"Las sociedades con mayor desigualdad en la renta tienen una tasa superior de muertes infantiles, de enfermedades mentales, de abuso de drogas, de fracaso escolar, de población encarcelada o de obesidad. Mayor desigualdad en la renta también predice que las personas tengan menos oportunidad para adquirir un status superior al de sus padres, y también implica un mayor grado de desconfianza social, niveles más altos de criminalidad, menor solidaridad con el exterior e inferior bienestar infantil."
Las feministas de género dicen tener su razón de ser y su objetivo último en la conquista de la igualdad. Los hechos sin embargo no hacen más que desmentirlas. Quisiera desde este blog no solo denunciar la deriva neofeminista, también combatir la estigmatización de los hombres y reivindicar la dignidad de lo masculino.
30 enero, 2012
29 enero, 2012
Educación: algunas cuestiones previas
En
relación con la Educación existe una cierta unanimidad entre los estudiosos en
vincular su declive a la “nueva pedagogía” de inspiración constructivista, tema
sobre el que existe una amplísima bibliografía pero del que encontraréis una
buena introducción en esta entrada de El Café de Ocata: http://elcafedeocata.blogspot.com/2010/01/el-nacional-constructivismo.html.
Los que os animéis a leer el último
libro de Inger Enkvist encontraréis también en él un tratamiento bastante
completo sobre esta cuestión.
Lo cierto es que en busca de una pretendida mayor igualdad y
una enseñanza más democrática los sistemas educativos de la mayoría de los países occidentales han
conocido un proceso de deterioro caracterizado: por una pérdida de calidad de la
enseñanza, un mayor fracaso escolar y, en general, una escuela que no gusta a casi nadie, con algunas excepciones, como la de
nuestras autoridades educativas de los últimos años para quienes, los motivos de
que nuestro sistema educativo esté situado en el último tercio en los informes
PISA, su elevado fracaso y abandono escolar, también su falta de excelencia,
se deben a motivos siempre ajenos a la escuela, aunque para cada ocasión se
busque una explicación diferente: formación de los padres, boom inmobiliario,
inmigración, diferentes variables sociales, incluso pretendiendo que se trata de un sistema equitativo.
Para el caso sueco Inger Enkvist lo caracteriza de la
siguiente manera:
- Suecia
es el ejemplo arquetípico para conseguir entender la crisis educativa actual.
- Suecia
tiene la ventaja de ser un país pionero en la introducción de la nueva
pedagogía y un ejemplo bastante puro, en el sentido de que tenía un buen nivel
económico y educativo y había gozados de muchos años de paz social cuando los
políticos decidieron utilizar la educación para hacer al país más igualitario
todavía. El nuevo ideario estaba compuesto de varios factores de los que el
fundamental era una cierta idea de igualdad.
- Bajan
los resultados aunque no se han recortado los recursos. Los recursos de la
escuela sueca han aumentado en un 8 por ciento desde 1993. Sin embargo, al
mismo tiempo, el número de alumnos, que después de los años obligatorios no
tienen aprobadas las materias centrales, ha aumentado un 30 % en los últimos 10
años. Se ha incrementado también el número de alumnos que suspenden más de una
materia y el número de municipios con más de un 25 % de alumnos suspendidos, lo
cual corresponde a una duplicación del número de municipios en esa situación.
- Las
chicas aventajan a los chicos en todo, y eso es particularmente notable entre
los alumnos inmigrantes.
En términos
bastante parecidos podríamos referirnos al caso francés, también al español,
como se recoge en esta entrada de J.M. Lacasa: http://blogdelifie.blogspot.com/2011/09/cambiamos-uno-de-los-mejores-sistemas.html y esta: http://blogdelifie.blogspot.com/2011/06/cascada-de-datos.html.
