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29 septiembre, 2011

Madres y sexismo



las madres son transmisoras de sexismo hacia sus hijos e hijas en mayor grado que los padres.


22 septiembre, 2011

¿Instinto paternal?

Estos días hemos hablado de  hormonas y paternidad, en este entrega de Cultura 3.0 hablan de instinto paternal


http://www.terceracultura.net/tc/?p=3436

17 septiembre, 2011

50 años de educación secundaria




Este gráfico, confeccionado con los datos del informe de la OCDE 2011 y  tomado de aquí muestra cómo ha ido disminuyendo  la población sin estudios secundarios a lo largo de los últimos 50 años.  Todo iba bien, cada 5 años disminuía 4 puntos la población sin estudios  secundarios, hasta que en plena vigencia de la LOGSE la tendencia se rompió y cambió de signo. Como dice su autor J.M. Lacasa: “… somos el cuarto país que mejor lo ha hecho en términos de titulación los últimos 50 años, tras Corea, pero somos el que peor lo ha hecho en los últimos diez”

Mi reflexión va en el sentido de preguntar ¿qué más hará falta que pase para que las autoridades educativas de este país admitan que la LOGSE-LOE, por muy buena que fuera la intención con que hubiera nacido, ha constituido un fracaso sin paliativos y que este país necesita una reforma en profundidad de su sistema educativo para no seguir acumulando, como viene sucediendo desde los primeros estudios PISA, decepción tras decepción?

¿Cómo es posible que las autoridades educativas pretendan refugiarse en el dato de los 50 años escondiendo que el de su directa responsabilidad es el de los últimos 10? ¿Cuándo el Ministerio de educación admitirá que lo que todos los índices indican es el fracaso del modelo, que digámoslo ya, deja en la cuneta en forma de fracaso y abandono escolar a miles y miles de estudiantes, mayoritariamente varones?

La calidad de la democracia y sus dirigentes se muestra cuando en situaciones como la presente se reconoce la realidad y se ponen en marcha los mecanismos para superarla. Pasarse diez años negando la realidad  y atribuyendo los errores a otros, ni nos sacará de las dificultades, ni tampoco salvará el honor de quien así actúa porque más pronto que tarde las cosas se acaban sabiendo y lo único que habrá pasado es que se nos habrá hecho perder un tiempo precioso para avanzar en la solución del problema. Repetir para la educación la estrategia seguida con la economía no parece la mejor de las opciones posibles.

15 septiembre, 2011

Porque nosotras lo valemos

Las neofeministas exigen a los hombres unos comportamientos que luego ellas se jactan de no respetar. Este feminismo habla de una igualdad en la que no hay equidad, simetría o reciprocidad, la llamada igualdad de  género. 
Como la democracia, la igualdad, mejor sin apellidos.                                                                                                   
Rubalcaba pide reparto de tareas del hogar pero Luisa Castro se le anticipó diciendo tiempo antes que lavar un plato le provocaría una depresión de meses. Nuestros políticos deberían predicar más con el ejemplo, no vale pedir reparto de tareas  para los demás pero luego aducir que ellos no las hacen porque están muy ocupados. El ministro noruego que coge su baja por paternidad y asume las tareas del hogar, es porque va a hacer eso: las tareas de casa y atender a su hijo, no encomendárselo al servicio, prácticamente inexistente en ese país y los de su entorno.

El neofeminismo ha hecho suyo el “todo vale” de Feyerabend y los postulados del postmodernismo que le permiten proclamar que todas las verdades son relativas excepto la suya que es absoluta. También han rechazado por sexista la ética de la igualdad,  para poner en su lugar la ética de la diferencia, que un día sí y otro también tenemos ocasión de comprobar en qué consiste.  

El neofeminismo acusa a la Ciencia hecha por los hombres de sexista –cosa nunca demostrada- pero en lugar de mostrarnos cuál sería esa Ciencia  sin sexismo, resulta que lo que nos ofrecen  son los estudios de género o las encuestas sobre violencia doméstica o acoso, totalmente manipuladas y sesgadas ¡¡¡ Estas sí, completamente, sexistas!!!

El neofeminismo busca situarse como una nueva Iglesia capaz de dictar doctrina  y hacerse dueñas  de la moral, criticar las cosas de este mundo -en este caso a los hombres y la masculinidad-  permaneciendo  en una especie de limbo que las mantendría ajenas a la crítica, ya que ellas, no estarían sujetas a las reglas de los demás mortales.

