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31 octubre, 2010

Impacto de género II

El otro día llevado de la idea de no dejar sin contestar el artículo ¿A quién afecta el recorte del gasto?, no me paré en detalles que ahora me gustaría tratar, aunque sea mínimamente. El primero sería la lectura que del contrato a tiempo parcial -una figura que en toda Europa las mujeres, y los hombres- reclaman para mejor compatibilizar vida laboral y familiar,  y que en la exposición aparece como negativa desde el punto de vista del impacto de género,  pero también el tono general del artículo en el que, por ejemplo,  la tributación conjunta en el IRPF es presentada como desgravación “a los maridos de amas de casa”, expresión que si a algo ofende es a la inteligencia.

El contrato a tiempo parcial no representa ninguna forma de contrato basura como se pretende hacernos creer, sino que  responde a circunstancias objetivas del sistema económico pues, para cubrir determinados puestos no se precisa un contrato a tiempo completo, pero es que además, para muchas personas, constituye la fórmula ideal de incorporación al mercado laboral, al que de otro modo no podrían incorporarse, y, en última instancia, representa una fórmula a la que muchos aspirarían si tuviesen ocasión para ganando algo menos poder tener más tiempo libre. Por cierto una de las más de veinte  formas subvencionadas de la contratación femenina, por ninguna del lado masculino.

 Presentarlo como negativo desde el punto de vista de género es fruto de la soberbia de quien cree que lo lógico sería trabajar a tiempo parcial pero cobrar a tiempo completo, y de ahí la negativa del lobby feminista a permitir contratos a tiempo parcial en la Administración pública, y razón por la cual se ven en la obligación presentarlo como contrato basura, cuando no hay en él nada que pueda asimilarlo a tal cosa. Lo cierto es que, ahora mismo ya, el peso en el PIB de la remuneración de los asalariados públicos es del 12 % en España, mientras que en Alemania –país federal y descentralizado- es del 7’5%. Circunstancia que no estaría mal si no fuese porque lo pagamos todos y finalmente terminará  produciendo una importante degradación de la función pública, si no la está empezando a producir ya.

Llamativo resulta también que, de las escasas partidas presupuestarias criticadas, la que más  lo sea la de los 8.000 millones del plan de obras públicas puesto en marcha por Zapatero, y que la razón aducida sea  porque el empleo creado fue sobre todo masculino -éste sí temporal y de baja calidad y a penas una mínima proporción del perdido por la crisis de la construcción- pero al tiempo olvidar que la práctica totalidad del empleo generado por las Administraciones públicas en los últimos años  ha sido femenino, y ahora hablamos de contratación como funcionario o similar  y por tanto no se trata de los contratos temporales y de baja calidad como los del plan eñe, sino más bien de lo contrario.  

O que no hay acuerdo o plan realizado por la administración pública, que no contemple ventajas, cuando no exclusividad, para la contratación femenina, por ejemplo todo lo relacionado con la ayuda a la dependencia, o dónde uno menos se lo espera, ese escuálido programa de reforma de la educación, en el que la parte más sustanciosa la constituye el hecho de que el Estado al incorporar las enseñanzas de 0 a 3 años a la red pública, asume también el compromiso de contratación de quienes hasta ahora lo venían haciendo, mujeres en el casi 100% de los casos.

Como quizá merecería la pena valorar lo que va a suponer  el que con la nueva ley del aborto sea la sanidad pública quién se haga cargo de los que se realicen en nuestro país –cerca de 100.000 al año- y se lleven a cabo en clínicas públicas o privadas. Como también tiene interés  preguntar si  en esos equipos que vigilarán el impacto de género de los Presupuestos  participará alguien más que la Asamblea estatal de mujeres que Bibiana Aído había puesto en marcha mientras fue ministra.

En fin, lo más llamativo de todo este asunto es la sensación de  seguridad por parte de las autoras de que tampoco hacía falta  poner especial cuidado en lo que decían, aún cuando el artículo se publicará en el periódico de más tirada, pues lo que la historia hasta el presente dice es que  este tipo de posiciones no acostumbran a ser contestadas por nadie.

En relación con el permiso por paternidad, en mi opinión, se suprime pura y simplemente porque es eso, de paternidad, y ya se sabe que si hay algo que pesa poco en la sociedad actual es la figura del padre, como también estaría de acuerdo y de hecho alguna vez así lo he expresado en esta bitácora en lo de no entender cómo, con una bolsa de fraude de 70.000 millones de euros,  que por sí sola representa 5 veces o más lo que el Gobierno ha decidido recortar con todas las medidas anunciadas, no se haga nada al respecto, pero no se me escapa que esa decisión correspondió a un Gobierno paritario en el que la vicepresidencia primera y la segunda, quien a su vez era la ministra de economía, eran mujeres  de las que nadie hasta el presente ha cuestionado su feminismo.

En fin, da no se qué, que alguien, capaz de ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio de la forma en que ocurre en este artículo, hable pensando que va a concitar el acuerdo general, a pesar de lo sesgado de su perspectiva de género  y el punto de vista tan interesado desde el que se pronuncia. Si a eso es a lo que nos convoca este tipo de feminismo hemos de decir que lo sentimos, pero que también nos consideramos personas con necesidades y derechos y, que el patriarcado no puede dar para justificar tanto egoísmo, tanta parcialidad y tanta inequidad.   

