Si
algún mérito cabe a atribuir a este bitácora, es decir, a todos los que la
hacéis posible, es haber roto en el
pequeño ámbito que nos toca, el
tabú de que todo lo que hacía el neofeminismo (en otros momentos hablábamos de
feminismo sin tener muy claras las fronteras entre aquellas con quienes las
coincidencias eran mayoritarias y aquellas otras con las que prácticamente no
existían) iba a misa y criticarlo suponía ponerse del lado de la reacción, de lo
cavernícola, ir contra la marcha de la historia y los derechos humanos.
Luego
veríamos que quien se orientaba en esa deriva era el propio neofeminismo que,
ajeno a cualquier propósito de igualdad, había construido un pensamiento y un
entramado institucional, la denominada perspectiva de género, que aprovechando
el empuje histórico y el prestigio del feminismo clásico y su lucha, lanzó a
las sociedades, y a ésta de una forma muy destacada, por una pendiente que
estamos lejos de saber hasta dónde llegará porque cada día que pasa se carga de
nuevas razones no sólo para reclamar privilegios, también para acusar al varón
de una infinita variedad de maldades que hacen de él un ser que como alguna de
ellas dice no provoca más que indiferencia y desprecio. Pasar,
sin solución de continuidad, de denunciar
las mayorías aplastantes o la exclusividad masculina como malas, para
promover esas mismas mayorías y esa misma exclusividad ahora en femenino, exige
una sana reacción social que hasta el presente no vemos que se esté
produciendo.
Ojo con la importancia de este último asunto ya
que imputar esas maldades a todo un sexo
y no solo a quienes participan de esas conductas supone de algún modo la práctica inhabilitación de todo el
colectivo masculino para ser reconocido como interlocutor válido en todo aquello que se refiera a la igualdad y no
discriminación por razón de sexo, y así nos encontramos que desde al nivel más
bajo al más alto, es decir, el de la representación política, la condición de
funcionamiento de las instancias de decisión se basan en la exclusión de la
palabra y el voto de los hombres para cuantas cuestiones tienen que ver con esos
temas incluidas cuestiones como la custodia de los hijos. Convendría no olvidar
que, hasta el presente, los miembros
masculinos de las Comisiones
de igualdad del Congreso de los Diputados han sido el diputado Tony Cantó, el representante del PNV y dos diputados del grupo socialista.
Y en
este tiempo hemos denunciado un poco de todo: legislación, prácticas sociales
de discriminación masculina, doble moral del neofeminismo a la hora de juzgar
hechos y comportamientos según el sexo de quien los protagonice, ausencias inexplicables de atención a los
problemas masculinos, incomprensibles apoyos políticos a determinado tipo de
medidas, que por motivos que se
desconocen ni están en el debate político ni en el debate social y todo sucede
con una opacidad que de ningún modo podemos considerar amiga de la democracia o del pensamiento
ilustrado, sino más bien como el ejercicio de un lobby que busca conseguir
mediante la cercanía al poder lo que las urnas no le han dado porque jamás ha
querido concurrir a unas elecciones y parece tener alergia a los procesos
transparentes y democráticos.
De
alguna manera estamos poniendo sobre la mesa unas cuestiones que la mayoría
prefiere ignorar, algunas porque entienden que ponen en cuestión su estatus,
pero muchos otros, la mayor parte de los varones, porque tratándose de un tema
de género resulta un jardín en el que muchos no desean meterse, a tenor de la
escasamente visible, pero eficaz labor de represión del neofeminismo.
Interesaría que esto dejase de ser así, lo que está en juego es nada menos que
la configuración del conjunto social y convendría que, merezca la opinión que
nos merezca la sociedad de la que venimos, lo que haya de ser lo sea sin
excluir a nadie. Y hasta el presente la
exclusión del hombre está siendo total.
En todos los aspectos a la mujer se le ha puesto en status de una superioridad que la Ley Integral de Violencia de Género, viene a subrayar: es más inteliente que el hombre, es más sensible, si el mundo fuese gobernardo por mujeres el mundo sería distinto, la mujer es capaz de hacer más de una cosa a la vez...axiomas míticos, sin ninguna base, pero que han calado, y han llegado a que el hombre ineriorice un complejo de inferioridad y culpa, que provoca un acomplejamiento a la hora de defender su lugar.
ResponderEliminarDesde luego, de nosotros depende el poner coto y hacer retroceder esta demensial situación, ya que una buena parte de la degración social que vive occidente y su cultura, tiene su origen en buena parte de la iracionalidad completa con la que se toman muchas decisiones desde puestos en los que se está mirando más la reacción foribunda de la mujer.
Agradezco a ésta bitácora el abrirme los ojos, por ejemplo, a fenómenos tales como la ausencia de cabeza visible de éste movimiento.
ResponderEliminarMientras todos los partidos, iglesias, confesiones, empresas o sindicatos tienen una cabeza visible a quien formular preguntas o presentar reclamaciones,en el caso que nos ocupa no existe instancia a la que acudir, ni voz alguna que explique hechos que están afectando a muchas personas ni dirigente que asuma la responsabilidad de tal o cual medida.
Garcés
A tenor del contenido de la noticia, a ver si encontráis un uso excesivo de la palabra padres, en la noticia: Ariel Winter inculpa a sus padres
ResponderEliminarhttp://es.msn.com/?ocid=hmlogout
También aquí se toca la noticia
http://www.lacosarosa.com/ariel-winter-modern-family-venganza-madre.html
Alberto
Ya no hay hombres de verdad dice Dita Von Teese
ResponderEliminarhttp://smoda.elpais.com/articulos/dita-von-teese-ya-no-hay-hombres-de-verdad/2681
Magistrales las palabras de esta gran filósofa, que no en vano repite que piensa mucho en estos temas. Se nota, se nota. Si no he entendido mal, lo que espera de un hombre es que la domine, que la mantenga, que se olvide la ternura ¿quizá también que la pegue? Menos mal que es una mujer, porque si esas palabras las dijera un hombre, rápidamente se le acusaría de ser un cerdo machista.
EliminarEsperamos que esta pensadora profunda nos ilumine aún más el camino para llegar a ser “hombres de verdad”. Aunque teniendo en cuenta que fue pareja de Marilyn Manson, casi mejor no saberlo.
Sinceramente, si ser un hombre de verdad es lo que esta mamífera piensa, prefiero seguir siendo un hombre falso.
En revistas para hombres tipo Men's Health sin embargo los artículos que aparecen invitan a los lectores a adaptarse a la nueva personalidad femenina, que suele ser descrita como agresiva, independiente y sexualmente pro activa. El hombre, dicen, debe feminizarse y ser complaciente con la nueva Afrodita. La filósofa de género que menciona Humberto prefiere, no obstante, a los hombres de antes. Mensajes contradictorios no cabe duda. Desconocía el suplemento de moda de El País. En cualquier caso sigue las pautas ideológicas del Cosmopolitab o el Yo Dona. Y por encima de todo, el consumismo "porque-yo-lo-valgo".
EliminarEn mi opinión quizá la cosa es más sencilla, pero al mismo tiempo más tremenda. Se trata de que el mensaje no valga por su contenido sino por quien lo emite, es decir, si quien lo expresa es chica y además glamurosa ese mismo hecho lo hace aceptable, como igual sería aceptable que la sexualidad que se propusiese fuese la domesticada de las dueñas de la moral.
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