En los asuntos de género la hipocresía es máxima: a quienes tenemos hijos nos dicen cómo hemos de educarlos quienes no los tienen ni los desean.  Otro tanto como debemos gestionar nuestra vida de pareja, aunque quien lo haga considere el matrimonio heterosexual una antigualla a extinguir.

El feminismo fundamentalista acusa a los hombres de vagos, egoístas y de no preocuparse más que de ellos mismos, pero lo hace promoviendo una legislación en la que el primer bien jurídico a defender son siempre ellas mismas. ¡¡¡También cuando los hijos están por medio!!!

El neofeminismo en su desierto cultural y de propuestas, establece paralelismos con lo que sucede en los países nórdicos y, ya sea por ignorancia, o con malicia y ánimo de engañar, pretende parecidos donde las diferencias son radicales. Comenzando porque en esos países cuando hay hijos por medio el interés del menor prevalece al de la madre, y eso en terrenos tan extensos como la reproducción asistida, las  adopciones, el divorcio, la escolaridad y la permanencia con los padres, dando preferencia a las opciones que incluyen los cuidados y atención de los dos progenitores y el bienestar material y afectivo de los hijos.

El neofeminismo acusa a los hombres de usar lo público en su provecho, pero nunca podrán demostrar que alguna vez haya habido una parte de la Administración pública como coto cerrado de un sexo, como ahora mismo sucede con el Instituto de la Mujer, el Ministerio de Igualdad ahora Secretaría de igualdad, y en cada escala de la Administración: central, autonómica y local con sus respectivos  organismos, consejerías, concejalías, áreas… porque eso sólo ha sucedido con ellas. A lo que hay que añadir toda la legislación en su claro y estricto favor en forma de discriminación positiva, cuotas, paridad, Ley de Igualdad, contra la violencia, etc.

El feminismo institucional acusa a los hombres de asociarse y concertar acciones contra las mujeres, ¡¡¡ y lo hacen desde el poderosísimo  lobby que han montado en torno a la política, algún sindicato y los medios de comunicación!!! 

El feminismo de género dice que la sociedad patriarcal –concepto que como todos los que maneja tiene unos perfiles u otros según les interese- es una construcción social, un artificio montado por los hombres para explotar a las mujeres.  Lo que no explican es de qué se trata el inmenso tinglado que han montando ellas y desde el que deciden tantas cosas de la política, la justicia o la economía  y del que, por si acaso, se niegan a explicar pormenores y hacer balance.

La pregunta sería: ¿puede el feminismo seguir aduciendo dificultades para asumir sus responsabilidades sociales o seguirá a perpetuidad reclamando que se atiendan sus peticiones, suponiendo que a otros les corresponde dar lo que ellas desean recibir?

El neofeminismo no se le conoce ni deseo de verdad, ni de igualdad. Lo que sí se le conoce bien,  es afán de privilegio y voluntad de poder.

El feminismo no puede seguir proclamando que “mañana comienza todo”, de reiterado se ha quedado muy obsoleto. Son ya 150 años de feminismo y reclamar igualdad. Las mujeres hace mucho tiempo ya que representan más del 50% de los títulos universitarios,  y en el caso de España tienen de las tasas de natalidad más bajas del mundo y, sin embargo, pasan ampliamente del 1.500.000 las personas del servicio doméstico, cuando además hay 4.000.000 de ellas que no trabajan fuera y 2.000.000 que lo hacen con jornada reducida...

Esta es la real situación de nuestro país y en la que el candidato Rubalcaba sitúa como prioritario –con la que está cayendo- el reparto de tareas en casa, ¡ojo! no las de fuera, ¡¡¡esa es su igualdad!!!

El feminismo radical y de género, acusa a los hombres de separar y dividir, pero nunca como ahora, que  compartimos tantos espacios comunes –los exclusivos, cada día más, les pertenecen-  el Derecho y la Justicia han estado tan divididos, ni nadie había teorizado algo tan segregador como la perspectiva de género hasta el punto de que una autora como Elisabeth Badinter les reprocha que lleguen  a cuestionar una común humanidad.

Desconocemos las propuestas de este movimiento sea para superar la crisis económica, la europea, la sanitaria o la educativa. En su lugar vemos como grupos de varones y, en menor medida mujeres,  pelean por aportar cosas a este mundo necesitado de respuestas. Como muestras tómense las bitácoras de Nada es gratis, o Deseducativos, aunque podríamos citar muchísimas más. Llegado el día que la situación no sea tanto de aportar como de recibir  se pedirá cuota, o discriminación positiva o paridad y santas pascuas, incluso con alguna acusación añadida.