28 octubre, 2010

Impacto de género

El artículo de opinión de El País de 28 de octubre de 2010, aunque lleva por título ¿A quién afecta el recorte del gasto?, entiendo que más propiamente habría que calificarlo como panfleto por su clara intencionalidad política y ausencia de cualquier tipo de rigor  intelectual.

Lo mezcla todo sin demostrar nada, realiza afirmaciones pero sin aportar ni pista, ni indicio que las sostenga, y se olvida de lo fundamental, que el rostro de la pobreza y la exclusión es masculino;  pero hay algo en lo que no engaña a nadie: es de género, es decir, deja dos mensajes: el primero, qué hay de lo mío y, el segundo, es un aviso para navegantes a PNV, CIU y PP por apoyar la supresión del Ministerio de Igualdad.

Esperar cualquier tipo de ecuanimidad en quien profesa los planteamientos de género resulta tarea imposible. Quizá sería suficiente situarse a las puertas de las instituciones de beneficencia para conocer el verdadero rostro de la pobreza, pero no, mediante una argumentación que no ha cambiado nada desde que leo este tipo de cosas  se sostiene lo de la feminización de la pobreza, ya digo sin aportar un solo dato en ese sentido, de tal modo que llegado el momento  y para cubrirse las espaldas se hace preciso, cómo no, hablar de las mujeres de otros continentes mucho más desafortunadas que las del nuestro.

La mención a niños y ancianos también se hace obligatoria en estos casos así como la presunción de que el mundo está compuesto de hombres y madres, de tal modo que ni existe el padre ni tampoco la mujer que no es madre, aún cuando entre las feministas su proporción es mayor que para el conjunto de la población.

El sentido del pudor de este feminismo nunca ha sido muy acusado y sostiene con facilidad una ideología que vale para la señora y su sirvienta, para Europa, África y Oceanía y sin despeinarse nada, para todas las mujeres que en la historia han sido. En algún momento incluso parecen haber recuperado el más ardiente de los lenguaje revolucionarios y recuerdan la financiación de la iglesia y el ejército.

Por cierto, en lo de garantizar la financiación de la Iglesia a perpetuidad parece que el papel de la ex vicepresidenta primera del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega ha sido relevante y así se lo ha reconocido el arzobispo Rouco Varela, y en lo del Ejército me supongo que también tendrá algo que decir la ministra Carme Chacón.  

En fin, ni un solo dato por sexos del empleo público creado en los últimos años, ni tampoco sobre cómo se distribuye el ingreso y el gasto entre hombres y mujeres, a pesar de que eso era lo que se anunciaba en el título. Y, en esto, conviene no equivocarse, cuando la estadística es menos favorable a las mujeres aparece y se puede ver por todas partes, cuando ha dejado de ser así, o siempre había sido de otro modo sencillamente  no hay manera de encontrarla porque en muchos casos ni existe. 


27 octubre, 2010

Es posible que lo relevante sean otras cosas

Somos campeones en muchísimas cosas pero no en los niveles de nuestro sistema educativo, ni tampoco en los  niveles de empleo, como ya sabíamos, pero ahora recoge  Eurostat. Ya sé que no todos tenemos las mismas preferencias, pero a mí no me importaría estar un poco peor en algunas cosas a cambio de estar un poco mejor en otras. Se trata de simple  cuestión de prioridades
http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/20101027/seis-autonomias-tienen-nivel-paro-territorios-subdesarrollados/560497.shtml

26 octubre, 2010

Trampas

Trampas no sé si del lenguaje, de los sentidos, o de todo un poco, en cualquier caso lo que parece indudable es que en la lectura de lo social existen auténticas trampas y los grandes candidatos a caer en ellas parecen los hombres.  

El ataque, por leve que sea,  a una mujer puede con facilidad ser sentido y tomado como un ataque a todas las mujeres, en lo que seguramente coincidirán muchos hombres.

Un ataque a lo masculino, a todos los hombres,  puede que no sea ni tenido ni sentido como ataque por ningún hombre.

Leía el otro día las declaraciones de la directora de cine, Chus Gutiérrez, en las que con desdén  decía que eso del cine de mujeres era un invento de los hombres. Me acordé de las ayudas de González Sinde a ese  cine y pensé que quizá me había equivocado y donde había leído que las ayudas eran para ellas en realidad debería haber leído otra cosa.

En El País de hoy Soledad Murillo lamenta la desaparición del Ministerio de igualdad porque significaba sacar a ésta de la consideración de cosa de mujeres…  Cojo aire y me pregunto: ¿pero es que había algo en ese ministerio que hiciera pensar en  los hombres?

De una feminista tan pronto puedes esperar que trace una raya que separe a hombres y mujeres de forma indeleble, como de repente con la misma, afirme que la intención es justamente la contraria, o que, quien has puesto la raya has sido tú.

