Rara es la mujer, particularmente en la política, que cuando se le pide que explique o rinda cuentas de algo que no es de su agrado, no atribuya tal petición a machismo por mucho que nada concreto haya para apoyar esa apreciación. Recientemente el PSOE con el pretexto del género no apoyó a Guindos para las instituciones europeas, pero casi al mismo tiempo tampoco lo hizo con Elena Valenciano en su aspiración a la portavocía de los socialistas en la Eurocámara, lo que evidenció la falacia del pretexto y que los motivos reales en ambos casos eran muy otros. El género ha servido a Pedro Sánchez para alejar de la dirección y luego del partido a personas como Madina, y rodearse sin embargo de gentes que aplaudían la plurinacionalidad con argumentos en muchos casos de lo más pintoresco.
Las centrales sindicales hasta hace bien poco habían sacralizado la idea de la unidad de los trabajadores, sin ella nada era bueno y con ella todo se conseguiría. En el presente han apoyado la huelga de mujeres y recientemente se apuntaron al frente independentista en Cataluña. En toda su trayectoria estas instituciones que jugaron tan importante papel en la Transición, no han dejado de traicionar su objetivo, defendiendo a quien tiene trabajo frente a quien no lo tiene y, ahora, apoyando a mujeres y pensionistas pero olvidando a los jóvenes y a quienes no tienen empleo. El hecho de que no se autofinancien tiene bastante que ver con su actual debilidad y seguidismo.
Lo de Podemos es de traca, desde sus propias filas, califican a sus jefes de patriarcales, y se desmienten a sí mismos a una velocidad que produce vértigo. Si no hace tanto tiempo decían que se querían tanto que sus diferencias las solventaban con besos, ahora es raro el mes, en cualquier parte del Estado, que no se produce algún episodio de enfrentamiento en o contra la dirección y la consiguiente purga, siempre dependiendo de la entidad de quienes se oponen. El episodio Bescansa pone además en evidencia que los métodos cuando no igualan superan en villanía a los de las otras fuerzas políticas.
El asunto de los tres varones con el NOSOTRAS detrás deja traslucir bien a las claras la diferencia, a veces abismal, entre teoría y práctica. No menos que presumir de ser los más demócratas y acabar construyendo una organización cesarista y centralista, en la que las bases juegan el papel de “inscritos e inscritas” que ratifican o no un acuerdo ya tomado por la dirección. Como resulta casi cómico que a los “viejos” a quienes, por ejemplo Bescansa, había hecho desaparecer virtualmente para que Podemos pudiese ganar las elecciones, de repente se conviertan en el pilar más sólido sobre el que asentar el asalto a los cielos.
Y lo que seguramente supera todo lo anterior es ese resucitado de la teoría del valor trabajo de Marx, solo que ahora aplicada en exclusiva a las mujeres quienes “por igual trabajo” ganarían menos que los varones, pero que al igual que ya sucedió para el caso general dicha teoría jamás ha podido ser demostrada y, sin embargo, las consecuencias prácticas no han podido ser más desastrosas para las economías que trataron de montarse sobre esos supuestos. La soberbia intelectual y la superioridad moral que se arrogan tanto la izquierda como el feminismo les hacen imposible el reconocimiento de sus errores. Porque seguro que además piensan: siempre nos quedará el género… aunque sea como excusa.
Dado que la asignación de "género" sólo depende de lo que uno "se sienta", lo único que tendrían que hacer los tres "machos alfa" de Podemos sería autoproclamarse "mujeres" y "lesbianas" y "transexuales", y con eso ya se habrían blindado frente a cualquier posible crítica, y su hegemonía pasaría, sin más, a ser considerada una muestra de la "especial sensibilidad" de Podemos con las mujeres y todas esas minorías tan (supuestamente) maltratadas.
