Twittear

08 febrero, 2007

¿Condición masculina?


El 20.05.06 El País publicaba el siguiente reportaje. En su momento me impactó. Ahora quiero traerlo aquí para engrosar la lista de casos que tengan que ver con la ¿condición masculina?


REPORTAJE

Un símbolo destrozado

El soldado Blake Miller, considerado un icono del Ejército estadounidense en Irak, padece invalidez psicológica

JAVIER DEL PINO - Washington - 20/05/2006

Días después de que la foto de su cara se publicase en más de 100 periódicos por todo el mundo, James Blake Miller todavía no sabía que era famoso. "¿Te puedes creer que eres el puto marine más famoso? ¡Tu careto está en todos los periódicos!", le dijo un sargento al mando en Faluya. La unidad de Blake acababa de regresar. Ni él ni sus compañeros pensaron que podrían salir vivos de un combate en el corazón de la insurgencia iraquí. Volvieron vivos, pero cambiados.

Después de una noche entera agazapado, de horas y horas de disparar, ser disparado y matar, Blake se encendió un cigarro con la seguridad -contó después- de que podría ser el último. Un fotógrafo empotrado de la agencia Associated Press tomó esa foto sin pensar que el primer plano de Blake, su mirada al vacío, la suciedad del combate, la sangre en el oído de un tímpano estallado por los bombardeos y el humo del cigarro recién encendido formaban una estampa impactante. Dan Rather, todavía en la CBS, dijo que era la mejor fotografía de guerra de la historia contemporánea. El gesto de Blake reflejaba para algunos la irracionalidad de la guerra; otros veían en su mirada el reflejo del valor. Blake se convirtió desde entonces en el Marlboro Man, el apodo que le puso el sargento y que le acompañará de por vida.

Tal llegó a ser su leyenda entre los soldados de Estados Unidos que los mandos decidieron retirarle de las zonas de combate, porque si moría, pensaron, la moral del resto de las tropas se vería afectada. La fama, su cansancio y sus primeros problemas médicos precipitaron su regreso a casa. Dos periódicos, el San Francisco Chronicle y Los Angeles Times han encontrado y han descrito la vida de Blake.

De vuelta en Kentucky, Blake pensaba que podría mantener sus recuerdos bajo control. Fue diagnosticado con estrés traumático, una enfermedad mental que afecta a uno de cada tres soldados que han pasado por Irak. Apenas duerme, y cuando lo hace mueve su dedo índice como si estuviera apretando un gatillo. Fuma más que nunca. Bebe más de lo que debería. No domina su temperamento. Ve constantemente las caras de las personas a las que mató en Faluya.

Poco a poco, el recuerdo de los amigos que han muerto y los enemigos a los que ha matado ha transformado la lógica de su vida. Siempre quería haber sido un soldado. Tiene tatuado en su brazo el lema de su compañía, "Ángeles de la Muerte". Ahora no entiende la guerra: "Hemos hecho alguna ayuda humanitaria. ¿Pero qué hemos hecho realmente allí? ¿Qué ha ganado Estados Unidos con esto excepto un montón de muertos? Me quema por dentro", dice ahora.

Jame Blake Miller cobra 2.528 dólares (1.980 euros) de pensión por su invalidez psicológica permanente. Acaba de cumplir 21 años.

2 comentarios:

  1. Anónimo2:19 p. m.

    *(Fran) En verdad es estremecedor el trauma psicológico que debe padecer este chico, pero no sólo él, sino cualquier persona que se vea involucrada en una experiencia vital tan dura de asumir como es la suya.

