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30 enero, 2012

Igualdad

"Las sociedades con mayor desigualdad en la renta tienen una tasa superior de muertes infantiles, de enfermedades mentales, de abuso de drogas, de fracaso escolar, de población encarcelada o de obesidad. Mayor desigualdad en la renta también predice que las personas tengan menos oportunidad para adquirir un status superior al de sus padres, y también implica un mayor grado de desconfianza social, niveles más altos de criminalidad, menor solidaridad con el exterior e inferior bienestar infantil."


Podéis continuar leyendo aquí 

29 enero, 2012

Educación: algunas cuestiones previas

En relación con la Educación existe una cierta unanimidad entre los estudiosos en vincular su declive a la “nueva pedagogía” de inspiración constructivista, tema sobre el que existe una amplísima bibliografía pero del que encontraréis una buena introducción en esta entrada de El Café de Ocata: http://elcafedeocata.blogspot.com/2010/01/el-nacional-constructivismo.html. Los que os animéis a  leer el último libro de Inger Enkvist encontraréis también en él un tratamiento bastante completo sobre esta cuestión.

Lo cierto es que en busca de una pretendida mayor igualdad y una enseñanza más democrática los sistemas educativos de  la mayoría de los países occidentales han conocido un proceso de deterioro caracterizado: por una pérdida de calidad de la enseñanza, un mayor fracaso escolar y, en general, una escuela que no gusta a  casi nadie, con algunas excepciones, como la de nuestras autoridades educativas de los últimos años para quienes, los motivos de que nuestro sistema educativo esté situado en el último tercio en los informes PISA, su elevado fracaso y abandono escolar, también su falta de excelencia, se deben a motivos siempre ajenos a la escuela, aunque para cada ocasión se busque una explicación diferente: formación de los padres, boom inmobiliario, inmigración, diferentes variables sociales, incluso pretendiendo  que se trata de un sistema equitativo.

Para el caso sueco Inger Enkvist lo caracteriza de la siguiente manera:

- Suecia es el ejemplo arquetípico para conseguir entender la crisis educativa actual.

- Suecia tiene la ventaja de ser un país pionero en la introducción de la nueva pedagogía y un ejemplo bastante puro, en el sentido de que tenía un buen nivel económico y educativo y había gozados de muchos años de paz social cuando los políticos decidieron utilizar la educación para hacer al país más igualitario todavía. El nuevo ideario estaba compuesto de varios factores de los que el fundamental era una cierta idea de igualdad.

- Bajan los resultados aunque no se han recortado los recursos. Los recursos de la escuela sueca han aumentado en un 8 por ciento desde 1993. Sin embargo, al mismo tiempo, el número de alumnos, que después de los años obligatorios no tienen aprobadas las materias centrales, ha aumentado un 30 % en los últimos 10 años. Se ha incrementado también el número de alumnos que suspenden más de una materia y el número de municipios con más de un 25 % de alumnos suspendidos, lo cual corresponde a una duplicación del número de municipios en esa situación.

- Las chicas aventajan a los chicos en todo, y eso es particularmente notable entre los alumnos inmigrantes.

En términos bastante parecidos podríamos referirnos al caso francés, también al español, como se recoge en esta entrada de J.M. Lacasa:  http://blogdelifie.blogspot.com/2011/09/cambiamos-uno-de-los-mejores-sistemas.html  y esta: http://blogdelifie.blogspot.com/2011/06/cascada-de-datos.html. Como también en algún momento se trató de rebajar la calidad de PISA por economicista y no estar atento a los valores, esta otra: http://blogdelifie.blogspot.com/2011/02/actitudinalmente-competentes.html

En todos los casos el resultado final es una pérdida de calidad del sistema educativo, un mayor fracaso escolar, una más difícil convivencia en los centros escolares y una importante disminución del rendimiento educativo de los chicos y es sobre este último punto sobre el que quisiera llamar la atención. Por todos lados se constata una pérdida de rendimiento de los chicos, incluso en un sistema, tan envidiable por tantos motivos,  como el finlandés, las chicas sacan a los chicos 51 puntos en competencia lingüística y, sin embargo, aunque por todas partes se expresa una gran preocupación, casi nadie ha estudiado en detalle el porqué de esta situación, mucho menos qué se puede hacer para superarla. Como sucede en otros terrenos de la vida social pareciera que la suerte de los varones fuera menos importante socialmente. 