En el mismo artículo se considera también una victoria el superar la idea de las mujeres como un colectivo, “por ser estas la mayoría de la población” se dice, pero sin que al tiempo se nos explique  a qué viene entonces el disfrute sin rechistar de la discriminación positiva como si de una minoría se tratase…

Lo de la ubicuidad del feminismo comienza a ser algo sobre lo que se hace necesario reflexionar.

Las muertes por cáncer en España son mayores entre los hombres que entre las mujeres. En este contexto resulta bien llamativo el tratamiento que recibe esta enfermedad según su incidencia por sexos. A  la luz de lo que últimamente se puede observar en la prensa, los hospitales y en general en la sociedad, pareciera que sólo existieran aquellos que tienen incidencia en la mujer.

Mientras tanto las comparativas de recursos dedicados a dos cánceres con mortalidad parecida como son, el de mama y el de próstata, nos hacen pensar no en una sociedad dominada por los hombres, sino más bien todo lo contrario. Hablar de esto sin embargo, a muchos hombres les parece indelicado.

Pero lo cierto es que cuando el simple análisis del PSA no está generalizado o el uso de la laparoscopia es verdaderamente minoritario en el cáncer de próstata, con lo que se multiplican por mucho los riesgos de impotencia e incontinencia después de una prostatectomía, se hace difícil entender por qué no alguna campaña en este sentido, máxime si luego uno no se cansa de leer en revistas especializadas y de las otras la discriminación que sufre la mujer también en este terreno.

En fin, no he visto protestar a ninguna feminista porque el diccionario no recoja las palabras verduga o criminala, aunque hayan puesto el grito en el cielo por jueza o edila. La elección de la parte de la realidad con la que se quiere jugar también es importante. Hay partes de la misma, que sencillamente no existen ni para el feminismo ni para lo público. Por eso, algún día, habrá que comenzar a hablar de ellas, por ejemplo la ciencia y la técnica, creaciones singularmente masculinas, y ver a quién rinden provecho. 

25 octubre, 2010

Paridad e igualdad

No deja de tener su aquel la indiferencia con la que los medios que proclamaron la nueva era de la igualdad gracias al presidente Zapatero, están dejando pasar el hecho incontestable del repliegue en toda regla que en este terreno se ha producido. No sólo es que no haya el mismo número de ministras que de ministros, es que a mayores la vicepresidencia primera ha pasado de estar en manos de una mujer e estarlo en la de un hombre  y todo eso al tiempo que también dentro de las filas del partido la secretaría de organización también ha cambiado de manos.

Si esto lo llega a hacer el PP, es evidente que ahora mismo estaríamos ante una trifulca de dimensiones monumentales donde las acusaciones seguramente serían de muy grueso calibre. En Galicia, como ya comenté, hay una denuncia por parte del partido socialista de Galicia, que se está dirimiendo en los tribunales, contra la actual Xunta de Galicia por no respetar escrupulosamente la paridad en las carteras. Como lo ocurrido a nivel central lo han hecho los buenos, la prensa “oficial” ha dejado que corriese el tema trayendo otros a las portadas de sus medios y, entre las filas de profeministas, parece que se ha establecido el mayor de los silencios.  

Lo que quizá prueba que el señor Zapatero y la dirección socialista no han tenido empacho en jugar en clave electoral y de puro partidismo con un tema tan serio como el de igualdad, un tema que no sólo despierta pasiones ideológicas, sino que está teniendo importantísimas consecuencias en todos los ámbitos de la vida social, cultural y política. Se ha hecho un experimento que ha salido mal y, en la parte más visible, se ha corregido con un reajuste de Gobierno, en la menos visible las cosas se dejarán como están aun cuando sea ahí donde los estragos sean de mayor calado.  

24 octubre, 2010

Milagro

Lo que cuenta Manu en su última entrada nos habla de un milagro, del don de la ubicuidad, de lograr que se esté donde se esté: ellas están en el lugar correcto y ellos en el equivocado. Por femeninas: por sostener sin rubor ni temblor de pulso que una mirada constituye violencia de género, pero también como en el caso que relata por más valiente que ningún hombre, ya que como se sabe la cobardía es un pecado masculino jamás femenino, el miedo en una mujer está justificado en un hombre ni tan siquiera cuando en el juego puede perder la vida: al soldado el valor se le supone y nosotros hemos de jugar el papel de soldados hasta nueva orden.

Esto funciona porque nos lo han grabado a sangre y fuego, porque una gran mayoría de hombres sigue pensando así, porque desde los niveles de decisión de la sociedad es lo que se nos sigue transmitiendo por parte de ellos y por parte de ellas, hay que ser iguales, pero ceder el paso y abrir la puerta, ceder el lugar más cómodo, quizá coger el bulto que pesa, y ya más en la distancia ejercer los trabajos duros y de riesgo. Si alguien ha de jugarse la vida en un apuro es él, si así lo hace premiarlo y si no lo hace afearlo como la peor conducta del mundo.  No sólo es que se nos aplique una legislación diferente, es algo que va mucho más allá de legislaciones y que se mueve en el nivel de una segunda naturaleza.


En esta noticia aunque desde otro ángulo hay algo que nos sigue hablando de lo mismo. 
Piénsese que si a la policía detiene a dos sospechosos y los coloca contra la pared y les hace un cacheo rutinario, la suerte del proceso corre grave riesgo si al tratarse de un hombre y una mujer ella aduce que se ha sentido “tocada”.