    Yo ley el artículo cuando salió publicado en El País y recuerdo que me estremeció muchísimo su lectura y el pensar en la cantidad de jóvenes que deben estar pasando por lo mismo cada día y de forma cotidiana para ellos. De pensar, en la tremenda hipocresía de una sociedad y de sus dirigentes, que no dudan en enviar a sus jóvenes a una destrucción casi segura (cuando no física, sí mental)y esperar sin embargo de ellos que a su regreso a la sociedad que les vio partir, continúen conviviendo con los demás como si nada del terror vivido hubiese tenido lugar. Se les exige que olviden y se reintegren cuanto antes, como si de máquinas se trataran. Tratados de forma totalmente insensible e inhumana y rodeados de una sociedad que les brinda incomprensión y abandono una vez que ya han cumplido con lo que se esperaba de ellos. Es realmente inhumano, así que, gracias Emilio por recuperar el artículo en cuestión y refrescarnos la memoria acerca de una discriminación durísima más que sufren comúnmente y de forma mayoritaria los varones (lo elijan o no) en todo el mundo.

    A continuación expongo más datos que invitan a la reflexión, en relación al violento mundo al que empujan muchas sociedades a sus varones, por el simple hecho de serlo, todo tipo de sociedad sin excepción trata a sus varones de la misma manera, desde las sociedades más atrasadas, hasta la supuestamente más adelantadas y concienciadas con la igualdad y derechos humanos:


    ¿ Puede un soldado varón llevar el pelo largo?
    Israel - Marzo de 2001
    Un joven israelí de 18 años llamado Avishay Saban ha reclamado ante la Corte Suprema de Israel que le sea reconocido el derecho a conservar su pelo largo, recogido en forma de coleta, mientras presta el servicio militar obligatorio. El joven dice no entender por qué tan sólo a las mujeres les es permitido llevar el pelo largo y efectúa su reclamación porque quiere los mismos derechos para hombres y mujeres
    Puesto que esta norma discriminatoria no parece tener una justificación objetiva, la Corte Suprema de Israel ha dado al ejército 45 días para dar una razonable explicación de por qué se les permite a las mujeres llevar el pelo largo y no así a los hombres, también ha pospuesto la incorporación de este chico al servicio militar mientras el ejército reflexiona sobre el asunto.
    Pero ésta no es la única discriminación que sufren los hombres de aquel país en cuanto a la prestación del servicio militar. El servicio militar efectivamente es obligatorio para hombres y mujeres, pero mientras para los hombres tiene una duración de 3 años, para las mujeres el servicio tan sólo es de 21 meses. Además los hombres tienen que dedicar un mes adicional cada año hasta que cumplan los 54 años, y las mujeres sólo hasta que cumplan los 35. Y esto no es todo, en el caso de las mujeres esta obligación desaparece en el momento en que contraen matrimonio, con lo que en la práctica muy pocas mujeres son las que mantienen obligaciones militares hasta los 35 años. Por otra parte las mujeres tienen reconocido el derecho a la objeción de conciencia (tan sólo por motivos religiosos) mientras que los hombres carecen de ese derecho.
    En cuanto a la restricción en el modo de llevar el pelo, la situación en España es idéntica a la de Israel, los hombres están obligados a llevar el pelo muy corto, mientras las mujeres tienen libertad para llevarlo como quieran, con la única obligación de llevarlo recogido.
    El Ministerio de Defensa español no respeta la libertad en cuanto a la imagen personal de los hombres del mismo modo a como lo hace con las mujeres, obliga a los hombres a llevar el cabello de un modo que dejó de ser tradicional hace varias décadas, y no es consciente de que muchos hombres llevan el pelo largo y muchas mujeres lo llevan corto, sin embargo sí respeta la ruptura de la tradición en el caso de las mujeres, puesto que también se les permite llevarlo corto.
    La prestación de servicios militares en el caso de Israel puede parecer una discriminación escandalosa, pero aún lo es mucho más en España. Durante los últimos 10 años las mujeres han tenido los mismos derechos que los hombres para poder ingresar en el ejército como profesionales mientras que han estado exentas de realizar tanto el servicio militar como la prestación social sustitutoria. Este hecho ha supuesto una penalización sexista en la formación académica y en la incorporación al mundo laboral de los varones.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo3:15 p. m.

    *(Fran) El fenómeno de la utilización de los varones, lo quieran estos o no, para soportar las mayores afrentas que se pueden acometer contra un ser no ya humano, sino también vivo y/o como carne de cañón, el fenómeno como digo, es universal. Y yo me pregunto, ¿puede haber en una sociedad cualquiera mayor discriminación que la que atenta contra la propia existencia del indivíduo varón, por el solo hecho de serlo?.

