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28 febrero, 2012

¿Por qué igualdad de género?

¿Por qué ha sido necesario adjetivar la igualdad como de género?

¿Clarifica u oscurece una denominación así?

¿Por qué han de ser paritarios los representantes políticos o los rectores de Universidad, mientras en muchas otras esferas de la vida se admite que los sexos puedan estar completamente descompensados: presentadoras de televisión, trabajadores de la construcción o maestros?

¿Por qué aquella formulación de combatir la discriminación por razón de sexo, a pesar de estar en la Constitución, no es actualmente operativa?

Cuando a la gente se le habla de igualdad de género ¿pretende escondérsele que tal cosa no contempla la custodia compartida como opción preferente en caso de separación, tampoco  acabar con la brecha de género en la educación?


P.S. Quizá debiera aclarar el porqué de una pregunta y una entrada como ésta que a alguno le pudiera resultar extemporánea. La razón es que recientemente se han añadido algunos blogs en El País que expresamente dicen estar por la igualdad de género, esa expresión que,  a pesar de contener la palabra igualdad, en realidad la niega constantemente, en lo citado en el cuerpo de de la entrada, pero también cuando defiende la asimetría y desigualdad jurídica, y más allá de esas circunstancias porque en su teoría y su práctica niega cualquier posibilidad de discriminación de los niños y  los hombres, porque  justamente ellos constituirían la “clase dominante” de este orden social patriarcal.

Es por eso que me parece que ya que el neofeminismo pretende que este debate ideológico y político no llegue a producirse, recordar a quienes han decidido tomarlo como una seña de identidad, y apuntarse a él como si de una moda se tratase, las importantes implicaciones que algo así conlleva, y lo hagan en la conciencia de su verdadero significado que como digo está muy lejos de lo que sin apriorismo ideológicos se entiende por simetría, equidad e igualdad. En fin, que se trata de una pregunta que hay que seguir haciéndose y haciendo a los demás si queremos que en torno a este asunto se produzca una clarificación que hasta el presente nos está siendo negada. 


25 febrero, 2012

Esperanza de vida

Me ha enviado Manu el siguiente email:

Emilio, quizás te interese este estudio que he encontrado sobre la influencia de los factores ambientales y biológicos en la esperanza de vida de hombres y mujeres. La idea es que el estudio de monjas y monjes en monasterios permitiría aislar los factores biológicos y eliminar la influencia de los ambientales. Los resultados tras analizar los datos de varios monasterios alemanes son:

1) Los factores biológicos parecen causar una diferencia por sexos de no más de un año de esperanza de vida
2) La gran diferencia por sexo en la esperanza de vida de la población en general se debe a la alta mortalidad de los hombres por causas no biológicas, y no por la baja mortalidad de las mujeres, como generalmente se cree.

El estudio original está en alemán, con un breve resumen en inglés:




24 febrero, 2012

Educación y visión de género



La perspectiva de género no dejará nunca de sorprenderme. Interesada únicamente por el destino de niñas y mujeres, es decir, desde el mayor de los sexismos, pretende que lo suyo es la igualdad. Si hasta el presente sabíamos que, todo lo malo sucedido a lo largo de los siglos a las mujeres, se debía al patriarcado, es decir, era cosa que remitía a varones, ahora que estudios recientes desvelan que la madre juega un papel mayor que el padre en la transmisión de roles a sus hijos, ya que si ambos influyen sobre los varones, en relación con las chicas la influencia es casi exclusiva de la madre, eso no sirve para cuestionar el modelo de interpretación feminista sino que, como si nada hubiese pasado, lo que destapa es una nueva opresión escondida.


Viene todo esto a cuento de esta entrada, en la que se pretende demostrar que lo que explicaría unos mejores resultados  de las chicas en Matemáticas  vendría explicado por “… que las madres cualificadas que participan en el mercado de trabajo de algún modo están rompiendo los moldes tradicionales que identifican al hombre como el único breadwinner y a la mujer como quien debe quedarse a cuidar y mantener la casa”. Aunque como ya hemos visto aquí para una sociedad como la noruega, número 1 en el ranking mundial de igualdad, nada de eso parece evitar la dualización por sexo del mercado de trabajo o que, efectivamente, la escuela sueca haya conseguido que las chicas sean mejores en todo, pero a costa de una importante pérdida de la calidad general del sistema.

