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05 enero, 2008

Meicende y Coín

Hace unos días a punto estuve de escribir unas reflexiones en el sentido de que la ideología de género había pasado a constituirse en “pensamiento” del Estado. Finalmente no lo hice, pero a raíz de un correo de Athini sobre los casos de Coín y Meicende, creo que se hace necesario retomar el asunto.

Se aprueban leyes inspiradas en la perspectiva de género. Los tribunales imparten justicia ateniéndose a estos principios. En base a esta ideología se imparten cursos para el personal de los juzgados, la policía, para el personal sanitario y, como no, a los medios de comunicación y el resultado no puede ser otro: la prensa recoge como primera víctima de la violencia de género, incluso como me hace saber Athini, como violencia en el seno de la pareja, el caso de Coín, aún cuando, con antelación se había producido la muerte de Florentino Varela Liñares, presuntamente asesinado por su esposa en Meicende (A Coruña) y ésta haya quedado en libertad provisional con cargos.

Como también me comenta Athini, la presidenta del Observatorio para la Violencia Doméstica y de Género, ha emitido un comunicado lamentando la muerte de la mujer, no así la del hombre.

Como hombre, aunque creo que antes de eso como persona, me repugna un distingo de ese tipo. Creo que tan reprobable es un caso como el otro y si quizá este tipo de distingos en otras ocasiones puedan resultar inadmisibles, frente a dos casos como los mencionados la diferenciación, si se prefiere la desigualdad, me parece todavía más escandalosa. En fin, siendo esta la situación, sorprende que el pensamiento políticamente correcto y la intelectualidad oficial, sigan actuando como si las ideologías hubiesen muerto o se limitaran a las diferencias políticas entre PP y PSOE, y dado que, vivimos en el mejor de los mundos posibles, la única preocupación consistiese en discutir como “gestionar la complejidad de la sociedad moderna”.

Lamentablemente, ha pasado a convertirse en oficial una ideología que no sólo no ha sido, ni lo está siendo, suficientemente discutida sino que, cuantas veces se ha intentado hacerlo, por ejemplo, en el momento de la discusión sobre la Ley contra la violencia de género, el debate ha sido acallado y eso, a pesar de su profundo contenido en relación con lo que significa la justicia y la igualdad, a pesar del increíble abismo de separación que marca entre hombres y mujeres, y de la, a mi modo de ver, insostenibilidad de sus propuestas en el plano intelectual y moral, que casos como el que ahora comentamos, pero muchos otros, no hacen sino recordárnoslo.

3 comentarios:

  1. Anónimo7:21 p. m.

    *(Fran) A mi también me repugna enormemente Emilio toda esta hipocresía. Un slaudo y feliz año.

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  2. Anónimo1:58 a. m.

    Lo que ocurre, en realidad es que la definición de violencia de género que se maneja oficialmente es, literalmente la de violencia que la mujer recibe del hombre, por el hecho de ser mujer. O, lo que es equivalente (según la teoría feminista), la violencia ejercida sobre la mujer por un "deseo de dominación machista" por parte del hombre.

    Esta definición es la que está detrás de todo ese engendro que es la ley de violencia de género, y tal como está, no incluye la muerte del hombre que mencionas, por lo tanto, las noticias son correctas.

    Hay muchas cosas que yo no acabo de entender de todo esto:

    Por ejemplo, cómo es posible retorcer de esa forma el lenguaje.

    También me gustaría saber si realmente se comprueba en los juzgados que la violencia ejercida por el acusado tiene el único motivo de un "deseo de dominación machista" y no cualquier otro, pues eso cambiaría completamente el delito. Sospecho que no se comprueba en absoluto.

    Otra, si no se debería hablar en realidad de violencia de sexo, pues no creo que en ningún momento se analice cuál es el género del acusado ni de la víctima, sino simplemente su sexo (recordemos que para el feminismo el género es distinto del sexo)

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  3. Tardo mucho en contestarte pero deseaba hacerlo. Cuando hablo de cómo se recogen estas noticias, no es porque desconozca la legislación, de la que creo conocer los términos en que está redactada. Aún así, me parece inmoral que se hagan esos distingos entre seres humanos y que la presidenta de una asociación pública se olvide de un asesinado porque es varón.
    Un saludo

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