Leyendo
el documento sobre el impacto de
género de los Presupuestos generales del Estado queda, por si a alguien le
quedase todavía duda, meridianamente claro el significado de la igualdad que con
tal concepto se mide. Esa igualdad de
género que es a la igualdad lo que la democracia orgánica a la democracia: mucho de orgánica y poco de
democracia, para nuestro caso mucho de género pero muy poco de igualdad. Nada
en relación con el permiso paterno, uno de los más raquíticos de
Europa y desde luego nada que ver con lo que se estila en países con los que sí
competimos en otros aspectos de esta
igualdad, particularmente los nórdicos.
Como nada de favorecer o fomentar un
mayor contacto de los niños con la
figura masculina en los primeros años de la vida, particularmente en el jardín
de infancia o en la educación primaria.
Uno
esperaría encontrar una referencia al fracaso escolar masculino pero no la hay,
y esto es especialmente grave ya que el más importante se produce en los tramos
de la educación obligatoria. Como esperaría
una referencia a por qué dado el importante volumen de recursos dedicado
a la salud reproductiva y sexual los varones después de una prostatectomía
radical han de pagarse de su bolsillo los tratamientos, en muchos casos
costosos e indefinidos, o una explicación a por qué si en las administraciones
públicas las féminas ya son muy holgada mayoría, particularmente las de más
reciente creación como las autonómicas, el empleo que se sigue promocionando es
el femenino. También sin referencias en cuanto a los sin techo. Los ejemplos podrían multiplicarse.
En un
documento lleno de llamadas a la igualdad, la paridad y la equidad y donde se
reclama la paridad de las mujeres en los consejos de administración de las
empresas y la universidad, o la equiparación del número de hombres y mujeres en
las federaciones deportivas, nada se dice de por qué en los juzgados de familia
el número de juezas puede exceder ampliamente del 80 %, y que
esa mayoría se extienda al personal que interviene en todo el proceso de asignación de custodias:
equipos psicosociales, abogados de familia y personal de los juzgados de tal manera
que un hombre en esa situación pueda
convertirse en el único varón ante todos ellos. Y eso por no mentar que la
mayoría de esos equipos están formados en la teoría de género.
Se
siguen subvencionando los estudios sobre el sexismo del lenguaje, como si no nos
encontrásemos ante un inmenso fraude intelectual puesto de manifiesto desde la
RAE, del mismo modo que se subvencionan todo tipo de estudios y agrupaciones de género, pero nada
se diga de la escasísima presencia masculina en la comisión de igualdad del
Congreso, como tampoco de cómo ha sido posible que desde la televisión pública
se ofreciese durante años una parrilla en la que todos los magazines y las
principales figuras de los informativos eran mujeres, como no se dice nada de
esas oficinas públicas en las que
compuestas por decenas de personas detrás de una mesa de ordenador la figura
del trabajador masculino no existe ya que todos los puestos están ocupados por féminas.
En fin no se trata de hacer un relato
exhaustivo porque no tendría cabida en una entrada de blog pero es evidente que
nos encontramos ante una igualdad descompensada y, desde luego, no a favor del género masculino.
Pero me
gustaría añadir dos notas más a esta entrada que tienen que ver con el
tratamiento de estos temas desde las instancias oficiales y las académicas. La primera tiene que ver con el silencio de
ambos sectores en la denuncia de estas desigualdades e inequidades: a nadie
debiera pasar desapercibida que en plena crisis el empleo público más de
200.000 haya ido a parar todo a las mujeres. Como tampoco se explica el
silencio del mundo académico y los profesionales
que trabajaban en el campo social ante el increíble estrago que en ese terreno
se está produciendo al trasladar a ámbitos como la psiquiatría esa amalgama de variables según la cual los
cambios de humor se conceptúan enfermedad mental al lado de la esquizofrenia o
el autismo, y en un totum revolutum no se distingue entre variables subjetivas y
variables objetivas lo que, inevitablemente, más que clarificar para lo que
sirve es para ocultar y convertir lo que
debiera ser ciencia médica y social en mera ideología.
Estamos
muy lejos de aquel feminismo de carácter democrático y base popular de otros
tiempos ya que ahora éste se encuentra entretejido en todas las
instituciones y de modo particular en
las de la Unión europea y la ONU desde donde dictan magisterio y establecen normas sin que
hasta el presente se hayan tropezado con la mínima oposición, como si de un
nuevo despotismo, éste de género, se
tratase.
Lo último en casos de denuncias falsas:
ResponderEliminar"Detenida una mujer que denunció por acoso a su expareja, que había fallecido días antes"
http://www.europapress.es/sociedad/sucesos-00649/noticia-detenida-mujer-denuncio-acoso-expareja-fallecido-dias-antes-20131017132120.html
José
Está clarísimo: el muy machista la estaba acosando desde el más allá. Seguro que no pasa mucho tiempo sin que en nuestro paritario parlamento se ponga a legislar sobre acoso de ultratumba.
Eliminar(Athini Glaucopis)
pues hay precedente. Un papa fue juzgado después de muerto.
ResponderEliminarXabi