20 octubre, 2010

La paridad y otras incoherencias

Escribía J.A. García Amado, antes de la remodelación del Gobierno, sobre la incoherencia de género de las candidaturas del PSOE para las municipales en Castilla-León. Es decir desconocía el resultado de la crisis de Gobierno que se ha llevado por delante la paridad, algo que, hasta ayer mismo, parecía un artículo de fe inamovible. Tanto, que los socialistas de Galicia han presentado una denuncia en los tribunales  porque el actual gobierno de la Xunta de Galicia no lo es.

Si no fuera porque se llevan por delante la paridad en el Gobierno, pero no las políticas nacidas al calor de esa onda feminista que hizo de los Gobiernos de Zapatero la principal novedad, no habría casi nada más que decir. Una incoherencia más, otro de los muchos impulsos fallidos del actual presidente y con él de todo el Partido socialista. Lo lamentable es que como en tantos otros asuntos, su “gestión”  deja tras de sí unas leyes de género y otras disposiciones, que no va a ser tan sencillo derogar o cambiar como la composición de un nuevo Gobierno.  

En cualquier caso lo que sí confirman estos vaivenes es que se ha procedido en el asunto de la igualdad con la misma inconsistencia y frivolidad, con el mismo postmodernismo y falta de criterio que en otros muchos asuntos: economía, educación y un largo etcétera. Es decir, con total ausencia de brújula, sin capacidad ninguna de mirar al futuro, pendientes exclusivamente de la pervivencia del día a día y la inmadurez de quien no hace ni tan siquiera un par de años dijo que a punto estábamos de alcanzar a Alemania y Francia, y que ahora con 4.000.000  de parados pretende que la culpa es de los mercados internacionales.

Ver para creer y seguir la trayectoria de un presidente que cuando creía que las vacas iban a ser gordas hizo un Gobierno de mujeres jóvenes  y se pavoneaba como si a punto estuviera de alcanzar una cumbre internacional, y ahora que las cosas pintan feas y por mucho tiempo, decide que el Gobierno no es ya para mujeres jóvenes sino para hombres ya maduritos que por vivir otros tiempos y otras circunstancias parecen los únicos con capacidad de darle un aire de fiabilidad y seriedad a un Gobierno que tanto dentro como fuera del país está haciendo aguas. Un gobierno que la ahora cesada Bibiana Aído, seguramente habrá calificado de gerontocrático. 


P.D. viñeta de Erlich

19 octubre, 2010

Las mujeres se hacen, los hombres ya vienen hechos.

Encontrar una feminista que haya realizado autocrítica alguna vez es más difícil que lo de la aguja en el pajar. Escribo esto a cuenta de una extensa referencia que El País del domingo dedica a un libro de la escritora Natasha Walter  que lleva por título: Muñecas vivientes. El regreso del sexismo, en el que denuncia la proliferación de autores que recuperan la biología como factor explicativo del comportamiento de niños y niñas. No para hacer autocrítica y cuestionarse las posiciones del feminismo, que en su momento atribuyó todas esas diferencias a la cultura (léase voluntad masculina), sino para declararse víctima de nuevo, y descargar sobre los demás esa nueva forma de sexismo que ella cree ver en la constatación de que somos algo más que cultura, y que lisa y llanamente considera vuelta a los valores tradicionales.

En una curiosa inversión de lo sucedido habla del determinismo de los nuevos autores olvidando el que ellas practicaron y siguen practicando a pesar de no contar con una sola evidencia, o mejor, contra toda evidencia de que las pautas de comportamiento de niños y niñas no son las mismas. Quizá ya hayan olvidado  pretensiones como la de la Consejería de educación de la Junta de Andalucía, apoyada en foros como Ahige, en la que se pedía la fijación de un profesor para evitar que los niños ocupasen más zona de patio en los recreos que las niñas porque tal cosa suponía educarlos en la prepotencia y el machismo. En lenguaje llano se venía a sugerir que si las niñas jugaban juegos de rol en círculos pequeños y los niños al fútbol ocupando un espacio más amplio, habría que prohibir a estos últimos su juego  pues en si mismo significaba sexismo y machismo. Y eso, a pesar de que jamás tal separación haya impedido ni a las unas ni a los otros jugar a lo que más deseen.   