Como también en algún momento se trató de rebajar la calidad de PISA por
economicista y no estar atento a los valores, esta otra: http://blogdelifie.blogspot.com/2011/02/actitudinalmente-competentes.html
En todos los casos el resultado final es una pérdida de
calidad del sistema educativo, un mayor fracaso escolar, una más difícil
convivencia en los centros escolares y una
importante disminución del rendimiento educativo de los chicos y es sobre
este último punto sobre el que quisiera llamar la atención. Por
todos lados se constata una pérdida de rendimiento de los chicos, incluso en un
sistema, tan envidiable por tantos motivos, como el finlandés, las chicas sacan a los
chicos 51 puntos en competencia lingüística y, sin embargo, aunque por todas
partes se expresa una gran preocupación, casi nadie ha estudiado en detalle el
porqué de esta situación, mucho menos qué se puede hacer para superarla. Como sucede en otros terrenos de la vida social pareciera que la suerte de los varones fuera menos importante socialmente.
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fracaso escolar masculino
26 enero, 2012
Educación: superación del neofeminismo y el culturalismo
Como quizá este sea el punto más
rupturista con los análisis al uso echaré mano de algunas citas de autores que
ayuden a interpretar lo que quiero decir. Y en primer lugar traeré algunas
citas de Steven Pinker en la Tabla rasa, la primera que explica brevemente que
dogmas pretende superar con su libro:
En
La tabla rasa, Steven Pinker explora la idea de la naturaleza humana y sus
aspectos éticos, emocionales y políticos. Demuestra que muchos intelectuales
han negado su existencia al defender tres dogmas entrelazados: la “tabla rasa”
(la mente no tiene características innatas), el “buen salvaje” (la persona nace
buena y la sociedad la corrompe) y el fantasma en la máquina” (todos tenemos un
alma que toma decisiones sin depender de la biología). Cada dogma sobrelleva
una carga ética, y por eso sus defensores se obcecan en tácticas desesperadas
para desacreditar a los científicos que los cuestionan.
Y otra, esta ya del prefacio donde,
expone que tesis sostiene en relación con el peso de la educación y la biología
en la conformación de los seres humanos:
En
la mayoría de los casos, la explicación correcta estará en una interacción
compleja entre la herencia y el medio: la cultura es esencial, pero no podría existir
sin unas facultades mentales que permiten que los seres humanos construyan y
aprendan la cultura. Mi objetivo en este libro no es defender que los genes lo
son todo y que la cultura no es nada -nadie cree tal cosa-, sino analizar por qué la postura extrema (la de que la
cultura lo es todo) se entiende tan a menudo como moderada, y la postura
moderada se ve como extrema. (La negrilla es mía)
Es por eso que, en primer lugar, habría que poner sobre la
mesa la necesidad de superar el paradigma feminista y culturalista sobre el que
se asienta toda la labor educativa desde el momento en que niños y niñas entran
en la escuela. Paradigma que en palabras de Kate Millet, la feminista que acuñó el lema “lo
personal es político” se podría resumir con estas dos expresiones “en el nacimiento no hay ninguna diferencia
entre los sexos” y “la personalidad
psicosocial se forma en fase postnatal”. Sostener algo así en los tiempos que
vivimos no sólo significa dejar sin valor todos los avances observados en
terrenos como la neurociencia. Como dice
Steven Pinker, “El tabú sobre la
naturaleza humana no solo ha puesto anteojeras a los estudiosos, sino que ha
convertido cualquier conversación que verse sobre ella en una herejía que se
debe erradicar”, pero también: “La teoría
de que los hijos pueden ser moldeados por sus padres como se moldea la arcilla
ha propiciado unos regímenes educativos artificiales y, a veces, crueles.”