En mi opinión se trata de otro intento de encontrar una explicación ad hoc que permita seguir manteniendo el ingente número de ficciones sobre los que reposa la teoría de género, al tiempo que se rehúye investigar lo que  pueda estar pasando con los chicos, pues ni parece que sea necesario explicar sus peores resultados en lengua o su mayor fracaso y abandono escolar, ni hasta qué punto puede estar influyendo en su evolución académica una cada día mayor distancia del padre y la figura masculina, figura con la que, en cada día mayor número de casos,  no se tropieza hasta que sale de la infancia, tampoco la casi total feminización tanto de las guarderías como de las primeras etapas educativas.

Especular sobre el origen de  pequeña  diferencias en los  resultados femeninos en matemáticas, olvidando el resto de los gravísimos problemas educativos de nuestro país, en particular, todo lo relacionado con los peores resultado de los chicos en campos como la comprensión lectora y en general lo que atañe a las  lenguas y la oralidad, por no citar el fracaso y abandono escolar, incluso olvidando que el gravísimo problema para nuestro sistema educativo está relacionado con la puntuación global en los resultados PISA y la ausencia de excelencia, puede efectivamente justificarse alegando que ya habrá otros que estudien esas cosas, pero insiste en una visión unidireccional de los problemas sociales cada vez más extendida y no limitada al terreno educativo que da a los estudios de género ese perfil excluyente y segregador que lo viene caracterizando desde hace ya bastante tiempo. 

22 febrero, 2012

Día de la igualdad salarial


Como está el tema de la igualdad “de género” quizá lo refleje mejor que ninguna otra cosa el que un día como hoy esté dedicado a la igualdad salarial y se publiquen noticias como las de más abajo


y se dediquen horas de radio y televisión a debatir sobre una misteriosa enfermedad que por todos lados nos dicen que existe aunque si en algún caso alguien dice padecerla vista de cerca aparece claramente que ni en su etiología ni en la sintomatología se corresponden con la misteriosa enfermedad.

Lo cierto es que como en tantas otras circunstancias relacionadas con el género toda la sociedad gira movida por algo que a lo que más se parece es a una pura invención, a un infundio, pero opera con la misma fuerza de las verdades más incontestables. La discriminación salarial femenina ni la detectan los sindicatos, ni las inspecciones de trabajo, ni lo que es más decisivo la economía, pero ocupa un lugar señero en la agenda política y de género y en base a ella se llevan a cabo políticas económicas reales.

Como ante muchas otras “verdades de género” basta el impulso de unas cuantas y el silencio de la mayoría para que en una nueva confusión entre apariencia y realidad  rindamos culto a un Sol que tememos pueda no salir a la mañana siguiente. Claro que si una ministra como Ana Mato puede decir en el Comisión de igualdad del Congreso algo como: " el porcentaje de mujeres inactivas por razones familiares supera el 41 por ciento, que las mujeres reciben un salario anual en torno al 22 por ciento menor que el de los hombres... ", sin que nadie la rebata debemos estar preparados para cualquier cosa.

18 febrero, 2012

El lenguaje como construcción ideológica

Antes de nada quisiera resaltar el hecho de que, si uno desea realmente saber lo que piensa y opina el neofeminismo sobre un determinado tema, donde más fácil tiene el informarse es recurriendo a páginas y agrupaciones como Ahige, lo que sin duda tiene relevancia a efectos de conocer el modo en que esta ideología juega a evitar aparecer encarnada por aquellas que son sus auténticas beneficiarias, prefiriendo esta estrategia interpuesta que situaría el debate, que ellas suscitan y del que son las máximas beneficiarias, en un terreno enteramente protagonizado por varones. Y ahora paso a la entrada propiamente dicha.

Es sabido que el relativista es aquella persona o concepción del mundo que entiende que todas las visiones, y por ende las verdades derivadas de las mismas, son relativas excepto la suya que es absoluta.
Viene esto a cuento de un escrito en Ahige sobre el lenguaje como construcción cultural y más en particular sobre la violencia de género y por qué ésta no ha de ser denominada como violencia doméstica.
Y recojo literalmente del artículo citado:

“Pero no es sólo (el lenguaje) un elemento que nos permite relacionarlos con la realidad, sino que también los crea, construye el mundo y la esencia de nuestra relación con él.
A través del lenguaje nombramos la realidad, le ponemos etiquetas, pero también la interpretamos y la creamos simbólicamente cuando establecemos abstracciones. Dependiendo  de lo que nombremos y de cómo lo nombremos, la persona receptora de nuestro mensaje construirá una imagen mental más o menos fiel de la realidad.
Por todo ello es importante (más de lo que al principio pueda parecer) la adecuada utilización del lenguaje, porque ¿qué sucedería si a través de él creáramos desigualdad?”

