Empleo público. Empleo de calidad. Para toda la vida. Con una remuneración una vez y media la del sector privado. Con derechos laborales y sociales reforzados y que al ritmo que vamos convertirá a cada uno de sus miembros en autoridad con derecho a botón de pánico...
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2017/03/04/porcentaje-mujeres-xunta-supera-primera-vez-70-/0003_201703G4P2991.htm acompañada de un comentario con el siguiente título: Porque yo me lo merezco.
Cuando leo una noticia como la de más arriba y trato de ponerme en la piel de un o una feminista de género me pregunto, ¿por qué aquí no hay brecha de género? ¿Por qué aquí no interesa la paridad? ¿No será esta la ética de lo que me conviene? y de lo que más seguro estoy es de esto último.
Si cuando vienen bien dadas yo me lo merezco y él no, y cuando no sucede así la sociedad me maltrata ¿qué margen le dejo al otro?
P.S. El
concepto de igualdad, si además se remacha calificándola de real y efectiva, ha
cambiado intensamente en los últimos años y de la mano del feminismo significa
cualquier cosa que beneficie a las mujeres sin importar cuanto pueda perjudicar
a los varones. Las cifras de empleo masculino y femenino en la Generalitat
Valenciana no distan mucho de las de más arriba, es decir, se produce una
fuerte descompensación a favor de las mujeres.
Pues
bien, la consellera de Justicia entiende que si acaso en algún sector
específico: informática, medio ambiente e ingenierías hay mayoría masculina, lo
que corresponde es primar la incorporación de mujeres. Nada dice de los
sectores feminizados. Habla también de favorecer la corresponsabilidad pero con
medidas a favor de las mujeres. La regla es simple pero profundamente
asimétrica e injusta: en cada caso se hará lo que beneficie a las féminas en
perjuicio y detrimento de los varones.