válidos: discriminación positiva, paridad por Ley, atajos de todo tipo... Si el hombre ha usurpado todo el poder para usarlo a su favor a lo largo de los siglos está absolutamente incapacitado para la crítica a las formas en que ahora lo pueda hacer la mujer.
Habla María Sanahuja en su artículo sobre: Los caminos y los atajos de la igualdad, de que por los pelos nos libramos de que se hubiera consagrado en el código penal el delito de apología del machismo, por eso que nadie entienda como una boutade personal de algunas la equiparación entre machismo y terrorismo, porque en buena medida el feminismo dominante ha conseguido que tengan el mismo tratamiento institucional y mediático los actos derivados de uno y otro, pero sin que nadie se haya sentido en la necesidad de explicar qué los haría semejantes.
No es que este tipo de “ideas” carezca de antecedentes en otros países, Andrea Dworkin habló de las mujeres como “survivor” en un intento de equipararlas a los supervivientes del holocausto, pero en ningún lugar del mundo han conseguido instalarse en las esferas gubernamentales de la forma en que aquí lo hacen. A efectos de ilustrar que estamos ante algo más que una llamada a una igualdad que por ningún lado se percibe, quizá convenga conocer hasta dónde ha llegado este feminismo en el plano ideológico, y, por eso, merezca la pena leer algo de lo que dice Ivon Dallaire.
Yvon Dallaire en el capítulo 2, con el título de: Las mujeres que odian a los hombres, de su libro: Homme et fier de l’être, Option Santé, Quebec 2001, recoge una selección de textos de este feminismo que, en su brevedad, revelan su consideración hacia el hombre y sus intenciones mejor que ningún tratado. Dos comentarios previos del propio Dallaire.
“Creéis que exagero al afirmar que existen mujeres que odian a los hombres. Sin embargo, estoy seguro de que os encontrareis con ellas en el curso de vuestra vida. Que, a veces, las mujeres puedan detestar a los hombres por lo que han hecho o por lo que les han hecho, nada debe ser más comprensible. Puedo también comprender y aceptar que no aprueben ciertos comportamientos de machos o algunas de sus prioridades de vida. Pero que algunas mujeres erijan en sistema el odio a los hombres, es todavía un paso que ningún hombre, en mi opinión, ha franqueado todavía, incluso sabiendo que existen misóginos. ¿No me creéis? Leed lo que sigue…”
“Las frases siguientes están escritas por mujeres influyentes: autoras, editoras, profesoras encargadas de cursos universitarios sobre la condición femenina (Womén’s Studies programs), estrellas de cine, políticas.... Por lo tanto, en primer lugar, mujeres instruidas e.... inteligentes.”
Por mi parte decir que, siendo la lista de frases bastante larga, sólo recojo unas cuantas.
“Creo que odiar a los hombres es honorable y políticamente correcto, que los oprimidos tienen el derecho a odiar a sus opresores.... Establezcamos de una vez por todas, un buen principio: los hombres mienten cuando dicen que ellos también son víctimas del sexismo; es impensable que pueda existir un movimiento de liberación de los hombres.... A largo plazo, la liberación de las mujeres liberará evidentemente a los hombres, pero a corto plazo, esto les costará la pérdida de enormes privilegios que abandonaran voluntariamente o de grado. El sexismo no es culpa de la mujeres: acusad a vuestros padres, no a vuestras madres.”
Robin Morgan, editora de MS Magazine
“Mis sentimientos en relación con los hombres son el resultado de mis experiencias. Tengo poca simpatía por ellos... No valen un encogimiento de hombros. Lo que son en tanto que personas, su vergüenza o sus deseos me dejan totalmente indiferente”
Marilyn French, The Women’s room
“Tengo dificultad para imaginar al hombre ideal. En lo que a mí concierne, el hombre es el resultado de un gen deteriorado. Los hombres pretenden ser normales, pero todo lo que hacen, sentados aquí, con sonrisas insignificantes en su cara, es producir esperma. Es lo que hacen todo el tiempo. No paran nunca”
Germaine Greer, respuesta en una entrevista donde ya negaba haber dicho que “el hombre ideal era una mujer con un pepino.”
“Cuanto más renombre y poder tengo, más posibilidades tengo de humillar a los hombres”
Sharon Stone en una emisión de David Latterman
“El macho: representa una variante o desviación de una categoría de mujeres. Los primeros hombres eran mutantes.... el sexo macho representa una degeneración y una deformación de la hembra... El hombre una forma de vida desfasada... una criatura ordinaria a vigilar... un hombre-bebé... Emponzoñado de testosterona: hasta ahora se creía que la tasa de testosterona del hombre era normal... Pero cuando se considera la anormalidad de sus comportamientos, no se puede emitir más que la hipótesis de que todos los hombres sufren de envenenamiento por testosterona”
A Feminist Dictionary, ed. Kramarae&Treichler, Pandora Press, 1985
“¿Quién se preocupa de los sentimientos de los hombres o de sus supuestos sufrimientos? Han tenido 2.000 años de dominación y mirad lo que han hecho. Es ahora nuestro turno. Mi único comentario frente a los hombres a los que no les gusten mis propuestas es, tanto peor para vosotros, y si os metéis en mi camino, os aplasto”
Liberated Women, Boronia, Herald-Sun, Melbourne, 9/2/1996
“Las relación heterosexual es la expresión más pura, la más formalizada de menosprecio hacia el cuerpo de la mujer... La violación es el modelo heterosexual primario de relación sexual. La violación es el modelo primario de amor romántico. La violación es el medio por el cual la feminidad de una mujer es iniciada, tal como es definida por el hombre... La violación es la consecuencia lógica de un sistema de definiciones de la normalidad. La violación no es excesiva, ni aberrante, ni un accidente, ni un error, es la encarnación de la sexualidad tal como está definida por la cultura.”
Andrea Dworkin, The Rape Atrocity and the Boy Next Door
“Yo creo que las mujeres tienen una capacidad de comprensión y de compasión que un hombre, a causa de su estructura, no puede tener. No tiene esa capacidad porque no puede tenerla. Es incapaz.”
Barbara Jordad, Former Congreswoman