Pero, lo que resulta llamativo en quien tanta fe sigue depositando en el origen “cultural” de las diferencias es, primero, prescindir de explicar por qué han fallado todas las tentativas que pretendían que niños y niñas eran lo mismo y por tanto sus comportamientos deberían ser idénticos, contentándose con hablar de “vuelta a los valores tradicionales”, pero sobre todo a qué atribuir que finalmente los niños y niñas educados en ambientes conscientemente decididos a combatir el sexismo, tal el de sus hijas, no produjese resultados diferentes a los de cualesquiera otros niños y niñas.  Y aún más allá de eso, qué era lo que con el paso del tiempo  decidía finalmente que él se fuese a los trabajos duros y de riesgo y ella eligiese la administración y los servicios, o por qué ellos eran quienes debían hacer la mili o ir al frente de batalla, o…

Estamos ante una nueva vuelta de tuerca de quienes pretenden explicar el mundo ocultando una mitad, -ya el título deja claro el sexo que interesa-; de quienes sin rubor pretenden que existe una conspiración universal en su contra y por tanto culpan de todo a los demás, incluso de los frutos de sus políticas pasadas;  de quienes sólo son capaces de ver el lado de los derechos y jamás el de los deberes; de quienes en su ceguera de género se olvidan de que los otros también existen, sufren sexismo, son rechazados en la escuela si acaso muestran su lado más masculino o  son constantemente comparados con las niñas: más tranquilas y obedientes, y que, cuando finalmente obtienen peores resultados académicos, no gozan del derecho a una mínima explicación de por qué, si eran iguales que ellas y debían jugar a los mismo juegos sus resultados resultaban tan distintos.

Creo que ha llegado el momento de decir no a que cuando es ella quien se equivoca el obligado a pedir perdón sea él como magistralmente queda recogido en la siguiente viñeta que tomo de la bitácora de Manu.

17 octubre, 2010

Formas de verlo

A la defensora de la igualdad de El Periódico de Cataluña el rescate de los mineros chilenos le sugiere un artículo sobre la ética del cuidado y las mujeres. Es una forma de verlo.

A Forges la declaración de simpatía de Esperanza Aguirre hacia el Tea Party le sugiere  una viñeta en la que, por parte española, ya sólo hay  varones en actitud fascista. Es una forma de verlo.

El pensamiento oficial y de lo políticamente correcto pretende que la única violencia doméstica y de pareja de la que se debe hablar es la violencia que tiene como víctimas a las mujeres. Es una forma de verlo.

Es una forma de ver, pero también una forma de oscurecer, de invisibilizar aquello de lo que no se habla, de esconder el lado que no gusta del mundo y de las cosas.

Si en una ocasión que se puede recordar el duro trabajo desarrollado por los hombres se convierte en un recordatorio más de los esfuerzos de la mujer, escaso servicio se está prestando a la causa de la igualdad; sería incluso comprensible el entronque entre los trabajos del uno y la otra, pero no, el rescate de los mineros y la lluvia sólo conduce hacia ellas.

Cabría incluso preguntarse  si la ética del cuidado sería posible sin alguien que trajese el sustento a casa, si para un análisis completo de ésta ética, no habría que  partir de quienes sustentan la labor de las cuidadoras; si sería posible el cuidado que dispensan a los suyos esas mujeres que esperan la salida de sus maridos, compañeros,  parientes  o amigos del fondo de la mina sin el trabajo de éstos.

La viñeta de Forges es una forma de leer las declaraciones de Esperanza Aguirre de un modo bien singular. Ya sucediera algo parecido cuando un grupo de mujeres increparon con los peores insultos y palabros al socialista Pedro Zerolo a las puertas del Ayuntamiento de Madrid, y Juan José Millás escribió una columna en la que, como por arte de birlibirloque, dichas señoras se transformaban del siguiente modo: “tres hombres disfrazados de mujeres, tres travestidos maduros y gordos con un dedo de maquillaje sobre la recia barba y abundantes joyas que desviaban la atención del bigote.”

En relación con la segregación por género de la violencia, sucede lo que ya sucedió en muchísimas otras ocasiones, que quien la hace considera que sus razones para hacerlo son las buenas, que lo suyo no tiene nada que ver con otras segregaciones, que al no ser sus motivos la raza, la religión, o la condición social no está incurriendo en el mismo error de sus predecesores, que su segregación es la correcta, aunque el motivo no vaya más allá del sexo y la suya represente una división del género humano tan injusta e injustificada como cualquier otra.

15 octubre, 2010

Violencia femenina 2

He decidido situar aquí el comentario de Athini en la antepenúltima entrada en la procura de una lectura más cómoda, pero también porque aunque oficialmente no esté reconocida, efectivamente la violencia femenina existe como muestran los casos que se citan. Nada más lejos de pretender una competición, lamentamos tanto unas muertes como las otras, la razón de que se haga esta entrada, es lo dicho: no callar para no consentir la  versión oficial. Y ahora el texto de Athini



Estos días se puede notar, una vez más, la diferencia que en los medios de comunicación se presta a los actos violentos, según sean hombres o mujeres los culpables de ellos.

Un día sí y otro también se han abierto los telediarios con las noticias de mujeres asesinadas por sus compañeros. Pero en estos últimos días, precisamente, no han faltado casos de lo contrario. Una búsqueda superficial en Google (por la palabra "detenida") ofrece los siguientes resultados:

El día cuatro, en Móstoles, una mujer le clavó unas tijeras en el cuello a su marido:
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=540272

El día nueve, una mujer mató a su novio en Alberic; por las mismas fechas, y en Valencia una mujer apuñaló a su pareja:
http://www.levante-emv.com/sucesos/2010/10/10/detenida-alberic-matar-novio-dejarlo-campo/746319.html