    Esta es la historia de unos hechos que, al parecer se dan incluso en países civilizados y modernos:

    Noruega: Los talibanes feminazis

    Los estudiantes de la Universidad de Oslo iniciaron una protesta a principios de 2000 por la discriminación que sufren los hombres que realizan cursos de doctorado en la universidad de dicha ciudad al prohibírseles desde 1998, el acceso a las plazas en 20 especialidades, aquéllas en que hay mayor número de hombres que de mujeres. Así, a los hombres que quieren doctorarse en estas especialidades no les queda más salida que el exilio hacia universidades extranjeras si quieren acceder a dichos estudios.
    La protesta también es secundada por las alumnas, que aunque ahora tienen muy fácil acceder a dichas plazas gracias ha que se le ha bloqueado el acceso ala mayoría de los competidores, no se puede distinguir si consiguen esas plazas por su preparación o por ser mujeres, y su valía queda irremediablemente bajo sospecha, de modo que no pueden probar que han conseguido la plaza por sus propios méritos y en igualdad de condiciones.

    Kristin Mile, de la Oficina del Defensor de la Igualdad de Oportunidades (bonito y eufemístico nombre), reconoce que es discriminatorio, pero apoya la medida porque consigue equilibrar el número de hombres y mujeres en esas especialidades. Pero haciendo gala de la habitual doble moral que identifica a la doctrina feminista occidental, conocida ya en muchos sectores como feminazismo, no dice apoyar una medida similar que impidiese el acceso a las mujeres en aquellas especialidades donde es mayor el número de mujeres que el de hombres, medida que de igual modo sería tendente a conseguir el equilibrio.

    Por otra parte, en enero de este año, cuando salió a la luz el llamado síndrome de los Balcanes, que agrupa a las enfermedades que padecen los soldados que estuvieron destinados en la antigua Yugoslavia, Noruega retiró de sus puestos a las mujeres que estaban destinadas en una ciudad de Kósovo en la que la elevada concentración de plomo en el aire ponía en peligro su salud.

    Eran mujeres soldado profesionales, oficiales del ejército, puesto que allí la tropa profesional no existe y el servicio militar es obligatorio. Obligatorio sólo para los hombres. La salud de estas mujeres, personas adultas y profesionales, que habían ingresado en el ejército por voluntad propia, no podía ser puesta en peligro, pero sí lo podía ser la salud de los chicos de 18 años que se encontraban allí en contra de su voluntad, y que allí quedaron realizando el servicio militar obligatorio, aún a pesar del peligro que representaba el elevado índice de plomo en el aire.

    Ésta es la discriminación más grave de todas las que puede haber, la que afecta al valor de la vida y a la integridad física de las personas, y ésta es la diferencia que existe entre el valor de la vida de un hombre y el de la de una mujer en Noruega.

    El motivo que expone el gobierno noruego para que el servicio militar sea obligatorio sólo para los hombres es el mismo que empleó el gobierno socialista en España en 1991 y que ha regido el modelo vigente en los últimos 10 años, que con los hombres basta para cubrir las necesidades de la defensa.

    Lo mismo que ocurre con esas 20 especialidades de la Universidad de Oslo, que con los hombres bastaría para cubrir los puestos, pero en este caso quieren equilibrar el número de hombres y mujeres a golpe de discriminación, y en el caso del servicio militar obligatorio, todo lo contrario, que la desproporción entre el número de hombres y mujeres sea total, y también a golpe de discriminación.

    Estas discriminaciones contra los hombres en Noruega recuerdan mucho a lasque sufren las mujeres en Afganistán, y de las que tanto se habla, en concreto las que afectan a la educación y a la salud, los mismos ámbitos a los que pertenecen las que acabo de mostrar en el caso de los hombres noruegos y que son una prueba de que los países nórdicos figuran, junto a Afganistán, entre los países donde existe una mayor desigualdad entre hombres y mujeres, una realidad radicalmente opuesta a la imagen falsa que transmiten al exterior y que es la que en España se tiene de estos países.