ResponderEliminarY no lo digo como una broma: en México ya hay al menos tres políticos que se han declarado "transgénero" para cumplir con los criterios de cuotas:
https://www.actuall.com/criterio/familia/cruda-realidad-se-declaran-mujeres-transgenero-cumplir-la-cuota-genero-los-partidos/
(Athini Glaucopis)
Por cierto, seguramente te interesará este pequeño artículo, en el Catoblepas, del físico y filósofo Martín López Corredoira:
ResponderEliminarUna visión alternativa sobre la historia de la mujer occidental y el feminismo
http://www.nodulo.org/ec/2018/n182p03.htm#kp16
(Athini Glaucopis)
Gracias Athini por el enlace. En relación a lo que dices en el primer comentario lo que a mí me llama la atención es que a la hora de la verdad el feminismo cuando quiere denunciar o es de su interés le basta con la categoría sexo.
ResponderEliminarEs que hay una más que evidente contradicción entre, por una parte, ver en todo una lucha a muerte hombre/mujer, y, por otra, insistir en que la oposición hombres/mujer no es más que un constructo social que el individuo puede saltarse a la torera (en tal caso, y si tan maltratadas estaban las "mujeres", por qué había individuos empeñados en clasificarse como mujeres, con lo fácil que les hubiera sido autoclasificarse como "hombres" y dejar de estar en el bando oprimido).
ResponderEliminarLos objetivos reales (no los proclamados) del feminismo son, sencillamente, convertir el hecho de haber nacido con unos determinados órganos sexuales como una fuente de privilegios. Esto, lógicamente, entra en contraposición con la idea de que cada cual puede autoclasificarse como le dé la gana.
Y como la contradicción no puede dejar de estallar, tan pronto como las feministas empiecen a sospechar que sus privilegios les puede tocar compartirlos con otros, en Inglaterra ya ha empezado la batalla: ya existen las TERF (Trans-Exclusionary Radical Feminist), feministas radicales que se oponen a que se considere mujeres a los transexuales. La cosa ha llegado a agresiones entre las TERF y las trans-activists, y ha tenido como gracioso colofón un juez obligando a una TERF a que use pronombres femeninos (she, her) cuando se refiera a una transexual:
https://www.lifesitenews.com/blogs/the-bizarre-fight-between-feminists-and-trans-activists-shows-were-at-war-w
https://www.lifesitenews.com/news/judge-lectures-assault-victim-to-use-attackers-fake-pronoun
(Athini Glaucopis)
Lo del privilegio cada día que pasa se defiende con más desparpajo. La secretaría general de Podemos en Galicia que no está de acuerdo con una peticiónd de dimisión de una diputada de su grupo, solicitada por buena parte de los suyos, dice que no la pedirá (la dimisión) mucho menos tratándose de una mujer. Hasta para las circunstancias de una petición de dimisión, se nos habla de diferentes criterios según el sexo. Un poco como la loteria de Pablo Motos entregando premios según se trate de chico o chica.
ResponderEliminarParece que la lucha entre "feministas" y "transexuales" empieza a llegar a España. Aunque en los grandes medios el asunto se ha callado, ya se le empieza a ver la patita transfóbica al Partido Feminista de España de la hembrista histórica Lidia Falcón:
ResponderEliminarhttps://www.izquierdadiario.es/El-Partido-Feminista-de-Espana-equipara-a-las-personas-trans-con-puteros-proxenetas-y-compradores
https://www.mediterraneodigital.com/feminismo/feminazis-1/la-plataforma-de-transexuales-denuncia-por-transfobia-al-partido-feminista.html
https://www.lavozdelsur.es/los-colectivos-de-transexuales-llevaran-a-la-fiscalia-los-mensajes-de-odio-del-partido-feminista/
Insisto, por cierto, en el poco ruido mediático que ha tenido el asunto. No quiero ni pensar en lo que habría pasado si tal "desliz" le hubiera pasado a alguien de "la derecha, la extrema derecha, o la extrema extrema derecha". Y si hubiera de por medio curas entonces la noticia aún estaría en primera página. Pero claro, como ha sido el Partido Feminista, la cosilla se ha ocultado sin problemas, que por el momento quienes sacan dinerito y poder de feministas y transexuales suelen ser l@s mism@s.
(Athini Glaucopis)