Twittear

02 julio, 2011

Debate educativo

Para casi cualquier cosa que se discuta, hay quien tiene interés en conducir el debate a una prolongación del bipartidismo reinante en lo político, al menos a nivel estatal. Escribe Rafael Feito un artículo sobre educación en El País, en el que todo el esfuerzo se concentra en “desmontar” otro  artículo reciente, éste de César Molinas y que cité más de una vez en esta bitácora, pero aún cuando Feito expresa deseos: “En su rama académica o profesional, el bachillerato debe llegar al 85 % de la población”, no  nos dice cómo teniendo en cuenta que el nivel de fracaso escolar se sitúa por encima del 30%, peor todavía parece darse por supuesto que tal cosa se pueda conseguir sin modificar  el actual sistema, al que la única crítica que realiza son los itinerarios recién aprobados en 4 º de la ESO.


Pareciera como si todo lo que, desde ya, se diga en relación con la educación haya de interpretarse en clave de o conmigo o contra mí, o eres del bando de Esperanza Aguirre o estás con las propuestas oficialistas, y no fuera posible defender al mismo tiempo una enseñanza de calidad para todos y la necesidad de la excelencia educativa, más todavía como si fuera posible sostener cualquier propuesta de mejora que no vaya precedida de la crítica a que se han hecho acreedoras las políticas que nos han conducido a la situación actual. En esta situación parece encontrarse  Feito pues,  aún cuando en su escrito cita el modelo finlandés olvida que justamente ese país, Finlandia,  ha conseguido un sistema educativo sin prácticamente fracaso escolar -menos del 4%-, al tiempo que el nivel de excelencia más alto del mundo -nada menos que 1 de cada cuatro alumnos son excelentes en ese país-, lo que por ejemplo contrasta completamente con el nuestro donde esa proporción ya se sitúa en 1 de cada 25.

Que cuando el propio Rubalcaba reconoce que "Tenemos un sistema educativo que lo que sí hace de putísima madre es formar a funcionarios" la crítica académica no haya detectado los problemas de toda índole: en el plano académico, el fracaso y abandono escolar, o la desigualdad y la ausencia de excelencia y, en el plano social, su clasismo y sexismo, su agotamiento como ascensor social hasta el punto de que desde las más altas instancias del Ministerio se nos tiene dicho que la culpa del fracaso escolar habría que buscarla en el nivel educativo de los padres, ¡cómo si la escuela no estuviera justamente para vencer esa inercia! o que en la actualidad disfrutábamos del mejor sistema educativo de nuestra historia, nos pone en la pista de otro debate que se quiere envenenar bipartidistamente.

P.S. Aprovecho para comunicaros que a partir del próximo lunes me tomo unas semanas de vacaciones. 

1 comentario:

  1. El ministro de la LOGSE, Alfredo P. (que ya hizo sus pinitos de reforma con Maravall), debería matizar sus declaraciones. Son sobre todo, "funcionarias" lo que forma de putísima madre nuestro sistema, especialmente en enseñanza, atención sanitaria y justicia.

    ResponderEliminar