Atender esta cuestión implicaría que la escuela
renunciaría a un modelo único y exclusivo de relación en el aula basado en las
características psicosociales de las niñas, con preferencia por los juegos de
rol y una actitud más reposada y tranquila. Que el comportamiento de los niños
no se ajuste a ese estándar no debería implicar ni una menor atención, ni por
supuesto un rechazo. Añadir algunos elementos de competitividad y condescender
algo más con unas mayores necesidades de actividad física no debería ser un
hándicap que condenase a los alumnos varones a ser alumnos de segunda
categoría, o a que se les prestase menos atención por revoltosos. Convendría
diferenciar con cuidado cuando se trataría de un acto de pura mala educación
del hecho de una mayor necesidad física. Como dice Louann Brizendine: “Aunque parezca contradictorio los niños
inquietos aprenden más que los tranquilos ya que se les estimulan las células
cerebrales y los músculos (al contrario que
las niñas que necesitan concentración y tranquilidad), algo que deberían
tener en cuenta los profesores.”
Pero implicaría también el
abandono de la teoría de que los niños y niñas son seres amorfos a los que se puede dar la forma que uno desee
y se pueden manejar como esa arcilla de la que se habla más arriba. Los niños y
niñas son seres humanos con predisposiciones, actitudes e intereses que los profesores
ni pueden ni deben obviar sino tomar
como datos de partida imprescindibles para potenciarlos o corregirlos, pero con
la idea clara de que ese niño o niña es un ser humano, en período de
aprendizaje y con una amplia predisposición a aprender cosas, pero un ser
humano a quien no se puede manipular
como una materia inerte.
Pensar como piensa el
neofeminismo y el feminismo institucional que el niño o el varón deban
ajustarse a un “modelo” por ellas establecido y que se podría escribir en el
libro blanco que el alumno es, no sólo representa una idea mil veces comprobada
como errónea, representa un serio ataque a la dignidad de dichas personas, por
mucho que pretenda justificarse en objetivos superiores. Como se recoge en esta
entrada: http://personasnogenero.blogspot.com/2010/10/las-mujeres-se-hacen-los-hombres-ya_19.html el feminismo culturalista prescinde de explicar por qué
han fracasado todas las tentativas del tipo: si nos das los mismos juguetes y nos educas igual seremos iguales.
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Pinker
24 enero, 2012
Papá y la educación de los hijos
En El cerebro masculino de Louann
Brizendine, uno de los epígrafes es: El
padre se hace, y otro, Papá y mamá
son diferentes, y un tercero: Solo
con papá, en el que se recoge lo siguiente: “Los investigadores de la Ohio
State University han observado que las convicciones del padre acerca del grado
de participación que debe tener en la educación del niño no cuentan; es la
madre la que lleva la voz cantante. Descubrieron que las madres pueden alentar
a los padres abriendo la puerta de su participación, o pueden ser críticas y
cerrar la puerta.”
Inger
Enkvist, en un comentario sobre la obra de un profesor francés de secundaria,
Alain Bentolila, señala: “Denuncia la abdicación de los padres y de
las familias en cuanto a la educación de los jóvenes, pues estos necesitan al
adulto como mediador para poder entrar en la cultura. Leyendo con aprecio un
texto con un niño, el adulto muestra que el texto es digno de aprecio. Un
abuelo que escucha o que cuenta algo es algo muy diferente a un flujo de
palabras sin control (…) No se trata sólo de una opción, sino que los hijos
necesitan aprender lenguaje, lectura, pensamiento y conducta tanto como
necesitan alimentos y techo.”
Antes
de continuar con el desarrollo de la entrada relacionada con nuestro sistema educativo quería traer aquí estas dos citas para situar en qué contexto se está
desarrollando la educación en la generalidad de los países occidentales, y el
papel que la sociedad y el neofeminismo están reservando a la figura paterna en
lo que se refiere a ésta y los hijos.
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Inger Enkvist
17 enero, 2012
Propuestas para un nuevo sistema educativo
Como es
intención del PP promover cambios en el modelo educativo, quisiera exponer algunas ideas de por dónde entiendo
deberían ir los mismos. Para ello he pensado en un índice que más o menos
contuviera los siguientes apartados:
- Superación del neofeminismo y el culturalismo.