Y uno no sabe si agradecer la sinceridad del mensaje o lamentar la inexistente capacidad autocrítica como para no ver que, aplicados sus propios criterios, lo que en el escrito con más claridad se encuentra es justamente lo que se pretende denunciar: construcción artificiosa de la realidad, sexismo, el lenguaje como forma de poder y forma de esconder la realidad…
Repárese en lo siguiente: lo que justifica el escrito es la defensa de la denominación violencia de género, frente a otras que por lo visto invisibilizarían su especificad aunque por ningún lado se muestre en qué consiste ésta,  y así:

La especificidad de la violencia de género supone tener presente que las agresiones o la violencia ejercida en la pareja (heterosexual) no puede ser entendida si no se tiene en cuenta el carácter ideológico que la sustenta. No estamos ante la violencia de un agresor sobre otro: agresor  y víctima pertenecen a grupos socialmente jerarquizados (definiendo el carácter ideológico de tal violencia). Sí estamos ante una violencia estructural, en la que el agresor concreta –sobre su pareja- una organización social que subordina a las mujeres respecto a los hombres y que ha sido designada como patriarcado.”

Pero lo que queda sin aclarar en un párrafo como el anterior es dónde está la especificidad de la violencia de género y en qué se diferenciaría de, por ejemplo,  la violencia en el seno de las parejas homosexuales, cuando la evidencia muestra una vez y otra que las motivaciones de la misma: celos, roces diarios de la convivencia… son los mismos en ambos casos, y su número y gravedad sigue pautas que en ningún modo permiten concluir un mayor número o virulencia de la misma en las parejas heterosexuales que en sus homologas homosexuales.

Y, todavía más, el escrito elude explicar el porqué de una denominación como violencia de género, cuando para que todos entendamos a qué quiere referirse necesita denominarla  violencia contra las mujeres, denominación sin duda mucho más clara y que hubiera evitado infinidad de conflictos si desde un primer momento se optase por ella. ¿Por qué la necesidad de este conflicto de denominaciones cuando existía y existe un término tan claro como ése? ¿Qué se pretende y se esconde bajo una denominación que después de tantos años sigue generando la misma polémica que el primer día? ¿Será quizá que nos encontramos ante lo que denuncia: una construcción ideológica del lenguaje? 


En el mismo escrito recoge: “el modo en que designamos es importante ya que al designar, por un lado damos significado y construimos la realidad, y por otro ponemos de manifiesto los valores y la ideología con la que miramos.”
Al tiempo que el ocultamiento de la realidad de los hechos ante un envoltorio de palabras como en la siguiente expresión: “Las agresiones masculinas descritas como violencia de género no se ajustan a las dinámicas observadas en las respuestas agresivas que se generan en situaciones de conflicto entre personas.”  Pues justamente eso es lo que revelan todos los estudios de profesionales independientes sobre la  violencia de pareja y familiar y lo que sólo el carácter ideológico de un escrito como éste cuestiona sin aportar ni una sola prueba a su favor.

En consecuencia podríamos preguntarnos si justamente con su insistencia en una única violencia: la ejercida contra las mujeres, no es el enfoque de género el que pretende invisibilizar y rebajar la gravedad de las otras violencias en la pareja y la familia: violencia contra los niños, los discapacitados, los ancianos, los hombres… violencias que desde un enfoque como ése quedarían delimitadas como de segunda categoría,  merecedoras de menor castigo y reproche social, cuando no de exculpación moral y jurídica. En fin, el ejercicio llevado a cabo por estos profeministas si algo muestra con claridad es que sólo desde un posicionamiento tan interesadamente ideológico y alejado de la realidad de los hechos es posible mantener un discurso como el suyo, lo que por otro lado es también moneda corriente en todo tipo de creyentes y relativistas.

