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22 noviembre, 2013

A vueltas con la perspectiva de género

La perspectiva de género se ha hecho omnipresente: buena parte de los partidos políticos elaboran sus programas con perspectiva de género, las políticas sanitarias, de educación y otras se hacen con perspectiva de género, los presupuestos del Estado deben medir el impacto de género, la violencia de pareja es violencia de género… A pesar de esta omnipresencia y de la enorme importancia que ha adquirido en los últimos años para la vida de los ciudadanos y el funcionamiento de la sociedad se trata sin embargo de una gran desconocida que muy escasamente llega a la opinión pública y de la que parece que nadie quiere dar cuenta, una cautela y una prevención que para quienes no la compartimos ni en su concepción ni en su puesta en práctica no hace más que incrementar nuestra preocupación. 


Cuando en 1928 la feminista Margaret Mead estableció la conveniencia de separar el sexo biológico del comportamiento social de hombres y mujeres ideando el concepto de género, lo hizo pensando que de ese modo establecía una nueva categoría neutra capaz de dar cuenta sin sesgos de los roles sociales de hombres y mujeres, lo que visto desde la perspectiva de hoy no solo supuso una enorme ingenuidad sino que se acabó demostrando que estaba muy lejos de atisbar hasta qué punto ese nuevo concepto no evitaba la contaminación ideológica que se decía iba a superar.
Ya que, si su pretensión era combatir  la idea de que los roles y estereotipos sociales de hombres y mujeres como productos de la naturaleza,  lo cierto es que lo finalmente  conseguido fue el establecimiento de otros estereotipos, esta vez de fuerte contenido misándrico y dirigidos al hombre y eso sin que, paradójicamente, su rol como proveedor y protector haya mudado sustantivamente,  estereotipos que a cada paso y con más fuerza dibujan una figura masculina cargada de rasgos negativos y odiosos: dominadores, violentos, egoístas, padres ausentes...  
No es solo que en lo sucesivo lo que ella no negaba: la existencia de esos dos niveles de la realidad el sexo biológico, y el género como construcción social, terminase desapareciendo completamente y solo quedase su contenido como construcción cultural, como bien se encargó de enfatizar el feminismo a partir de los años sesenta: lo que  Sulamith Firestone expresó así  A diferencia del primer movimiento feminista, el nuevo movimiento feminista no tiene por objeto simplemente acabar con el privilegio masculino, sino con la distinción de sexos misma: las diferencias genitales entre los seres humanos ya no importarán culturalmente”  
y Kate Millet la creadora de: “lo personal es político” de esta forma: “en el nacimiento no hay ninguna diferencia entre los sexos”“la personalidad psicosocial se forma en fase postnatal”, es que en la exacerbación de esta tendencia la teoría queer no solo considera que las diferencias biológicas entre los sexos no son reales, es que sostiene que los humanos podrían subsistir de manera asexuada.
De tal modo que, tratando de escapar de la naturaleza como fijadora de los sexos y los roles sociales, la perspectiva de género nos ha conducido a la negación de naturaleza misma,  a la negación de los sexos en el plano biológico, y  con ello a múltiples callejones sin salida, del que no es el menor la negación de toda la ciencia de los últimos decenios para la que las diferencias biológicas entre los seres humanos no se circunscriben a su morfología o sexualidad, sino a todo su ser incluidos por supuesto su sistema neurológico y su sistema hormonal,  y ello con importantes consecuencias tanto en su sicología como en su comportamientos,  y, desde luego,  poniendo de manifiesto el profundo error de concebir a los humanos como una tabla rasa en la que solo se comenzaría a escribir después del nacimiento.  
Y es en esta tesitura entre ciencia e ideología, entre riguroso pensamiento científico e ideología de género, que llama la atención que en nuestro país: partidos políticos, medios de comunicación y en general múltiples instancias del Estado y los poderes públicos , hayan optado no por lo que cabría esperar: la ciencia, sino por  la llamada "perspectiva de género", trasladándola no solo a múltiples leyes y disposiciones, por ejemplo, toda la legislación de género, sino pretendiendo convertirla en una especie de filosofía oficial y  pensamiento único  a aplicar en todos los ámbitos de  la vida cultural, social y política y arrumbado con todo lo que no se ajuste a ella al extrarradio de la vida social y del propio sistema. En mi opinión el género ha derivado en un producto ideológico de ínfima calidad que, tomado como pretenden algunas y algunos como eje vertebrador de la sociedad, no solo no augura una futura sociedad mejor, sino que  está en la base de algunos de los problemas sociales en que vivimos inmersos. Abrir un debate sobre todas estas cuestiones se hace cada día más perentorio.