    Noruega: Los talibanes feminazis

    Los estudiantes de la Universidad de Oslo iniciaron una protesta a principios de 2000 por la discriminación que sufren los hombres que realizan cursos de doctorado en la universidad de dicha ciudad al prohibírseles desde 1998, el acceso a las plazas en 20 especialidades, aquéllas en que hay mayor número de hombres que de mujeres. Así, a los hombres que quieren doctorarse en estas especialidades no les queda más salida que el exilio hacia universidades extranjeras si quieren acceder a dichos estudios.
    La protesta también es secundada por las alumnas, que aunque ahora tienen muy fácil acceder a dichas plazas gracias ha que se le ha bloqueado el acceso ala mayoría de los competidores, no se puede distinguir si consiguen esas plazas por su preparación o por ser mujeres, y su valía queda irremediablemente bajo sospecha, de modo que no pueden probar que han conseguido la plaza por sus propios méritos y en igualdad de condiciones.

    Kristin Mile, de la Oficina del Defensor de la Igualdad de Oportunidades (bonito y eufemístico nombre), reconoce que es discriminatorio, pero apoya la medida porque consigue equilibrar el número de hombres y mujeres en esas especialidades. Pero haciendo gala de la habitual doble moral que identifica a la doctrina feminista occidental, conocida ya en muchos sectores como feminazismo, no dice apoyar una medida similar que impidiese el acceso a las mujeres en aquellas especialidades donde es mayor el número de mujeres que el de hombres, medida que de igual modo sería tendente a conseguir el equilibrio.

    Por otra parte, en enero de este año, cuando salió a la luz el llamado síndrome de los Balcanes, que agrupa a las enfermedades que padecen los soldados que estuvieron destinados en la antigua Yugoslavia, Noruega retiró de sus puestos a las mujeres que estaban destinadas en una ciudad de Kósovo en la que la elevada concentración de plomo en el aire ponía en peligro su salud.

    Eran mujeres soldado profesionales, oficiales del ejército, puesto que allí la tropa profesional no existe y el servicio militar es obligatorio. Obligatorio sólo para los hombres. La salud de estas mujeres, personas adultas y profesionales, que habían ingresado en el ejército por voluntad propia, no podía ser puesta en peligro, pero sí lo podía ser la salud de los chicos de 18 años que se encontraban allí en contra de su voluntad, y que allí quedaron realizando el servicio militar obligatorio, aún a pesar del peligro que representaba el elevado índice de plomo en el aire.

    Ésta es la discriminación más grave de todas las que puede haber, la que afecta al valor de la vida y a la integridad física de las personas, y ésta es la diferencia que existe entre el valor de la vida de un hombre y el de la de una mujer en Noruega.

    El motivo que expone el gobierno noruego para que el servicio militar sea obligatorio sólo para los hombres es el mismo que empleó el gobierno socialista en España en 1991 y que ha regido el modelo vigente en los últimos 10 años, que con los hombres basta para cubrir las necesidades de la defensa.

    Lo mismo que ocurre con esas 20 especialidades de la Universidad de Oslo, que con los hombres bastaría para cubrir los puestos, pero en este caso quieren equilibrar el número de hombres y mujeres a golpe de discriminación, y en el caso del servicio militar obligatorio, todo lo contrario, que la desproporción entre el número de hombres y mujeres sea total, y también a golpe de discriminación.

    Estas discriminaciones contra los hombres en Noruega recuerdan mucho a lasque sufren las mujeres en Afganistán, y de las que tanto se habla, en concreto las que afectan a la educación y a la salud, los mismos ámbitos a los que pertenecen las que acabo de mostrar en el caso de los hombres noruegos y que son una prueba de que los países nórdicos figuran, junto a Afganistán, entre los países donde existe una mayor desigualdad entre hombres y mujeres, una realidad radicalmente opuesta a la imagen falsa que transmiten al exterior y que es la que en España se tiene de estos países.

    ResponderEliminar