Si la
construcción de género tuviera visos de realidad histórica, la mujer no hubiera
llegado a donde está de ningún modo. Pues, ¿cómo conciliar, y hacer posibles, las afirmaciones de que el hombre posee todos los poderes y que
su deseo es mantener a las mujeres dominadas y la sucesión ininterrumpida de conquistas femeninas? La verdad más bien está
en que tal presupuesto es falso y la
inmensa mayoría de los hombres, en todo este proceso, han colaborado o dejado
hacer mucho más de lo que un feminismo del resentimiento quiere hacernos creer.
Si fuera
cierto que los hombres deseasen mantener dominadas a las mujeres ¿a cuento de
qué se reservarían para si las peores tareas? Si lo del género fuera cierto ¿a
título de qué las grandes conquistas del
feminismo serían aprobadas por Parlamentos
de mayoría masculina? Si lo del neofeminismo fuera cierto en la Universidad no habría más mujeres que
hombres, ni en la sociedad más mujeres con título universitario que varones.
Si lo
que dice gente como Carmen Morán se ajustara a la verdad, los empleos a tiempo
parcial y en el sector público no serían los que mayoritariamente ocuparían las
mujeres, reservándose los varones para
sí la construcción, la industria, el campo o la extracción de los recursos
naturales, por ejemplo la minería y la pesca.
La queja de la mediadora noruega Sunniva Orstavik no sería
que las mujeres en su país trabajan mucho en el sector público y a tiempo
parcial.
Si lo
que cuenta el neofeminismo no estuviera trucado la mujer no sería dueña y
señora de la reproducción, haciendo jugar al hombre el papel de convidado de
piedra prescindible en todas las situaciones. Si lo que cuenta la perspectiva
de género no falseara la realidad la justicia no consideraría delito en el
varón lo que en la mujer sería simple falta. Si la mujer está donde está es
porque el hombre también ha querido que así fuera, aun cuando en algún caso como éste hayan equivocado no sólo el diagnóstico, también la prescripción.
Cosa
bien diferente es que cupiese esperar que cuantas más instancias de poder
ocupase y más viese cumplidos sus objetivos las cosas tornasen como lo están
haciendo en la dirección de establecer una primacía y un dominio cada día más
difícil de disimular y olvidando cualquier pretensión de igualdad.Y esto
bien merece una digresión para observar, en un triple plano, como a lo largo de la historia de las
reivindicaciones feministas todo ha ido evolucionando en la dirección que menos
cabría esperar.
Y así
en un primer plano observamos como se ha ido pasando de la reivindicación de
igualdad jurídica, derechos sociales y políticos, en el origen o la base, es decir en
igualdad de condiciones con el varón, a exigir un trato preferente y una “igualdad”
en el resultado, que no puede ocultar un claro deseo de preeminencia y trato discriminatorio
hacia el varón, ya que tales principios solo serían de aplicación donde la
mujer estuviese en peores condiciones pero no allí donde ella gozase de mejor situación.
En un
segundo plano lo que se observa es que
si hasta la irrupción del neofeminismo el planteamiento consistía en la
conquista de igualdad hombro con hombro
con los hombres y en la intención de una sociedad sin discriminación por razón
de sexo, todo eso varía desde mediados de
los 80 del siglo pasado, momento en el que las organizaciones feministas sin dejar de
exigir paridad con los
hombres en sindicatos y partidos, declaran que sus organizaciones son solo
suyas y en su expresión más extrema declaran al hombre como el enemigo a batir.
En un
tercer plano el feminismo que había considerado que era en lo social donde
cobraba carta de naturaleza su
discriminación y que ahí era donde había que fijar sus principales objetivos:
mercado laboral, derechos al aborto y el divorcio, derechos políticos etc.
sufre también una transformación radical con el neofeminismo para señalar que
el origen de la discriminación está en todo lo relacionado con la sexualidad para
pasar a situar el plano de las responsabilidades en cada hombre que las rodea: el padre, el
marido, el hermano… y que lo que se hace necesario es cambiar la masculinidad.
