En el mundo que vivimos los problemas para los
chicos parecen multiplicarse como se recoge por ejemplo en esta vieja entrada en lo relacionado con la educación. Pero muchos son los estudios de los más
prestigiosos especialistas que ponen en
evidencia otros tantos problemas atinentes a la infancia y la juventud
particularmente de los niños criados en ausencia de la figura del padre. Y, al
igual que para los de los adultos, no
solo no se ven iniciativas para
identificarlos y abordarlos, más bien pareciera que el solo hecho de señalarlos
convirtiera a quien lo hace en sospechoso de algo. Por solo citar algunos:
fracaso escolar, obesidad mórbida,
déficits de atención, mala
gestión del tiempo, conductas
impulsivas, agresividad no
controlada… Y otro tanto de lo mismo
podemos decir de los adultos como consecuencia de la demonización de la
masculinidad y la falta de reconocimiento de la paternidad, derivando todo ello
en trastornos de todo tipo y suicidio, por no citar ya los más comunes en el
contexto de crisis económica, política y moral que vivimos.
Todo ello debe conducirnos a repensar el papel del
varón y la masculinidad en la sociedad y
el momento que nos ha tocado vivir. Preguntarnos cómo hemos llegado hasta aquí
y qué sería necesario para salir de esta situación. Qué se está haciendo y qué no para abordar
todas estas cuestiones y desde qué ópticas. Interrogarnos sobre el porqué de la
aparente pasividad de los propios hombres ante problemas de tan gran dimensión.
Quizá detectaríamos que la propia demonización de la masculinidad está
impidiendo una aproximación sin prejuicios a estos temas, o que sean justamente
quienes han asumido la masculinidad como portadora ineluctable de violencia y agresividad quienes pretenden que
tienen la solución pero finalmente tal cosa se quede en cursos y talleres de planchado y
cocina.
Sé que ninguno de los que seguís la bitácora habéis
leído la entrada: Nuevas masculinidades, en clave de que considere que no es necesario repensar la
masculinidad y el papel de hombre, tampoco que me agrade lo que veo está
sucediendo con la figura del varón, o
que tenga interés en defender su rol histórico, aunque solo fuese por la
cantidad de veces que lo tengo criticado, pero sobre todo por las muchas ocasiones en que conduce a la
marginalidad y la miseria. O que no me parezcan pertinentes algunas reflexiones
sobre estos temas, por ejemplo, las que ha desarrollado con tanto acierto Enrique
Jimeno en sus blogs: Buenamente y otros. Debería ser evidente que, desde la crítica que
hago al neofeminismo y la
consideración que esta sociedad tiene del varón, entiendo que muchas cosas
deben cambiar y con ellas lo que haya de ser la imagen y la vida de los
hombres.
De lo que tengo la impresión cada vez más
consolidada es de que los profeministas hablan de nuevas masculinidades porque temen hablar de masculinidad, no digamos
ya masculinismo. No tienen problema, más bien al contrario, en hablar de
feminidad o feminismo pero cuando hablemos de los hombres quieren llevar la
cuestión a ese terreno postmoderno de las nuevas
masculinidades, a ese terreno en que no moleste sino todo lo contrario a la teoría de género,
y al papel subalterno que para el hombre tiene reservado. Y es por eso por lo
que dicen que el varón lo que necesita es un nuevo traje
que cubra un cuerpo y una mente vaciado de su
masculinidad –si tal cosa fuese posible- a la que consideran una especie
de nuevo pecado original y una culpa que previamente es necesario expiar para,
purificado, recibir la bendición de la nueva mujer. No es casualidad que el
orden de las lecturas que se nos ofrecen sea primero sobre el feminismo de la
mano de Nuria Varela y solo después a Bonino y Peskador.
Todo el artículo, pero particularmente el último
párrafo de dicha
entrada así lo deja ver, léase sino: “Chicas y chicos, ya hay nuevos hombres disponibles en el
mercado. Si queréis ser uno de ellos, el manual de instrucción es sencillo:
cómprate un libro y lee; toma consciencia de tu manera de estar en la sociedad;
escucha, siente y piensa en las decisiones y actos que llevas a cabo. Es
posible que haya una forma más inteligente y bonita de hacer las cosas, para ti
y para los demás.” Lo que unido a la
bibliografía recomendada particularmente la referencia a Nuria Varela y su
libro: Feminismo para principiantes -libro
del que por cierto en este blog realizamos una crítica en su momento: aquí y aquí-, deja poco lugar a la duda. Baste decir
para entender la enjundia intelectual de la obra que, en uno de esos ejercicios
de: yo hago lo que en otros considero machismo, presenta a John Stuart
Mill como el “marido de la feminista” y eso a pesar de tratarse de uno de los más
grandes impulsores del feminismo de todos los tiempos, y sobre todo de un gran filósofo.