Evidentemente, bastaría con presentar estas noticias con el suficiente despliegue mediático, para crear en la sociedad la impresión de que hay una conspiración femenina para exterminar a los hombres. Esto se podría aún redondear con otras noticias que ejemplificarían hasta dónde puede llegar la crueldad femenina, entre otras disponibles:

Abandona a su bebé en la basura (día 14, Albacete):
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=552255

Recorre cinco quilómetros con su cuñada sobre el parabrisas.
http://www.20minutos.es/noticia/742905/0/cunada/encima/coche/

En Colombia, una enfermera mata a un bebé de su hospital a golpes, porque sospechaba (erróneamente) que era hijo de su marido con otra mujer:
http://www.elmundo.es/america/2010/10/15/colombia/1287106123.html


(Athini Glaucopis)

El patriarcado protector




Alguien debería explicar cómo siendo la esperanza de vida de las mujeres mayor que la de los hombres, en nuestro país llega hasta los 8 años a favor de las mujeres, la edad de jubilación es la misma para ambos sexos, en algunos países europeos para ellas inferior que para ellos. ¿Qué puede explicar tamaña incongruencia salvo que, también en ese patriarcado del que el feminismo tanto abomina, la mujer gozaba de privilegios que al hombre le eran negados?

Pero hagamos un pequeño repaso a tres circunstancias de la vida de hombres y mujeres que convendría que alguien aclarase para poder seguir pensando que las políticas de género no consisten en disfrutar de los privilegios de la sociedad patriarcal allí donde ya las cosas eran favorables a las mujeres, y crearse otros en donde las circunstancias son nuevas para ambos sexos.

Repasemos qué sucede con las primas por seguro de enfermedad, por seguro de vida y con la pensión de jubilación:

Una directiva europea ha establecido que las primas por seguro médico deban ser iguales para hombres y mujeres,  a pesar del mayor gasto que supone en este seguro ser mujer, para evitar la discriminación de género.

Con el seguro de vida no ha habido tanta suerte ni tanto interés en corregir las desigualdades de género y, como a quien castiga la prima en este caso es a los varones, se deja que actúe el mercado de tal modo que, un varón a partir de los cincuenta años  lo normal es que pague el doble o más que una mujer de la misma edad.

Con las pensiones de jubilación sucede lo ya dicho, se pretende ligarlas de alguna manera a la esperanza de vida, pero obviando que ésta es superior en seis años para las mujeres que para los hombres, -datos de nuestro país que varían levemente en otros.  

Algún día los hombres tendremos que echar cuentas y preguntarnos qué se está haciendo con los dineros de todos en circunstancias en que ambos lo necesitamos tanto como es en relación con la salud y la jubilación. Sólo apuntar un dato más: con la nueva ley del aborto las mujeres pueden ir a una clínica privada y pasar la factura a la seguridad social a continuación.

Un hombre que deba recurrir a la medicina privada -en la mayor parte de los casos el seguro habitual no la cubre al no haber especialistas- para hacerse una prostatectomía por laparoscopia, debe pagárselo de su bolsillo. Pero, ¡ojo! para añadirle algo más de picante, en cualquiera de los casos cuando el médico le prescriba como procedimiento rehabilitador el viagra, deberá pagárselo de su bolsillo a razón de sesenta euros cuatro pastillas.

Lo dicho creo que habrá que empezar  a echar cuentas, para saber hasta qué punto los hombres hemos sido y somos los grandes favorecidos.  

12 octubre, 2010

Mineros chilenos 2

Resulta asombrosa la distancia que separa la insobornable unidad de los hombres denunciada por el feminismo y que explicaría el famoso techo de cristal, -como ese nivel al que las mujeres no pueden acceder por la acción concertada de los hombres-, y la realidad de quienes como nosotros pretendemos un foro de discusión, ya no masculino sino sobre la masculinidad y sus problemas, y nos tropezamos con infinitas dificultades para reunir en torno a esta cuestión a penas unas centenas de hombres si juntásemos todas las iniciativas.

Lo cierto es que lo masculino en cuanto tal,  ni se plasma en los estudios de género ni aparece por casi ninguna parte. La pretensión del feminismo de que el Marca es el equivalente en masculino al amplísimo repertorio de revistas que pueblan el quiosco hablando de salud, belleza o actualidad femeninas,  no deja de reflejar en sí mismo la profunda desigualdad existente en estos asuntos y que hace muy difícil, por no decir imposible, dar crédito a las diferentes teorías sobre el techo de cristal y la tribu de los hombres contra la tribu de las mujeres que, por lo demás,  no encuentra reflejo social por ninguna parte.

Los hombres no sólo no anteponemos nuestros problemas y preocupaciones a cualquier otro tema de conversación, sino que prácticamente no hablamos de nuestra salud o bienestar, como si se tratase de temas que abordásemos con pudor o resultasen un punto egoístas. Y si alguna vez nos referimos a nuestros asuntos más personales les quitamos hierro evitando el tono serio y formal. Excepto esas situaciones en las que no existe más remedio por estar uno convaleciente o haber sufrido un accidente. Nada que ver con las féminas en las que su salud, su bienestar y su belleza son tema constante de preocupación y constituye buena parte de las conversaciones entre mujeres.