Y ahora
mismo nos encontramos no sólo con una acusación de culpabilidad total y
absoluta, también con la condición de quienes no son de fiar y a quienes salva solo transitoriamente una
declaración expresa de fe feminista. Cuando en Suecia y Noruega no es posible seguir arguyendo ninguna de las razones que históricamente ha sostenido el feminismo como causa de su discriminación: empleo, educación, hijos, etc. entonces es el código penal el que entra en acción y, en un nuevo giro de tuerca y para sorpresa de todos, descubrimos que Suecia es el país del mundo donde más varones están en la cárcel por delito de violación.
Pero
continuemos, si lo que cuenta el neofeminismo fuera cierto el hombre poseería
una conciencia de género de la que, en claro contraste con la mujer, carece por completo, y no mostraría una mayor dificultad que ésta
para superar su rol de género. Si lo que cuenta esta ideología, cuando hace remontar la desigualdad al comienzo de los tiempos, ni el servicio
militar, ni el suicidio, ni los accidentes de tráfico o laborales llevarían como llevan el sello masculino.
Si lo
que cuenta el feminismo de género fuera cierto habría conseguido demostrar que
la ciencia y la técnica son producciones
en beneficio exclusivo de los hombres y lo masculino y no, como por todas partes
se observa, en beneficio de todos. Si la propaganda del feminismo institucional fuera cierta no tendría tanta necesidad de poner la estadística a su
servicio, ni de recurrir permanentemente al falseamiento de datos y encuestas y mostrar tanto empeño en que partes de nuestra realidad social quedasen ocultas.
Si lo
que otros llaman el hembrismo guardase algo de verosimilitud, a buenas horas, la reclamación de custodia
compartida estaría orillada y no en el centro del debate de la opinión pública, o la LIVG seguiría en
vigor y todos los programas de TV1 iban
a estar presentados por una mujer; los periódicos publicarían suplementos
dirigidos en exclusiva a las mujeres o el cáncer de mama ocuparía la práctica
totalidad del espacio público destinado a hablar de esa enfermedad que
parecería que los hombres no sufren.
Si lo
que dicen fuera cierto la mujer no ocuparía el mismo espacio laboral que el
hombre, ni habría convertido en oportunidad la actual crisis en la que los
índices negativos los soporta casi en exclusiva el varón. En un breve espacio
de días han muerto en una ciudad de tipo medio tres indigentes masculinos.
Desde la prensa se recordaba, al menos de uno de ellos, que había muerto por su
cabeza, pues debiendo haber ido al médico no fue. ¿Cabe suponer que un tema así de afectar a un
colectivo de mujeres podría ser despachado con igual displicencia?
Lo
cierto es que la intención neofeminista no guarda ninguna relación con una
pretendida igualdad de mujeres y hombres, sino que tiene que ver con una
pretensión de dominación y privilegio que cuando se atreven a teorizar dicen
que los hombres debemos aceptar porque
antes nosotros hicimos otro tanto de lo mismo, pero resulta que uno busca
en esa propuesta donde está su ocuparse de la protección y defensa, o los
trabajos de riesgo y esfuerzo, o su prestación de servicio militar, incluso
mucho menos sus obligaciones para con lo de todos y por ningún lado encuentra
nada, porque todas esas como ya sucedía cuando pretendidamente éramos los
dominantes las seguiremos realizando quienes hasta aquí lo veníamos haciendo…
Pobre Soraya Sáenz de Santamaría: ahora resulta que es una mala madre porque quiere trabajar:
ResponderEliminarhttp://elpandemonium.org/2011/11/25/dicen-las-tuiteras-del-tuittero-que-las-mujeres-no-son-un-tero-o-s-o-no-o-s-2/
(Athini Glaucopis)
Adornando las mentiras:
ResponderEliminarhttp://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/01/valencia/1322751128.html
Cuando escribí la entrada se me quedó en el tintero un aspecto de las políticas del neofeminismo cual es su tendencia a esconder, disimular, censurar, tapar aquello que pone en cuestión sus políticas o sus postulados.
