Twittear

27 enero, 2013

Oficializando la mentira


El principal objetivo del neofeminismo institucional, o no, consiste en tomar al conjunto de la población como rehén de una propaganda en la que cuanto mayor sea la mentira más cerca se está de conseguir el objetivo. La estrategia es múltiple: el tema de la custodia compartida se resolverá en comisiones de expertos afines;  la violencia femenina no existe; aunque a quien golpee con más fuerza la crisis sea el varón se insistirá en el raca-raca de la discriminación laboral y salarial femenina; se guardará como secreto oficial que  desde hace ya unos cuanto años el único empleo público neto que se crea va todo dirigido a las mujeres; como se olvidará que el fracaso escolar masculino existe o que el drama de los sin techo: varones en más de un 80%, está ahí.

Un poco al estilo vasco en el programa de ETB que se recoge más arriba lo que se somete a debate es el papel de la mujer en el trabajo, pero, ¡ojo! con este dato de partida: según el anuario estadístico vasco los hombres ganan el doble que las mujeres, o al menos eso es lo que dice el presentador. No se trata por tanto de discutir si tal cosa existe o si es un 10 % o un 20 % o un 30% sino sencillamente que ellos ganan el 200% de lo que ganan ellas. Lo cierto es que cuando los debates urgentes deberían ser otros, en esta televisión pública ponen a debatir a  la gente tomando como premisa una enorme mentira: las mujeres ganan la mitad de lo que ganan los hombres. Y digo mentira porque a estas alturas cualquier otra cosa para calificar algo así ya solo puede sonar a eufemismo.

21 enero, 2013

¿Qué modelo de escuela?


Este fin de semana se ha producido aquí un interesante debate sobre la educación y el modelo educativo que, de algún modo, terminó conectado con una serie de entradas de El Café de Ocata sobre las competencias y poniendo sobre la mesa la necesidad de interrogarnos en profundidad sobre qué modelo educativo poner en marcha en nuestro país.

No se trata por tanto de elegir entre lo que hoy hay y lo que hubo en  el pasado. La elección debería hacerse entre un modelo que proscribe la excelencia como el actual o uno que por el contrario la promueva como siempre hicieron los buenos sistemas educativos del mundo y siguen haciendo aquellos que en la actualidad están reconocidos unánimemente como modelos de éxito: caso de Finlandia.

Los modelos igualitaristas basados en la nueva pedagogía han dado más que sobradas pruebas de fracaso y las siguen dando en casos como el de España, Noruega o Francia.  Quienes fueron pioneros en el mismo o bien lo han abandonado: caso del Reino Unido, bien están en trance de hacerlo como nos cuenta para el caso sueco Inger Enkvist. Quienes nunca cayeron en tal tentación caso de Finlandia obtienen los resultados de todos conocidos.

Y han fracasado porque a mayores de no conseguir su más directo objetivo: una escuela más igualitaria desde el punto de vista de los sexos y el socioeconómico,  lo hacen también en cuanto al objetivo que ninguna escuela debiera soslayar: promover y favorecer al máximo las capacidades de cada alumno para su mejor desarrollo intelectual y humano.

Un modelo que, basado en el constructivismo y la idea de que el alumno es capaz por sus propios medios de procurar su progreso educativo, ha situado al profesor y los contenidos en un segundo plano. Un modelo  que como dice Gregorio Luri enseña competencias más que a ser competente, promueve el estudio de la ética más que los comportamientos éticos,  dando como resultado no alumnos comprometidos con la sociedad y su entorno, sino lo que con mucho acierto  J.M. Lacasa calificó aquí como alumnos actitudinalmente competentes.

Un modelo que a fuerza de insistir en cuestiones como la creatividad espontánea del niño ha  abandonado tareas como la lectoescritura y el cálculo. Un modelo que dedicado a tantas tareas  y con una vocación tan absoluta de abordar todos los problemas de la sociedad moderna: tráfico, violencia, nuevas tecnologías, se ha volcado sobre mil cuestiones y lo asistencial abandonando su tarea más insoslayable: la formación académica de los alumnos que les permita su crecimiento intelectual y como personas. Un modelo en el que no existe una dirección única sino múltiple y en el que su legislación se desperdiga a lo largo de varios ministerios.

Un modelo impulsado principalmente por la socialdemocracia en busca de mayor igualdad pero que,  como resultado  paradójico, lo que da es una escuela que no favorece en absoluto la movilidad social, y que no solo no impulsa el acceso de los sectores más desfavorecidos a la universidad sino que, tal como sucede en nuestro caso, desde hace muchos lustros, aparta del sistema educativo a un tercio de los estudiantes al no permitirles ni siquiera la obtención del título de graduado en ESO.