Los seres humanos venimos al mundo con una naturaleza y eso significa
determinadas predisposiciones y preferencias que ponen en cuestión el modelo de
tabla rasa actualmente vigente. La escuela ha de tener presente que niños y niñas
se mueven con intereses y motivaciones distintas pero que ambos deben tener la posibilidad
de desarrollar al máximo sus potencialidades.
- El fracaso escolar se gesta en Primaria
y debe ser en esa etapa junto con la de infantil donde se realicen los mayores
esfuerzos. Ahora que se ha replanteado la formación y selección del profesorado
sería conveniente trabajar en la perspectiva del máximo equilibrio de los sexos en las plantillas.
- De
los informes PISA se deriva para nuestro país un excesivamente elevado fracaso y abandono escolar y la
carencia casi absoluta de excelencia. Se hace necesario superar el dogma
ideológico de que promover en cada alumno el máximo de sus potencialidades es
favorecer el elitismo y la discriminación. También el conformismo de que
un elevado número de varones dejará el sistema sin el título de graduado en
ESO.
- Hay tres
agentes que tienen que ver con la educación: la familia, la escuela y la sociedad. No se debe descargar sobre la
escuela la asunción de las tareas de esas tres instancias si queremos que
realice convenientemente la que le es propia. La escuela ha de centrarse en las
tareas educativas que le corresponden y ni debe ser convertida en guardería donde los
padres dejan a sus hijos, ni pretender que constituya la panacea universal capaz
de resolver todos los problemas.
- La
educación debe ser impartida por quienes
han sido nombrados para ello y los aspectos nuevos susceptibles de
convertirse en materia educativa deben ser incorporados a los currículos. No es
conveniente la actual dispersión legislativa y de funcionamiento. La labor
educativa debiera ser considerada de la suficiente entidad como para no estar
sujeta a los continuos vaivenes de grupos de presión.
- La educación ha de promover la autonomía e
iniciativa de los alumnos, olvidando ese permanente acompañamiento hasta
las más mínimas tareas, si queremos evitar lo que Rubalcaba achacaba a
la misma: formar funcionarios pero no emprendedores. La educación ha de formar en la
libertad y la responsabilidad olvidando cualquier pretensión de
adoctrinamiento.
- En mi
opinión el Gobierno debe elaborar un
plan coherente que abarque todas las necesidades del sistema educativo y
debe someterlo a la consideración de los representantes de todos los sectores
implicados, pero evitando que el resultado final sea una amalgama de propuestas
sin orden, ni jerarquía de prioridades, de la que, finalmente, nadie se sentirá
responsable. Sería bueno establecer algún cauce específico de participación del
profesorado.
Mi pretensión es ir desarrollando con algo más de profundidad cada uno de estos apartados en entradas sucesivas, a fin de evitar el engorro de una única entrada excesivamente larga y de difícil manejo. Por eso, en fechas futuras espero poder desarrollar cada uno de estos puntos bajo el nombre genérico de: Propuestas para un nuevo sistema educativo.
Mi pretensión es ir desarrollando con algo más de profundidad cada uno de estos apartados en entradas sucesivas, a fin de evitar el engorro de una única entrada excesivamente larga y de difícil manejo. Por eso, en fechas futuras espero poder desarrollar cada uno de estos puntos bajo el nombre genérico de: Propuestas para un nuevo sistema educativo.
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16 enero, 2012
Autocrítica socialista
El partido socialista ha ido reconociendo en los últimos meses importantes errores relacionados con la economía: error en el diagnóstico de la crisis y en la toma de decisiones atinentes a la misma; con el funcionamiento interno del partido: excesivamente presidencialista y sin capacidad de crítica y debate; otros relacionados con la economía sumergida y el fraude fiscal, en el sentido de no haber tomado medidas para combatirlos y, aún otros, que han ido apareciendo con más intensidad desde que se inició el proceso de primarias.