ResponderEliminarA su preferencia por el secretismo en la toma de decisiones habría que añadir una tendencia a la censura y el ocultamiento de lo que no les gusta, que las mantiene bien alejadas de esa imagen moderna que en otros momentos parecen querer dar.
En esto más que a una fuerza social postilustrada su reacción se aproxima mucho más a otras épocas que considerábamos felizmente superadas.
Su tendencia a tildar de machista cualquier desacuerdo con sus postulados tropieza con la crítica de figuras como Elisabeth Badinther o María Sanahuja, pero su respuesta no es menos expeditiva, sencillamente se las censura o se las acosa sin cesar, también promoviendo que la difusión de su obra y pensamiento se tropiece con todos los obstáculos imaginables.
Otra de sus estrategias consiste en presentar a la opinión pública los datos según les convenga: antes de la crisis los datos de paro venían sin excepción no sólo desglosados por sexo, también con una nota que nos recordaba la discriminación laboral que sufrían las mujeres. Ahora eso ya no sucede.
La doble moral es constante. Todos recordamos a Leire Pajín censurando Caiga quien caiga por estar presentado por tres varones, y su silencio ahora ante una parrilla copada de mujeres. La Administración pública española desde el inicio de la crisis creó cerca de 300.000 funcionarios nuevos, sin que, hasta el presenta, se haya hecho público qué administraciones ni en qué proporción de sexos ha sucedido esto.
Lo que pasa con las cifras de suicidio y todo lo que gira alrededor de este tema resulta una completa incógnita y otro tanto de lo mimo cabría decir de los accidentes laborales con resultado de muerte, excesivos siempre, pero mucho más si como sucede en nuestro país batimos todos los récords europeos.
Lo que de verdad sucede es que una fuerza social y política como el feminismo pretende mover los hilos de la sociedad, y creo que nunca mejor dicho, sin mostrar su rostro, sin dar la cara, sin presentar programa, sin que conozcamos a dónde nos quieren llevar ni el porqué deberíamos ir hacia donde indican. Como hace pocos días escribía Jeipi, gobernar sin presentarse a las elecciones, y eso es lo que conviene desenmascarar.
En la pasada campaña electoral, IU se postuló como la opción más radical del neofeminismo. En la Asamblea de Madrid, para abrir boca, ha presentado una propuesta en la que el impago de pensiones compensatorias se consideré, sin más, una forma de maltrato.
ResponderEliminarEsta ha sido la respuesta del representante de UPyD, en un discurso que se desmarca (un poco) del neofeminismo imperante tanto en PSOE como en el PP:
http://www.youtube.com/watch?v=3DMl5teOa40&feature=youtu.be
Aunque no diga nada que no sepamos creo que merece ser leído teniendo en cuenta el oscuros silencio que reina sobre este asunto:
ResponderEliminarhttp://www.tiempodehoy.com/cultura/el-otro-lado-de-los-malos-tratos#commentsContainer
Alberto
En Italia la ministra llora al anunciar las duras medidas de ajueste que se avecinan. Pero, eso sí, las mujeres se seguirán jubilando antes que los hombres:
ResponderEliminar"Por su parte, la ministra italiana de Trabajo, Elsa Fornero, abordó uno de los temas más conflictivos, la modificación del sistema de pensiones, con el aumento de 42 años para los hombres y 41 para los mujeres del mínimo de años cotizados para poder percibir la pensión «anticipada» sin recurrir al sistema de cuotas.
En el sector privado, la jubilación será para las mujeres a partir de los 62 años y para los hombres a los 66 años en 2012, con una penalización del 3 % anual para quienes se retiren antes, mientras que la equiparación total de edades será de 66 años en 2018, añadió."