Lo cierto es que la resultante, a veces, es demasiado cruel con los hombres. En El País de ayer se hablaba de las peticiones de los psicólogos a los mineros chilenos, en el sentido de  que rebajasen su expectativa de un grato reencuentro con los suyos, en unos términos que por momentos la sensación que producía  era poco menos  que deberían pedir perdón por habernos tenido a todos tan en vilo y angustiados, pendientes de su suerte durante tanto tiempo. Pareciera que debieran borrar cualquier huella de trauma psicológico antes de salir de nuevo a la luz. Ya se sabe el trauma psicológico en determinados casos puede venir provocado por un detalle nimio, en algunos otros no se puede ni mentar si no se quiere evitar el rechazo de los demás.

Pensé por un momento que si en un contexto así las protagonistas fuesen féminas el tratamiento informativo llegaría hasta la ONU como la prueba más incontestable de la discriminación y maltrato a las mujeres, a quienes después de volver del infierno se las preparaba para la contención en las expresiones de alegría y  en la manifestación de los afectos, incluso para  el rechazo de los suyos. No pude evitar pensar  en la prescindibilidad -la expendability de que habla Pelle Billing en su última entrada- y menor valor de la vida de los hombres.

08 octubre, 2010

Paridad

Admitamos por un instante que todo lo que cuenta el feminismo del patriarcado fuese cierto –sólo como supuesto- aún así debería quedarnos la libertad a hombres y mujeres de valorar y criticar lo que desde el feminismo se está haciendo para en teoría superar los malos modos y la injusticia del patriarcado, pero tampoco tal derecho se quiere reconocer y en la práctica no existe.

Por ejemplo, deberíamos tener derecho a criticar la paridad, aunque sólo fuese para poner en cuestión algunos de sus efectos,  pero por ningún lado esta crítica se ve. Parece –y en realidad así es- que todo cuanto nazca de las propuestas del feminismo es intocable al margen de su validez teórica y práctica. En un primer momento lo que se dice es que es un mecanismo joven que está por explorar en todas sus potencialidades, pero finalmente eso queda ahí para siempre, como ha quedado la discriminación positiva y tantas otras cosas.

De la paridad por ley -otra cosa sería que ésta fuese la resultante del avance social-, mediante una ley cerrada y dictada de un día para otro, lo mínimo que se puede decir es que no ha conseguido mejorar la representación de la mujer en las Cortes, pero hay otros efectos no menos perniciosos aunque aparezcan menos a la luz pública.

La paridad no sólo cierra la posibilidad de la vieja reivindicación de la listas abiertas, también ha resucitado el viejo procedimiento de los  partidos comunistas del siglo pasado de la cooptación: quien está en la dirección tiene de esa manera la posibilidad de promocionar a dedo a quien desee, aunque el motivo esgrimido sea la susodicha paridad y la consecución de una candidatura compensada.

En nuestro país el mecanismo no sólo ha derivado en el partido socialista más presidencialista de la democracia, y posiblemente de su historia,  también en la imposibilidad de respetar la petición unánime de toda la oposición para que, si a todos el Gobierno nos exige austeridad, comience él por dar ejemplo y renunciar a un conjunto de carteras ministeriales que a la vista de todos son prescindibles.

No diré que esta sea el motivo exclusivo de que la política y los políticos se hayan convertido en el tercer problema  para los ciudadanos. Seguramente haya algunas otras causas que estén en ese desprestigio, pero que este mecanismo contribuye a distanciarla de los ciudadanos parece una completa evidencia. El episodio vivido en las primarias del partido Socialista de Madrid saca a relucir algunos aspectos de lo que aquí estoy diciendo de los que merecería mucho la pena tomar nota. 

07 octubre, 2010

Conciencia de género

Es verdad que el poder político del que goza hoy el feminismo representa una gran fuerza, pero tengo la sensación de que nos olvidamos de algo todavía más fuerte: la conciencia y la unidad de las mujeres ante sus objetivos sociales y políticos.

Si  en una escala reflejásemos la conciencia y unidad de las mujeres  y la de los hombres, la situación, según yo la veo, estaría en la dirección del 10 en el caso de las mujeres y en la dirección del 0 en el de los hombres.

Un manifiesto por los derechos de los hombres como el que acaba de publicar Pelle Billing en su bitácora de la encontraréis el enlace en Mi lista de blogs, refleja  donde están quienes van por delante en conciencia masculina.

Me supongo que más de uno de los que visita esta bitácora pondrá cara de escéptico ante ese tipo de proclamas, pero os aseguro que en otros círculos la reacción puede ser furibundamente de rechazo. En los medios “oficiales” nada de eso podrá tener cabida.

Sin embargo entiendo que por ahí va el camino. Tenemos que situar a la sociedad ante su espejo y si queremos ser sujetos de derechos hemos de convertirnos en agentes que peleen por conseguirlos. Decir claramente que estamos hartos de ser los sujetos pasivos de las frustraciones de todos los demás.

Recientemente escribí, en un comentario a una noticia sobre la custodia compartida en El País, que los padres lo que debíamos hacer es pedir la declaración de la paternidad como derecho humano, en un tono que buscaba sobre todo provocar, ahora veo que Pelle Billing va por ahí… y la sensación que tengo es de que estamos mucho más cerca de lo que parece.