También Rubalcaba había reconocido de modo implícito el fracaso del sistema educativo, al afirmar que lo que hacía bien era formar funcionarios pero no así emprendedores, y finalmente, Carmen Chacón, ha lamentado que la acción del Gobierno se hubiera centrado en la política territorial y no en la social. Lo que por ningún lado se oye es ni la más leve autocrítica a las políticas llamadas de igualdad y, en particular, a la pérdida de garantías constitucionales por parte del varón como consecuencia de la aplicación de la Ley contra la violencia de género y a lo injusto de muchas sentencias de divorcio que suponen para el varón perder a sus hijos y tener que arreglárselas con la mitad o un tercio de su sueldo. Tampoco en relación con la custodia compartida.
¿Pensáis que alguna vez harán autocrítica sobre estas materias, o es tanto el temor a molestar al lobby feminista que eso no pasará nunca?
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12 enero, 2012
Educación dispersa
De la entrevista a Inmaculada Montalbán una de las
cosas que dijo me quedó flotando en la cabeza mucho tiempo después de haberla
leído, y es esa de los "agentes por
la igualdad" que tendrían por misión enseñar y actuar en los institutos “cuando
los jóvenes inician comportamientos machistas.”
La educación en nuestro país está en los niveles que
está y todos conocemos: elevadísimo fracaso y abandono escolar y ausencia de excelencia, con dificultades y
problemas en todos los tramos educativos, incluida la Universidad, de tal modo
que por ejemplo en relación con esta última no somos capaces de colocar ninguna
entra las 100 primeras del mundo.
Problemas a los que se ha añadido uno y es el que
tiene que ver con la problemática de género, en una doble vertiente. La primera,
cada día los institutos y escuelas se llenan más de folletos, trípticos,
carteles, anuncios, etc. relacionados con esta problemática al tiempo que se
programan montón de actividades extracurriculares en horario escolar, que
comprenden charlas y proyecciones sobre diferentes ángulos de ese problema y
siempre por cuenta de un pretendido o pretendida experta que finalmente viene a
resultar alguien relacionado con alguna agrupación, ong o profesional
relacionado con los grupos de activistas feministas.
La segunda vertiente de esta cuestión es la
dispersión normativa, de tal modo que para estudiar la regulación de nuestro
sistema educativo no basta con ir a las leyes de educación, sino que hace falta
ir a la Ley integral contra la violencia de género para estos
agentes por la igualdad; a la Ley de interrupción voluntaria del embarazo, para
lo relativo a la educación sexual y reproductiva; incluso a la Ley de
economía sostenible que es donde quedaron recogidas algunas de las disposiciones aprobadas
bajo el mandato del ex ministro Gabilondo. Y no sólo normativa, también de
funcionamiento de tal manera que la competencia en lo relativo a la Educación
sexual la tiene el Ministerio de sanidad.
El resultado no puede ser más caótico y contrario a cualquier
principio de economía y simplicidad y las implicaciones tantas, que resulta difícil entender como este aspecto de nuestra realidad educativa está
tan poco atendido en los estudios sobre la misma. Si Inger Envikst reclama para su país: Suecia,
una menor dispersión de los esfuerzos de la escuela en actividades de todo tipo
para concentrarse en la tarea educativa de forma primordial, qué no se debería
estar diciendo en nuestro país, donde lamentablemente todos los problemas de aquélla
están aquí ampliamente agrandados.
Pero una segunda derivada de esta cuestión, ¿por qué
no se incluyen en el currículo esas actividades para ser impartidas por el
profesor de la especialidad como corresponde y se dejan de la mano de personas ajenas
al discurrir diario de la tarea educativa? ¿De dónde nace esa desconfianza
hacia el cuerpo de profesores que la propia Administración ha determinado que
son los idóneos para impartir las materias que tienen que ver con la formación
integral del alumno, pero al que se le arrebatan cuestiones como la sexualidad
o la igualdad?