El feminismo, en algún momento nostálgico, habla de las grandes batallas. Serán las libradas por otras feministas porque en este país desde la proclamación de la democracia han gozado permanente del apoyo y reconocimiento oficial, de tal modo que no se conoce ningún otro que no sea el jugosamente subvencionado o sostenido desde la administración pública. Se trata de un movimiento del que se desconoce cualquier obligación pero se arroga todos los derechos de forma preferencial.

Si Rubalcaba quisiera defender la igualdad, debería estar proclamando que desea custodia compartida y separación de bienes, que se reconozca el SAP y que, efectivamente hay que repartir tareas, pero todas, no sólo las del hogar,  también las de fuera, que se acabó vivir de mantenido pero también de mantenida. Lo otro es privilegio.  

El neofeminismo ha entendido que su misión histórica es sustituir al vaquero de Malboro para en su lugar proclamar: porque nosotras lo valemos.


12 septiembre, 2011

Epistemología feminista

El neofeminismo en su vocación sexista y segregadora de buscar en cuanta actividad ha realizado el hombre con éxito, no sólo para sí mismo, sino para el conjunto de la humanidad, una intención malévola contra las mujeres, y en esa escalada de no dejar títere con cabeza en lo que a los hombres y la masculinidad se refiere, ha decidido que su siguiente cruzada la constituya la ciencia. 


Así lo ve Alan Sokal en su libro: Más allá de las imposturas intelectuales.
La crítica feminista de la ciencia es una industria en expansión. The Death of Nature, de Carolyn Merchant, The Science Question in Feminism, de Sandra Harding, y Reflections on Gender and Science, de Evelyn Fox Keller, han alcanzado a estas alturas el rango de textos canónicos en los cursos de estudios de la mujer; son ampliamente citados por feministas sin dedicación profesional a la ciencia que buscan un análisis feminista de la ciencia “autorizado”. Es, por tanto, urgente preguntarse si el contenido de esas obras a) es válido y b) feminista. Sostendré que ambas pretensiones son dudosas.

Una de las tácticas favoritas de los críticos feministas de la ciencia es escarbar en las obras de los primeros filósofos de la ciencia particularmente Francis Bacon (1561-1626), en busca de presuntas metáforas sexistas: de este modo, tratan de poner en evidencia la naturaleza fundamentalmente misógina del moderno método científico. Así, se acusa a Bacon de comparar la experimentación sistemática con la violación (Harding) y la tortura (Merchant) de la naturaleza, concebida como una hembra. Harding sostiene que “Francis Bacon recurría a metáforas de violación para persuadir a sus lectores de que el método experimental es una  buena cosa”, y que esas significaciones sexuales “son esenciales en la manera cómo los científicos conceptualizan tanto los métodos de investigación como los modelos de la naturaleza”,  por lo que forman “una parte sustancial de la ciencia”. Análogamente, Merchant sostiene que la filosofía de Bacon “trata a la naturaleza como una hembra a la que hay que torturar con inventos mecánicos”, al modo de “los instrumentos mecánicos empleados para torturar a las brujas”.

Noreta Koertge, Alan Soble, Sarah Hutton, Iddo Landau y otros se han enfrentado a las lecturas de Bacon hechas por estos críticos, acusándolos de buscar alusiones sexuales donde no existen y de exagerar groseramente cuando asimilan la experimentación en el laboratorio con seres no vivos a la violencia contra la naturaleza. En particular, Soble y Landau diseccionan las afirmaciones de Harding y Merchant y ponen en evidencia que descansan, en parte, en hábiles omisiones de palabras u oraciones en sus citas de Bacon.
En un pasaje ya famoso (¿o debería decir infame?) –que, sin embargo, raras veces se cita in extenso- Harding asegura que:

Los historiadores y los filósofos tradicionales han dicho que esas metáforas (la violación y la tortura) son irrelevantes para el significado y los referentes reales de los conceptos científicos (…) Pero cuando se trata de considerar la naturaleza una máquina, hacen un análisis bastante distinto: en este caso, dicen, la metáfora proporciona la interpretación de las leyes matemáticas de Newton: orienta a los investigadores hacia fructíferas formas de aplicar su teoría (…) Pero si hemos de creer que las metáforas mecanicistas eran un componente fundamental de las explicaciones que la nueva ciencia aportaba, ¿por qué habríamos de creer que las metáforas de género no lo son? Una análisis coherente nos llevaría a la conclusión de que entender la naturaleza como una mujer indiferente o incluso bien dispuesta respecto a la violación era igualmente fundamental para las interpretaciones de estas nuevas concepciones de la naturaleza y la investigación. Cabe presumir que dichas metáforas tenían también fructíferas consecuencias pragmáticas metodológicas y metafísicas para la ciencia. En este caso, ¡por qué no es igual de clarificador y honesto referirse a las leyes de Newton como el “manual de violación de Newton” que como mecánica de Newton”?