20 noviembre, 2013

Ciencia según el sexo

No seré yo quien niegue la importancia y el interés de los estudios históricos sobre las relaciones hombre-mujer, pero como desde la  sociedad civil y las instancias de la cultura no seamos capaces de dar cuenta de los atropellos manifiestos que ahora mismo se están cometiendo por el lado del neofeminismo y su “perspectiva de género” que bien podríamos denominar “perspectiva neofeminista” o “como convertir en ciencia lo que nos interesa, contando además con el apoyo oficial no solo en su financiación sino en su divulgación” es muy posible que cuando lo queramos hacer nos encontremos con un statu quo en el que la opinión de las “expertas” y “expertos” que circulan por radios, televisiones y prensa en general, habrá pasado no solo a la legislación donde ya está, o los programas de algunos partidos donde también, sino que habrá cuajado en el imaginario de las gentes y las dificultades para restablecer un mínimo de racionalidad y ecuanimidad serán francamente difíciles por no decir imposible.

Habremos llegado a un estadio en el que un concepto como el de género, habrá cuajado en la legislación y los medios oficiales y hasta quienes van de "expertos" (en sus círculos se pretenden científicos sociales) en lugar de cuestionarlo en su ontología lo tomen como un dato más de la realidad tan incuestionable como que en primavera llueve.  Lo más lamentable de estudios como los que ahora circulan profusamente por los medios hablando de la violencia en el mundo adolescente y juvenil,   presentados con el marchamo oficial de la ministra de  sanidad Ana Mato y financiados con fondos públicos, no es ya que eleve a categoría de verdad los estudios “unisex” señalando que solo los chicos espían las comunicaciones a sus novias, o que solo ellos ejercen algún tipo de violencia sobre ellas, no es solo que hallen un único culpable: él, sino que por esa misma lógica unisex dejan impune y exculpan la violencia que ellas ejercen sobre ellos, para la que en consecuencia no habrá que establecer ninguna medida de corrección y sobre la que nada habrá que decir ni en los planes de estudio ni en ningún otro nivel  porque no existe. Hemos regresado a un estado de civilización tan bárbaro que lo no es oficial no existe. 


18 noviembre, 2013

Sobre cuernos

Imaginaros por un momento una Nueva Revista femenina que en su número inaugural publicara un artículo con el título: Cuernos, en el que,  después de hacer añicos la imagen de la mujer, concluyese que ésta debía aceptar de buen grado los que su hombre le pusiese porque en ello residiría la verdadera igualdad. ¿Difícil, no? 

Pues referido al hombre no solo no es difícil sino que  se ha hecho realidad   en el nuevo suplemento: ICON, de El País dirigido a los hombres. Por supuesto estas cosas han dejado de ser asuntos de cada pareja,  cosas sobre las que quienes pueden y deben decidir serían los y las implicados, para pasar a asunto público sobre el que se establece un canon de género.


Me resulta llamativo ese afán de las dueñas de la moral por decirnos qué está bien y qué está mal, qué debemos aceptar de buen grado y qué nos convierte en machistas y maltratadores. Como me llama la atención esa moral ambivalente y acomodaticia según la cual está bien si es del agrado de la mujer, o al menos eso cabe suponer,  y está bien hoy lo que solo hace un par de días  constituían los signos más evidentes de la sociedad machista y patriarcal: cuernos, pornografía (si acaso va dirigida a ellas y transmite valores), el sado (siempre que sea rosa), etc.
La versión lúgubre y al parecer menos igualitaria quedó reservada para El País semanal de la semana siguiente en el Stephen Grosz nos ilustra sobre un doble caso de infidelidad sufrido por madre e hija en un artículo con el expresivo título de: Pasión por la ignorancia.



10 noviembre, 2013

El psoe y la Igualdad

En la ponencia que este fin de semana discute el PSOE se contiene lo siguiente en relación a la IGUALDAD (pga. 274 y sgtes.)

IGUALDAD PARA GANAR EN BIENESTAR Y COHESIÓN SOCIAL. La crisis, junto a las políticas de austeridad y los recortes en derechos que está aplicando la derecha española, están incrementando las desigualdades económicas entre el conjunto de la población, pero además están haciendo aún mayores las desigualdades de aquellas personas que partían de una situación desigual. 

