Recuerdo que hace un tiempo un grupo de amigos comentábamos sobre la infidelidad. No os lo creeréis, pero mis amigos estaban convencidos de que eso era un problema masculino. Ni tan siquiera observando los porcentajes altísimos que la prensa había publicado alguna vez, parecía posible desmontar mínimamente su firme creencia de que aquello era cosa de hombres.
Alguno incluso se molestó porque saliera a colación el elevado índice de padres que creyéndose tales, no eran los verdaderos progenitores de los que creían sus hijos. Ahora leo en un artículo de Rosa Montero que un estudio cifra en un 37% la infidelidad masculina y un 35% la femenina. Parece razonable. Lo que de ninguna manera se podía creer es que un porcentaje altísimo de hombres fuesen infieles y nunca apareciese el porcentaje de mujeres.
Cuando me hablan de discriminación positiva o de igualdad desde la diferencia pienso que ya en la sociedad tradicional la cultura había instituido mecanismos de blindaje para la mujer ante determinadas situaciones, mecanismos que no existían para el hombre.
Obsérvese que corriendo los tiempos y con lo que se lleva despotricado contra algunos valores del pasado la caballerosidad sigue siendo un valor para muchos de ellos y muchas de ellas. Recientemente la ex –ministra Carmen Calvo confesaba que le gustaba que le dijesen piropos y le abriesen la puerta, eso al tiempo que se manifestaba profundamente feminista. Si antes era el conocido “las mujeres y los niños primero”, ahora los “progresistas” hablan de que la esclavitud en el mundo es un problema de mujeres y niños. Y eso que un día sí y otro también tenemos que hablar de alguna patera perdida en el Océano.
Es como si quisieran que nos terminásemos creyendo aquello de que la mujer trabaja mientras el hombre hace la guerra. Afortunadamente, los caminos y puentes romanos siguen ahí, y la revolución industrial está suficientemente próxima en el tiempo para saber que ha habido y sigue habiendo una gran esclavitud masculina. De no ser así, no me imagino lo que estaríamos escuchando o leyendo.
En fin, es difícil entender algunas cosas del presente.
Creo recordar que las estadísticas de "falsos padres" no eran españolas. Tampoco sé qué dicen nuestras leyes sobre esto, pero en paises como EEUU, dependiendo del Estado que te toque, se llegan a situaciones delirantes como estas,
ResponderEliminarhttp://www.cnn.com/2007/US/07/11/paternity.cases/index.html
Un padre que se enfrenta a ir a la carcel por una deuda de miles de dólares por la manutención de una niña que no es suya y de la que no tuvo noticia hasta despues de que expirase el plazo legal para poder reclamar. De locos.