(…) ¿Pretende realmente Harding que las metáforas de la violación y la tortura contribuyeron a que se dieran progresos cognoscitivos y materiales? Dios nos ampare si tuviera razón.
Afortunadamente, el peligro queda conjurado: Harding no aporta ni un solo ejemplo de metáfora de violación y tortura –o, para el caso, de metáfora sexista del tipo que sea- que tenga fructíferas consecuencias para la física o para cualquiera de las demás circunstancias de la naturaleza; y ello es tanto más natural cuanto que tales ejemplo no existen.

(…) Al parecer, quienes sostienen esas críticas pretenden que el sexismo podría haber pasado de la metáfora al contenido sustantivo de los métodos y/o las teorías científicas. Pero si la ciencia moderna tiene, de hecho, presupuestos sexistas, seguramente quienes sostienen teorías feministas deberían poder encontrar y criticar esos supuestos sesgados independientemente de cualquier argumento histórico. En efecto, obrar de otro modo es incurrir en la “falacia genética”: valorar una idea en función de su origen y no de su contenido.
Alan Sokal, en “Más allá de las imposturas intelectuales” Paidós 2009 pag. 163 y sgtes. 

06 septiembre, 2011

Economía y educación

"...El pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha sido el detonante y la crisis financiera global el agravante, pero nuestra crisis nos la hemos construido nosotros mismos por no haber hecho los deberes que comportaba la adhesión al euro. El modelo económico español tradicional tenía un ciclo de tres fases: 1. Expansión; 2. Crisis de balanza de pagos debido a la pérdida de competitividad causada por los aumentos de precios y salarios; 3. Recesión y devaluación de la peseta para restaurar la competitividad. Y vuelta a empezar. En este último ciclo hemos recorrido las fases 1 y 2, pero la 3 no es una opción, a no ser que nos salgamos del euro. Por eso, si no restauramos la competitividad, nos vamos a quedar atascados en el fondo, como le pasó a Portugal, que lleva 12 años sin crecimiento económico. Y no hay otro modo de restaurar la competitividad que reformar los mercados de factores, bienes y servicios para hacerlos más flexibles. El diagnóstico es de manual, pero no hay ningún partido político español que lo comparta, por lo menos de manera explícita. De ahí mi preocupación."

Esto es lo escribe hoy en la bitácora: Nada es gratis, César Molinas en una entrada con el título: La carrera de la gallina decapitada.
El paralelismo con lo que sucede en educación no puede ser más claro: nuestra economía al igual que la educación  precisan de unas medidas que ninguna de las fuerzas políticas en liza se propone realizar, y nos va mucho en ello.


P.D. La prima de riesgo


02 septiembre, 2011

Educación sep2011

Cuelgo aquí como entrada lo que antes puse como comentario en Deseducativos porque entiendo que los debates que se puedan suscitar, si fuera el caso, serían complementarios y porque como sabéis el tema educativo constituye para mí un eje central de nuestras reivindicaciones

Si os paráis a pensarlo un poco, y con las diferencias lógicas derivadas del distinto momento y el diferente marco institucional, el funcionamiento de nuestra democracia, al menos desde los gobiernos Zapatero, recuerda bastante al del sistema de turnos de la Restauración. Dos partidos que comparten lo fundamental se van sucediendo en comunidades y a nivel central, pero sin que constituyan opciones  realmente diferenciadas.

Forman parte del cuadro los nacionalismos vasco y catalán, el neofeminismo y los sindicatos. Entre todos forman un entramado que bien podría considerarse el establishment en el que unos refuerzan a los otros, pero sin que se muestren capaces de dar solución a los grandes retos del país, cosa que la ciudadanía percibe muy bien y expresa cuando califica su actuación más como problema que como solución y así lo recoge el CIS desde hace bastantes años.