El sistema actualmente vigente en nuestro país y algunos otros de la U.E. no está justificado ni por motivos pedagógicos ni tampoco sociales, más bien al contrario todo clama por una reformulación del mismo, lo que a mi modo de ver exigiría una profunda revisión de los criterios de acceso a la profesión  y una reformulación de los métodos, los objetivos y los sistema de evaluación de las etapas iniciales y a partir de ellas todo el sistema educativo,  a fin de conseguir un propósito adicional a los ya mencionados, hacer de él un sistema transparente en el que todos: padres, alumnos y profesores sepan a qué atenerse en cuanto a lo que del alumno se espera en cada etapa.


20 enero, 2013

Datos socioeconómicos


Me gustaría llamar la atención de los lectores y lectoras de esta bitácora sobre lo siguiente.

La sociedad está sufriendo una de las mayores transformaciones en muchísimo tiempo, en todos los ámbitos de la vida, pero particularmente en relación al papel de los sexos y lo está haciendo a tientas y, sin que la voz de uno de ellos sea escuchada mucho menos tenida en cuenta.

Más bien al contrario parece haber una casi total unanimidad en la clase política de ambos sexos de que las cosas deban ser así. Pero dos gráficos como los de más abajo debieran hacernos reflexionar a todos a fin de deslindar mínimamente la categoría varón como ese ser lleno de todos los poderes que se ha dedicado durante siglos a explotar a su mujer y sus hijos.




Ocupados por sexo

Al menos en cuanto al reparto del trabajo social tal premisa parece cumplirse poco. De las actividades no queridas el varón desempeña mayoritariamente siete: construcción, industrias extractivas, suministros y actividades de saneamiento, transporte y almacenamiento, suministros diversos, industria manufacturera y agricultura, ganadería y pesca, por dos que desempeñan las mujeres: otros servicios y personal doméstico quienes además mantendrían amplia mayoría en algunas de las más deseadas como educación o actividades sanitarias y de servicios sociales. 

Frente a una realidad como la recogida en ese gráfico confeccionado con los datos de la EPA de 2012 o la contundencia de los datos sobre la crisis que arrojan una clara descompensación en perjuicio del varón recogidos aquí, no digamos ya los datos de accidentes laborales

accidentes de trabajo


nos encontramos con que el debate social no ha de ser sobre como haya que  interpretar lo anterior desde la perspectiva de la igualdad sino que habremos de seguir asistiendo a una permanente y machacona repetición sobre la discriminación salarial y en el empleo de las mujeres. 


Quiero dar las gracias a Eduardo Zugasti, a través de quien he tomado los enlaces a los gráficos. La fuente de ambos es: FEMI 

13 enero, 2013

El género ¿une o separa?


El género ¿une o separa? ¿Quién promueve dos esferas, dos mundos diferentes? ¿El género incide en la igualdad de derechos y deberes, o es otra cosa lo que promueve? ¿Estamos asistiendo a la reedición en un formato diferente de los roles y los espacios diferenciados de los sexos?… Y esta vez, sin lugar a dudas, de la mano de las mujeres.

Los más de 150 años de feminismo quizá no hayan servido para construir una organización política diferenciada y de referencia para las mujeres, tampoco para construir una teoría clara de la historia y el futuro de los sexos, pero de lo que no cabe duda es de que para lo que sí han servido es para crear entre ellas una fuerte conciencia de género que hace que más allá de los partidos políticos exista una distinta conciencia política femenina, más allá de los sindicatos exista el deseo de defensa particular de sus intereses, más allá de las convenciones y estructuras sociales se antepongan y consideren prioritarios los gustos y los deseos femeninos.

Después de casi convencernos de que trabajaríamos juntos en la fábrica, en la empresa, de que no sería nuestra vestimenta ni nuestros gustos por unas u otras  formas de ocio lo que nos diferenciaría, descubrimos que se trataba de un espejismo, que como siempre ha sido el cuidado y atención que ambos dedicamos el cuerpo no se parecen en nada, que en lo de la seducción por el cuerpo la distancia entre ambos parece agrandarse más que encogerse, que hasta un vídeo de la U.E. dirigido a acercar las chicas a la ciencia ha debido ser retirado porque en lo que hacía énfasis era que no precisaban renunciar a ninguno de los artilugios femeninos de seducción.  

