Esta mañana pensaba que no estaría mal una entrada en la que se hablase de la intención de Mariano Rajoy de rebajar el IRPF a las mujeres (IRPF de género), que merecería la pena seguir abordando el tema del aborto y la pretensión de algunas de hacer de él un derecho absoluto, en un mundo donde parecía que habíamos concluido que ningún absoluto era bueno, o por qué no, recordar que en lo que va de año, 17 días, han muerto 11 trabajadores en el mar, y algunas otras cosas más, como el editorial de El País del domingo pasado en el que a propósito del aborto y el derecho a la intimidad de las mujeres se situaba al marido al mismo nivel que el hermano, el padre o incluso los vecinos en el siguiente párrafo: “Interrumpir la gestación es una decisión personal de la mujer en algún momento de su vida que no necesariamente conocen sus padres, su marido, sus hijos; o sus vecinos.”
Incluso tuve la sensación de que cada vez con más nitidez se me aparecía más claro que por parte de algunos y algunas se pretende que en este mundo de derechos y deberes para todos, alguien esté exento de las obligaciones y, sin embargo, los derechos sean absolutos sin que además se imponga el mismo respeto para con la justicia que en otras ocasiones.
Pero como me pareció que tendría que ser una entrada muy extensa en la que además, para hablar de tantas cosas, debería hilar muy fino y me llevaría un tiempo del que no dispongo, pensé en una mucho más breve pero quizá más rotunda y más certera, que diría exclusivamente, aquello que tantas veces oí en casa y el instituto en mis tiempos de estudiante, de que malamente se llegaba a ninguna parte sin amor propio, y pensé que justamente esa era la expresión que mejor resumía lo que está pasando, a los hombres lo que nos falta es amor propio.
Finalmente he leído la sección de Xosé Luís Barreiro Rivas en
“Si usted es heterosexual, tiene empleo, está criando tres hijos de mediana edad, no es maltratador ni maltratado, vive en un hogar feliz, colabora a diario con su mujer, va los domingos a misa y al fútbol, pasa
Siempre odie el slogan "nosotras parimos, nosotras decidimos". Creo que la maternidad/paternidad es cosa de dos personas, y por el hecho de que sean las mujeres las que se embarazen y paran, el hecho de tener o no un hijo es cosa de padre y madre. Si solo fuera exclusividad de la madre, como el feminismo nos quiere hacer creer, admitiriamos entonces que la crianza y dedicación de tiempo a los hijos sería solo y también exclusivamente de la madre. Y evidentemente nosotros no admitimos eso.
ResponderEliminarEl aborto es un debate muy muy dificil de resolver. Y como bien dices las posturas absolutistas no solucionan nada y no llevan a ninguna parte. Mi postura respecto a este tema es que se mantenga la ley en vigor y que se cumpla. No a la ley de plazos. No a consierar el aborto como una decisión exclusiva de las mujeres. Es cierto que muchas mujeres que abortan están solas, no tienen pareja o la que les dejó embarazada se ha largado. En esos casos cae de sentido común que la única persona con capacidad de decidir es la mujer. Pero establecer esa situación como la unica verdadera me parece un error garrafal.
Y por supuesto no al aborto más allá de las 12-14 semanas que la comunidad científica ha establecido como criterio para delimitar donde acaban las celulas y donde empieza la persona humana.
Hola Emilio. Ante todo un saludo ya que es la primera vez que me atrevo a escribir en tu blog. Y digo que me atrevo, porque veo que es un blog de mucho nivel, y que ¡ya era hora!
ResponderEliminarA un tal Jorge Negrete le debieron 'ajostiar', o algo así, por preguntar si en España no había hombres.
Y esa es la sensación que tengo: que los HOMBRES estamos 'acongojadamente' callados, mientras los peleles campan a sus anchas. A las anchas que les dejan, claro. Por eso son peleles.
Pero tal y como están las cosas actualmente, ni me extrañaría que te 'jaquearan' el blog.
Un saludo solidario.