No pretendo ser alarmista ni sacarme conejos de la chistera pero diferencias cuantitativas tan abultadas como las que se observan en los parámetros económicos y educativos de nuestro país en relación con los de nuestro entorno, acaban señalando diferencias cualitativas y el riesgo de sociedad dual que expresan casi cinco millones de parados o un paro juvenil de más del 45 % por no abundar en las cifras de fracaso y abandono escolar, es mucho más que una posibilidad remota. Y esto es de lo que no se está hablando en nuestro país, de la magnitud del problema y como se haya de abordar.

En mi opinión ni PSOE ni PP se plantean una reforma seria de la educación que mida su calidad por los resultados de quienes la reciben, porque supondría enfrentarse con  quienes se han acabado convirtiendo en sus verdaderos valedores: el neofeminismo (feminismo fundamentalista) y el sindicalismo, éste último incluso se ha olvidado del clasismo de nuestro sistema cosa que ya ni tan siquiera menciona.

En cuanto a lo del mayor fracaso escolar masculino se ha vuelto algo tan consabido que se da por descontado. Mientras tanto, en países como EE.UU, o Alemania y a pesar de importantes resistencias, al menos ya se ha planteado abiertamente al más alto nivel: en el caso de los Estados Unidos con el Informe encargado por Obama a Warren Farrell y en el caso de Alemania con lo expresado por la ministra de educación en relación con la necesidad de caminar en la dirección de igualar por sexos el profesorado  y combatir la brecha de género.

Es por eso que, aun cuando el PP gane las próximas generales,  no espero grandes cambios en la educación, fuera de medidas puntuales que no cuestionen su “filosofía” de base, debido a su dependencia para cualquier acuerdo de los sindicatos y el feminismo (éste encuentra su mejor expresión en la fuerzas políticas y los propios sindicatos y en gran cantidad de situaciones no precisa actuar de forma diferenciada, como recientemente ha sucedido con la incorporación a la enseñanza pública de la etapa 0-3 años, que sin embargo nos aleja definitivamente de un modelo como el nórdico donde se considera fundamental para la formación del niño la permanencia de los hijos con la familia en los primeros años de vida, -en Finlandia, cosa que cito sólo a efectos ilustrativos-, hasta los siete años).

En esa medida, en la medida que tengo la impresión de que en el corto plazo será escaso lo que se consiga, mi propuesta educativa iría en la dirección de un replanteamiento del sistema muy en profundidad, y concediendo gran importancia a las primeras etapas de la escolarización, sabiendo como sabemos que el fracaso escolar se gesta en Primaria y que es ahí  donde se inicia la brecha de género, para lo que se haría necesario arbitrar medidas como  la necesaria igualación por sexos del profesorado e  incidiendo en las grandes dificultadas detectadas: lectura comprensiva y cálculo.

En el convencimiento de que en esas etapas de Infantil y Primaria se atajasen esos dos grandes problemas el planteamiento de la secundaría podría realizarse en condiciones que con la situación actual es difícil imaginar. Por supuesto ni la Religión ni Educación para la ciudadanía (tal como ahora está concebida) tendrían cabida en ese modelo y desde luego habría que devolver a la Filosofía y la Historia el lugar que siempre les correspondió sin olvidar las Ciencias y las Matemáticas. En ese sentido tan importante sería para mí la lectura comprensiva como combatir el anumerismo. Tan importante el pensamiento científico como el humanístico.

Ni que decir tiene que el eje de la evaluación lo constituiría el mérito y la capacidad, porque entiendo que los mecanismos para favorecer la igualdad social deben buscarse en otro lado y no en  la medición del rendimiento educativo, lo que por otro lado deja bien a las claras el actual sistema, donde sin hacer justicia a los méritos de cada uno, se termina mal calificando a todos y expulsando del sistema educativo  a esos elevados porcentajes de alumnos que constituyen el fracaso y el abandono escolar. 

En fin, como el tema es muy largo, sólo por añadir una cosa más, explicar que tengo el total convencimiento de la tesis de Inger Enkvist de que en un sistema como éste del que hablo, con un mayor grado de exigencia, pero donde se han establecido claramente los medios y los objetivos a conseguir, los resultados de los que ahora con más frecuencia fracasan: varones e hijos de las clases menos pudientes, serían  distintos a los ahora observados, cosa que estaría también en consonancia con nuestra historia educativa, en la que se puede ver con claridad, que es a medida que avanza el actual sistema cuando las brechas de clase y de género se van ensanchando.