10 febrero, 2012

Ana Mato y la igualdad



Que lo de Ana Mato, aún cuando se refería exclusivamente a un cambio de denominación de la violencia de género, no duraría ni cuatro días se venía venir. No sólo ha vuelto a la senda “correcta”, es que parece que alguien con mucho peso la haya obligado a corregir y volver a la ortodoxia  de la “igualdad” (léase políticas a favor de las mujeres), de tal modo que en su comparecencia de ayer en la Comisión de igualdad ha reafirmado todos los lugares comunes,  que en este terreno funcionan como automatismos, estén  o no avalados por la realidad.

Como recoge el siguiente enlace y, como si la crisis no sólo no estuviese golpeando con más fuerza a los varones, sino todo lo contrario, se proponen unos planes en los que  éstos pareciera que no formaran parte de la población y lo que es más grave ni sintieran ni sufrieran. Y así, cuando ya no se puede argüir con la tasa de paro, igual para ambos sexos; ni mayor número absoluto de parados, más alto en el caso de los varones; ni mayor desamparo, también más alto en caso de los varones; ni una mayor destrucción de empleo, también mayor en el caso masculino,

 “Ante la comisión de Igualdad, Mato ha recordado que el porcentaje de mujeres inactivas por razones familiares supera el 41 por ciento, que las mujeres reciben un salario anual en torno al 22 por ciento menor que el de los hombres y que representan el 95 por ciento de los casos de excedencia para cuidados familiares. Por contra, solo ocupan el 30 por ciento de los puestos directivos y suponen el 11,5 por ciento de los Consejos de Administración. 

Para cambiar esta situación, el Plan de Empleo para las mujeres incluirá medidas específicas para combatir el paro femenino, como incentivos para su contratación y ayudas a la reincorporación por medio de la formación y la creación de una "red de empresas familiarmente responsables".

Para potenciar la igualdad en la empresa, Mato impulsará el uso de un distintivo que reconozca la excelencia en este campo e incentivará la promoción de planes de igualdad en las PYMES y el uso de buenas prácticas a través de la Responsabilidad Social de las Empresas. La Ministra también ha asegurado que impulsará un Plan Especial para la no discriminación salarial que incluirá "acciones de información y sensibilización y acciones de supervisión y sanción". 

En fin, no deja de ser llamativo que sea desde el Ministerio de Sanidad desde donde se regulan estos aspectos del mercado laboral, también lo relativo a la nueva Educación para la ciudadanía, de la que dijo que mantendría los contenidos relativos a la igualdad de hombres y mujeres… Suena todo a demasiado conocido ¿no?  y como si estas políticas estuviesen dictadas desde otro sitio ¿no es cierto?


En lo que hace a la conciliación laboral y familiar se anuncian como es habitual nuevas medidas pero ninguna que contemple la ampliación del exiguo permiso de paternidad, lo que hace que cada día sea mayor la diferencia en el trato a varones y mujeres en este terreno. Luego se dirá que no hay intención de alejar a los niños de la figura del padre y la masculina en general, pero la reiteración en los hechos y las intenciones apunta siempre en esa dirección.


P.S. creo que esta intervención merece acompañar el comentario.

06 febrero, 2012

Sí, pero a partir de mí.

Cada día me resulta menos comprensible la actitud de quienes pensando que la mujer está infrarrepresentada  en ciertos ámbitos y proponen que se las promueva a los mismos, no lo hacen cuando es a ellos a quienes tocaría ceder el puesto. Se trata de: haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.

Viene esto a cuento- los ejemplos podrían ser múltiples pero escojo éste por su relevancia y actualidad- de la intervención de Rubalcaba  ante los delegados del PSOE para elegir secretario general, en la que  pedía un partido más feminista y mayor presencia de las mujeres dentro del propio partido, también entre quienes estaban en la sala.

¿No sería la mejor manera de hacer esa promoción retirándose y dejando que fuese Carmen Chacón la secretaria general? Y  no estoy hablando de lo que yo desee o no, que no interesa al asunto, sino de encontrar la coherencia entre lo que se dice  y lo que se hace.¿Por qué eso siempre se deja para otros? 


Algo parecido sucede con los profeministas cuya denuncia del “poder masculino” que todo lo invade, casa mal con sus no disimuladas ganas de notoriedad y promoción, incluso buscando el privilegio de su posición libre de pecado machista. Sí, yo denuncio,  pero luego deseo ser el Delegado del Gobierno para la violencia de género o cualquier otro cargo  ¿cuando alguien actúa así qué lectura habrá de hacerse de su denuncia del poder de los hombres?