P.S.1: Soy anti-machista convencido desde la adolescencia (tengo 51)
P.S.2: Enviudé hace 5 años y hasta ahora no me había dado cuenta de 'LO' que hay en la calle. Hay que andar con pies de plomo.
Balen
Bienvenido, agradezco tu comentario. Siempre es agradable saber que escribes para alguien más que para tí. Creo que este gesto tuyo es más necesario en un tema en el que como venimos destacando lo que más sorprende es el silencio de los hombres. Te agradezco lo del nivel del foro y espero que no se convierta en un freno para la participación ni tuya, ni de nadie ;pues justameente es lo que más echo en falta, o sea que no te cortes que estamos en familia. Creo que basta una línea para decir me gusta.., o no estoy de acuerdo.. o sería interesante hablar de .., incluso contar alguna anecdota personal que al final dice más que pretendidos sesudos estudios en los que luego se demuestra que lo único que hay son ideas preconcebidas.
ResponderEliminarUn saludo y de nuevo bienvenido.
Emilio
Hola Emilio,
ResponderEliminarMis felicitaciones por el trabajo que estás haciendo en este blog, que nos abre a muchos los ojos y demuestra que los hombres tampoco somos "inmunes" a la discriminación, y que también nos puede afectar. Contribuye a desmentir ese simplista esquema tradicional del feminismo de "mujeres=víctimas, hombres=verdugos".
Quería comentarte acerca de un tema que supongo que te será familiar, y es el del típico "hombre (ultra)feminista", del hombre que opina que las mujeres son "superiores", mas "inteligentes", que si el mundo estuviera gobernado mayoritariamente por mujeres "todo iría bien", y otras estupideces.
Ese tipo de "hombre" (si es que lo es verdaderamente) lo que pretende es quedar bien con las mujeres, mientras quizá no se da cuenta que lo único que hace es quedar mal consigo mismo. Su postura (por llamarla de alguna manera) es una mezcla de ignorancia, al no conocer las causas, no sólo educativas y culturales, entre hombres y mujeres, y demagogia, pues pretende quedar bien con ellas.
Y también, cierto complejo de superioridad (pues quien afirma cosas así y se queda tan feliz, es porque en el fondo se cree superior), y de culpa, por la discriminación que tradicionalmente sufrieron las mujeres, aunque también a lo largo de la Historia, por ejemplo, el servicio militar sólo fue (y es) obligatorio para los hombres, o aquello de que cuando ocurría una catástrofe "las mujeres y los niños primero".
Agradecería algun post tuyo a propósito de este tema, que creo que explica el silencio de muchos hombres en relación a su complacencia con el feminismo radical: Una mezcla de ignorancia y demagogia.
Un cordial saludo
El tema que planteas es muy interesante pero también muy extenso, tanto que no se puede despachar en una entrada. Es más, a lo largo de la bitacora encontrarás más de un post en el que analizo esa cuestión. Creo, en cualquier caso que tampoco hay un tipo único de hombre en relación con eso. Desde luego distinguiría por ejemplo a la gente de Ahige, donde creo que hay gente con sentimientos que claramente podriamos calificar como de androfobia, de otras muchas situaciones sociales en las que hay hombres que identifican lo masculino con lo "detestable" y lo femenino con lo "apetecible", incluso gente muy razonable que deseaba que ganase Segoleme Royal desconociéndolo prácticamente todo sobre ella. En cualquier caso creo que el feminismo de género si justamente se caracteriza por algo, es por su deseo de sacralizar la figura femenina, al tiempo que se carga sobre el hombre todo lo malo de la historia y del presente. Y en esa tarea hay muchos hombres que le siguen los pasos. Seguiremos hablando...
ResponderEliminarUn saludo
Hablas de androfobia y creo que habría que aclararlo. Quizá sea el temor lo que hay detrás de los miembros de Ahige, pero si lo que buscas es un equivalente a la misoginia pero aplicable a los hombres creo que lo correcto sería misandria.
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