(Athini Glaucopis)
En lo que comentas Athini hay dos datos: uno evidente, que la edad de jubilación es mayor para los varones, y otro u otros no tan evidentes pero muy significativos: que los varones por término medio nos incorporamos antes al trabajo y que nuestra esperanza de vida es sensiblemente inferior.
ResponderEliminarDe la discriminación laboral que se seguirá hablando será a pesar de todo de la femenina. Para este tipo de situaciones no se me ocurre nada más expresivo que una frase hecha o un refrán del tipo: A Dios rogando y con el mazo dando
El neofeminismo lo impregna todo. Una mujer agrede a martillazos a un hombre de 90 años. La noticia lo describe como un episodio de violencia familiar (frente a lo que hubiera sido descrito, en caso de ser él el agresor como un nuevo caso de terrorismo machista):
ResponderEliminarhttp://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/04/castillayleon/1323017263.html
En cualquier caso, seguro que la agresión esta justificada. He detectado una errata. En la entradilla, arriba en rosa, lo describen como violencia de género. Errata, claro, desde el punto de vita neofeminista.
¿Hacia dónde vamos?
ResponderEliminarhttp://www.lavanguardia.com/sucesos/20111206/54239896855/llama-guapa-profesora-expulsan-dos-dias-colegio.html
No os perdáis esta entrada de Padres divorciados:
ResponderEliminarhttp://padresdivorciados.blogspot.com/2011/12/el-juez-francisco-ruiz-jarabo-de-madrid.html
La prueba del nueve de la doble vara, la doble moral, la ambivalencia, la ambigüedad o como queráis llamarle. Leed los comentarios 54 y 55 firmados por Usando la hemeroteca:
ResponderEliminarhttp://blogs.elpais.com/mujeres/2011/12/ella-y-su-coche.html
Alberto
La cantante Bebe fue la niña mimada del feminismo zapaterista. Ahora, después de su "¡Que os follen bien a todos!" dirigida a los periodistas (ojo, no dijo a todos y a todas) me acuerdo de aquella reacción política y mediática tras las palabras del alcalde de Valladolid, y que, por lo que decían, tanto vejaba a las mujeres. ¿Le retirará también el saludo la ministra de cultura?
ResponderEliminarJosé
Buenas... Tengo una duda que siempre me ha corroido por la cabeza.
ResponderEliminarA santo de que no existe ya la píldora anticonceptiva masculina?
O, si existe, porque no se informa ni se hace publicidad de esta?.
Realmente dicha píldora sería todo un handicap para la ideología de género. verdad?
¿Creeis que es pobible que exista algún tipo de complot para que no salga al mercado?
Desde luego, las ventajas reproductivas que conllevaría son enormes para el hombre:
"Nosotros metimos, nosotros decidimos"
A lo que se refiere Jose es a esta noticia:
ResponderEliminarhttp://www.elperiodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/bebe-los-periodistas-que-follen-bien-todos-1258361
impresentable desde luego, pero que no entiendo en qué mejora las palabras del alcalde de Valladolid. Me supongo que no se trata de un cambio de cromos. Si no se critica lo del alcalde de Valladolid se tiene menos autoridad moral para criticar esta reacción de Bebe. En lo que si le doy la razón a Jose es en que efectivamente este desplante chulesco tendrá muchas menores repercusiones que lo del alcalde, porque en este punto no hay neutralidad y de ser un tío acabaría pagando muy cara esta salida de tono.
Tuyyoyya, efectivamente lo de la píldora masculina estaría muy bien, lo del lema ya me gusta mucho menos porque además solo es medio verdad, incluso no sé si mitad de media verdad.