¿Por qué el feminismo de género necesita siempre
unos “aparte”? Sea con la petición de un tratamiento especial en las leyes que
regulan las actividades y materias más variopintas, sea con la exigencia de organismos
específicos de género en cada nivel y, casi cada instancia de la Administración
pública… Pero también ¿qué concepción se tiene del acto educativo, tal como lo
plantean recuerda a un recorta y pega, cuando se interpreta que unas charlas o actividades pueden sustituir con ventaja a la educación
reglada y continua a lo largo de los años a efectos de promover determinados
valores, o modificar actitudes y comportamientos?
10 enero, 2012
Silencios clamorosos
Las
preguntas de la entrada anterior tienen sin embargo su correlato en silencios
clamorosos que tienen que ver con la pretensión neofeminista de negar esos
incontestables avances de la condición femenina en los que ha habido más bien “facilidades” y no tanto “persecuciones” de la
“sociedad patriarcal” para conseguir en apenas 30 años una situación en el terreno laboral y de la ocupación
femenina que, para el caso del varón, llevó 150 años de durísima adaptación al
mercado capitalista más toda la experiencia histórica de los oficios y empleos
tradicionalmente masculinos.
Y el
resultado está ahí, las mujeres están empleadas muy mayoritariamente en puestos relacionados con lo público (administración, sanidad, educación, trabajos
relacionados con el derecho y la justicia, etc.) y las tareas administrativas y el comercio, en condiciones que, solo desde una gran
soberbia como la que se gasta el neofeminismo y quien ha prescindido de
cualquier otro análisis que no sea su egoísmo y su género, se pueden calificar
de discriminatorias. Y otro tanto podríamos decir de la incorporación masiva y
con ventaja a la Universidad y la educación en general. Y no digamos ya al
consumo, donde con mucha diferencia se llevan la palma o la situación de crisis presente, donde los palos están cayendo casi todos del lado masculino como se visualiza
muy bien en esas filas de gentes a las puertas de los comedores sociales.
Visto
desde esta perspectiva resulta escandalosa la guerra de sexos abierta por este
feminismo y la pretensión de cerrar los
ojos a todo lo demás para no ver más que violencia contra las mujeres por todas
partes olvidando, como ya es su costumbre, todas las otras que por lo visto no interesan, particularmente las que tienen
como principal víctima a los hombres: suicidio, accidentes laborales,
conflictos sociales de todo tipo, sean armados o no, o las perpetradas en mayor medida por ellas:
contra los niños, los ancianos o los dependientes.
Las víctimas femeninas lo
son del patriarcado, las masculinas del infortunio o su mala cabeza. Cuando
muere una mujer muere una mujer, cuando lo hace un hombre, muere una
persona o un trabajador o quizá el conductor de un vehículo.
El
neofeminismo, por motivos que para mí son una completa incógnita, ha decidido
en el momento que la mujer ocupa posiciones hace nada impensables, adoptar como arma una agresividad
contra el varón difícilmente justificable: como dice Elisabeth Badinter como si
del fascismo o el racismo se tratara, alejando de ese modo ese “contrato social”
del que a veces dice que habla y echando por tierra una trayectoria histórica que
no se merecía una etapa como la actual. A
los hombres nos queda reflexionar sobre esta situación y no solo decir lo que
opinamos de un proceder así, también ofrecer nuestro punto de vista y cuando
sea el caso nuestras alternativas.
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violencia
08 enero, 2012
Algunas preguntas
¿Qué creéis
que pasaría si se demostrase que el techo de cristal al igual que el éter
resultase completamente transparente porque, tal como sucedió con esa “hipotética sustancia extremadamente ligera que se creía que
ocupaba todos los espacios vacíos como un fluido”, no existiese?
¿Y que la discriminación salarial femenina es una invención?
¿Es posible que tal discriminación se produzca sin signos externos para que la
economía la detecte y de forma opaca para las inspecciones de trabajo y los
sindicatos? ¿Será que en realidad se pretende lo que con los premios de los grandes torneos de tenis en
los que las cuantías están igualadas para ambos sexos?
Y ¿si resultase que aplicado el mismo cuestionario de las
encuestas sobre violencia doméstica a los hombres, los resultados no difirieran
mucho de los que se obtienen para las mujeres? ¿Tendría algún efecto sobre la
legislación que se aplica?
¿Pensáis que estas preguntas no se le plantean a la opinión
pública porque son completamente disparatadas? Si no fuera así: ¿qué puede
explicar tanto silencio en torno a cuestiones capitales del mundo que vivimos? ¿Será
que no se trata de atenerse a razones sino de abrazar un credo?
04 enero, 2012
"Ciencia" que no explica
Leyendo
la prensa me te tropezado con estas dos informaciones:
“El canon es indisociable del prestigio. En este ámbito y en
el de mayor poder es donde se mide la magnitud de la invisibilidad de las
féminas en la cultura. La autoridad y la influencia tienen sillas en los
jurados, en las organizaciones, en las diversas academias y, por supuesto, en
la gestión de los presupuestos culturales. Los premios son un termómetro de las
consecuencias de este mal. El de cinematografía solo lo tienen seis mujeres
(15%) desde su creación, en 1980. Todas por su trabajo como actrices, según el
informe del Ministerio de Cultura.”
Esto es lo que escribía la Defensora
de la igualdad en El Periódico de Cataluña el día 2 y esto es lo escribe María Sahuquillo en El País de hoy:
“Solo 15
de las 60 víctimas de la violencia machista en 2011 habían presentado
denuncia.”
Y sobre ese vacío de explicación
pretenden que discurra el debate sobre el género. Mejor, pretenden evitar que
cualquier debate sobre el género sea posible, máxime si tenemos en cuenta que
algún extraño mecanismo les impide ver otras desigualdades, particularmente
aquellas que afectan al varón. Por eso quizá merezca la pena esta cita de
Steven Pinker que a su vez cita a la feminista B. Friedan:
“Aunque
el movimiento femenino ha empezado a conseguir la igualdad para las mujeres en
muchas medidas económicas y políticas, la victoria sigue siendo incompleta.
Para tomar dos de los indicadores más simples y evidentes: las mujeres siguen
ganando no más de 72 centavos por cada
dólar que ganan los hombres, y estamos muy lejos de la igualdad numérica
en los centros de toma de decisiones de las empresas, el gobierno o las
profesiones” B. Friedan, «The future of feminism», Free Inquiry, verano de
1999. Citada por Steven Pinker en “La tabla rasa”.
En muchas ocasiones hemos hablado, y
han hablado otros, de los sueldos de las
mujeres y los hombres por lo que no volveré a referirme al asunto. También recientemente
he dedicado una entrada al famoso: techo de cristal, que quienes siguen la
evolución de la mujer en el mercado laboral todavía no han encontrado. Pero continuemos
con un poco más de Steven Pinker:
Científicos
e ingenieros abordan el tema desde la perspectiva de la hipótesis de la
«tubería agujereada*». Aunque las mujeres constituyen el 60% de los
alumnos universitarios, y más o menos la mitad de los que se especializan en
muchos campos de la ciencia, el porcentaje de las que pasan a la siguiente fase
profesional disminuye a medida que pasan de estudiantes de licenciatura a
estudiantes de posgrado, ayudantes posdoctorales, profesores no numerarios o
profesores numerarios. Las mujeres constituyen menos del 20% de la población
activa en el campo de las ciencias, la ingeniería y el desarrollo tecnológico,
y sólo el 20% en el de la ingeniería. Los lectores de revistas insignia como
Science y Nature han sido testigos de dos décadas de titulares como: «La
diversidad: del dicho al hecho, todo un trecho» y «Los esfuerzos por estimular
la diversidad se encuentran con problemas persistentes».
Una
historia típica, en la que se comentaba las muchas comisiones nacionales
creadas para investigar el problema, decía: «La finalidad de estas actividades
es seguir socavando un problema que, según los expertos, empieza con unos
mensajes negativos en la escuela, continúa en los programas de licenciatura y
de posgrado que levantan barreras (económicas, académicas y culturales) a todos
los candidatos que no sean los mejores, y sigue en el lugar de trabajo». En una
reunión de los rectores de nueve universidades estadounidenses de elite celebrada
en 2001, se reclamaban «cambios importantes», por ejemplo crear becas y ayudas exclusivas
para las mujeres de los claustros, darles los mejores sitios de aparcamiento en
el campus, y garantizar que el porcentaje de mujeres en los claustros fuera el mismo
que el de alumnas.
Pero
hay algo raro en estas teorías sobre mensajes negativos, barreras ocultas y
prejuicios de género. El método que sigue la ciencia es formular cualquier
hipótesis que pueda explicar un fenómeno y descartarlas todas menos la correcta.
Los científicos valoran la capacidad de pensar en explicaciones alternativas, y
se espera que quienes lanzan una hipótesis refuten hasta las improbables. No
obstante, en los debates tipo «tubería agujereada» de la ciencia, pocas veces
se menciona siquiera una alternativa a la teoría de las barreras y los
prejuicios. Una de las raras excepciones fue un suplemento de un artículo
aparecido en Science en 2000, que citaba una exposición de la científica social
Patti Hausman en la Academia Nacional de Ingeniería: La pregunta de por qué las
mujeres no eligen las carreras de ingeniería tiene una respuesta evidente:
porque no quieren. Dondequiera que vayamos, nos encontraremos con que las
mujeres entienden mucho menos que los hombres qué tienen de fascinante los
ohmios, los carburadores o los quarks. Reinventar el currículo no hará que me
interese más averiguar cómo funciona mi lavavajillas.
Algunas cosas habrán cambiado entre lo que relata B. Friedan para los EE.UU y lo que cuentan la periodistas españolas, lo que no parece haber cambiado mucho es el método. Se da por
sobreentendida cuál debiera ser la respuesta correcta a determinadas cuestiones
con lo que las autoras se ahorran el esfuerzo de explicar por qué las cosas
deberían ser como ellas quisieran que fueran. Quizá podríamos hablar de la “ciencia”
que no explica, pero incomoda.
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03 enero, 2012
Despreciando la biología
Kate
Millet, la feminista que acuñó el lema “lo personal es político” en otros
momentos había escrito que “en el nacimiento no hay ninguna diferencia entre
los sexos” y que “la personalidad psicosocial se forma en fase postnatal”.
Sobre
estos presupuestos negadores de las diferencias biológicas entre los sexos se
ha construido el feminismo en los últimos decenios, visión culturalista que,
sin embargo, no se limita al territorio de las ideas sobre los sexos, sino que
en buena parte constituye el paradigma cultural en el que nos movemos.
Constituye
el presupuesto de partida de la escuela, pero constituye también en buena
medida el soporte ideológico de una izquierda que confunde biología con racismo
o que interpreta que si acaso esas diferencias fueran ciertas tendríamos
abonado el campo a la desigualdad, confundiendo los planos de la biología y los
del derecho.
Lo
cierto, es que el neofeminismo proclama
esa igualdad de origen, pero a partir de ahí, ya no tiene dificultad en
proclamar todo tipo de diferencias, diferencias que por ser culturales parece
que deberíamos admitir como no dañinas, incluso cuando se sitúan en
niveles en los que las diferencias biológicas no dejarían de ser más que
pálidos reflejos, y como dice Elisabeth Badinter, estuviera puesta en cuestión una común humanidad.
Es por
eso, que obras como la de Steven Pinker, o Louann Brizendine y tantos otros aún
cuando parecen de una solidez intelectual innegable quedan limitadas en su
influencia a círculos más bien reducidos y sin que las importantes cuestiones
que se derivan de un enfoque así, sean exploradas para proponer cambios en la
escuela y tantos otros ámbitos en los que el paradigma culturalista parece
absolutamente incuestionable. Ese, sin embargo, debiera ser, en buena medida, nuestro empeño.
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