26 enero, 2012

Educación: superación del neofeminismo y el culturalismo


Como quizá este sea el punto más rupturista con los análisis al uso echaré mano de algunas citas de autores que ayuden a interpretar lo que quiero decir. Y en primer lugar traeré algunas citas de Steven Pinker en la Tabla rasa, la primera que explica brevemente que dogmas pretende superar  con su libro:

En La tabla rasa, Steven Pinker explora la idea de la naturaleza humana y sus aspectos éticos, emocionales y políticos. Demuestra que muchos intelectuales han negado su existencia al defender tres dogmas entrelazados: la “tabla rasa” (la mente no tiene características innatas), el “buen salvaje” (la persona nace buena y la sociedad la corrompe) y el fantasma en la máquina” (todos tenemos un alma que toma decisiones sin depender de la biología). Cada dogma sobrelleva una carga ética, y por eso sus defensores se obcecan en tácticas desesperadas para desacreditar a los científicos que los cuestionan.

Y otra, esta ya del prefacio donde, expone que tesis sostiene en relación con el peso de la educación y la biología en la conformación de los seres humanos:

En la mayoría de los casos, la explicación correcta estará en una interacción compleja entre la herencia y el medio: la cultura es esencial, pero no podría existir sin unas facultades mentales que permiten que los seres humanos construyan y aprendan la cultura. Mi objetivo en este libro no es defender que los genes lo son todo y que la cultura no es nada -nadie cree tal cosa-, sino analizar por qué la postura extrema (la de que la cultura lo es todo) se entiende tan a menudo como moderada, y la postura moderada se ve como extrema. (La negrilla es mía)

Es por eso que,  en primer lugar, habría que poner sobre la mesa la necesidad de superar el paradigma feminista y culturalista sobre el que se asienta toda la labor educativa desde el momento en que niños y niñas entran en la escuela. Paradigma que en palabras de Kate Millet, la feminista que acuñó el lema “lo personal es político” se podría resumir con estas dos expresiones  “en el nacimiento no hay ninguna diferencia entre los sexos” y  “la personalidad psicosocial se forma en fase postnatal”. Sostener algo así en los tiempos que vivimos no sólo significa dejar sin valor todos los avances observados en terrenos como la neurociencia.  Como dice Steven Pinker, “El tabú sobre la naturaleza humana no solo ha puesto anteojeras a los estudiosos, sino que ha convertido cualquier conversación que verse sobre ella en una herejía que se debe erradicar”, pero también: “La teoría de que los hijos pueden ser moldeados por sus padres como se moldea la arcilla ha propiciado unos regímenes educativos artificiales y, a veces, crueles.”

Atender esta cuestión implicaría que la escuela renunciaría a un modelo único y exclusivo de relación en el aula basado en las características psicosociales de las niñas, con preferencia por los juegos de rol y una actitud más reposada y tranquila. Que el comportamiento de los niños no se ajuste a ese estándar no debería implicar ni una menor atención, ni por supuesto un rechazo. Añadir algunos elementos de competitividad y condescender algo más con unas mayores necesidades de actividad física no debería ser un hándicap que condenase a los alumnos varones a ser alumnos de segunda categoría, o a que se les prestase menos atención por revoltosos. Convendría diferenciar con cuidado cuando se trataría de un acto de pura mala educación del hecho de una mayor necesidad física. Como dice Louann Brizendine: “Aunque parezca contradictorio los niños inquietos aprenden más que los tranquilos ya que se les estimulan las células cerebrales y los músculos (al contrario que  las niñas que necesitan concentración y tranquilidad), algo que deberían tener en cuenta los profesores.” 

Pero implicaría también el abandono de la teoría de que los niños y niñas son seres amorfos  a los que se puede dar la forma que uno desee y se pueden manejar como esa arcilla de la que se habla más arriba. Los niños y niñas son seres humanos con predisposiciones, actitudes e intereses que los profesores ni pueden ni deben obviar  sino tomar como datos de partida imprescindibles para potenciarlos o corregirlos, pero con la idea clara de que ese niño o niña es un ser humano, en período de aprendizaje y con una amplia predisposición a aprender cosas, pero un ser humano  a quien no se puede manipular como  una materia inerte.