Hemos pasado de que se nos dijera que si las mujeres no se habían incorporado al trabajo en las fábricas había sido porque les hombres no les habían dejado, a justificar que en el presente sigan sin hacerlo, y aquí sí que  no importa reconocer diferencias biológicas, porque  los hombres son más fuertes. Hemos pasado de la propuesta de igualdad en la familia al deseo, más o menos intenso según los casos, de expulsión del varón de la misma. De la acusación de haber confinado a la mujer a la casa y los hijos a la negación de la custodia compartida. Y quizá lo que nos reste por descubrir. En Noruega primer país en igualdad de género las mujeres se “quejan” ¡¡¡de que han sido confinadas a trabajar en el sector público!!! Pero todavía más, según un estudio reciente en las parejas en las que más se comparten las tareas de la casa el número de divorcios es mayor.

Por supuesto siempre hay algo que justifique cada uno de los virajes que desde hace más de una centuria se viene observando en este tema.  Es evidente que hace falta una intensa revisión y reformulación de todo lo que tiene que ver con la igualdad.


11 enero, 2013

Inercia


La inercia funciona como propensión a lo mismo tanto en el mundo físico como en el social, aunque como todos sabemos en lo social siempre todo es más complicado de analizar y visualizar. No cabe duda de que el feminismo fue un movimiento histórico necesario  para procurar la igualdad jurídica, social y política de las mujeres, fue necesario para conseguir el derecho al voto, como lo fue para que las mujeres tuvieran las mismas posibilidades de acceder a los estudios o al trabajo en igualdad de condiciones con el hombre.

Pero cuando hace ya mucho tiempo que el número de mujeres con título superior es mayor que el de hombres, cuando en la Universidad la proporción va camino de un 70-30 favorable a ellas, cuando casi todo el empleo público que se crea es ocupado por mujeres, y en el terreno privado los más castigados son los varones… Cuando en el terreno de lo jurídico gozan de derechos reforzados, y las leyes de paridad en la política y la economía están en marcha…

Cuando el fracaso escolar masculino ha duplicado en los últimos lustros al femenino, cuando los sin techo son en un 80% varones, cuando el paro se ha cebado con especial virulencia en el empleo masculino, cuando las sentencias de divorcio siguen otorgando la custodia de los hijos a las madres (esta sí custodia obligatoria) y con ellos la vivienda familiar, cuando la figura del padre ha sido maltratada y vituperada hasta el límite pero los hijos no por eso muestran un nivel de educación o comportamiento cívico superior…

Cuando tenemos una de las tasas de natalidad más bajas del mundo, cuando la mujer tiene todos los derechos sobre la reproducción, cuando más de 80% de las decisiones de compra y consumo están en sus manos, cuando los consumos de lujo y los gastos en cuidado de la salud y el cuerpo se inclinan abrumadoramente hacia el lado femenino…

Cuando a los hombres no se los ha liberado de una sola de las tareas duras y penosas que venían desarrollando desde siempre y sigue siendo él quien desempeña los trabajos duros, los  pesados y los de riesgo. Cuando todos aquellos que alejan de la familia y el contacto con las personas le son encomendados como siempre ha sucedido. Cuando el suicidio, la menor esperanza de vida y todo tipo de accidentes, también los laborales, parecen tenerle especial querencia…

Cuando todo esto sucede, que el neofeminismo más se empeñe en presentar al varón como dueño y señor de todos los poderes resulta francamente decepcionante, pero que también un buen puñado de varones se empecine en que esa es la imagen que mejor lo define (al otro claro) resulta más bien poco esperanzador.   


09 enero, 2013

Hijos de papá


Después de bastantes días sin entradas nuevas deseo recuperar la actividad de la bitácora con dos preguntas y un enlace a un debate interesante. De las preguntas una es más liviana y otra con algo más de enjundia.

La primera sería si las expresiones: “hijos de papá” o “células madre” de seguir el criterio al uso deberían ser catalogadas como sexistas; y la segunda, cuál es la habilidad neofeminista o la torpeza masculina para que el debate, neofeminismo sí o neofeminismo no, lo acaben protagonizando por ambos lados varones, con lo engañoso de tal ejercicio, al no tratarse, al menos por una parte, de los verdaderos protagonistas.

Circula desde hace mucho tiempo entre nosotros un proverbio árabe que dice: soy dueño de mis silencios y esclavo de mis palabras. ¿Pudiera ser que el neofeminismo estuviese aplicando esa máxima, porque le garantiza mejores resultados que si se presentase ante la opinión pública con su verdadero rostro y sus verdaderas propuestas?
En esta enlace veréis un ejemplo de cómo es posible discutir sin fin de neofeminismo sin que aparezca ninguna de sus protagonistas: