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23 diciembre, 2012

Educación y ciudadanía


Escribe hoy en El País un artículo Rafael Argullol que merece la pena leer por cuanto nos recuerda una dimensión de la educación que en los últimos tiempos se olvida con demasiada frecuencia. Se trata de la dimensión como ciudadanos, se trata de recordar que la democracia, la libertad, necesitan de ciudadanos formados capaces de opinar sobre lo público con rigor. Y que esa formación no es posible ni desde el anumerismo ni desde el analfabetismo funcional que caracterizan en buena medida a nuestra escuela. Se trata de recordar algo tan elemental como que sin ese nivel de lectura y  matemáticas que nos dan los rudimentos con los que entender lo que nos rodea la democracia y la libertad se resienten.

Bien es cierto que en el artículo no se entra en el análisis por sexos, -ya se sabe que lo de los géneros es cosa exclusiva de las féminas: ellas sí pueden encontrar matices de género en casi todo, mientras los varones no los encuentran ni donde son más evidentes-,  por eso quiero cubrir ese hueco desde aquí, y preguntar a quien corresponda, si unido a lo anterior se tendrá en cuenta el fracaso escolar masculino como ejes de la nueva reforma o todo se resumirá a cambio de asignaturas e itinerarios pero dejando sin resolver el más grave problema: la exclusión de un 30% de los alumnos de la titulación que les permitiría continuar unidos al sistema educativo y el mínimo imprescindible para un ejercicio consciente de la ciudadanía. 


2 comentarios:

  1. Anónimo2:01 p. m.

    ¿Una sociedad en la que el 30/40 por ciento de los varones tengan escasa o paupérrima formación? Un mundo incapacitado para crecer y progresar, para construir y descubrir, para ser libres frente al poder.
    ¿Es eso lo que pretenden "algunos"?

    Juan Ronaldo

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  2. Entrada muy interesante sobre el sistema educativo finés
    http://incredulosanonimos.blogspot.com.es/2012/12/diferentes-sistemas-educativos.html

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