Pensar como piensa el neofeminismo y el feminismo institucional que el niño o el varón deban ajustarse a un “modelo” por ellas establecido y que se podría escribir en el libro blanco que el alumno es, no sólo representa una idea mil veces comprobada como errónea, representa un serio ataque a la dignidad de dichas personas, por mucho que pretenda justificarse en objetivos superiores. Como se recoge en esta entrada: http://personasnogenero.blogspot.com/2010/10/las-mujeres-se-hacen-los-hombres-ya_19.html el feminismo culturalista prescinde de explicar por qué han fracasado todas las tentativas del tipo: si nos das los mismos juguetes y nos educas igual seremos iguales. 

24 enero, 2012

Papá y la educación de los hijos


En El cerebro masculino de Louann Brizendine, uno de los epígrafes es: El padre se hace, y otro, Papá y mamá son diferentes, y un tercero: Solo con papá, en el que se recoge lo siguiente: “Los investigadores de la Ohio State University han observado que las convicciones del padre acerca del grado de participación que debe tener en la educación del niño no cuentan; es la madre la que lleva la voz cantante. Descubrieron que las madres pueden alentar a los padres abriendo la puerta de su participación, o pueden ser críticas y cerrar la puerta.”


Inger Enkvist, en un comentario sobre la obra de un profesor francés de secundaria, Alain Bentolila, señala: Denuncia la abdicación de los padres y de las familias en cuanto a la educación de los jóvenes, pues estos necesitan al adulto como mediador para poder entrar en la cultura. Leyendo con aprecio un texto con un niño, el adulto muestra que el texto es digno de aprecio. Un abuelo que escucha o que cuenta algo es algo muy diferente a un flujo de palabras sin control (…) No se trata sólo de una opción, sino que los hijos necesitan aprender lenguaje, lectura, pensamiento y conducta tanto como necesitan alimentos y techo.”

Antes de continuar con el desarrollo de la entrada relacionada con nuestro sistema educativo quería traer aquí estas dos citas para situar en qué contexto se está desarrollando la educación en la generalidad de los países occidentales, y el papel que la sociedad y el neofeminismo están reservando a la figura paterna en lo que se refiere a ésta y los hijos. 

17 enero, 2012

Propuestas para un nuevo sistema educativo


Como es intención del PP promover cambios en el modelo educativo, quisiera  exponer algunas ideas de por dónde entiendo deberían ir los mismos. Para ello he pensado en un índice que más o menos contuviera los siguientes apartados:

- Superación del neofeminismo y el culturalismo. Los seres humanos venimos al mundo con una naturaleza y eso significa determinadas predisposiciones y preferencias que ponen en cuestión el modelo de tabla rasa actualmente vigente. La escuela ha de tener presente que niños y niñas se mueven con intereses y motivaciones distintas pero que ambos deben tener la posibilidad de desarrollar al máximo sus potencialidades.

- El fracaso escolar se gesta en Primaria y debe ser en esa etapa junto con la de infantil donde se realicen los mayores esfuerzos. Ahora que se ha replanteado la formación y selección del profesorado sería conveniente trabajar en la perspectiva del máximo  equilibrio de los sexos en las plantillas.

- De los informes PISA se deriva para nuestro país un excesivamente elevado fracaso y abandono escolar y la carencia casi absoluta de excelencia. Se hace necesario superar el dogma ideológico de que promover en cada alumno el máximo de sus potencialidades es favorecer el elitismo y la  discriminación. También el conformismo de que un elevado número de varones dejará el sistema sin el título de graduado en ESO.

- Hay tres agentes que tienen que ver con la educación: la familia, la escuela y la sociedad. No se debe descargar sobre la escuela la asunción de las tareas de esas tres instancias si queremos que realice convenientemente la que le es propia. La escuela ha de centrarse en las tareas educativas que le corresponden y  ni debe ser convertida en guardería donde los padres dejan a sus hijos, ni pretender que constituya la panacea universal capaz de resolver todos los problemas.

- La educación debe ser impartida por quienes han sido nombrados para ello y los aspectos nuevos susceptibles de convertirse en materia educativa deben ser incorporados a los currículos. No es conveniente la actual dispersión legislativa y de funcionamiento. La labor educativa debiera ser considerada de la suficiente entidad como para no estar sujeta a los continuos vaivenes de grupos de presión.  