1295. Los recortes sociales, tanto en derechos como en servicios, y el desmantelamiento del Estado del Bienestar, inciden negativamente en el empleo de las mujeres, en sus ingresos y en su calidad de vida. 

1296. En España está creciendo de manera alarmante el riesgo de exclusión social y la pobreza. De las personas en estas situaciones muchas se corresponden con familias monoparentales. Según datos del INE, el 40% de las familias monoparentales están por debajo del umbral de la pobreza, y una gran mayoría de estas familias tienen como responsable principal a mujeres. 

1297. Si nos detenemos en el sistema de pensiones, son muchas las mujeres mayores que se están haciendo cargo de la solidaridad familiar con pensiones de por sí ya muy reducidas. Si atendemos a la dependencia se ha procedido al desmantelamiento y colapso del sistema creado por los gobiernos socialistas. Y este colapso afecta principalmente a las mujeres, puesto que son el 67 % de las personas beneficiarias de la Ley y un 95% de las cuidadoras.

1298. En definitiva, actualmente España vive una verdadera involución ideológica, que está frustrando las expectativas de muchas mujeres jóvenes, y profundizando en la pobreza de mujeres mayores. La combinación del recorte del Estado de Bienestar más las políticas ultraconservadores del Gobierno actual conlleva que muchas de las conquistas democráticas en Igualdad estén desapareciendo. La apuesta de los y las socialistas por las políticas sociales y de bienestar debe tener en el centro de su acción y en su pensamiento la lucha por la Igualdad.

En lo relativo a la salud el contenido es del siguiente tenor:

1304. El Derecho a la salud

Recuperar el carácter universal del sistema público de salud, incorporando la perspectiva de género en la prevención de la salud, las intervenciones diagnósticas y terapéuticas. Garantizando la atención ginecológica y la prevención de cáncer de mama, e incorporando los anticonceptivos de última generación en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud.

1305. Es necesaria además la atención integral a las mujeres con discapacidad, adecuando los servicios sanitarios y prestaciones a su realidad

Como todo el mundo sabe los hombres de este país no tenemos problemas de desempleo y pobreza, tampoco de salud, ni tan siquiera los que sufren discapacidad, al menos si nos hemos de fiar de lo que dice el psoe. 

La cuestión sería explicar: ¿cómo es posible que un partido político que ha estado en el poder 20 de los últimos 30 años, puede debatir unas propuestas programáticas que en lo relativo a la igualdad ignoran al varón y tal hecho ni tan siquiera sea mencionado por alguno de los cientos de comentaristas del evento? ¿Qué tipo de anestesia política ha convertido la exclusión en justicia e igualdad? 

02 noviembre, 2013

Normalizar el debate por la igualdad

La que se considera por muchos y muchas  como mayor transformación social en muchísimo tiempo: la igualdad y no discriminación por razón de sexo, hay  quien pretende que se produzca sin debate, sin  discusión ni deliberación, sin necesidad de libre asunción y acuerdo, desde el puro acatamiento y el silencio.

Y para ello se han dotado de una ideología, con la que pretenden que todos comulguemos, según la cual: el hombre, el varón, debería permanecer callado por cuanto ya ha disfrutado de suficiente poder en los últimos milenios y, porque cualquier intervención suya, dado su irrefrenable deseo de poder, solo tendría por objeto la recuperación del estatus perdido.

Estrategia que no se diferencia en nada de tantas otras coartadas como a lo largo de la historia han esgrimido todas y todos aquellos que pretendiendo legitimar  sus ambiciones de poder  necesitaban presentar al otro como el indigno,  como la negación de todo lo bueno y la fuente de todo mal, como aquel a quien había que condenar al ostracismo  si se ansiaba que los males de la sociedad tuviesen arreglo.

Y esto con los peores métodos. Ahí están las feministas históricas caídas en desgracia, tratadas con el mismo rasero que desde los regímenes comunistas se reservaba a los revisionistas y a los disidentes. Ahí están Elisabeth Badinter y María Sanahuja consideradas vulgares machistas. Ahí está Empar Moliner y tantos otros que de articulistas que escribían con regularidad en sus periódicos o hablaban por la radio y la televisión nada sabemos a no ser que no están en los medios que fueron durante muchos años sus centros de trabajo. Y ahí está la labor callada y de censura que se ejerce contra  tantas personas, libros  y documentos.