Pero todavía más.  El mundo del humor gráfico es muy mayoritariamente masculino, tanto  como lo pueda ser otras actividades en las que, por la prevalencia de varones el neofeminismo no duda en llamar machistas.  Que para este ámbito se cuide mucho de hacerlo solo prueba lo que de oportunismo hay en sus posiciones. 


Por eso yo pregunto: quienes desde esta esfera lamentan la discriminación femenina por estar excluida de determinados ámbitos, ¿no debieran comenzar por dar ejemplo? ¿O quizá baste, como vengo diciendo, con considerar que eso vale para otros pero no para uno mismo?

Quien no tengo duda que lo haría, si tuviese otras opciones de ganarse la vida de una forma más cómoda, serían los trabajadores de la construcción o los marineros de alta mar. 


P.S. Dos interesante entradas de Padres Divorciados








03 febrero, 2012

Educación primaria


“Los investigadores han mostrado que el modo en que juega el padre con su hijo hace que el niño sea más curioso y mejore su capacidad de aprendizaje. En comparación con los juegos de la madre, los del padre son más físicos y bulliciosos. Los investigadores han observado que el juego paterno es más creativo e impredecible y, por tanto, más estimulante.” Louann Brizendine, El cerebro masculino,  2011, pág. 114

“Es totalmente necesario adaptar la escuela y masculinizar el cuerpo docente, sobre todo en infantil y primaria, ya que casi todo el personal es femenino. Es más mixto el cuerpo docente en secundaria, pero, en ese momento, desgraciadamente para los chicos, la selección ya está hecha. Personalmente, defiendo una  verdadera paridad del personal en la Educación nacional, y no solamente de los profesores. Si no hacemos esta revolución, si no reintroducimos a los hombres en la escuela, corremos hacia la catástrofe.” Stéphane Clerget en una entrevista concedida a Sophie Roquelle para Le Figaro magazine, del 20 de agosto de  2011 

Solo es una intuición pero tengo la impresión de que sin cambiar nada más, una composición más equilibrada de las plantillas de profesores en Primaria e Infantil, reducirían la brecha de género que actualmente existe en nuestra escuela y que si bien se repite en un amplio número de países aquí lo hace con especial intensidad. En cualquier caso son las etapas, particularmente Primaria, en las que se gestan buena parte de las capacidades que luego mostrará el alumno en posteriores momentos de su carrera de estudiante, tanto en lo positivo, alumnos que terminarán destacando, como en lo negativo, ya que es aquí donde comienza a tomar forma el posterior fracaso escolar.

Esta situación no es exclusiva de nuestro sistema educativo. En muchos otros países del mundo occidental sucede algo parecido, aunque aquí siempre parece que seamos más capaces de alcanzar récords negativos. Para el caso francés el profesor Alain Bentolila autor de: Le verbe contra la barbarie. Apprende a nos enfants à vivre ensemble,  lamenta que ya no exista la primaria de antes cuando para acceder a la secundaria el alumno tenía que pasar un examen, lo que era garantía a la vez de que los maestros impartían lo programado para esa etapa y los alumnos, por su parte,  estaban obligados a estudiarlo.

Conviene por tanto reformular en profundidad las etapas de infantil y primaria a efectos de mejorar el rendimiento de los alumnos en una etapa crucial para todo el desarrollo académico posterior.  Debiera ser objetivo absolutamente prioritario de esta etapa, que los alumnos la acabasen interpretando correctamente los textos que leen, un nivel aceptable de cálculo y matemáticas, a lo que habría que añadir cierto dominio de técnicas de estudio. Parece haber bastante unanimidad entre los expertos que no temen cuestionar el modelo actualmente vigente, tanto en el diagnóstico como en la propuesta de superación, pero finalmente siempre resulta que esta importantísima  tarea  no se aborda.

Convendría también estar atento a la realidad de los sexos ya que, se quiera o no, niños y niñas, y esto siempre por término medio,  no maduran psicológicamente al mismo ritmo, ni muestran la misma predisposición y aptitudes, ni tan siquiera aprenden de la misma forma, lo que necesariamente la escuela no puede obviar. Como ya recogí en otra entrada, Louann Brizendine en la obra citada dice a este respecto que: “Aunque parezca contradictorio los niños inquietos aprenden más que los tranquilos ya que se les estimulan las células cerebrales y los músculos (al contrario que  las niñas que necesitan concentración y tranquilidad), algo que deberían tener en cuenta los profesores.”

