Las propuestas de la señora Aído: “miembra”, “teléfono para maltratadores”, “biblioteca para las mujeres”, están causando cierta alarma social que muchos atribuyen a la personalidad de la señora ministra. En mi opinión ninguna de esas propuestas es de su exclusiva invención, ni responde tampoco a pura improvisación, sino más bien a un estado de opinión mucho más generalizado de lo que quieren creer quienes se encuentran por primera vez hablando de estas cosas. No sólo la palabra miembra, también testiga e incluso feminario (como sustituto de seminario) son palabras que tanto desde el Instituto de la Mujer como en círculos feministas mayoritarios se vienen proponiendo en su batalla contra el sexismo del lenguaje, al menos tal como ellas entienden ese sexismo. Y otro tanto cabría decir de la idea de las bibliotecas para mujeres y de las propuestas para “cambiar la masculinidad”, asunto en el que, por lo visto, los únicos privados de voz y voto son los hombres.
Por eso creo que incurren en error quienes consideran que el problema se resolvería situando a otra persona al frente del Ministerio de Igualdad. Personalmente considero que el tema es muy otro, y que, mientras no cambie el paradigma con el que se está analizando este asunto, y se siga dando voz y voto a las personas y los colectivos que ya venían gozando de este privilegio en exclusiva, poco podrán cambiar las cosas y se estará institucionalizando una forma sesgada y sexista de enfocar los asuntos relativos a la igualdad. Concebir “la igualdad” como asunto de las feministas y concederles patente de corso para decir qué se haya de entender por tal, nos llevará una y otra vez sobre estas o parecidas propuestas. Por eso, en mi opinión, se hace necesario sacar este asunto de los círculos reducidos donde ahora se decide para abrirlos a la sociedad y, como no puede ser de otra manera, a la opinión de los varones a quien, por lo visto, hay que cambiar según un canon decidido por ellas.
Un pequeño experimento sobre la igualdad, aunque esté en inglés, no creo que haya problemas para entender lo que ocurre:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=LlFAd4YdQks
Una pareja de actores simula una pelea en un parque, con la particularidad de que la mujer es la agresora y el hombre se limita a aguantar el chaparrón de forma pasiva.
Hasta 163 personas pudieron ver la escena y mostraron reacciones entre la indiferencia y la sorpresa, pasando por gestos ostensibles de aprobación hacia la actitud de la mujer.
Ante la pregunta de por qué ignoraron la escena, las respuestas van desde un "no pensé que el hombre necesitase protección", a "supuse que el hombre la habría engañado", a un "bien por ella!" etc. Sólo una mujer decidió llamar a la policía, pero ¿cuál creeis que sería la actitud de la policía si encontrase esta escena? Sin ir más lejos, uno de los viandantes que ignora la agresión es precisamente un policía!
Las palabras de la psicóloga entrevistada:
"Los hombres causan más daños, pero las mujeres golpean más que los hombres"
Las sociedades que han existido a lo largo de la historia siempre han tenido la necesidad de creer que disponían de "especialistas" para todas sus "necesidades". Hoy en día podemos tener cierta confianza en que la medicina oficial aporta médicos competentes, pero esa misma confianza la tenían también las sociedades de hace quinientos años, en las que los médicos no sabían en realidad nada, y cuya actuación generalmente sólo agravaba las cosas (para todo el remedio era el mismo: una sangría y una purga). Por esta necesidad de "creer en los especialistas", las sociedades han creído a los magos y a los sacerdotes, que les aseguraban que podían hacer de intermediarios con la divinidad. Por esta necesidad, hoy los gobiernos aceptan que los pedagogos son los que van a mejorar el sistema educativo (pese a las décadas en las que vienen demostrando lo contrario). Las feministas se han hecho con el monopolio de la "igualdad", y sus actuaciones tienen resultados semejantes a las que tenían los médicos de otro tiempo: todo se arregla con sangrías y purgas (derecho penal y subvenciones).
ResponderEliminarInteresantísimo (y demostrativo) el vídeo que nos recomienda Manu. Muchas gracias.
ResponderEliminarCuando leo algún artículo como este:
ResponderEliminarhttp://blogs.publico.es/dominiopublico/634/mujeres-y-poder-en-la-union-europea/#comments
quejandose de la falta de mujeres en el poder, me viene a la cabeza la película "Paseando a Miss Daisy"
¿Quién tiene más poder? ¿el chófer, o la persona que elige el destino a donde llevar el coche?
¿Importa el sexo de los gobernantes cuando todos deben plegarse al pensamiento feminista si no quieren perder su apoyo?
Ya está en marcha la primera campaña contra el maltrato firmada por el Ministerio de Igualdad:
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/sociedad/Aislar/maltratador/elpepisoc/20080709elpepisoc_3/Tes
Como se constata fácilmente, todo se reduce a más de lo mismo, corregido y aumentado. El “maltratador” sigue siendo exclusivamente masculino. Las víctimas, como su género gramatical indica. Las denuncias falsas y el SAP, como si no existieran (y es que oficialmente no existen). Se perpetúan los estereotipos sexistas en versión feministoide. ¿Dónde está la igualdad?
Por supuesto, detrás de esta campaña se percibe la mano del Dr. Lorente, esbirro favorito de la ministra en la lucha contra la violencia de género, que se ha ganado su fama de experto a base de decir a las feministas de género lo que a estas les gusta oír. Su obra maestra está consagrada a los maridos que pegan “lo normal”, y a raíz de su nombramiento hizo unas declaraciones a los medios que no tienen desperdicio.
Desde luego, doña Bibiana no es tonta: me di cuenta el día que eligió a este señor para esta misión. No creo que, con sus ideas y métodos, logre acabar con ninguna violencia, pero la propaganda está asegurada.