ResponderEliminarTuyyoya:yo creo que el problema de la píldora masculina responde a limitaciones técnicas: piensa que es mucho más facil "bloquear" una sola célula al mes (el óvulo) que cientos de millones que se producen constantemente (los espermatozoides) y que bastaría una sola para provocar el embarazo. pero todo llegará
ResponderEliminarArturo
El problema de una hipotética píldora masculina es que casi obligatoriamente tendría que bloquear o disminuir nuestra testosterona. Y ahí está el problema, en que necesitamos la testosterona para más cosas que la la reproducción. Nos cambiaría el aspecto físico, el carácter, en otras palabras, esa píldora quiza nos terminaría afeminando (ostrás, no demos ideas a las neofeministas, a ver si nos van a obligar a tomarla...).
ResponderEliminarQuizá una buena solución sería una vasectomía fácilmente reversible, o algo asi. Mientras tanto llega una solución alternativa, sólo nos queda el preservativo. O el más inseguro de los anticonceptivos: fiarse de las mujeres.
La verdad es que la defensa de una hipotética píldora masculina con el slogan “nosotros impregnamos, nosotros decidimos” situaría a los hombres en un plano ideológico similar al del neofeminismo. Creo que el monopolio que las mujeres disfrutan sobre los llamados derechos reproductivos debería ser equilibrado con una legislación que otorgue más voz al hombre en estos aspectos, que se instauren pruebas de paternidad obligatorias en el nacimiento o que impida que mujeres que durante años han presumido de ser madres coraje que han sacado adelante a sus hijos invoquen cuando les conviene la paternidad del padre biológico, entre otras medidas.
ResponderEliminarLa píldora masculina se ve condicionada por sus efectos segundarios y la poca promoción que se hace del tema señalando las ventajas que supondría para el hombre, por ejemplo, paternidades no deseadas fruto de haber confiado ciegamente en la responsabilidad femenina. En cualquier caso, este no es uno de los temas que más inquietan al neofeminismo y su reclamación de este sentido es más bien callada. Ven más inconvenientes que ventajas (Pelle Billing las enumera exhaustivamente en alguna de sus entradas).
Durante los años 60, las feministas americanas reclamaron una enmienda a la constitución que estableciera la no discriminación por razones de sexo. Finalmente, en los años 80 la propuesta fue rechazada. Es cuando el feminismo radical descrito por Emilio en otras entradas empieza a atrincherarse en las universidades y sus grupos de presión y logra que se instauren leyes de discriminación “positiva”. Desde entonces, a pesar de que formalmente siguen reclamando el ERA, lo hacen cada vez de manera más apagada. Saben que su instauración supondría la derogación de la mayoría de las leyes que ahora tan groseramente las favorecen. Con la píldora masculina su actitud es similar. De entrada dicen que estaría bien, pero cuando reflexionan seriamente sobre sus implicaciones, dejan de tenerlo tan claro. Quieren seguir teniendo el monopolio de decisión en materia de maternidad y paternidad.
Si menciono al neofeminismo norteamericano es porque es el que marca la agenda. Por cierto, me parece acertado el consenso al que hemos llegado en este blog con su denominación (neofeminismo), para diferenciarlo del resto. El término neopatriarcalismo también le haría justicia; el neofeminismo aspira a que sea el Gran Padre Estado el que tutele de manera permanente a las mujeres en todo.
Por cierto, no sé si os habéis dado cuenta de que esta chica, Bebe, ha utilizado un insulto realmente chocante en su boquita de piñón: ha tildado a los periodistas de "hijos de puta". ¿Pero no era esta chica la que sacó una (horrible) canción en la que ponía de tonto al hombre que utilizaba la expresión "puta" para insultar a la mujer? Ver para creer.
ResponderEliminarPor otro lado, a todos estos periodistas que van a cubrir un evento "cultural" tan cutre, que van cargados con sus micrófonos y pertrechos a informarnos de una insignificancia tan grande como es que esta chica haya sacado un nuevo disco, a estos periodistas, digo, no les está del todo mal empleado recibir las flores de la tal Bebe. Lamento decirlo así, pero a mi juicio obtienen lo que se merecen.
Raus
Raus.