Como
tengo la impresión de que os ha parecido interesante la penúltima entrada
relacionada con la paternidad, en ésta encontraréis las 5 funciones del padre que,
en el citado libro de Yvon Dallaire, se señalan: (Ni que decir tiene que la principal
intención es propiciar el diálogo sobre las cuestiones señaladas sin que
necesariamente suponga que, por mi parte, esté completamente de acuerdo con todo lo que dice
el autor)
1. La protección. Antiguamente, gracias
a su fuerza física, esta protección estaba limitada fundamentalmente a los
peligros físicos exteriores: el hombre de las cavernas debía proteger a los
suyos de otros hombres y de predadores de todo tipo. El hombre del siglo XXI
estará cada vez más llamado a procurar una seguridad emotiva, y no solo para
los niños, también para su mujer (constituye por otro lado una de las
principales demandas de la mujer moderna). Su mujer y sus hijos quieren poder
contar con él. Para hacerlo, debe evidentemente estar presente, física y
psicológicamente, y ser valorado en esta función.
2. La educación. El padre debe facilitar a
sus hijos el aprendizaje del control sobre sí mismo; deber enseñarle a
renunciar a la satisfacción inmediata de sus necesidades y deseos; debe
enseñarle a ser paciente. Debe sobre todo ayudarles a canalizar su agresividad
hacia una expresión positiva y constructiva de la misma. Es evidente que,
haciéndolo, le enseña también a gestionar mejor sus propias necesidades y su
propia agresividad. Mas, ¿no es enseñando como se aprende a enseñar?
3. La iniciación. El padre tiene también
como función humanizar al hijo en la frustración y la falta, a fín de poder
integrarlo en el mundo adulto y el mundo social, como se hacía en los rituales iniciáticos
de las tribus llamadas “primitivas”. El padre inicia el niño en las reglas de
la sociedad, sin la que ninguna vida social es posible. La dimisión del padre a
este nivel con probabilidad es responsable en buena medida del aumento de la
delincuencia juvenil. Los niños se hacen delincuentes porque siguen creyendo
que todo les es debido y que los demás están a su servicio (como lo estaba su
madre).
4. La separación. La mujer moderna le pida
al hombre del siglo XXI que la acompañe en todas las etapas del embarazo, del
parto y de los cuidados del niño y creo que este acompañamiento constituye una
excelente manera de desarrollar el sentido paterno. Pero, insisto en que la
función del padre es la separar al niño de la madre y a la madre del niño y no
formar una “santa trinidad” en la que cada uno pierde su identidad. De ese
modo, el padre permite la supervivencia y el desarrollo del niño y de la mujer
que hay en la madre.
5. La filiación. Poco importa el apellido dado al niño, este tiene necesidad de saber que tiene un padre y quien es su padre. Tiene también necesidad de saber que se inscribe en un linaje que posee una historia. Tiene necesidad de sentirse unido a la humanidad, que forma parte de una gran familia. Tradicionalmente, la filiación era patrilineal; aseguraba al padre que tenía hijos y aseguraba al hijo, niño o niña, que tenían un padre, ese padre.
Me ha parecido muy interesante <a href="http://www.meneame.net/story/son-unas-histericas> esta discusión en menéame</a>
ResponderEliminarMe envía un correo Manu diciéndome que ha cometido un error en el enlace y que el correcto sería:
ResponderEliminaresta discusión en menéame
En relación con lo que afirma Ivon Dallaire se me ocurre preguntar: ¿Cómo puede desarrollar esas funciones de las que ahí se habla si ha sido excluido de cualquier posibilidad de hacerlo? ¿Cómo va a comunicar esas cosas quien no tiene contacto con buena parte de niños y niñas, y cuando lo de la conciliación y los permisos se entiende como derecho de la mujer, y no de ambos progenitores?
ResponderEliminarMe he leído a retazos la discusión de Menéame y, la verdad, me ha parecido una olla de grillos.
ResponderEliminarEs que cuando se tocan ciertos temas cada uno cuenta la feria según le ha ido, y todo es tan previsible...
Yo tuve la misma sensación Jeipi. Lo que pasa es que como era de noche y estaba un poco cansado lo atribuí a mi cansancio. Pero, efectivamente costaba seguir el hilo.
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