- La educación ha de promover la autonomía e iniciativa de los alumnos, olvidando ese permanente acompañamiento hasta las más mínimas tareas, si queremos evitar lo que  Rubalcaba achacaba a la misma: formar funcionarios pero no  emprendedores. La educación ha de formar en la libertad y la responsabilidad olvidando cualquier pretensión de adoctrinamiento.

- En mi opinión el Gobierno debe elaborar un plan coherente que abarque todas las necesidades del sistema educativo y debe someterlo a la consideración de los representantes de todos los sectores implicados, pero evitando que el resultado final sea una amalgama de propuestas sin orden, ni jerarquía de prioridades, de la que, finalmente, nadie se sentirá responsable. Sería bueno establecer algún cauce específico de participación del profesorado.




Mi pretensión es ir desarrollando con algo más de profundidad cada uno de estos apartados en entradas sucesivas, a fin de evitar el engorro de una única entrada excesivamente larga y de difícil manejo. Por eso, en fechas futuras espero poder desarrollar cada uno de estos puntos bajo el nombre genérico de: Propuestas para un nuevo sistema educativo.

16 enero, 2012

Autocrítica socialista

El partido socialista ha ido reconociendo en los últimos meses importantes errores relacionados con la economía: error en el diagnóstico de la crisis y en la toma de decisiones atinentes a la misma;  con el funcionamiento interno del partido: excesivamente presidencialista y sin capacidad de crítica y debate; otros relacionados con la economía sumergida y el fraude fiscal, en el sentido de no haber tomado medidas para combatirlos y, aún otros, que han ido apareciendo con más intensidad desde que se inició el proceso de primarias.

También Rubalcaba había reconocido de modo implícito el fracaso del sistema educativo, al afirmar que lo que hacía bien era formar funcionarios pero no así emprendedores, y finalmente, Carmen Chacón, ha lamentado que la acción del Gobierno se hubiera centrado en la política territorial y no en la social. Lo que por ningún lado se oye es ni la más leve autocrítica a las políticas llamadas de igualdad y, en particular, a la pérdida de garantías constitucionales por parte del varón como consecuencia de la aplicación de la Ley contra la violencia de género y a lo injusto de muchas sentencias de divorcio que suponen para el varón perder a sus hijos y tener que arreglárselas con la mitad o un tercio de su sueldo. Tampoco en relación con la custodia compartida.
 
¿Pensáis que alguna vez harán autocrítica sobre estas materias, o es tanto el temor a molestar al lobby feminista que eso no pasará nunca?

12 enero, 2012

Educación dispersa


De la entrevista a Inmaculada Montalbán una de las cosas que dijo me quedó flotando en la cabeza mucho tiempo después de haberla leído, y  es esa de los "agentes por la igualdad" que tendrían por misión enseñar y actuar en los institutos “cuando los jóvenes inician comportamientos machistas.”

La educación en nuestro país está en los niveles que está y todos conocemos: elevadísimo fracaso y abandono escolar  y  ausencia de excelencia, con dificultades y problemas en todos los tramos educativos, incluida la Universidad, de tal modo que por ejemplo en relación con esta última no somos capaces de colocar ninguna entra las 100 primeras del mundo.

Problemas a los que se ha añadido uno y es el que tiene que ver con la problemática de género, en una doble vertiente. La primera, cada día los institutos y escuelas se llenan más de folletos, trípticos, carteles, anuncios, etc. relacionados con esta problemática al tiempo que se programan montón de actividades extracurriculares en horario escolar, que comprenden charlas y proyecciones sobre diferentes ángulos de ese problema y siempre por cuenta de un pretendido o pretendida experta que finalmente viene a resultar alguien relacionado con alguna agrupación, ong o profesional relacionado con los grupos de activistas feministas.

La segunda vertiente de esta cuestión es la dispersión normativa, de tal modo que para estudiar la regulación de nuestro sistema educativo no basta con ir a las leyes de educación, sino que hace falta ir a la Ley integral contra la violencia de género para estos agentes por la igualdad; a la Ley de interrupción voluntaria del embarazo, para lo relativo a la educación sexual y reproductiva; incluso a la Ley de economía sostenible que es donde quedaron recogidas algunas de las disposiciones aprobadas bajo el mandato del ex ministro Gabilondo. Y no sólo normativa, también de funcionamiento de tal manera que la competencia en lo relativo a la Educación sexual la tiene el Ministerio de sanidad.