No se propone por tanto una educación por géneros, puesto que estos no existen más que estadísticamente, pero que no se proponga tal cosa no significa que la escuela pueda hacer tabla rasa de estas diferencias e interpretar que la diferenciación sexual es capricho, o una mera construcción cultural de la que se puede prescindir o corregir a voluntad. La atención será para cada grupo y dentro de éste para cada alumno, pero lo que convendría desterrar es la idea de que lo normal sea un desarrollo por igual en todos porque no es así y en consecuencia arbitrar medidas que, siendo el tratamiento individual, corrijan tanto las dificultades de lectoescritura -más presentes en el colectivo de chicos-, como las deficiencias en ciencias y matemáticas -observadas mayoritariamente entre las chicas- y, en ambos, todo lo relacionado con las técnicas de estudio. Por supuesto habrá que establecer para esta etapa las evaluaciones precisas que permitan conocer periódicamente los resultados de la misma: lo que va bien y lo que no funciona. 

Ni que decir tiene que,  ahora que se está replanteando la formación de los maestros como piezas esenciales de una buena escuela, la Administración debiera hacer todos los esfuerzos en su mano para potenciar unas plantillas más compensadas por sexo. No es bueno para la educación ni para la sociedad no poner coto al constante distanciamiento entre la figura masculina y los niños. En la educación se trasmiten muchos aspectos formales, pero también muchos otros que no lo son y algunos tienen que ver con el género de quien enseña. Estoy convencido de que todos saldríamos ganando. 

01 febrero, 2012

Educación para la ciudadanía


Cuando debieran estar celebrando que el PP les quitase de en medio un engendro como Educación para la ciudadanía, un intento que como tantos otros del Gobierno Zapatero resultó un completo fiasco, véase sino la opinión de quienes con más entusiasmo la promovieron con los contenidos y la orientación que conocemos, por ejemplo, lo recientemente declarado por Inmaculada Montalbán en el nº 1.841 de El País semanal, entrevista de la que hablamos en alguna otra entrada, cuando dice: “La Ley Integral de 2004 creó Educación para la ciudadanía, una asignatura que ha tenido un desarrollo desafortunado…”

En lugar de eso, tanto el PSOE como la prensa afín han decidido cargar con trazo grueso contra el ministro Wert y su propuesta de eliminar de Educación para la ciudadanía sus aspectos más controvertidos y adoctrinadores por una nueva asignatura que ajustándose a la petición del Consejo de Europa incluya contenidos de nuestra Constitución y ello cuando estaban obligados a mantener un mínimo de coherencia a tenor de lo que ha venido sucediendo en los últimos años y que un diario como El País recogía en  esta información en la que como se puede leer   el manual de EpC más usado en bachillerato niega la validez del darwinismo y defiende el creacionismo.

Lo que a mí más me llama la atención de este asunto y son muchas las cuestiones sobre las que quizá merecería la pena debatir, por ejemplo, cuáles son los contenidos educativos de una asignatura en la que, cual cajón de sastre, cada uno defiende sus postulados ideológicos, es el porqué del temor a que en nuestra escuela  tenga cabida el estudio de la Constitución de 1978 como norma básica de convivencia de todos. ¿Cómo explicar que no haya sido  posible en 30 años una materia con ese contenido y cuando finalmente lo podía haber sido al crearse Educación para la ciudadanía se la condenó a un tratamiento residual? Pero todavía más, ¿por qué se califica de conservadora la propuesta de su estudio?   

En este país  cada día es más difícil encontrar un espacio que no subordine todo al interés inmediato, pero luego pretenda que lo suyo es el respeto a las normas y los valores. Había que presentar la reforma como involucionista y para eso se hacía preciso colocar como protagonista de primer orden a la Iglesia católica, aunque por supuesto no se desconozca que los gobiernos de Zapatero en ningún momento plantearon dejar fuera del currículo la asignatura de religión, ni hayan cuestionado el Concordato y  sí hayan cedido en toda cuanta negociación han mantenido con ella, ya fuera que se tratara de financiación, ya de la propia Educación para la ciudadanía, permitiendo a los colegios concertados ajustar sus contenidos al ideario de centro, lo que finalmente no podía dar otro resultado que el  recogido en los enlaces de más arriba: la negación de  Darwin, la defensa del creacionismo y el cajón de sastre.