Por decirlo brevemente: cuando lo que
necesitamos es repensar íntegramente al varón en la sociedad actual, es decir,
saber qué pasa con su infancia, por qué los niños fracasan en la escuela, a qué
dificultades nuevas y de siempre se enfrentan los adolescentes y qué sucede con el hombre a lo largo de toda
su vida, cuando lo que necesitamos es saber qué acontece con lo que va dentro del traje: con el hombre
entero, sus dificultades y sus anhelos,
lo que se nos ofrece es un simple tuneado de carrocería sin importar el
estado del chasis y el motor. Cuando hay bastante coincidencia en que lo que
está pasando no es del agrado de una cada vez más importante mayoría social, se
nos ofrece un parche, un cambio de imagen siguiendo un patrón previamente
establecido en los estudios de género, que justamente se caracteriza por una
visión acusadora de la masculinidad como fuente de todos los males de las
mujeres y la sociedad.
Si lo que se precisa es recuperar el
contacto de padres e hijos y acabar con la exclusión del varón en casa y la
escuela y para eso necesitamos una Ley de custodia compartida (y no todo está
claro en este
asunto), un permiso de paternidad
que no se quede en el ridículo actual y unas plantillas de profesorado
equilibradas en las primeras etapas de la educación, cuando precisamos saber
por qué fracasan en la escuela los varones, cuando es de justicia acabar con
todas esas campañas que, como si de un castigo divino se tratase, presentan al varón como agresor y violento -también
en la adolescencia-, cuando necesitamos que la paternidad sea reconocida y se
hace necesario el debate y la deliberación sobre estos temas con participación
masiva de los hombres, el neofeminismo pretende que ya tiene la solución de lo que los propios hombres desconocen, y solo queda que los expertos profeministas apliquen
la receta. De ningún modo conciben que lo que está en juego es: lo que los hombres
dan y reciben de la sociedad, sino que pretenden que asumamos con resignación lo
que nos quieran echar encima. En su opinión el hombre no tiene problemas, el hombre es el problema.
Pues si para la señora Varela Stuart Mill era solo "el marido de la feminista", ¿qué diría de Sartre?
ResponderEliminarJeipi
Sartre si no recuerdo mal no aparece ni mencionado.
ResponderEliminarCompruebo que en lo que no me equivocaba era en lo del silencio de los hombres.
Quien no aparece ni mencionada es Harriet Taylor en la Wikipedia.
ResponderEliminarArturo
Saludos a Emilio y los demás contertulios. Ya no participo con comentarios en el blog por mis visitas desordenadas y esporádicas, (y porque otros menesteres se llevan mi tiempo),pero continuo siguiéndolo. A través de "personas no género" acabo de descubrir "¿Quien se beneficia de tu hombría"?. No lo he leído todo, pero parece verdaderamente interesante. Junto con "personas..." me parece un hito en lengua castellana; Son dos puntitos de razón y de polémica bien hecha enmedio de tanto sinsentido. Felicidades
ResponderEliminarGracias Enric y gracias a Plutarco por un comentario semejante al tuyo en la entrada anterior. Y gracias, por supuesto, a todos los que os animáis a leerlo y a dejar vuestras comentarios aunque sea esporádicamente.
ResponderEliminarPermitanme un poquito de humor, aunque por desgracia, ral como la vida misma.
ResponderEliminarCartas al Director: “Gracias Zapatero”
Gracias Sr Zapatero. Por darme más importancia a mí que a mi marido, al fin y al cabo usted y yo, sabemos que lo merezco. Soy débil. Ya lo dicen los más mayores… las mujeres a la casa y a cuidar niños. Gracias por protegerme, Sr Zapatero.
Gracias a usted, tengo casa, coche, garaje, trastero…. Y todo ello, sin haber trabajado jamás en la vida. Eso sí… me quedé embarazada. Y no vea usted lo bien que lo rentabilizamos, eh? Menudo seguro de vida! Con pensión y todo!
No me pida , que cotice, trabaje, ni me iguale a los “desiguales”. Prefiero seguir siendo “débil”. La vida es más fácil así. Como cuando era pequeña. Todo me cae del cielo. Bien… del cielo o de sablear a quien me hizo madre.
