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04 octubre, 2008

¿Qué igualdad?

Se me ocurre que la idea de igualdad que se nos está vendiendo a lo que más se asemeja es al reparto del cuarto de baño cuando una pareja heterosexual tiene que compartirlo.

Y que la respuesta social que se le está dando, se correspondería con bastante aproximación a la actitud de él y ella ante el reparto de la toilette. Ella no la discutirá porque es una igualdad a su medida, él tampoco, porque con poder lavarse y afeitarse le llega y porque sería mezquino no ser capaz de esa concesión.

Los que lo tenemos crudo somos quienes pensamos que ese planteamiento no deja de ser una forma de papanatismo que se olvida de que para que un tal argumento fuese válido exigiría reciprocidad, y ésta es una palabra proscrita por el feminismo dominante, como lo es la de simetría, como lo es la de común humanidad.

Cuántos como Oscar Guasch terminarán dándose cuenta de esta verdad, cuánto habrá que esperar a que surja otro como él, cuánto fracaso escolar masculino deberá acumularse antes de que de las “rutinas” de una “izquierda sindical y política” consideren segregación escolar lo que tendría que ser considerado atención a la diversidad, pero son incapaces de ver que el género justamente está basado en la segregación, esa sí, segregación sin paliativos, general, absoluta, como Oscar Guasch ha tenido la ocasión de comprobar desde el núcleo y el corazón de las mismas.

Como díce en su escrito:

Mi experiencia en los grupos de hombres, me dice que la homofobia y la violencia y la discriminación de género que comporta, afecta a todos los hombres sin excepción.

Pero hay demasiadas resistencias e intereses creados como para asumirlo.

Creo que las políticas de igualdad de género están mal formuladas, porque obvian e invisibilizan las experiencias de dolor y de discriminación de los hombres.

2 comentarios:

  1. Anónimo10:27 a. m.

    Ya he visto los carteles de la campaña institucional contra la violencia "de género" a tamaño natural. Son tres rostros (masculino, femenino e infantil) en blanco y negro, con distintos textos sobreimpresos en gruesos caracteres y el lema común "Ante el maltratador, tolerancia cero".

    Queda claro, pues, por si había alguna duda, que la campaña no se dirige contra el maltrato en abstracto, sino contra el maltratador en masculino singular. Y lo de "tolerancia cero" es una fórmula que se han inventado para no tener que decir "intolerancia", que queda feo.

    El texto es distinto en cada cartel, pero me voy a centrar, por ahora, en el que aparece sobre el rostro masculino, que dice: "Cuando maltratas a una mujer dejas de ser un hombre." Creo recordar que alguien (una feminista, al parecer) ya ha denunciado el sexismo implícito de este mensaje.

    Su argumento era que la frase en cuestión perpetúa un concepto muy rancio, de cuño patriarcal, de lo que significa "ser hombre".

    Desde luego, también nos podríamos embarcar en una disquisición metafísica sobre el ser y el dejar de ser, y preguntarnos qué es el maltratador si deja de ser hombre (y es paradójico que, después de tanto insistir en que el maltratador es el hombre, ahora nos digan que deja de serlo).

    Pero la cosa es mucho más sencilla que todo esto. Para comprobar si el mensaje es sexista, lo mejor es ver si seguiría funcionando invirtiendo los términos. Quedaría así:

    "Cuando maltratas a un hombre dejas de ser una mujer".

    ¿Sería verosímil? Si a alguien le suena raro, es porque el mensaje original es sexista sin lugar a dudas.

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  2. Anónimo10:29 a. m.

    El mensaje del rostro masculino es diáfano como un postulado científico del tipo "si A, entonces B". Se puede estar o no de acuerdo con lo que dice, pero su significado es indiscutible.

    Los otros mensajes, en cambio, son más ambiguos y se prestan a interpretación por parte del receptor.

    Así, sobre el rostro infantil se lee: "Mamá, hazlo por nosotros. Actúa." ¿Qué nos quieren decir con esto? Pues, depende del contexto. Por ejemplo, una primera lectura sería que a los chicos les haría mucha ilusión ver a su madre en escena en algún espectáculo. Es uno de los significados de "actuar".

    Pero el aspecto angustiado de la foto y la alusión al "maltratador" en la letra pequeña excluyen esta interpretación. ¿Podría tratarse de una campaña contra el acoso escolar? Tal vez. Así, ellos serían víctimas de algún compañero abusón y pedirían la intervención de su madre ante los responsables del centro. Ya vamos por buen camino...

    ¿Y por qué se lo piden a la madre, y no al padre o a ambos? Debe tratarse de una familia monoparental, que en estos tiempos están en auge.

    (Me hago el ingenuo, por supuesto, porque previamente desde los medios de comunicación nos han dado las claves para interpretar el mensaje de forma "correcta". Pero, ¿y si alguien se hubiera perdido la precampaña?)

    El mensaje que está sobre el rostro femenino también se las trae, y plantea muchos enigmas: "No se te ocurra ponerme la mano encima jamás." ¿A quién se dirige? ¿Qué relación existe entre esta mujer y su interlocutor? ¿Qué ha ocurrido antes? ¿Qué puede ocurrir luego?

    Está claro que tiene que haber un conflicto: nadie suelta este desplante chulesco a una persona que no conoce o acabada de presentar (aunque con el ambiente de psicosis que se está creando ya no nos extrañaría). Por lo tanto, esta frase debe de estar sacada de una discusión. ¿Es un aviso? ¿O quizá una amenaza? ¿En respuesta a una provocación? ¿O tal vez la provocadora es ella?

    Como no tenemos el contexto, nos quedamos en la duda, pero creo que esta última posibilidad no es nada descabellada. Hay veces, cuando se discute, en que una advertencia ("no se te ocurra...") se puede interpretar como un desafío ("a que no te atreves"). Es como si dijera: "Hazlo (y atente a las consecuencias)."

    En el peor de los casos, al hilo de este supuesto, podemos llegar a pensar que esta mujer es un peligro: espera (¿y desea?) que el otro sea el primero en atacar para poder tomar represalias presentándose como agredida. Tiene asumidas las tácticas de la "guerra preventiva". Mejor no tener tratos con ella, ni buenos ni malos.

    En fin, no sé qué creativos han diseñado esta campaña, pero para mí que la han pifiado en los textos. Eso sí, los carteles son impactantes.

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