Y sobre todo ahí está el silencio sobre estas cuestiones solo roto por la opinión de los “expertos” que pontifican y deciden todo lo que hay que hacer para la “defensa de los derechos de la mujer” que son los términos en que han decidido que deben tratarse las cuestiones relacionadas con la igualdad.  Expertos que jamás encuentran ninguna esfera de atención a los varones: sea que se hable de educación, servicios sociales, enfermedad mental y suicidio, siniestralidad laboral, derechos de los padres: custodia compartida, permiso paterno, etc.

Y ahí está el silencio político solo roto para anunciar por parte del PSOE cosas como esa última de listas cerradas con cremallera y obligatorias para todos o el Gobierno anunciando nuevos fondos para las organizaciones feministas y las políticas de género, pero sin que jamás sea necesario explicar el por qué de una cosa y la otra, ni se despierte recelo más que en sectores minoritarios porque jamás se rindan cuentas de esas políticas ni se explique la perentoriedad de las mismas y si los fondos han servido para algo y utilizados convenientemente.

Y aquí estamos en pleno siglo XXI reclamando el derecho al debate de ideas sin apriorismos ni anatemas, sin que los argumentos puedan ser perseguidos, rechazados, ninguneados y siempre que se puede censurados porque lo que propone es custodia compartida, o derogación de la Ley contra la violencia de género, o cese de las políticas de discriminación positiva no justificadas por ningún otro motivo que no sea la asunción de que la mujer siempre está en desventaja en esta sociedad, pero sobre todo porque con tal proceder lo que se procura y consigue es una profunda discriminación hacia el varón heterosexual al que se ha convertido en chivo expiatorio de todos los males sociales.

Normalizar el debate sobre la igualdad de hombres y mujeres, aplicarle los mismos criterios que a cualquier otra cuestión social y política debe ser exigencia de todo demócrata que se precie y de cualquier persona consciente de que la deriva que el tratamiento de estos temas y  sus políticas ha tomado precisan de una profunda corrección porque tanto la filosofía sobre la que se asienta, como los procedimientos utilizados: ausencia de debate y crítica, imposición unilateral y exclusión, no nos están conduciendo más que a la fractura social y a generar más problemas de los que se dice resolver.

Y a esos efectos algo debiéramos  aprender  del boicoteo a la custodia compartida que desde el primer momento de su tramitación el lobby feminista en las Cortes consiguió con alevosía y nocturnidad enmendando el texto a última hora, para a continuación impedir que grupos que como el PSOE reconocieron un error en la votación que se subsanaría más adelante jamás volvieran a hablar del tema o cómo fue posible que el Tribunal Constitucional tardase siete años en declarar inconstitucional el inciso del artículo 92.8 del Código Civil que establecía como preceptivo un informe “favorable” del Ministerio Fiscal para que el juez pudiera acordar la guarda y custodia compartida de un menor. ¡¡¡Y todavía hay quien pretende que el poder es de los hombres!!! 

Y haya tenido que ser el Tribunal Supremo quien en sentencia de este año establezca, que tras la sentencia del Tribunal Constitucional 185/2012, de 17 de octubre, la adopción del régimen de guarda y custodia compartida ya no depende del informe favorable del Fiscal sino, únicamente, de la valoración que merezca al Juez la adecuación de dicha medida al interés del menor, que la guarda y custodia compartida no sea lo excepcional sino la regla general siempre que no resulte perjudicial para el menor, ya que "el mantenimiento de la potestad conjunta resulta sin duda la mejor solución para el menor en cuanto le permite seguir relacionándose establemente con ambos padres".

Para vergüenza de los grupos políticos, alguno de los cuales todavía seguía subvencionando conferencias con títulos tan escalofriantes como "Custodia compartida: otra forma de violencia de género", grupos que por cierto gozan de subvenciones oficiales y una cercanía al poder de la que por supuesto están excluidos los padres y los partidarios genuinos de la custodia compartida y que siguen haciendo todo lo posible para torpedear la nueva regulación y que la ley que salga mantenga todo lo que pueda del actual statu quo. 

Y mientras todo esto sucedía y sucede decenas de miles de padres y  de hijos han sido condenados al dolor de la separación, sin que los que se arrogan un día sí y otro también la empatía se les moviese un músculo de la cara y, por supuesto,  viendo como el feminismo y las fuerzas políticas perdían cualquier tipo de credibilidad. No, las políticas de género no son neutras e inocuas, sino que pueden provocar  mucho dolor y mucho estrago como demuestra lo acontecido en la última década en relación con la custodia de los hijos en nuestro país. Y alguien debiera asumir la responsabilidad social y política de tal estrago.