El resultado no puede ser más caótico y contrario a cualquier principio de economía y simplicidad y las implicaciones tantas, que resulta difícil entender como este aspecto de nuestra realidad educativa está tan poco atendido en los estudios sobre la misma. Si Inger Envikst reclama para su país: Suecia, una menor dispersión de los esfuerzos de la escuela en actividades de todo tipo para concentrarse en la tarea educativa de forma primordial, qué no se debería estar diciendo en nuestro país, donde lamentablemente todos los problemas de aquélla están aquí ampliamente agrandados.

Pero una segunda derivada de esta cuestión, ¿por qué no se incluyen en el currículo esas actividades para ser impartidas por el profesor de la especialidad como corresponde y se dejan de la mano de personas ajenas al discurrir diario de la tarea educativa? ¿De dónde nace esa desconfianza hacia el cuerpo de profesores que la propia Administración ha determinado que son los idóneos para impartir las materias que tienen que ver con la formación integral del alumno, pero al que se le arrebatan cuestiones como la sexualidad o la igualdad?

¿Por qué el feminismo de género necesita siempre unos “aparte”? Sea con la petición de un tratamiento especial en las leyes que regulan las actividades y materias más variopintas,  sea con la exigencia de organismos específicos de género en cada nivel y, casi cada instancia de la Administración pública… Pero también ¿qué concepción se tiene del acto educativo, tal como lo plantean recuerda a un recorta y pega, cuando se interpreta que unas charlas o  actividades pueden sustituir con ventaja a la educación reglada y continua a lo largo de los años a efectos de promover determinados valores, o modificar actitudes y comportamientos?

10 enero, 2012

Silencios clamorosos


Las preguntas de la entrada anterior tienen sin embargo su correlato en silencios clamorosos que tienen que ver con la pretensión neofeminista de negar esos incontestables avances de la condición femenina en los que ha habido más bien  “facilidades” y no tanto “persecuciones” de la “sociedad patriarcal” para conseguir en apenas 30 años una situación  en el terreno laboral y de la ocupación femenina que, para el caso del varón, llevó 150 años de durísima adaptación al mercado capitalista más toda la experiencia histórica de los oficios y empleos tradicionalmente masculinos.

Y el resultado está ahí, las mujeres están empleadas muy mayoritariamente en puestos relacionados con lo público (administración, sanidad, educación, trabajos relacionados con el derecho y la justicia, etc.) y las tareas administrativas y el comercio,  en condiciones que, solo desde una gran soberbia como la que se gasta el neofeminismo y quien ha prescindido de cualquier otro análisis que no sea su egoísmo y su género, se pueden calificar de discriminatorias. Y otro tanto podríamos decir de la incorporación masiva y con ventaja a la Universidad y la educación en general. Y no digamos ya al consumo, donde con mucha diferencia se llevan la palma o la situación de crisis presente, donde los palos están cayendo casi todos del lado masculino como se visualiza muy bien en esas filas de gentes a las puertas de los comedores sociales.

Visto desde esta perspectiva resulta escandalosa la guerra de sexos abierta por este feminismo y la pretensión de cerrar  los ojos a todo lo demás para no ver más que violencia contra las mujeres por todas partes olvidando, como ya es su costumbre, todas las otras que por lo visto  no interesan, particularmente las que tienen como principal víctima a los hombres: suicidio, accidentes laborales, conflictos sociales de todo tipo, sean armados o no,  o las perpetradas en mayor medida por ellas: contra los niños, los ancianos o los dependientes. 
Las víctimas femeninas lo son del patriarcado, las masculinas del infortunio o su mala cabeza. Cuando muere una mujer muere una mujer, cuando lo hace un hombre, muere una persona o un trabajador o quizá el conductor de un vehículo.

El neofeminismo, por motivos que para mí son una completa incógnita, ha decidido en el momento que la mujer ocupa posiciones hace nada  impensables, adoptar como arma una agresividad contra el varón difícilmente justificable: como dice Elisabeth Badinter como si del fascismo o el racismo se tratara, alejando de ese modo ese “contrato social” del que a veces dice que habla y echando por tierra una trayectoria histórica que no se merecía una etapa como la actual.  A los hombres nos queda reflexionar sobre esta situación y no solo decir lo que opinamos de un proceder así, también ofrecer nuestro punto de vista y cuando sea el caso nuestras alternativas.