Sr. Zapatero, no obstante le pido un favor… ¿Sería usted tan amable de en unos 20 años cambiar las leyes que ahora me favorecen por unas realmente igualitarias? Le cuento.. mi hijo, sangre de mi sangre, es varón. El pobre desgraciado no ha sabido ni elegir sexo… y claro, padezco por su futuro.
A ver si se le ocurre engendrar con alguna como yo. Al fin y al cabo, ya se dice que los hijos e hijas buscan en las parejas los patrones de los padres…. No me abandone ahora, Sr Zapatero… hágame éste último favor… pero a su debido tiempo. Ni antes, ni después. Alarguemos el chollo.
Siempre agradecida…. (Basado en hechos reales)
Atentamente:
Victor
He encontrado este estudio en FB que habla de la importancia de la figura del padre en la adolescencia y me ha parecido muy interesante.
ResponderEliminarAlberto
Me olvidé de poner el enlace: http://fadep.org/blog/principal/familia/la-figura-paterna-en-la-adolescencia/
ResponderEliminarAlberto
Es evidente que en buena parte de las materias citadas en la entrada no se avanza porque por el lado del neofeminismo no existe interés y por el lado masculino no se sabe si es falta de interés o cualquier otra cosa y mientras tanto los tan denostados (aparentemente) estereotipos masculino y femenino se nos vuelven a colar, con sutileza es verdad, pero de forma clara para quien decida prestar atención.
ResponderEliminarY para colmo y dentro de esas paradojas que no parecen tener límite dentro del neofeminismo ligándolo a la naturaleza y así de nuevo la maternidad, la ausencia de fuerza física y la fragilidad volverían a ser rasgos definidores de la mujer, por contraste por ejemplo con la "fuerza bruta" del hombre.
Os animo a que repenséis estas cuestiones porque veréis como os aparecen muchas más cosas de las que en principio pensabais.
Desde luego lo que no se puede aceptar es lo de los valores medios porque como dije ya en otro comentario: si tú tienes un pollo y yo ninguno, ambos tenemos (por término medio) medio pollo.
Un delirio (¿anécdota?) nuevo en la búsqueda de nuevas masculinidades:
ResponderEliminarhttp://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=4451
Cada día estoy más convencido de la necesidad de una nueva Ilustración, porque los ecos de la histórica parecen muy apagados. Del texto del manifiesto me interesa la semántica de la palabra hombres y la necesidad de apelar a ellos en cualquier contexto que suscite dudas sobre la marcha del mundo y la necesidad de cambio.
EliminarYa que hablamos de sexo y masculinidad, una vieja forma de atacar la masculinidad, uno de nuestros puntos flacos: nuestra sexualidad. Desde chaval, desde que empecé a entender u preocuparme por las cosas más genitales, siempre recibí la información de que la sexualidad femenina era infinitamente mejor que la masculina, incluso se cuantificaba en la cantidad de placer recibido en cada orgasmo: en aquel momento era 10 veces más a favor de las mujeres. Luego la pregunta nunca respondida: "si gozan de tan inmenso placer, ¿por qué no se pasan el día follando ellas que pueden?¿por qué según la inefable prueba del juego de la cerilla resulta que ellas nunca se masturban a pesar de tenerlo más fácil (no eyaculan ni ereccionan, por lo que pueden hacerlo discretamente cuando y donde quieran)?. Es "curioso" que, a pesar de no contar, aún, con ningún método directo o indirecto fiable para cuantificar el placer (suponiendo que esa subjetiva experiencia sea medible y comparable)se sigue diciendo lo mismo que hace tropecientos años, para muestra la portada de la revista de divulgación QUO del mes de julio http://www.quo.es/revista/portada-quo-julio-2013
EliminarEn la portada dice que el sexo de las mujeres es mejor que el de los hombres, animado por la curiosidad, por si había algo nuevo que me había perdido en sexología me compré la revista. Os animo, os reto a encontrar algo en el cuerpo del artículo que justifique este titular. Creo que puedes leerlo aquí.
http://navegando-por-la-red.blogspot.com.es/2013/07/revista-quo-julio-2013.html
En serio, ¿alguien cree que, a día de hoy es posible medir la satisfacción de un orgasmo?. Todos tenemos la experiencia de tener unos más satisfactorios que otros pero ¿como comparar el mío de ahora con el tuyo en cualquier momento?. veamos un ejemplo más fácil de entender. Otra experiencia también muy extenuante es la del agotamiento, y cualquiera puede sentir que está más o menos agotado sin poder cuantificarlo más que de una forma vaga . "estoy agotadísimo" "nunca estuve tan cansado" o fórmulas similares, pero ¿comparar el agotamiento de dos personas? ¿está más agotado el enclenque que ha hecho un pequeño esfuerzo o el fortachón después de una competición olímpica? ¿y si te esfuerzas menos de lo normal pero está griposo o mal alimentado? ¿se puede considerar que tu mayor impresión de agotamiento es solo subjetiva y no real?