Otro tanto sucede con la petición de que algo deba moverse en la educación para hacer frente a la actual situación de los varones en la escuela que de seguir por el camino que vamos  terminará convenciéndonos a todos de que el fracaso y abandono escolar masculino es algo que se produce de forma natural, como la lluvia o el invierno.

Tengo la impresión de que las cosas avanzarán en la medida en que nos fijemos objetivos. Seguro que seguirá haciendo mucha falta denunciar muchas cosas cada día, pero avanzaremos en la medida que miremos hacia adelante y nos fijemos metas a alcanzar.  

05 octubre, 2010

¿Qué feminismo?

No sé si os dais cuenta de la imposibilidad, al menos desde esta bitácora, pero tengo la impresión de que se trata de algo mucho más generalizado, de establecer cualquier tipo de diálogo o debate con el feminismo. Es más, estos días llegué incluso a pensar que no es descabellada la idea de que terminemos discutiendo entre varones sobre lo piensa o deja de pensar el feminismo, y sobre cómo cree éste que deba ser la sociedad futura.

Pensad por lo demás que buena parte del trabajo más difícil del feminismo actualmente dominante lo realizan varones. La capacidad para la invisibilidad y la opacidad de quienes ostentan esta ideología es antológica. Una estrategia así, de sostenerse en el tiempo resulta siempre triunfadora, si triunfan sus posiciones el éxito es suyo, porque suyas son las posiciones, pero si no también porque lo que fracase será algo que está en el cuerpo social y por tanto el fracaso es de éste.

Tengo la sensación, por tanto, de  que tenemos mal conceptuado lo que éste represente. Soy el primero en reconocer que no sólo lo he tenido mal conceptuado, también que no me resulta fácil adaptarme a esta idea que ahora mismo estoy exponiendo, y que la expongo aquí un poco a la espera de vuestras reacciones porque me doy cuenta de que está en pañales. No es una ideología al uso, como no es una organización al uso, es algo diferente que se mueve de forma diferente.

Como decía en la entrada 150 años de feminismo, fue liberal, marxista, anarquista, republicano, minoría -como si de un colectivo social equiparable a los homosexuales se tratase-… y actualmente convive con comodidad en gobiernos de izquierda y en gobiernos de derecha, lo mismo se puede presentar como anticapitalista, que tener como serie de culto: Sexo en Nueva York…

Sería bueno tener esto presente para no equivocar el objetivo, el feminismo más que una ideología es un propósito: la prevalencia de lo femenino y, por tanto, se adaptará a cada momento y contexto histórico en la mejor forma de conseguir ese objetivo. De ahí su extraordinaria ductilidad y pervivencia. Y  al contrario que los movimientos de protagonista masculino no le importará quien encarne esas ideas si el resultado es el buscado y quien gana como colectivo son ellas. 

01 octubre, 2010

Cuando todo vale

A río revuelto ganancia de pescadores, dice el dicho,  y ese parece ser el criterio aplicado por Joan Queralt a la hora de escribir sobre de la ley integral contra la violencia de género. Porque sino díganme ustedes qué hace la Ley contra la violencia de género al lado del Estatuto de Cataluña. No es fácil de explicar, pero menos si quien habla de ambas se presenta como catedrático de derecho penal.

De todos es sabido que la ideología de género es una creencia que divide al mundo en dos: mujeres y hombres, sin fisuras ni en la división, ni en el interior de los propios conjuntos resultantes. Es la primitiva e infantil necesidad de dividir al mundo en buenos y malos cuando no  se es capaz de  asumir su complejidad. Y si es difícil admitir este dualismo en el plano ideológico y político, resulta absolutamente inadmisible cuando se pretende pasar por criterio técnico-jurídico.

Ese  maniqueísmo de buenos y malos aparece ya en las primeras líneas de su escrito al situar por un lado a los partidarios de esas leyes, además de  la del aborto y la de matrimonios homosexuales, y por el otro a sus detractores. Es más se pretende que algo bueno habrá en ellas si existe esa oposición. ¿Quién  habla aquí el catedrático de derecho o el ideólogo?  ¿Quizá pesa el hooliganismo de la rivalidad Madrid-Barça?

Pero, digo más, ¿le parece a este señor que son los mismos sectores: jurídicos, sociales y políticos los que no admiten los pronunciamientos del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, y los que lo hacen sobre la LIVG? ¿Cómo interpretar que habiendo en ambos lados contestación a las disposiciones judiciales, sólo le parezcan reprochables unas?


Pero donde creo que alcanza cumbres difíciles de superar es cuando sin empacho habla de las garantías procesales como hiperformalismo o cuando abiertamente sostiene la inversión absoluta de la carga de la prueba y no digamos, cuando habla de su capacidad para establecer un dictamen psicológico mediante la mera observación y, cómo no, algo de sensibilidad. 

Algo me dice, que cualquier hombre que tuviera la desgracia de ser juzgado por este señor, con independencia de  los hechos, y si quien acusase fuese alguien con medianas dotes teatrales, llevaría todas las de perder. A lo que seguramente contribuiría esa sensibilidad de la que este señor hace gala.