08 enero, 2012

Algunas preguntas


¿Qué creéis que pasaría si se demostrase que el techo de cristal al igual que el éter resultase completamente transparente porque, tal como sucedió con esa “hipotética sustancia extremadamente ligera que se creía que ocupaba todos los espacios vacíos como un fluido”, no existiese?

¿Y que la discriminación salarial femenina es una invención? ¿Es posible que tal discriminación se produzca sin signos externos para que la economía la detecte y de forma opaca para las inspecciones de trabajo y los sindicatos? ¿Será que en realidad se pretende lo que con los  premios de los grandes torneos de tenis en los que las cuantías están igualadas para ambos sexos?

Y ¿si resultase que aplicado el mismo cuestionario de las encuestas sobre violencia doméstica a los hombres, los resultados no difirieran mucho de los que se obtienen para las mujeres? ¿Tendría algún efecto sobre la legislación que se aplica?

¿Pensáis que estas preguntas no se le plantean a la opinión pública porque son completamente disparatadas? Si no fuera así: ¿qué puede explicar tanto silencio en torno a cuestiones capitales del mundo que vivimos? ¿Será que no se trata de atenerse a razones sino de abrazar un credo?

04 enero, 2012

"Ciencia" que no explica


Leyendo la prensa me te tropezado con estas dos informaciones:

“El canon es indisociable del prestigio. En este ámbito y en el de mayor poder es donde se mide la magnitud de la invisibilidad de las féminas en la cultura. La autoridad y la influencia tienen sillas en los jurados, en las organizaciones, en las diversas academias y, por supuesto, en la gestión de los presupuestos culturales. Los premios son un termómetro de las consecuencias de este mal. El de cinematografía solo lo tienen seis mujeres (15%) desde su creación, en 1980. Todas por su trabajo como actrices, según el informe del Ministerio de Cultura.”

Esto es lo que escribía la Defensora de la igualdad en El Periódico de Cataluña el día 2 y esto es  lo escribe María Sahuquillo en El País de hoy:

“Solo 15 de las 60 víctimas de la violencia machista en 2011 habían presentado denuncia.”

Y sobre ese vacío de explicación pretenden que discurra el debate sobre el género. Mejor, pretenden evitar que cualquier debate sobre el género sea posible, máxime si tenemos en cuenta que algún extraño mecanismo les impide ver otras desigualdades, particularmente aquellas que afectan al varón. Por eso quizá merezca la pena esta cita de Steven Pinker que a su vez cita  a la feminista B. Friedan:

“Aunque el movimiento femenino ha empezado a conseguir la igualdad para las mujeres en muchas medidas económicas y políticas, la victoria sigue siendo incompleta. Para tomar dos de los indicadores más simples y evidentes: las mujeres siguen ganando no más de 72 centavos por cada  dólar que ganan los hombres, y estamos muy lejos de la igualdad numérica en los centros de toma de decisiones de las empresas, el gobierno o las profesiones” B. Friedan, «The future of feminism», Free Inquiry, verano de 1999. Citada por Steven Pinker en “La tabla rasa”.

En muchas ocasiones hemos hablado, y han hablado otros,  de los sueldos de las mujeres y los hombres por lo que no volveré a referirme al asunto. También recientemente he dedicado una entrada al famoso: techo de cristal, que quienes siguen la evolución de la mujer en el mercado laboral todavía no han encontrado. Pero continuemos con un poco más de Steven Pinker:

Científicos e ingenieros abordan el tema desde la perspectiva de la hipótesis de la «tubería agujereada*». Aunque las mujeres constituyen el 60% de los alumnos universitarios, y más o menos la mitad de los que se especializan en muchos campos de la ciencia, el porcentaje de las que pasan a la siguiente fase profesional disminuye a medida que pasan de estudiantes de licenciatura a estudiantes de posgrado, ayudantes posdoctorales, profesores no numerarios o profesores numerarios. Las mujeres constituyen menos del 20% de la población activa en el campo de las ciencias, la ingeniería y el desarrollo tecnológico, y sólo el 20% en el de la ingeniería. Los lectores de revistas insignia como Science y Nature han sido testigos de dos décadas de titulares como: «La diversidad: del dicho al hecho, todo un trecho» y «Los esfuerzos por estimular la diversidad se encuentran con problemas persistentes».