En fin, si es cierto lo de la portada podríamos decir que dios le da pan a quien no tiene dientes.
Arturo
Por cierto, yo también estoy por una nueva ilustración
EliminarArturo
En la sexualidad como en tantas otras cosas, el principio postmoderno es: si lo proponen ellas está bien, sin importar lo que propongan. Es, sin embargo, un tema por el que el neofeminismo apuesta con más fuerza para usar como arma arrojadiza contra el hombre. El ensayo de los sanfermines pretendió establecer entre la opinión pública que determinadas actitudes y comportamientos de las mujeres en contextos de fiesta no las pueden tener por iniciativa propia sino que siempre habrían de ser inducidos por los hombres, y en esto cuentan con una imagen, de la que se quejan muchas mujeres, según la cual se hace raro concebir que tengan deseo sexual a partir de determinada edad, o que su deseo siempre es modoso y no conoce el desenfreno. Desde ese momento es raro el día en que, desde los medios de comunicación no se toca el tema y por ejemplo el informativo de Pedro Piqueras recientemente habló de violaciones en masa no denunciadas en los ambientes de fiesta de extranjeros en Mallorca.
Eliminar"Piensa el ladrón que todos son de su condición" dice el refrán, y estas señoras de sexualidad modosa, cutre, pacata, no pueden ni quieren concebir que otras mujeres puedan tener una sexualidad más libre, más exuberante y hasta desenfrenada, por eso no pueden ni son capaces de entender muchas cuestiones, desde las "locuras" de unas fiestas locas como los sanfermines hasta la prostitución o incluso la promiscuidad o la simple provocación sexual partiendo de mujeres de sexo femenino*. Sobre esta base se montan toda la argumentación que hace culpable a los hombres de todo lo que tenga que ver con "el pecado". Pienso, sinceramente, que muchos de los problemas de estas señoras se arreglarían en el gabinete de un sexólogo y se equivocan al pretender arreglarlos con la política. Otra cosa es que, aprovechando que "el Pisuerga pasa por Valladolid" y que "a río revuelto ganancia de pescadores", algunas y algunos saquen tajada aprovechándose de las neuras ajenas.
EliminarEn el mundo del neofeminsimo coexisten las neuras con las aprovechadas.
Arturo
*hay otras mujeres de sexo muy dudoso, si es que lo tienen, quizás solo tengan género y no sexo.
En mi opinión se trata de lo de siempre Arturo sustituir la presunción de inocencia por la de culpabilidad.
Eliminar"En su opinión el hombre no tiene problemas, el hombre es el problema."
ResponderEliminarNinguna otra frase resume como ésta lo que opinan todos esos hombres y mujeres feministas que intentan cambiar la masculinidad o dar lecciones sobre la misma: ignorar la opresión masculina y exagerar las ventajas del varón. Como no ven, o no quieren ver, los problemas del varón, asumen que estamos "confundidos" o "aturdidos" por el nuevo rol de la mujer. Lo que ocurre es que ahora, a diferencia de antes, además de continuar siendo desechables, se nos acusa también de privilegiados y opresores.
Si fueran sinceros, tu frase "el hombre no tiene problemas, el hombre es el problema" es lo que pondrían como título en todos esos talleres de nuevas masculinidades.
Simone de Beauvoir
ResponderEliminarVoy a desbarrar un poco.
Según Caritas, y la noticia es de hoy y puede consultar en todos los periodicos, el número de españoles que vivven con menos de 307 euros al mes supera ya los 3 millones, el 6,4% de la población.
Esa cifra duplica, si duplica la del 2007, año que no está tan lejos.
Lo que no dice Caritas y no lo quiere decir nadie es de eso tres millones cuantos son "varones".
No. No lo quiere decir nadie aunque todos sabemos, por ejemplo que el porcentaje de varones entre los sin techo, en USA y en España oscila entre el 75% hasta 92%.
Pero obviamente la Ley debe proteger a los mas débiles: lease banqueros, empresarios, multinacionales etc.
En el Pais Vasco la asociacion de hombres y mujeres divorciados ha declarado (y nadie le ha hecho caso) que mas del 75% de los hombres divorciados no disponen de un hogar digno donde poder acoger a su hijos
Nada mas
Mas de 3 millones de ángeles, sin sexo.
Porque los angeles no tienen sexo
Simone de Beauvoir