Una historia típica, en la que se comentaba las muchas comisiones nacionales creadas para investigar el problema, decía: «La finalidad de estas actividades es seguir socavando un problema que, según los expertos, empieza con unos mensajes negativos en la escuela, continúa en los programas de licenciatura y de posgrado que levantan barreras (económicas, académicas y culturales) a todos los candidatos que no sean los mejores, y sigue en el lugar de trabajo». En una reunión de los rectores de nueve universidades estadounidenses de elite celebrada en 2001, se reclamaban «cambios importantes», por ejemplo crear becas y ayudas exclusivas para las mujeres de los claustros, darles los mejores sitios de aparcamiento en el campus, y garantizar que el porcentaje de mujeres en los claustros fuera el mismo que el de alumnas.

Pero hay algo raro en estas teorías sobre mensajes negativos, barreras ocultas y prejuicios de género. El método que sigue la ciencia es formular cualquier hipótesis que pueda explicar un fenómeno y descartarlas todas menos la correcta. Los científicos valoran la capacidad de pensar en explicaciones alternativas, y se espera que quienes lanzan una hipótesis refuten hasta las improbables. No obstante, en los debates tipo «tubería agujereada» de la ciencia, pocas veces se menciona siquiera una alternativa a la teoría de las barreras y los prejuicios. Una de las raras excepciones fue un suplemento de un artículo aparecido en Science en 2000, que citaba una exposición de la científica social Patti Hausman en la Academia Nacional de Ingeniería: La pregunta de por qué las mujeres no eligen las carreras de ingeniería tiene una respuesta evidente: porque no quieren. Dondequiera que vayamos, nos encontraremos con que las mujeres entienden mucho menos que los hombres qué tienen de fascinante los ohmios, los carburadores o los quarks. Reinventar el currículo no hará que me interese más averiguar cómo funciona mi lavavajillas.

Algunas cosas habrán cambiado entre lo que relata B. Friedan para los EE.UU y lo que cuentan la periodistas españolas, lo que no parece haber cambiado mucho  es el método. Se da por sobreentendida cuál debiera ser la respuesta correcta a determinadas cuestiones con lo que las autoras se ahorran el esfuerzo de explicar por qué las cosas deberían ser como ellas quisieran que fueran. Quizá podríamos hablar de la “ciencia” que no explica, pero incomoda.

03 enero, 2012

Despreciando la biología


Kate Millet, la feminista que acuñó el lema “lo personal es político” en otros momentos había escrito que “en el nacimiento no hay ninguna diferencia entre los sexos” y que “la personalidad psicosocial se forma en fase postnatal”.

Sobre estos presupuestos negadores de las diferencias biológicas entre los sexos se ha construido el feminismo en los últimos decenios, visión culturalista que, sin embargo, no se limita al territorio de las ideas sobre los sexos, sino que en buena parte constituye el paradigma cultural en el que nos movemos.

Constituye el presupuesto de partida de la escuela, pero constituye también en buena medida el soporte ideológico de una izquierda que confunde biología con racismo o que interpreta que si acaso esas diferencias fueran ciertas tendríamos abonado el campo a la desigualdad, confundiendo los planos de la biología y los del derecho.

Lo cierto,  es que el neofeminismo proclama esa igualdad de origen, pero a partir de ahí, ya no tiene dificultad en proclamar todo tipo de diferencias, diferencias que por ser culturales parece que deberíamos admitir como no dañinas, incluso cuando se sitúan en niveles en los que las diferencias biológicas no dejarían de ser más que pálidos reflejos, y como dice Elisabeth Badinter,  estuviera puesta en cuestión una común humanidad.

Es por eso, que obras como la de Steven Pinker, o Louann Brizendine y tantos otros aún cuando parecen de una solidez intelectual innegable quedan limitadas en su influencia a círculos más bien reducidos y sin que las importantes cuestiones que se derivan de un enfoque así, sean exploradas para proponer cambios en la escuela y tantos otros ámbitos en los que el paradigma culturalista parece absolutamente incuestionable. Ese, sin embargo, debiera ser, en buena medida, nuestro empeño.